martes, 27 de diciembre de 2016

Un lustro con el Cholo: una parábola sobre la confianza


Dice la RAE que la confianza es la "esperanza firme que se tiene de alguien o algo"; un "pacto o convenio hecho oculta y reservadamente entre dos o más personas". Una persona de confianza es "alguien en quien se puede confiar". Y la RAE define confiar como "encargar o poner al cuidado de alguien algún negocio u otra cosa"; o "depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa". Confiar es, en último término, "esperar con firmeza y seguridad". 
MOISÉS Y EL MAR ROJO
La confianza es una cualidad fundamental en cualquier ámbito de la vida, pero que se erige como vital a la hora de que un líder sea seguido por los suyos.
La Biblia cuenta cómo hace más de 3.000 años Moisés ordenó que se separasen las aguas del Mar Rojo para que, de esta forma, su pueblo pudiera salir de Egipto. Sin embargo, se dice que cuando Moisés alzó su cayado sobre el Mar Rojo no se produjo el esperado milagro. No fue hasta el momento en el que el primer israelita se lanzó al mar para cruzarlo, cuando las olas retrocedieron y se dividieron las aguas, dejando expedito el paso a los judíos.
Se trató, pues, de un claro ejemplo de fe y de confianza de su pueblo en Moisés. Y esa confianza fue la que posibilitó el milagro.

LAS ESTRELLAS SIGUEN AL CHOLO
En los últimos tiempos, jugadores de la talla de Griezmann o Godín han reconocido en entrevistas públicas que su continuidad en el equipo colchonero se debe en buena medida a la presencia de Simeone en el banquillo. A la confianza que les genera. A la fe que les transmite.

SUS MANDAMIENTOS SON SEGUIDOS A PIES JUNTILLAS...
Y buena prueba de ello son unas palabras pronunciadas recientemente por Saúl Ñiguez: "Confiamos al 100% en Simeone. En ocasiones puede pedirnos algo y que no estemos plenamente convencidos de ello, pero te lo transmite de una manera con la que al final consigue que vayas a muerte con él".
El Cholo es el Moisés del Atlético de Madrid, y sus mandamientos son seguidos a pies juntillas por el pueblo rojiblanco. Si Simeone les pide que crucen el Mar Rojo, lo hacen sin dudar...
El argentino es el profeta y el líder espiritual de la religión colchonera desde hace ya cinco años.

HOY SE CUMPLEN CINCO AÑOS DE SU PRESENTACIÓN
Hoy se cumple un lustro desde que se presentó al Cholo Simeone como nuevo entrenador del Atlético de Madrid. Un 23 de diciembre de 2011 el club anunciaba en su página web que el exjugador argentino firmaba por el Atleti por lo que restaba de temporada y una más, y tal día como hoy hace cinco años era presentado en el Vicente Calderón.

"NO ME ASUSTA EL DESAFÍO", FUERON SUS PRIMERAS PALABRAS
"Sé la exigencia que tiene el Atlético. No me asusta. Me entusiasma, como todas las situaciones que generan desafíos. Aquí estamos para recuperar un poco de lo que siempre tuvimos. Nos gusta un equipo agresivo, un equipo fuerte, aguerrido, contragolpeador. Lo que nos llevó a los atléticos a identificarnos con esta gloriosa camiseta”, fueron sus primeras palabras como técnico rojiblanco. Cinco años después, a ciencia cierta ha demostrado que el desafío no le ha asustado. Nunca lo hizo. Y ese equipo agresivo, fuerte, contragolpeador, nos ha hecho a los atléticos identificarnos más que nunca con esa gloriosa camiseta. Y ya van cinco años.
AQUELLOS TIEMPOS CON SEIS ENTRENADORES POR TEMPORADA...
Cinco años... que se dice pronto, pero que significa mucho. Muchísimo. Para alguien como yo, que ha visto siendo un niño cómo sólo en una temporada pasaban por el banquillo del Atlético de Madrid seis entrenadores distintos (Seis, sí. En la 1993-94, Jair Pereira -hasta la jornada 7-; Cacho Heredia -jornada 11-; Emilio Cruz -jornada 19-; José Luis Romero -jornada 25-; Ovejero -jornada 29-; y Jorge D'Alessandro) y que al año siguiente, con el fichaje del hasta entonces seleccionador colombiano Pacho Maturana, hasta me inventé un cántico: Pacho Maturana, ¿dónde irás mañana? (Maturana fue destituido por Jesús Gil en la jornada 9...); el que Simeone lleve cinco años al frente del Atlético de Madrid es un milagro similar al de Moisés con las aguas del Mar Rojo.

EL SEGUNDO TÉCNICO CON MÁS PARTIDOS EN LA HISTORIA DEL ATLETI
Sus números (285 partidos como entrenador del Atlético: 179 victorias; 57 empates; 49 derrotas) le convierten en el segundo técnico con más encuentros al frente del Atleti, sólo superado por el legendario Don Luis Aragonés (611 partidos: 307 victorias; 135 empates; 169 derrotas); y muy por encima de entrenadores campeones de Liga como colchoneros como Ricardo Zamora (206 partidos y dos Ligas, 1939-40 y 1940-41), Radomir Antic (189 partidos y una Liga y una Copa, 1995-96) o Helenio Herrera (120 partidos y dos Ligas, 1949-50 y 1950-51).
Precisamente Ricardo Zamora es el único entrenador que ha permanecido más temporadas consecutivas al mando del Atlético de Madrid, siete (entre 1939 y 1946).

FRASES PARA UNA FILOSOFÍA DE VIDA
En estos cinco años, las frases que nos ha dejado Simeone en cada entrevista o rueda de prensa se han convertido en una filosofía que va mucho más allá del rectángulo de juego. Del "partido a partido", al "siempre hay que creer" (rebautizado el año pasado en el lema "Nunca dejes de creer"), pasando por el paradigmático "aquí el esfuerzo no se negocia", hasta llegar a la que para mí fue su frase más moralizante y aleccionadora, pronunciada además en Neptuno tras ganar el título de Liga: "No es solamente una Liga, muchachos. No es solamente una Liga, mujeres. Es algo mucho más importante lo que estos chichos les transmiten a todos: que si se cree y se trabaja, se puede. Así que arriba todos".
Pero de todas ellas, quiero quedarme con la última que nos ha dejado, en la entrevista que le realizó Marca la semana pasada: "Va a ser difícil encontrar un equipo mejor que el Atlético en mi futuro".

LA CONFIANZA PUEDE PERDERSE EN UN MINUTO...
Y es que es un futuro, y no mirando a lo logrado en el pasado (Una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa, una Supercopa de España, una UEFA Europa League...), es como quiero terminar este post sobre el Cholo.
Dice Warren Buffett, empresario estadounidense considerado uno de los mejores inversores del mundo, que “se necesitan 20 años para construir una buena reputación y sólo cinco minutos para arruinarla”. Extrapolándolo a la confianza, hacen falta mil buenas acciones para ganarse la confianza de otro, pero sólo con una única mala acción ésta puede perderse... Y sin confianza, no hay nada...
Soy de los que piensa que un camino de buenas obras no puede resquebrajarse al primer tropiezo.
Por eso, Diego Pablo, mi nivel de confianza en ti está tan alto, que harían falta al menos cinco años sin éxitos para que comenzase a dudar.
Por otros cinco años del Cholo como el Moisés rojiblanco. Ése es mi deseo para esta Navidad. "¡Así que arriba todos!".

viernes, 2 de diciembre de 2016

Vuelve la sonrisa del defensa con alma de delantero

Recordaba uno de los mejores amigos de Godín, Esteban Bertinat, en mi libro “Diego Godín, Coraje, corazón y cabeza” cómo un año, en las categorías inferiores de Estudiantes de Rosario (el equipo de su ciudad natal), “Diego llegó a marcar diez goles en un partido”. “Se me quedó grabado”, confesaba boquiabierto.
Su primer entrenador, Víctor Carlin, que le guió cuando apenas levantaba dos palmos del suelo, nos contaba que en sus primeros años como futbolista “Diego era cada temporada el máximo goleador del equipo y todos los años andaba peleando el Pichichi de la categoría”.
Fue ya con 17 cuando William Lemus, el entrenador que rescató a Diego Godín para el fútbol, lo situó por primera vez como zaguero en el Atlético Cerro. Y Diego rememoraba lo mucho que le costó adaptarse a ese puesto y lo mucho que Lemus tenía que atarle: “Yo agarraba la pelota y me iba para arriba. Tiraba paredes, iba driblando… y Williams se enojaba conmigo y a mí más me fastidiaba, así que otra vez me iba para arriba. Y hacía goles. Y mis compañeros me insistían en que tenía que jugar arriba”.

