Goles: Gameiro (p).
No me mientan, ¿quién de ustedes no habló anoche de la final de Milán con alguno de sus compañeros de butaca?
Dijo Simeone
para justificar aquellas semanas de silencio que lo de Milán "fue una
muerte, y toda muerte necesita un duelo". Obviamente, cuanto mayor sea la
pérdida, más intensa la relación que nos unía con el ser que se va, más largo y
doloroso será el duelo.
Además, y
por desgracia, lo más difícil de un duro golpe no es la caída, sino,
posteriormente, aunar las fuerzas suficientes para levantarse plenamente
repuestos.
Ya lo
escribí en la crónica de nuestra derrota en Milán: "Es muy duro volver a
la casilla de salida (sin premio) después de tanto esfuerzo".
NUEVO CURSO
CON POCAS CARAS NUEVAS
Y anoche en
el Calderón (en el que será último año en nuestra casa), el Atleti volvió a la
casilla de salida. Empezó el nuevo curso escolar. Un nuevo curso en el que
básicamente hay dos caras nuevas (Gameiro y Gaitán), pero, sobre todo, la buena
noticia es que todos los alumnos con buenas notas se han quedado en el colegio
y no se han ido a otro mejor o más caro (algo que no ocurría desde hace años.
Escribiré un post sobre ello esta semana).
OLVIDAR LA
ASIGNATURA HUESO
Y lo mejor
que puede pasarte en un nuevo curso es adquirir pronto energías renovadas,
motivaciones vírgenes, nuevos retos. Los rumores de Milán aún circulaban como
una asignatura pendiente que nos quedó del año pasado. Como la materia hueso
que, por desgracia, ya parece atragantarse.
Por ello,
empezar el curso con un cate no era el mejor escenario para olvidar.
UN EXAMEN
"ESTADÍSTICAMENTE" PERFECTO
Y eso que el
Atleti lo hizo prácticamente todo bien durante su primer examen. Como saben los
que me siguen soy amante de las estadísticas, así que les dejaré unas cuantas
del partido de ayer. Disparos: Atlético 27-Alavés 2; Córners: Atlético 20-Alavés
2; Posesión: Atlético 62%-Alavés 38%...
Sin embargo,
como bien saben todos, sólo hay una estadística que importe en el fútbol:
Goles: Atlético 1-Alavés 1.
Un gol de
Gameiro; otro de Manu García. Un penalti al palo de Juanfran; otro marcado por
Cristiano. No hay más. Este deporte es así. Se reduce a eso. Y al que no le guste,
que se pase al taekwondo (nos ha dado dos medallas en Río), donde en caso de
empate final (tras un round de desempate) el ganador lo deciden los árbitros.
PRIMER
TIEMPO FLOJO
El Atleti
estuvo flojo en el primer acto, todo hay que decirlo. Sólo Gameiro, que mandó arriba un pase de la muerte de Koke; y Carrasco, con
un disparo al exterior del poste, devolvieron el "uy" a las gargantas
de los aficionados colchoneros, tras casi tres meses elevando la voz sólo para
pedir una cerveza en el chiringuito de turno.
CAMBIO DE
PIEZAS Y ALUVIÓN DE OCASIONES
En la
segunda mitad, las gargantas atléticas se secaron de cantar "uys".
Salió Torres por Tiago, luego Gaitán (creo que jugar a banda cambiada no le va
bien) por Gabi, y por último Correa por Carrasco. El Atleti jugó un 4-4-2
clásico, con dos puntas y dos extremos, que creo que habría ido mejor para
intentar desbordar al Alavés que los cuatro mediocentros del inicio (Koke, Gabi,
Tiago y Saúl).
El Niño
estuvo muy bien. Pegó una en el poste, dio un gran pase largo a Correa, y puso
un balón de gol al primer palo a Godín, que remató arriba. El uruguayo se sumó
al ataque cada vez que pudo, y ya minutos antes obligó a Pacheco a sacar un
remate suyo a bocajarro. Como tampoco a bocajarro acertó a marcar Gameiro, al
que se le quedó en boca de gol otro cabezazo de Godín. Veinte córners sacó el
Atleti, veinte, ya lo dije antes. Pero esta suerte que hace bien poco era medio
gol, anoche apenas se tradujo en un par de remates claros (Hasta Gaitán se cayó
sacando uno de esos córners...).
PREMIO
TARDÍO, PERO VARAPALO FINAL
En cualquier
caso el Atleti lo merecía, sin duda. En la vida, normalmente, la insistencia,
el esfuerzo, la tenacidad, la perseverancia... suelen tener premio. Y esta vez,
aunque muy tarde, llegó con el tiempo cumplido. Un penalti por agarrón a Torres
lo transformó Gameiro (1-0) para maquillar su desafortunado debut (en la propia
jugada del penalti tiró fuera un mano a mano).
Sin embargo,
los rojiblancos fueron incapaces de defender la única jugada en la que el
Alavés se fue decididamente arriba en todo el partido. Los vitorianos, que sí
habían aumentado su nivel de agresividad para defender su tesoro en los minutos
finales, con entradas más duras y agarrones (hasta entonces el partido fue
limpio), vieron cómo la zona ancha colchonera les dejó un enorme vacío que Manu
García aprovechó con un trallazo pegado al palo desde más de veinte metros (1-1).
Una vez más, el destino jugó con el Atleti al "sí, pero no". Pareció darle el triunfo, para quitárselo en el último suspiro.
Una vez más, el destino jugó con el Atleti al "sí, pero no". Pareció darle el triunfo, para quitárselo en el último suspiro.
ESPERANDO
OTRA CANCIÓN
Tuvo suerte
el Alavés, sí. Como la tuvo el Madrid en Milán. Pero lo último que necesitamos
ahora son canciones que suenen a mayo. "No te echaré de menos en
septiembre", dice el éxito de Los Piratas. Y como también reza su letra,
el objetivo del Atleti no debe ser otro que el "seré como el tipo que algún
día fui", olvidar el dolor, y esperar otra canción. Su canción. Tiene todo un año por delante.