Anoche, el Vicente Calderón vio algo que jamás había ocurrido en sus entrañas en sus casi 50 años de historia: un jugador con la rojiblanca marcó cinco goles en un solo partido.
Sólo una vez había ocurrido tamaña gesta en el Atlético de Madrid, y el protagonista fue otro grandísimo delantero, el brasileño Vavá, allá por el año 1958 en un 7-1 al Zaragoza en el Metropolitano (El Calderón por entonces no existía).
Es decir, que los 40.000 espectadores que desafiamos al frío de Madrid fuimos unos privilegiados por poder asistir a algo mágico.
EL NÚMERO 5 TIENE MAGIA...
Y es que el número 5 tiene algo mágico... 5 goles marcó anoche Radamel Falcao. 5 puntos le sigue sacando el Atleti al Madrid (por mucho que llevemos trece años sin ganarles). 5 años lleva el Atleti sin puntuar en el Camp Nou... Y es hora de cambiarlo.
El 5 es especial, sin duda. Incluso un 6-0 tiene menos encanto que un 5-0. La magia en torno a la manita tiene algo de místico que hace que los cinco lobitos sean más recordados. Se convierten en algo inolvidable...
Y cuando alguien asiste a algo mágico y especial debe ser consciente de ello y no dejarlo escapar.
Si yo fuera el presidente del Atlético de Madrid, hoy mismo intentaría renovar a Falcao al alza y subirle su cláusula de rescisión. Teniendo lo que tenemos, igual se la bajan... “A lo mejor se está marchando ahora mismo”, contestaba hoy Cerezo, grandilocuente como siempre, a la pregunta de la prensa sobre si con estas exhibiciones no vayan a arrebatárselo pronto...
TRAS DOS TROPIEZOS
En principio era un partido más en el Calderón.
El equipo venía de perder el enésimo derbi, algo que la afición ya entiende como “normal” y por lo que no se recibe peor al equipo (la imagen del Bernabéu fue lamentable...),
y también había caído en Europa (1-0 ante el Plzen en un partido soso y de nuevo con los suplentes que nos complica el cruce de dieciseisavos,
pudiendo enfrentarnos a Chelsea, Benfica, Cluj u Olympiakos -rebotados de Champions-
o al Liverpool, el Olympique de Lyon o la Lazio como primeros). Por todo ello, el Deportivo, colista, parecía una víctima propiciatoria. Y vaya si lo fue...
KOKE Y DIEGO COSTA
Empezó el Atleti con buenas intenciones y a los pocos minutos Koke ya había disparado a puerta y Aranzubía había tenido que salir a los pies de Falcao a cortar un buen pase profundo precisamente del madrileño (gran partido de Koke anoche, eclipsado por la manita del Tigre).
Sin embargo, después se bajó un poco el ritmo y le preguntaba a mi padre si sería capaz el Atleti de adelantarse antes del descanso (había apostado por ello...).
En un nuevo centro de Koke, Diego Costa remató de cabeza de espaldas a portería y la pelota lamió el poste. Era el minuto 20 y fue un aviso de lo que estaba por venir.
Tres minutos después, idénticos protagonistas, pero balón a la red.
Corner cerrado por Koke al segundo palo y allí aparece la testa de Diego Costa, adelantándose a su par, para poner el
1-0. Segundo gol en Liga del brasileño para cerrar sus revolcones en el Bernabéu y la República Checa.
Hizo un buen partido, colándose por ambos flancos y poniendo peligrosos pases que por poco no acabaron en gol.
LA SUERTE QUE HA CAMBIADO
Sólo unos minutos después del gol tuvo la suya el Depor, aunque muchos se hayan olvidado. Pero como ya les he dicho varias veces este año, la suerte del Atleti ha cambiado. El día del Getafe,
Valera remató de cabeza con 0-0 lamiendo el palo. El del Sevilla, un tiro de
Reyes al inicio se topó con Courtois. Y
ayer fue Valerón el que encontró el poste en un perfecto cabezazo. Este Atleti es otro. Para todo menos para los derbis.
Increíble por cierto Valerón. Todo lo que hizo lo hizo bien, y a sus 37 años hasta a rematar de cabeza ha aprendido...