EL CHOLO TAMBIÉN TUVO QUE FRENAR SU ESPÍRITU DE DELANTERO
Por entonces, aquello era la tónica habitual. El pan de cada día. El “partido a partido”… Pero ese “vicio” por sumarse al ataque lo ha seguido manteniendo hasta bien crecidito… Vamos, que todavía lo tiene. El propio Cholo Simeone tuvo también que frenar ese ímpetu.
En la primera temporada del técnico argentino en el Atlético de Madrid, el equipo empataba a cero en Zaragoza en un partido espeso. El tiempo expiraba sin que los rojiblancos fueran capaces de llegar con claridad, y en el minuto 93 Godín hizo un penalti a Helder Postiga que supuso la derrota.
Al día siguiente, en Majadahonda, Simeone tuvo una charla individualizada con Godín en la que le dijo lo siguiente: “Hiciste ese penalti porque quieres hacerlo todo. Quieres resolver lo tuyo y lo que tus compañeros no hacen. Y no puedes hacerlo todo. Vos tienes que hacer bien lo tuyo, defender. Y si los compañeros no hacen los goles, que no hagan los goles ¡No pasa nada! Pero no es lo mismo empatar que perder. Y perdimos por un penalti que hiciste vos por querer ir de delantero, querer jugar de mediocentro, querer ir arriba… Y cuando te toca defender, estás cansado. Lo que a ti te parece que es ayudar al equipo, en realidad le estás haciendo mal”.
Godín asegura en el libro que ese consejo se le quedó grabado. “Fue una gran charla y me sirvió mucho para mi carrera, para seguir creciendo”.

ESE DIABLILLO QUE LE SUSURRA "SUBE, SUBE..."
Sin embargo, Diego jamás ha dejado de sentir ese gusanillo que le llama a buscar la portería rival cada partido. Lo que en mi libro definí como un diablillo que incita a Godín a tirarse al monte y subir para arriba, tirando paredes y driblando contrarios, como cuando era un “botija” (niño en uruguayo). Como aquel golazo que marcó contra el Valladolid en el Calderón en septiembre del 2012, tras una pared con Koke y picársela al portero en su salida (el único gol con el pie y en jugada de los 20 tantos que suma con la rojiblanca).

GODÍN SIENTE CADA CÓRNER COMO "UNA JUGADA PARA MÍ"
Una de esas tardes que pude compartir con Diego en el salón de su casa charlando sobre el Atleti, sobre el fútbol y sobre la vida, no pude evitar sonreír por dentro al confirmar ese ansia que Godín experimenta en cada jugada a balón parado para conseguir mandarlo a la red. Cuando le transmití cómo en cada córner o falta cerca del área crecía un rumor en las gradas del Calderón “Gol de Godín, ahora viene el gol de Godín”… esto fue lo que me respondió: “La gente lo dice y yo lo vivo así –me reconoció con una sonrisa plena-. Soy defensor, pero siempre tengo ganas de hacer gol. Así que cada vez que hay un centro a pelota parada o un córner, lo vivo como si fuera una jugada especialmente para mí, porque siento que puedo marcar. En un partido son contadas con los dedos de una mano las situaciones que puedo tener, así que siempre lo busco”.  

VOLVIÓ A EXHIBIR SU SONRISA EN EL SADAR...
La misma sonrisa plena que pudo exhibir el pasado domingo en El Sadar, cuando, por fin, después de casi un año, Godín pudo volver a marcar un gol con la camiseta del Atlético de Madrid.
“¿Por qué todos los jugones sonríen igual?”, se preguntaba Andrés Montes. Y no hay sonrisa más feliz y radiante que la de Diego Godín cuando consigue marcar.
Lo hizo de cabeza, como (casi) siempre (Ha marcado con la testa 18 de sus 20 goles con la rojiblanca). Lo hizo tras un saque de esquina, como (casi) siempre (Ha anotado tras un córner once de sus 20 goles como colchonero). Y lo hizo a pase de Koke, como (casi) siempre (Koke es su máximo asistente en el Atleti con cinco asistencias, las mismas que le ha dado Gabi).

...Y SE LO DEDICÓ A MOYÁ
Lo hizo con su habitual salto poderoso, ganando la partida a Oriol Riera, y machacando el balón a la red dentro del área chica (0-1). Según marcó, salió corriendo como un poseso, apartando a sus compañeros del camino, y se lo dedicó a Moyá en el banquillo, que le dijo antes del partido que esa tarde marcaría.
Sólo un minuto después, Gameiro puso el 0-2 finalizando un buen mano a mano. Y Carrasco redondeó la goleada en el 90 tras un fallo de la zaga pamplonica (0-3).
Pero el partido lo desatascó Diego. Se le da bien El Sadar. Muy bien. No en vano, allí marcó su primer gol en España, con el Villarreal (el 6 de octubre de 2007); y allí marcó su primer gol en Liga con el Atleti (antes había hecho dos en Copa y en UEFA) y su primer gol con el Cholo (el 30 de enero de 2012).

SE CUMPLE UN AÑO DE NUESTRA PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE GODÍN
Ya tocaba. Hacía casi un año de su último gol con la rojiblanca. El 5 de diciembre de 2015, en Los Cármenes contra el Granada. Curiosamente, sólo tres días después de que presentásemos su libro en un centro comercial de Alcorcón
Jamás olvidaré ese día. Hoy se cumple un año. Un día en el que Godín también lució su máxima sonrisa cuando, después de intercambiar una mirada conmigo y escapársenos a ambos una sonrisa pícara, expresó que esperaba que hubiera una segunda parte del libro “con algo que tanto deseamos los atléticos como es la Champions” (VÍDEO de la presentación). “Va a haber tiempo para eso”, añadió. Estoy seguro.
Porque Diego vuelva a exhibir muchas más veces su sonrisa con la camiseta rojiblanca. Porque su sonrisa es la nuestra, y nos la contagia a los demás.  

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Cerrado por derribo

JORNADA 12- ATLÉTICO 0-3 REAL MADRID
Dicen en los medios que el sábado se disputó el último derbi madrileño en el Vicente Calderón. Si el siempre caprichoso bombo de la Champions, la Copa, o algún retraso en las obras de La Peineta y sus aledaños no lo impiden, así será. Y la despedida de los Atleti-Madrid en el añejo estadio del Manzanares no pudo ser más amarga.
Fue, por desgracia, un buen resumen de lo que han sido los derbis en esta cancha en los últimos quince años, donde el Real Madrid (con ésta) se ha impuesto en once ocasiones.
Fue también un triste epílogo del poderío demostrado por Cristiano Ronaldo en el coliseo rojiblanco, donde, con los del sábado, ha hecho diez goles.

CRISTIANO YA NO ES "THE ANIMAL", PERO SUMÓ OTRO HAT TRICK
Sus cifras en el Calderón no eran mareantes hasta el sábado: diez derbis (cinco de Liga, tres de Copa, uno de Supercopa y uno de Champions) y siete goles (tres de ellos de penalti).
Sin embargo, su hat trick recordó, aunque sólo en los guarismos, al que logró en un 1-4 un lustro atrás. Entonces, titulé mi crónica “Moros y Cristianos”, comparando al portugués con Don Pelayo y reconociendo que él solito conquistó el Vicente Calderón. La foto con la que ilustré el post fue una pancarta con la imagen del luso y el lema “Ronaldo, The animal”. Ese día, su voracidad, potencia y contundencia arrollaron a un Atlético que, Cristiano aparte, sí plantó cara a los blancos.
Esta vez poco tuvo que ver con aquel choque impresionante del portugués (en el que marcó dos golazos de tremendos cañonazos. El tercero fue de penalti, que nunca puede faltar), pero le sirve para marcharse del Manzanares con una decena de goles en su haber. Repito, cuatro, casi la mitad, desde los once metros. No voy a molestarme en buscar el dato, pero es posible que Cristiano no haya marcado más goles de penalti que en el Calderón en ningún estadio, exceptuando el Bernabéu, claro.

EL MADRID FUE MEJOR
El Madrid no ganó el derbi del Calderón por Cristiano, aunque firmase todos los goles. Lo ganó porque fue mejor. O, en este caso, porque el Atleti fue peor, algo que, aunque parezcan axiomas que deberían ir unidos, tiene sus matices relevantes.
El Atleti sólo plantó cara al Madrid en los primeros minutos de cada parte. En los iniciales hubo un intercambio de golpes con una volea fuera de Saúl y un paradón de Oblak a Cristiano como ocasiones más claras por cada bando. El partido era disputado e incierto. Hasta que lo durmió Cristiano mediado el primer acto. De falta directa.

CRISTIANO LO ROMPIÓ DE REBOTE
No lo hizo con el zapatazo de efecto endiablado de hace cinco años, sino con un lanzamiento que no levantó un metro del suelo, pero que acabó en el mismo sitio que aquel después de que la barrera se abriese y, tras rebotar en Savic, cambiase totalmente la trayectoria del balón (0-1). Fue un gol en la línea del Cristiano de los últimos meses, pero lo celebró con la misma vehemencia de los que anotaba entonces.
De ahí al descanso no existió el Atleti, dominado por un Real Madrid con Isco erigido como director de orquesta. El malacitano ganó la partida en la franja ancha a los Gabi, Koke y Saúl. Se echa de menos a Tiago. Mucho. Pero, a sus 35 años, quizá ya nunca volverá.

EL ATLETI LO INTENTÓ EN LA REANUDACIÓN
Sí lo intentaron los colchoneros en la reanudación. En apenas cinco minutos se llegó más que en el primer acto, con un disparo de Carrasco lamiendo la escuadra (estuvo flojo el belga) y un par de oportunidades de Griezmann (tampoco estuvo fino) con un disparo centrado, tras error de Modric, y un centro chut que terminó en la banda.
Al Atleti le duró el arreón cinco minutos más y los cambios del Cholo, a priori acertados -Gameiro por Torres (desaparecido) y Correa por Gabi (desbordado)-, no surtieron efecto alguno.

LA AFICIÓN NO DIO ESE PLUS...
Se necesitaba algo más. Un plus que debió llegar desde la grada. Ese aliento del público que debe espolear a sus futbolistas, cuando el equipo no es capaz de ser quien enardezca el ánimo de sus seguidores. Hacía falta. Y más en un partido de esta índole. Pero no llegó. El Frente Atlético permaneció callado durante muchos minutos y, por ende, el resto del estadio.

...EL PENALTI MATÓ EL PARTIDO...
Un estadio que enmudeció cuando en lo que aparentaba ser un forcejeo en un balón dividido entre Savic y Cristiano (en el campo incluso parece falta del portugués) termina en penalti. Ronaldo tropieza más en el montenegrino que éste le traba, pero Savic yerra en el despeje con una patada al aire que le sale muy cara.
El luso engaña a Oblak (0-2), hace el pintamonas frente a la cámara (minutos antes había soltado un puñetazo a Koke… nada nuevo) y el partido acaba. Sólo seis minutos más tarde, Cristiano empuja una veloz contra llevada por Bale para mayor escarnio para los atléticos (0-3).
El Atleti perdió porque fue peor que el Madrid. No supo imponer la intensidad y el ritmo frenético de otros derbis y los blancos, que dominaron la franja ancha, tuvieron además la pizca de suerte (el rebote en la falta y el “inoportuno” penalti) que decantó la balanza de su lado. Pero quiero terminar esta crónica hablando de la afición.

...Y LA AFICIÓN "ANIMÓ" CON TODO PERDIDO
En el tramo final, ese público que compareció callado durante largos minutos cuando el resultado era de 0-1, y los ánimos aún podrían haber servido para revertir la situación, levantó la voz para entonar el “Te quiero Atleti”, “Atleti yo te amo, contigo hasta el final”, o para cantar el himno. Cuando ya nada había que hacer, cuando la derrota era contundente y la humillación palpitaba, proclamaron su eterno amor al equipo, del que nadie duda. Y a mí, personalmente, las exaltaciones de amor por el escudo en la derrota más rotunda, el concepto del perdedor carismático, la hinchada que más anima aún cuando los suyos pierden, ya me cansa. Más aún si cuando se debió alentar para cambiar ese signo, no se hizo.

Y EL ODIO Y LOS COMPLEJOS VOLVIERON A RELUCIR
A esto quiero añadir aún algo más triste. Durante todo el segundo acto se repitieron por las gradas imágenes de peleas entre los aficionados que debieron ser resueltas por el personal de seguridad, en algunos casos sacando a algún individuo del campo. Reyertas entre hinchas del mismo equipo, del Atlético de Madrid, que ante una nueva derrota ante el eterno rival sacaron nuevamente a relucir una ira, una rabia, un odio y unos complejos que en los últimos tiempos parecían olvidados. Pero no. Estaban sólo contenidos.

QUIZÁ NO SEA TAN MALO DEJAR EL CALDERÓN
Quiero cerrar esta reflexión con unos datos, que saben que me apasionan. En 49 derbis ligueros disputados en el Vicente Calderón, los números son ampliamente negativos: apenas 9 victorias rojiblancas; 17 empates; y 23 derrotas (once de ellas sólo en los últimos quince años).
Antes de trasladarnos al Manzanares, estos eran los números en Liga en nuestro estadio: 15 triunfos atléticos; cinco empates; y once derrotas.
Pese a estar en contra de abandonar el Calderón, desde este prisma, quizá no sea tan malo el traslado a La Peineta. Para renovar aires y empezar de nuevo. Toca poner el cartel de cerrado por derribo. Y si lo hacen con alguno de los mencionados acomplejados dentro, tampoco se les echará de menos. 

viernes, 18 de noviembre de 2016

Atleti, vence por nosotros

Hay muchos días que no me acuerdo, pero sé que está ahí.
Ya no duele tanto como al principio, cuando respirar costaba un poquito más de lo normal.
A veces ando por la calle; me ducho; voy camino al trabajo en el coche; me afeito; hago la compra; o canturreo alguna canción en “espanglish”…  y parece que no existe.
Pero, en ocasiones, un recuerdo invade mi mente, sin quererlo, sin poder elegir evitarlo… y entonces sangra. Duele un poquito. El pecho se oprime.
Un balón al poste; un córner en el tiempo de prolongación; una lesión sin milagro de un falso Bálsamo de Fierabrás en forma de placenta de caballo; un penalti fallado… o dos; unos inoportunos e inevitables calambres; un gol en fuera de juego que sube al marcador; un sponsor publicitario sin camiseta mostrando su cerebro al mundo; un cambio nunca realizado; un viejo héroe mantenido sobre el campo de batalla esperando un desenlace de justicia poética que nunca llegó…
Imágenes y pensamientos que abotagan mi cabeza y, por momentos, nublan mis sentidos. Una infinidad de colores se agolpan en mi mente dando como resultado uno… el blanco. 

MI PRIMER RECUERDO DE UN DERBI EN EL CALDERÓN
Este sábado, el color blanco volverá a plasmarse sobre el césped del Vicente Calderón. Dicen que será el último derbi liguero a orillas del Manzanares (veremos) y son muchos los recuerdos generados en este estadio ante el eterno rival.
Mi primer recuerdo de un derbi en el Vicente Calderón data de enero de 1992. Un 2-0 con goles de Vizcaino, en un perfecto zurdazo de volea desde la frontal tras un córner, y de Manolo, tras cruzársela a Buyo con la pierna derecha.
En este vídeo podéis ver un resumen de aquel partido, locutado por Julio Sanz, que muchos años después fue mi jefe en el tiempo que estuve en los Deportes de Telemadrid:


SIETE AÑOS SIN GANAR EN EL MANZANARES
No se volvió a cantar victoria en nuestro estadio, en Liga, hasta siete años después. Recuerdo que lo vi en Chapeau, un mítico pub de Getafe que marcó mi adolescencia... Fue un 3-1, en junio de 1999. José Mari puso el 1-0 tras sacar un gran disparo cruzado desde la frontal; posteriormente empataría Morientes; pero antes del descanso Jordi Lardín anotó el 2-1 con una preciosa volea cruzada; y ya en la segunda parte Juninho marcó el 3-1 definitivo tras romper a Jarni y colocar la pelota con sutileza a la izquierda de Illgner.


Meses después, se volvió a ganar al Real Madrid, esta vez en el Bernabéu (1-3- Hasselbaink (2) y José Mari), y desde entonces fueron trece largos años sin cantar victoria ante los merengues.

HASTA EL AÑO 2000, IGUALDAD ABSOLUTA EN TERRENO ROJIBLANCO
Hasta el descenso a Segunda del Atleti (en esa temporada 1999-2000), en un derbi en el Calderón uno podía esperar que se diera cualquier resultado. Literalmente. En 65 derbis ligueros disputados en terreno rojiblanco, la estadística no podía ser más igualada: 23 victorias atléticas, 19 empates y 23 victorias madridistas.    
Sin embargo, los dos añitos en el infierno abrieron una brecha entre atléticos y madridistas que parecía insalvable.
Del 2002 al 2013, el Madrid sumó en el Calderón diez triunfos y un único empate. Ni una sola victoria cayó del lado colchonero, lo que hizo que la balanza se inclinara claramente para los blancos.