Al minuto del susto, rápida contra atlética,
pase de Koke al hueco para Falcao y zarpazo cruzado del colombiano a la red. 2-0. Era el primero de muchos...
Antes del descanso,
Falcao convirtió un simple saque de banda en gol (no es la primera vez que lo hace). El colombiano recibe en la frontal, la protege, la deja botar, y
a placer se saca una volea al más puro estilo Forlán y la pone al palo largo de Aranzubía. 3-0. La fiesta no había hecho nada más que comenzar.
Detrás de mí, un orgulloso padre con sus dos hijos pequeños vaticinaban quién se llevaría la porra que habían hecho en la previa. Uno había dicho 3-0, el otro 4-0... Todos se quedaron cortos...
EL DEPOR SE FUE ARRIBA... Y LE CAYERON SEIS
Salió en el segundo acto el Depor más “echado palante”, y se aproximó al área rojiblanca. Pero su adelanto de líneas sólo hacía presagiar que en cualquier contra mortal llegaría el cuarto. Y el cuarto llegó. En un balón dividido en el área llegó primero el de siempre,
Falcao, quien se adelantó al joven Roderick que le derribó. Penalti transformado con calma y hat trick (4-0).
Difícilmente la joven pareja de centrales del Depor (Roderick 21, e Insua 19) olvidarán la noche que les dio Falcao...
Porque el Tigre aún tenía más hambre. Y sólo cinco minutos después sumó el cuarto en su cuenta. Otra contra de vértigo, Adrián (que entró por Costa) abre para Arda Turan y éste, solo y con tiempo para pensar, vuelve a intentar la vaselina ante Aranzubía (ya lo ha hecho varias veces este año y nunca le entra). El portero vasco consigue despejar y al rechace
Falcao se tira en plancha arrasando con lo que tenía por delante y de cabeza pone el 5-0.
EN EL ÚLTIMO PUDO PASAR...
No pasaron ni tres minutos para que llegase el 6-0. ¡Y el quinto del colombiano! Internada de Filipe Luis que se cuela por el centro, pared con Falcao, pase profundo para el Tigre. Éste controla escorado y hace un recorte en línea de fondo.
Cualquier jugador normal habría tocado para Filipe, que venía de cara. Pero Falcao no. Hace un quiebro, dos, para abrise ángulo, y por el palo corto consigue el quinto en su cuenta... "Abusón", debió pensar Filipe...
6-0. Impresionante. Hasta uno de mis compañeros de grada me dio un beso para celebrarlo. Me pareció algo excesivo, pero supongo que la emoción del momento le superó...
Mi padre se lo perdió porque había bajado al baño... “Ha metido el quinto Falcao”, le dije entusiasmado. “Uno no puede irse ni un minuto”, me respondió entre risas...
Y eso fue lo que hubo de ahí al final. Risas, cánticos, la ola, el “Te quiero Atleti”... y el regusto amargo de pensar por qué a Depor o Sevilla los golean con pasmosa facilidad, y con el Madrid no pudieron ni tirar a puerta.
DE SEIS EN SEIS
Desde el 6 de abril de 2008 no marcaba seis goles el Atleti en casa (un 6-3 al Almería). Antes de eso, habían pasado diez años sin ver media docena (6-1 al Valladolid el 21 de noviembre de 1998).
Y nunca le he visto marcar siete goles en Liga (Sólo vi al Atleti meter siete goles en un 7-2 a un tal Fyllingen en la Recopa en 1991).
Así que en la recta final (el 6-0 llegó faltando 20 minutos), uno soñaba con que llegara el séptimo y el sexto de Falcao. Había visto marcar cinco goles a Morientes hacía diez años (en un Real Madrid 7-0 Las Palmas), pero sabía que seis tantos era un hecho sin precedentes. No en vano, sólo Zarra (Athletic), Mundo (Valencia) y César (Granada) lo lograron. Y todos antes de 1950.
El récord lo ostentan Kubala (Barcelona 9-0 Sporting, 1952) y Bata (Athletic 12-1 Barcelona, 1931) con siete goles en un partido. Eran otros tiempos.
Así que recuerden el partido de anoche, porque gestas como éstas sólo se ven muy de cuando en cuando.
Si ven algo especial, acérquense a ello. No renuncien a la magia. Soñar es gratis. Y más en estas fechas.