TRECE AÑOS SIN DERBI
Eran tiempos difíciles para los atléticos. Tiempos en los que un derbi se recibía con una ansiedad que rozaba el histerismo. Un estado de nervios colectivo que comenzaba en la afición y se contagiaba a los futbolistas, algo que se reflejaba especialmente en el Vicente Calderón, donde mi padre y yo entrábamos mirando el reloj y comentando si, cuando fueran disputados cinco minutos de juego, el 0-0 aún se mantendría en el marcador.
El miedo era fundado. Durante tres temporadas consecutivas, el Real Madrid se adelantó a los 32 segundos (Raúl- 2007-08); a los 34 segundos (Van Nistelrooy- 2008-09); y a los cuatro minutos (Kaká- 2009-10).
No había derbi. Si no marcaban en esos primeros instantes, lo hacían algo más tarde. Pero en esos años, ningún derbi en el Calderón superó el cuarto de hora con el 0-0. Y sólo en dos se adelantó el Atleti. La ya de por sí consabida superioridad blanca, se plasmaba en el césped casi antes de empezar.
No hace tanto de eso. Hace muy poco, en realidad. Una época en la que me preguntaba si algún día podría emborracharme celebrando una victoria contra el Real Madrid... En las anteriores todavía era casi un niño.
Pero la primera borrachera en un derbi llegó por fin en mayo de 2013. Con título incluido. Fue la Final de Copa del Rey. Fue muy sufrido, costó lo indecible, como volver a perder la virginidad. Pero marcó un antes y un después en los derbis.

PERO EL DERBI VUELVE A SER EL DERBI
Ahora, el derbi ya no es el que era. El derbi vuelve a ser el de siempre. Sé que saben de qué hablo.
El Real Madrid no nos gana en Liga desde el 27 de abril de 2013. En esa víspera de Copa que desesperó al vestuario rojiblanco, como me confesó Godín en mi libro: "Si no les ganamos en el Calderón y contra los reservas, ¡¿cómo les vamos a ganar la Final de Copa en el Bernabéu?!".
Pero se ganó. Y desde entonces no se ha parado de derrotarles en su estadio (2013-14- 01; 2014-15- 1-2; 2015-16- 0-1. El único equipo en la historia de la Liga que ha ganado tres temporadas consecutivas en el Bernabéu); y se les metió un 4-0 en el Calderón (2014-15); y se les ha eliminado en la Copa (2014-15); y se les ha ganado la Supercopa (2014)...
CADA PARTIDO CUENTA
Todo eso cuenta. Y también escuece. Aunque digan que no.
Pero queda una espina. Una enorme espina. No lo negamos. No puede negarse. Es esa herida que todavía sangra a veces...
Ellos sólo ganan finales, dicen. Es así. Aunque sea en los penaltis y con goles ilegales. Pero las ganan. Por eso, hay que seguir ganando "partidillos". Seguir sumando cuatro-ceros; victorias en el Bernabéu; arrebatándoles títulos menores como la Supercopa o la Copa del Rey.  

DE MADRID 2012, A LISBOA Y MILÁN
Ahora les peleamos finales de Champions. Hace catorce años sólo les disputábamos amistosos para promocionar los Juegos Olímpicos de Madrid 2012... (Fue el primer gol de Fernando Torres en un derbi... Un 3-2 en el Bernabéu. Seguro que lo recuerdan).
Las grandes heridas sólo cicatrizan enfrentándote a tus miedos. Haciendo por curarlas. Por superarlas y por superarte. Y para este equipo no hay derbi pequeño. Y menos uno de Liga.
Esto ya no son amistosos. Sigamos sumando batallas. De batalla en batalla, hasta la victoria final. Que llegará. Ya saben, "lo mejor está por venir". Mientras tanto, ganemos otro derbi. De esos que no cuentan.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Un grave accidente

JORNADA 11- REAL SOCIEDAD 2-0 ATLÉTICO
No es Anoeta un estadio sencillo. El Barça lleva cuatro temporadas consecutivas cayendo allí (2015-16- 1-0; 2014-15- 1-0; 2013-14- 3-1; 2012-13- 3-2); y el Real Madrid también ha sumado una derrota y un empate en los últimos cuatro años (2015-16- 0-1; 2014-15- 4-2; 2013-14- 0-4; 2012-13- 3-3). Al Atleti se le había dado bastante mejor, con cinco victorias y una única derrota en las seis últimas campañas (2015-16- 0-2; 2014-15- 2-1; 2013-14- 1-2; 2012-13- 0-1; 2011-12- 0-4; 2010-11- 2-4).

Sin embargo, este sábado cayó en Anoeta. Y lo hizo con estrépito. Lo que sumado a la situación actual en la Liga, se convierte en un accidente grave.
Los rojiblancos dieron al menos dos vueltas de campana en San Sebastián. Tras un primer tiempo aceptable, en el que dominaron en algunas fases y dispusieron de una ocasión clarísima (Gameiro la picó por encima de Rulli, pero se topó con el poste), una segunda mitad nefasta tiró por tierra toda opción de puntuar.
Pudo cambiar el sino del partido Carrasco en la reanudación, pero con Gameiro llegando a boca de gol, decidió jugársela él solito y pegó un zurdazo a la grada. Así es el belga, capaz de sacarse el disparo más ajustado desde 30 metros y de mandarla al segundo anfiteatro en posición franca.

EL MEJOR PARTIDO DE VELA EN MESES...
No estaba Yuri precisamente en la posición más franca del mundo cuando, según pisó el lateral del área, Gabi sacó la pierna a pasear y le trabó. Es mucho lo que nos da el capitán, pero esa costumbre de sacar la patita como quien extiende la mano a ver si llueve, en el centro del campo para hacer una falta táctica, bien; pero en el área... La infracción se ve exactamente igual que un patadón y el disimulo no desagravia.
Vela, que completó su mejor partido en meses, transformó la pena máxima con clase engañando a Oblak (1-0). El mexicano ya había avisado con un disparo a la escuadra en el primer acto, y siempre acostumbra a hacer buenas actuaciones contra los colchoneros. Ahora es fácil decir que acertamos, pero en su día, cuando fichamos a Griezmann, dudé si al que había que haberse llevado era al azteca.

EL ATLETI CAYÓ AL PRIMER GOLPE
El Atleti jamás se levantó del golpe. Ni siquiera tuvo un atisbo de reacción, como en Sevilla. Acháquenlo a que se había jugado Champions hacía tres días; a que siempre salen los mismos; o a que llovía mucho en San Sebastián. El caso es que los del Cholo cayeron a la lona al primer puñetazo.
Las sustituciones no cambiaron nada. Los rojiblancos acumularon tarjetas y los blanquiazules llegadas. Vela y William José pudieron poner el segundo, pero no llegó hasta minutos más tarde, de nuevo desde los once metros, y con ambos como protagonistas.
El mexicano entró en el área, recortó a Godín hacia fuera y a Correa hacia dentro, y fue derribado por el argentino, que entró para revolucionar el partido, y a fe que lo hizo...
William José volvió a superar a Oblak (que, en contra de las críticas, al menos se tiró en ambos lanzamientos) y puso el 2-0 y la sentencia definitiva.

PATINAZO... Y A RESURGIR
El Atleti se descuelga cuando la Liga ha comenzado a coger velocidad. Ha pegado un patinazo importante en la resbaladiza curva de Anoeta que le deja a seis puntos del Madrid y a cinco del Barça.
Ahora vienen dos semanas de parón en las que tocará reflexionar. Dos derrotas consecutivas a domicilio, sin además ver puerta, es algo a lo que este equipo está poco acostumbrado.
Por fortuna, el Atleti sigue vivo después del accidente. De nuevo, y como siempre, le toca mirar hacia adelante. Y qué mejor cita para resurgir que un derbi. Todo (quedarse a tres puntos y seguir en la pelea) o nada (caer a nueve de distancia y decir adiós a la Liga). El cielo o el infierno. Un partido a cara o cruz. A vida o muerte. El Atleti en estado puro, vaya.    

martes, 1 de noviembre de 2016

El fútbol es de los extremos: Yannick Ferreira Carrasco

JORNADA 10- ATLÉTICO 4-2 MÁLAGA
Goles: Carrasco (2) y Gameiro (2).
El verano de 2015 el Atlético de Madrid hizo un importante desembolso en fichajes. Una inversión de unos cien millones de euros para traer, entre otros, a un pipiolo de 22 años aún sin cumplir, belga de nacimiento, hispano-luso de ascendencia, y francés de club de procedencia (el Mónaco). Yannick Ferreira Carrasco, un desconocido para el aficionado medio al fútbol español, que llegaba por unos 15 millones de euros y que ilusionaba menos que el goleador del Oporto, Jackson Martínez (36 millones), que la estrella incipiente del Villarreal, Vietto (20 millones), o el regreso de Filipe Luis (16 millones).
Pocos apostaban por este delgaducho extremo al que le costó bastante hacerse con un hueco en el once. En mi entorno, sólo mi amigo Borja Aranda (@Borja_Aranda_) defendía al belga. “Va a triunfar en el Calderón. ¡Carrasquismo!”, sentenciaba siempre que tenía ocasión.

HACE UN AÑO, CARRASCO EFERVESCENTE
En mi caso particular, su fútbol me provocaba un sentimiento agridulce. Siempre encaraba, tenía descaro y verticalidad, pero rara vez era capaz de marcharse de su par. Por entonces, lo definía como un champán barato: muy efectista y ruidoso al inicio, efervescente, pero, finalmente, de escaso contenido y sabor.
Justo ahora hace un año, la explosión de burbujas de este champán belga nos dio nuestra primera gran noche. Fue contra el Valencia, en la jornada 9, su primer partido de titular en Liga, que aprovechó completando un gran encuentro, con un golazo desde fuera del área tras sentar a dos contrarios. Lo hizo con un disparo ajustadísimo desde fuera del área, como este sábado contra el Málaga.

CARRASCO HA CAMBIADO: DEL 21, AL 10
Pero algo ha cambiado en Carrasco. Mucho. Ahora los mete a pares. O a tríos. En un mes escaso ha metido siete goles. Siete (tres al Granada y dos al Málaga, en Liga; y uno al Bayern y al Rostov). Ya son dos más que los que marcó en toda la temporada pasada, cinco (cuatro en Liga y uno en la final de la Champions).
Ahora ya no lleva el 21 de Caminero, sino el 10 de Futre. El 10 de los cracks. Y ya no alterna la titularidad con la suplencia, sino que se ha hecho con un sitio indiscutible entre los titulares del Cholo Simeone.
Este sábado, Carrasco volvió a ser imprescindible en la victoria. A los seis minutos abrió la lata tras abrirse hueco con la derecha y pegar un latigazo cruzado con la zurda (1-0); y a falta de cinco sentenció un partido que se había complicado de forma inexplicable, tras finalizar un carrerón de 50 metros (en el que fundió a Ricca) con un derechazo perfectamente colocado al palo largo de Kameni, haciendo inútil su estirada (4-2).

DE LA PLACIDEZ, A LA TENSIÓN
Entre medias, Gameiro aprovechó un despeje de Koné propio de un Benjamín (al centro), que Camacho sacó como pudo (al punto de penalti) y el francés fusiló el 2-0.
El Málaga se metió en el partido con su único disparo del primer tiempo, una falta lateral de Sandro que sorprendió a Oblak y a todos (2-1). Desde mi perspectiva en el Fondo Sur, yo no la vi dentro hasta que la estaban sacando de las mallas…
Pero el Atleti era muy superior, y al borde del descanso nuevamente Gameiro rentabilizó una gran dejada de Griezmann, supera a Villanueva y bate por bajo a Kameni (3-1).
El partido iba para goleada, pero en tres minutos (expulsión de Savic en el 60; y el 3-2 de Camacho en un cabezazo en el 63) el Málaga, sin creerlo ni merecerlo, se metió en el partido.

Lo sentenció Carrasco, que hizo que el reloj, cuyas manecillas se congelaron durante momentos que parecían ser eternos en el 79… en el 82… volviera a correr con naturalidad y fluidez a partir del minuto 86.
El Carrasquismo ya es religión en el Calderón. El belga es uno de los baluartes del Cholo, no sólo por sus goles y su desborde, sino por su lucha. Claro ejemplo de ello lo dio en el minuto 72, cuando bregó en área ajena por un balón que otros habrían dado por perdido, se la robó a Villanueva, y le forzó una tarjeta en el lateral del área. Falta que, por cierto, luego estrelló en el larguero.

EL FÚTBOL ES PARA LOS EXTREMOS
Decía Johan Cruyff que el fútbol es de los extremos. “¿Existe la posibilidad de jugar a un fútbol de gran nivel sin extremos?”, se preguntaba el crack holandés en una entrevista con motivo del 50 aniversario de la UEFA. “El fútbol con extremos te da muchas más opciones. Jugadores que tengan la habilidad de jugar hacia el interior del campo o que sobrepasen con facilidad a sus marcadores y saquen un buen centro”, explicaba en esa entrevista.
Un hombre que puso la semilla del gran Barça que es hoy con el Dream Team, donde futbolistas veloces y con desborde como Stoichkov y Begiristain, o desde más atrás, como Goicoechea y Sergi, rompían a las defensas rivales con su verticalidad, siempre pegados a la banda.

Y en un fútbol donde los extremos cada vez son más escasos, Carrasco es una especie en extinción. Un champán cuya efervescencia va ahora acompañada del mejor de los posos, a la altura del mejor Moët et Chandon. Un placer para los sentidos…

lunes, 24 de octubre de 2016

No se puede ganar siempre

JORNADA 9- SEVILLA 1-0 ATLÉTICO
"No se puede ganar siempre", me dijo en cuanto terminó el partido para intentar consolarme.
"Sí se puede. En una Liga con el Madrid y el Barcelona, o ganas siempre o no te la llevas", respondí todavía sensiblemente dolido por la derrota.
Pero para intentar convencerme de que no estaba en lo cierto, y de que una derrota no era tan grave, me interpeló: "¿A que ningún equipo ha ganado nunca la Liga ganando todos los partidos?".
"Ganándolos todos no. Pero sin perder ninguno, con la mayoría victorias y varios empates, sí que ha ocurrido", contesté.

AQUELLA REAL SOCIEDAD (CASI) INVICTA DE LOS AÑOS 80
Y de inmediato vino a mi cabeza una historia que me contó mi padre, de una Real Sociedad de primeros de los ochenta, que perdió la Liga a manos del Real Madrid, cuando no había perdido ni un solo partido en toda la temporada.
Hoy he llamado a mi padre para que me refrescara esa historia. Era la Real Sociedad de Arconada, López Ufarte, Satrústegui o Perico Alonso, con Alberto Ormaetxea en el banquillo. Corría la campaña 1979-80 y los txuri-urdin llevaban liderando la clasificación toda la temporada. Efectivamente no habían perdido ni un solo partido... Hasta la penúltima jornada. Fue su única derrota. Precisamente con el Sevilla... en el Sánchez Pizjuán. Esa tarde de una década de los ochenta recién estrenada cayeron 2-1 y el Real Madrid, que venía por detrás apretando (pese a haber perdido tres encuentros esa temporada) terminó por llevarse ese campeonato aprovechando el único tropiezo realista.
Por suerte para la afición blanquiazul, lograron levantar dos Ligas consecutivas las dos siguientes temporadas. Y pese a no ganar esa Liga, sus 32 jornadas consecutivas sin perder siguen siendo, a día de hoy, la mejor racha del fútbol español.

UNA TARDE DE PRIMERAS VECES
Fue una tarde de primeras veces para el Atlético de Madrid. Todas negativas. Fue la primera vez que el Atleti del Cholo caía ante el Sevilla (desde el 3 de octubre de 2010, un 3-1 también en el Pizjuán); fue la primera derrota de la temporada (se sumaban ocho triunfos y tres empates entre Liga y Champions); y fue la primera expulsión de Koke (en la recta final) en su carrera profesional.
Y eso que el Atleti saltó al estadio de Nervión con el planteamiento valiente que lleva exhibiendo Simeone en las últimas semanas: Griezmann y Gameiro arriba; Carrasco y Correa como extremos; y Gabi y Koke como mediocentros (¿Dónde están los del cuatrivote...?). Pero los colchoneros no llevaron el peso del encuentro en ningún momento.

EL SEVILLA DOMINÓ; CORREA NO TUVO SU TARDE
El Sevilla dominó durante el primer acto, pero el Atleti se defendió con la seriedad habitual. Ésa que en ocasiones hace al rival casi imposible saber qué tal día tiene Oblak. De hecho, las mejores ocasiones fueron para los rojiblancos, en un zurdazo raso de Gameiro (también gris ante sus ex) que rechazó Sergio Rico, y, la más clara, un mano a mano de Correa, tras prolongación de Gameiro, que el argentino mandó fuera en una mala definición con el exterior. El 11 rojiblanco no tuvo su tarde. Se le vio más impreciso de lo habitual, pareció dormido en algunos momentos, y vio una amarilla al borde del descanso que me hizo adelantar que sería sustituido en el intermedio. Dicho y hecho. Gaitán entró en su lugar para comenzar la segunda parte.

VENDAVAL SEVILLISTA EN LA REANUDACIÓN
Sin embargo, el Sevilla hizo un inicio de segunda mitad tan arrollador, que acorraló al Atleti en su área como nadie había logrado hacer desde hacía mucho tiempo. En una jugada espectacular, Samir Nasri (del que todavía no me explico cómo le han dejado escapar en la Premier) hizo una doble pared con el Mudo Vázquez y Vietto, rompió con un recorte seco a Savic  y Gabi, y se sacó un derechazo raso a la madera. Sólo tres minutos después, Oblak hizo un paradón a remate a bocajarro del Mudo Vázquez.
Los colchoneros lo estaban pasando realmente mal. Pero, una vez más, habían salido vivos del temporal.

EL GOL VINO EN UN SAQUE DE BANDA... EN DEFENSA
Pero cuando parecía que la mar estaba tranquila, un saque de banda ¡en defensa! del Sevilla terminó en el 1-0. Saque lateral de Mariano en la mitad de su terreno, Nzonzi supera a Godín en medio campo con un toque bombeado para Vietto, que se la devuelve en profundidad, y el francés realiza una poderosa carrera de más de 50 metros, superando a Gabi y a Savic, y define a la perfección ante la salida de Oblak (1-0). Quedaba poco más de cuarto de hora, y cuando a los cuatro minutos Koke vio la segunda amarilla por llegar tarde a un balón dividido con Rami (esas segundas tarjetas a otros se las perdonan...) estaba claro que sólo un milagro podía evitar la derrota. Y los milagros, como todos ustedes saben, se dan pocas veces en la vida.

PERO SE DIÓ LA CARA
Lo intentó, en cualquier caso, este Atleti que siempre da la cara. Dispuso de varias faltas laterales con las que inquietar a Sergio Rico, y en una de ellas un cabezazo abajo de Godín estuvo a punto de superar al meta sevillista. Pero Rico blocó abajo. Mal día para dejar de fumar.
Se pierde ante los sevillistas en uno de los peores momentos (nos superan en la tabla); se pasa de ser primeros a caer al quinto puesto; y especialmente me preocupa la falta de gol de un Gameiro que tenía un escenario ideal para reivindicarse.

NO HAY QUE PERDER EL CAMINO
En cualquier caso, lo apretado de la tabla hace que nadie deba rasgarse las vestiduras, ni Madrid, ni Barcelona están exhibiendo un nivel como para asustarse (ambos ganaron en los últimos minutos y sufriendo) y en sólo tres jornadas viene un derbi en el Calderón que puede poner las cosas en su sitio. Cabeza alta, trabajo duro e ideas claras. Sólo está perdido quien se desvía de su camino. Y este Atleti, se lo conoce con los ojos cerrados.        

martes, 4 de octubre de 2016

Del infierno al cielo, en un mes

JORNADA 7- VALENCIA 0-2 ATLÉTICO
Goles: Griezmann y Gameiro.
LUCHAR POR EL DESCENSO
27 de agosto de 2016. Último sábado del mes de verano por excelencia. Andaba yo en una terraza de Gandía viendo un flojísimo Leganés-Atleti, rodeado de un buen grupo de madrileños veraneantes con la rojiblanca a cuestas, mientras mi amigo Juanma ojeaba puestos en el Paseo Marítimo. Da igual. Esté uno en la playa o en la montaña; en Roma o en Almagro; haga frío o haga calor, se busca los medios para ver a su Atleti. Y mi Atleti empató, el segundo empate consecutivo contra un recién ascendido. Y eso hizo que nuestra estrella, Antoine Griezmann, con el equipo decimotercero con dos puntos de seis posibles, sentenciara que "de seguir así, pelearemos por el descenso".

LUCHAR POR EL TÍTULO
2 de octubre de 2016. Primer domingo de un mes de otoño todavía con temperaturas veraniegas. Hacía poco más de cuatro horas me encontraba en un parque de Parla Este, participando en una edición del Survival Zombie (si no han jugado nunca y quieren descargar un poco de adrenalina, se lo recomiendo) y "zombie" me levanté para, en una terraza de Getafe, presenciar un Valencia-Atleti que nos podía poner líder provisional.

DOMINIO SIN PELIGRO
La primera parte no fue para tirar cohetes. El Atleti dominaba con claridad, Koke movía al equipo con fluidez (empieza a gustarse como mediocentro) y Griezmann aparecía con velocidad entre líneas. Pero apenas un zapatazo del francés despejado por Alves y un remate de Saúl en los primeros minutos eran el bagaje ofensivo.
El Valencia tuvo también un par de llegadas. Un disparo abajo de Gayá y otro arriba de Mario Suárez, que "despejó" una jugada de Nani en la frontal.

OTRA ESTRELLA CON EL SÍNDROME DE LOS ONCE METROS
Así hasta el borde del descanso, cuando Correa, nuevamente titular, fue empujado por Nani dentro del área. Como el miércoles ante Neuer, Griezmann se plantaba en los once metros ante el parapenaltis por excelencia. Y Diego Alves se lo paró. No lo tiró a reventar y al larguero como contra el Bayern (y el Madrid en la final de Champions). Buscó colocarla al lado izquierdo. Pero la puso a media altura, en vez de abajo, y Alves se la cazó. Otra estrella rojiblanca que deberá convivir con el síndrome de los once metros (Torres, Diego Costa...).

OBLAK, ZAMORA; GRIEZMANN, PICHICHI; LUCAS, IMPERIAL
En la segunda parte el panorama pintaba parecido. El Atleti era mejor, pero el Valencia tenía las suyas, siempre desbaratadas por un segurísimo Oblak (otra vez Zamora) y un imperial Lucas. El chico estuvo excepcional al cruce. Cumple tantísimo cada vez que sale, que igual debería vérsele como mayor alternativa a Savic y Giménez.
Pero síndromes a un lado, es difícil deprimir al Principito Griezmann. Recién entrado, Torres sacó un zurdazo cruzado que repelió Alves, Gameiro cazó el rechace, la dejó para Griezmann, y el galo batió al brasileño de un zapatazo (0-1). Con permiso de las bestias (uno dormido y otro lesionado), el francés es Pichichi. Como el personaje del libro por el que recibe su apodo, el Principito se caracteriza por su tenacidad.

MARIO SUÁREZ ECHÓ DE MENOS LA ROJIBLANCA
Incluso podía haberse animado a quitarse el síndrome ayer mismo. Mario Suárez, que jugaba por primera vez contra los rojiblancos, hizo un penalti al galo para que pudiera desquitarse. Gran partido del de Alcobendas. Sin embargo, fallar tres penaltis en cuatro días hubiera sido demasiado hasta para Griezmann (eso sólo está al alcance de grandes como Palermo) y el fue el capitán quien asumió la responsabilidad. Gabi lo tiró abajo y ajustado a un palo, como debe ser. Pero flojo. Resultado: segundo penalti parado por Alves. El 19º de 41 desde que está en nuestra Liga (y dos no los tiraron a puerta).

GAMEIRO ESTÁ DE DIEZ... SIN PORTERÍAS 
La segunda pena máxima vino precedida de una jugada que define al Gameiro actual. El francés inicia la jugada en banda, arranca a correr como un gamo, se cuela entre dos zagueros con facilidad pasmosa, pero define como un elefante con un disparo al centro. Minutos más tarde volvió a hacer una contra parecida, que mandó desviadísima. Si el chico afina la puntería, le quitará el Pichichi a Griezmann. Mientras tanto, espero que el Cholo le tenga practicando disparos cada entrenamiento.
Por fortuna, puedo resarcirse en el 92. Gameiro hizo un magnífico control orientado de un pase largo de Juanfran, destrozó a Bakkali por velocidad, recortó a Aderlan, y esta vez su tiro encontró la red... por debajo de las piernas de Alves (0-2).

CÓMO CAMBIA LA VIDA
La tarde-noche fue generosa con el Atleti. El Madrid empató con el Eibar, el Barça perdió en Vigo, y el liderato provisional se convirtió en definitivo. En el día en el que el Vicente Calderón cumplía 50 años de su partido inaugural, también con el Valencia, el Atleti se ponía líder.
Sólo había pasado un mes. De la playa, al asfalto. De la Eclipse, al Survival Zombie. De luchar por el descenso, a hacerlo por la Liga. Del infierno, al cielo. Así es la vida. Así es el Atleti. No hay términos medios. Todo o nada. Y este Atleti es de darlo todo. Y pronto, la vida deberá devolverle lo que se merece.

jueves, 22 de septiembre de 2016

La valentía tiene premio

JORNADA 5- BARCELONA 1-1 ATLÉTICO
Goles: Correa.
Les confesaré algo: los Barça-Atleti no son lo que eran...
Su intensidad es máxima, a uno se le puede salir el corazón de la boca viéndolos, la tensión y los rifirrafes entre los jugadores de ambos conjuntos son constantes... Pero el espectáculo vertiginoso de antaño hace tiempo que murió.
Las tremendas galopadas a la contra de Kosecki y Caminero para remontar un 0-3 en la 93-94 (4-3); la dolorosa eliminación copera tras el póker de goles de Pantic en el Camp Nou (5-4); o las remontadas por 4-2 (con Agüero tumbando a Gabi Milito como ayer emuló su compatriota Correa -se me asemejan en muchas cosas- con Mascherano) y 4-3 (con Agüero y Forlán en plan estelar) a finales de la pasada década, son partidazos bañados de goles que ya no volverán...

EL CLÁSICO BARÇA-ATLETI ACTUAL
Lo dijo el Cholo en zona mixta: la primera parte ha sido el clásico Barça-Atleti...
El clásico Barça-Atleti de los últimos años. Con un Atleti bien replegado atrás, basculando como un acordeón, con un repliegue intensivo impecable y sin dejar ni una sola fisura... y un Barça con una posesión insultante (71%-29%... Oh Dios mío), rondando casi siempre el área rojiblanca (lo que deja el corazón de nuestra ajada afición en un puño), pero sin ser capaz de generar oportunidades claras.
Alguna vez el Barça asusta, como en un zurdazo fuera del área de Messi que blocó bien Oblak, o un derechazo de Neymar (tras un error de Saúl en la salida) que lamió el poste; y alguna vez, el Atleti se estira y responde, como en un disparo cruzado de Carrasco (bien en la primera parte; ausente en la segunda) que repelió Ter Stegen, o un zapatazo a las nubes de Filipe (el resto lo hizo todo bien) tras una buena contra.

TANTO MERODEAR SUELE ACARREAR CASTIGO
Sin embargo, con este planteamiento (que se ha repetido de forma muy similar en los últimos Barça-Atleti de Liga o de Champions, donde casi siempre ganó el Barça por escaso margen), tanto merodear el área colchonera acaba acarreando su castigo.
Así, en el minuto 41 Rakitic apareció desde segunda línea aparentemente de la nada y con la cabeza fusiló un perfecto centro de Iniesta (1-0), el mejor culé junto a Piqué.
Así se llegó al descanso. Sabiendo que el Atleti debería dar un paso adelante, con el consiguiente riesgo que conlleva dejar metros de campo a través a tres depredadores como Messi, Luis Suárez y Neymar.

EL ATLETI DIO DOS PASOS ADELANTE...
Pero, como casi siempre que se ve por debajo, el Atleti dio el paso adelante. En cinco minutos, llegó más que en toda la primera parte. Un tiro de Griezmann lo detuvo Ter Stegen; un pase de la muerte de Filipe Luis lo cortó la zaga culé; y en una buena contra, Griezmann la pegó de pena, con Carrasco en buena posición.
Y entonces, se hizo la luz para el Atleti. El mayor depredador culé, Messi, se marchó lesionado; y Simeone dio dos pasos más hacia adelante, introduciendo en el campo a Correa por Saúl y a Torres por Gameiro (el francés rompió por velocidad a la zaga blaugrana. Pero no se pudo finalizar ninguna de sus arrancadas).

...Y TUVO PREMIO
Y apenas le había dado tiempo a Correa a colocarse las medias y a Torres a atusarse el flequillo (miento, esto sí le había dado tiempo), el Niño asiste al argentino con un toque sutil que se cuela entre las piernas de Piqué, y Correa tumba a Mascherano con un recorte, emulando a su hermano Kun, y la coloca tan ajustada al poste derecho de Ter Stegen que todavía la está buscando. 1-1. Quedaba media hora por delante y el cuerpo sólo me pedía comernos a los culés.

LAS PERSONAS NO CAMBIAN
Pero las personas no cambian. El Cholo, que había sorprendido con ese doble cambio tan ofensivo, tardó diez minutos en meter a Thomas por Carrasco en el campo y reducir los riesgos. En honor a la verdad, un Atleti en el Camp Nou con Griezmann y Carrasco en bandas, y Torres y Correa en punta, hubiera sido ofensivo hasta para el propio Radomir Antic.
El Cholo tiene su esencia conservadora, pero el Camp Nou y este Barça de vértigo asustan y te obligan a recular. Y eso que Luis Suárez no tuvo el día (otra vez se retrató con una plancha a Filipe) y Neymar fue totalmente anulado por Juanfran (enorme). El brasileño aún tuvo una falta en la frontal que nos hizo a todos contener la respiración.
¡Y qué demonios! El Camp Nou no era Milán, y el 1-1 valía. Más tras el empate en casa dos horas antes del Madrid.

EL QUE NO ARRIESGA NO GANA
La valentía tiene premio. Dice el refrán que el que no arriesga no gana, y el riesgo del Cholo ganó un punto. Un punto importante, que el año pasado nos habría hecho ganar la Liga, porque se perdieron ambos partidos con el Barça. Y es que, a veces, salir de aquello a lo que estás acostumbrado, ser valiente y dar un paso al frente, provoca resultados altamente satisfactorios. Y este Atleti, siempre va de frente. Los pasos atrás, ni para coger impulso.
Seguimos trabajando... y sin cuatrivote.      

jueves, 15 de septiembre de 2016

Alta clínica

JORNADA 1 DE CHAMPIONS- PSV 0-1 ATLÉTICO
Goles: Saúl
El paciente llegó a la consulta con cierto recelo. Sabía que había hecho los deberes, que los resultados estaban mejorando, volviendo a ser los que obtenía antaño, que estaba trabajando bien... Pero había sufrido tanto los últimos meses. El golpe había sido tan fuerte y estaba tan reciente... todavía tan fresco que podía sentirlo... que realmente no estaba convencido de que estuviera curado. Era consciente de que iba por la buena dirección, pero ¿de verdad estaba ya listo para volver a caminar solo, con la fuerza y determinación que lo hacía antaño?
Volvía a encontrarse con su mayor anhelo, la fuente de sus desvelos, el motivo de sus sueños... pero a la vez su peor pesadilla. Aquello por lo que más había luchado, su niña bonita, su prioridad absoluta, pero también su mayor azote, su trauma más enquistado, su experiencia más ingrata.
Pero el reencuentro era inevitable. Había que afrontarlo, volver a levantarse, mirarle de frente a los ojitos... Y ver lo que sentía.
Así salió el Atleti a Eindhoven.

EL ATLETI SALIÓ A POR EL PARTIDO
Salió decidido a llevarse el partido. Los tres primeros minutos fueron un monólogo rojiblanco, tocando con fluidez en su frente de ataque, sin dejar al PSV llegar siquiera al medio campo. En ese tiempo, Filipe Luis (en un estado de forma impresionante) ya se coló hasta la cocina y sólo la salida de Zoet evitó que se plantara solo ante él, tras un pase profundo de Saúl.

EL ÁRBITRO ESTUVO DE NUESTRO LADO
Sin embargo, el PSV contestó con fuerza. Primero, Giménez salva al cruce una colada de Narsingh (una pesadilla con su endiablada velocidad); y después, gol anulado a De Jong por una supuesta falta previa en el salto de Héctor Moreno sobre Filipe. Fue la primera de una serie de decisiones polémicas del árbitro inglés Martin Atkinson, que nos benefició en todas ellas (excepto en el penalti).

DOMINIO Y GOL DE SAÚL
Después, el Atleti volvió a su dominio. Filipe Luis parecía más un extremo que un lateral, y una de sus subidas terminó con un zurdazo ligeramente cruzado fuera de Koke.
Saúl avisó con un par de cabezazos; Godín tuvo otro; y Gameiro lanzó desviado con la zurda tras un gran control. Koke, como mediocentro puro, aparecía para distribuir con criterio y alegría; mientras que Gaitán, por primera vez titular, lo intentó, pero intervino mucho menos de lo esperado.
Por su parte, el PSV sólo creaba peligro (aunque mucho) cada vez que Narsingh echaba a correr. Godín y Giménez se las veían y se las deseaban para frenarle.
Pero la mayor insistencia del Atleti tuvo premio. En el 41, Saúl conectó una preciosa volea con la zurda tras una tijereta, al aprovechar un rechace (0-1). Fue un golazo. El año pasado ya hizo tres en Champions, uno de ellos, ante el Bayern, siempre quedará en el recuerdo.
A sus 21 años, Saúl se ha convertido en uno de los grandes pilares de este equipo. Salido de la cantera, el ilicitano no tiene techo.
El gol se manchó (nunca mejor dicho) porque antes de que Saúl empalara ese balón suelto, Giménez empaló a Propper con un cabezazo que le hizo chorrear sangre. Difícil de ver en directo (cabeza con cabeza), pero, a posteriori, las muestras de la falta eran más que evidentes.

¡¿JAN, POR QUÉ NO TE TIRASTE ASÍ EN MILÁN?!
No sé si tanta sangre mareó al árbitro inglés, pero dos minutos después pitó un penalti totalmente inexistente. Narsingh vuelve a colarse en área atlética explotando su velocidad, Giménez va al suelo, pero el delantero de origen surinamés se escora, cae él solito y el juez decreta penalti. Por fortuna, Dios reaccionó ante tamaña injusticia y Jan Oblak detuvo la pena máxima a Guardado con una gran estirada. "¡¿Por qué no te tiraste así en Milán?!", pensé yo y la inmensa mayoría de los colchoneros. Pero hay que ir cicatrizando heridas y dejar en el pasado lo que es pasado...

EL ATLETI ADMINISTRÓ SU VENTAJA
Y así se llegó al descanso. En el segundo acto, el Atleti supo administrar su ventaja. Controló la mayor parte del tiempo, mientras que generó alguna contra con peligro. En dos de ellas, Gameiro demostró que le puede la ansiedad. Especialmente en la segunda, donde pegó un derechazo a las nubes tras una buena jugada de equipo.
La diferencia entre su confianza y la de su compatriota Griezmann es como la noche y el día. Antoine tuvo una, tras gran asistencia de Tiago, y el 7 la metió para dentro, pese a que luego fuera anulado por un justísimo fuera de juego (estaba en línea...).

ALGO DE SUFRIMIENTO AL FINAL
De ahí al final, el Atleti se desinfló y se metió demasiado atrás, especialmente el último cuarto de hora. Los holandeses buscaron siempre balones colgados a De Jong, que remató un cabezazo arriba y en otra pidió penalti por una mano de Godín.
En el último minuto, un testarazo picado del uruguayo Gastón Pereiro a punto estuvo de suponer el empate. Pero le salió centrado y la blocó Oblak. No hubiera sido justo.  El Atleti siempre puso más y, pese a las decisiones arbitrales, manejó el partido y fue superior a los holandeses.

EL ATLETI VUELVE A CAMINAR
Con el débil Rostov y el todopoderoso Bayern en el grupo, la victoria en Eindhoven era capital para encarrilar la clasificación. Cumpliendo en el resto de jornadas, el Atleti será mínimo segundo. Pero este Atleti siempre quiere más, y ya ha demostrado en Holanda que siempre, siempre se levanta.

Y entonces, terminada una intensa sesión, su terapeuta le miró con una sonrisa satisfecha y le dijo: estoy contento con tu evolución. Tienes el alta clínica.
Y el Atleti, sonrió por dentro, se sintió un poco más en paz, y siguió caminando. Una vez más. Y como siempre. 

lunes, 12 de septiembre de 2016

Vuelve el Atleti

JORNADA 3- CELTA 0-4 ATLÉTICO
Goles: Koke, Griezmann (2), Correa.
El Atleti volvió de nuevo a ser un poquito él mismo en Balaidos, después de golear al Celta de Vigo por 0-4. Volvió a serlo en una segunda mitad extraordinaria, en la que siempre quiso más, en la que jamás retrocedió un metro, ni con el 0-1, ni con el 0-2, ni con el 0-3, y siguió presionando al Celta en campo ajeno como si el resultado no se hubiera movido.

EN LA PRIMERA PARTE TODO PUDO CAMBIAR...
Hubo suerte, en cualquier caso, ya que, tras una primera parte gris, los rojiblancos bien podrían haberse ido al descanso por debajo en el marcador, después de que los vigueses marrasen dos ocasiones clarísimas. En ambas, el ataque celeste ganó la espalda a la zaga atlética y sólo la falta de puntería, primero de Señé (que la mandó al lateral de la red), y luego de Bondonga (cuyo disparo cruzado lamió el poste), evitó que se llegase al intermedio con 1-0. El bagaje no era precisamente alentador: ni un disparo a puerta en la primera parte, 225 minutos de Liga y un gol… de penalti.

UNA SEGUNDA PARTE APLASTANTE
Sin embargo, la segunda parte fue diametralmente opuesta. Desde la reanudación los colchoneros salieron plantados en campo celtiña, y nada más comenzar el árbitro ya podría haber señalado un penalti por agarrón claro sobre Fernando Torres. Sólo transcurridos siete minutos, llegó el 0-1. Antoine Griezmann, que sólo destacó en Leganés por sus declaraciones tras el partido, puso un centro genial desde la derecha, y Koke apareció por sorpresa desde segunda línea para fusilar a Sergio con una perfecta volea con la zurda (0-1). Golazo del vallecano que cambió el signo del partido. Desde entonces, el Celta desapareció. Sólo existió el Atleti. Sólo cinco minutos después, Carrasco se plantó ante Sergio, le dribló, y fue derribado por detrás por Hugo Mallo cuando sólo debía empujarla. El árbitro ni lo vio…     
Pero sólo empujarla tampoco es tan sencillo, como demostró unos minutos después Kevin Gameiro. El francés fue suplente y entró por Torres (casi desaparecido) en el 62. En menos de diez minutos tuvo la primera. Se plantó solo ante Sergio, le recortó bien y a puerta vacía... la mandó fuera. Tendrá que entonarse pronto el galo para comenzar a ganar confianza y que no empiece el runrún en la grada del Calderón.

GRIEZMANN VUELVE A SU NIVEL EXCELENTE
El que volvió a exhibir el excelente tono de toda la temporada pasada fue su compatriota Griezmann. En apenas siete minutos conectó dos testarazos perfectos. El primero, tras una maniobra genial de Saúl en banda derecha (quiebro espectacular con la zurda y centro con la diestra) rematando al palo largo (0-2); el segundo, a centro de Juanfran, cabeceando inapelable al primer palo (0-3). El Celta fue un punching ball para el Atleti en el segundo acto, y todavía hubo tiempo para un cuarto. Correa, en el segundo palo, remató casi sin ángulo un buen servicio de Koke desde dentro del área (0-4). El Atleti se paseaba.  

Y VUELVE LA CHAMPIONS
El 0-4 pone muchas cosas en su sitio. El Atleti vuelve a estar arriba; el Atleti vuelve a tener gol; Griezmann vuelve a ser el Pichichi del equipo; Oblak vuelve a dejar su puerta a cero; el Atleti vuelve a ser él... Vuelve el Atleti... Y vuelve la Champions, el martes, en Eindhoven, donde será capital ganar para encarrilar la clasificación, teniendo en cuenta que el Bayern de Múnich está en el grupo. El Atleti debe volver más que nunca, en una competición en la que tiene demasiadas cuentas pendientes.  

viernes, 2 de septiembre de 2016

Al Cholo lo que es del Cholo. El falso teorema del cuatrivote

Cuenta la Biblia, en el capítulo 22 del Santo Evangelio según San Mateo, que un grupo de fariseos se dirigió a Jesucristo y le planteó la siguiente cuestión, buscando ponerle en un aprieto: "Maestro, ¿es o no es lícito pagar tributo al César?  A lo cual Jesús, conociendo su malicia, respondió: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?  Enseñadme la moneda con que se paga el tributo. Y ellos le mostraron un denario. Y Jesús les dijo: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Respóndenle: del César. Entonces les replicó: Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Con esta respuesta quedaron admirados, y dejándole, se fueron".  

ALGUNOS EMPIEZAN A CUESTIONAR AL CHOLO
En algunos mentideros a orillas del Manzanares se comienza a poner en tela de juicio al Cholo. Se cuestiona su estilo "amarrategui" y se osa decir que la "tropa" empieza a dudar de su liderazgo.
No en pocas ocasiones he escuchado decir que "las dos finales de Champions contra el Real Madrid las pierde el Cholo, por cagueta". Y siempre que se me invita a participar en ese debate respondo con contundencia que "también se llegó a esas dos finales gracias al buen hacer de Simeone". 
No hace tanto, sólo diez años, el simple hecho de participar en la Champions para el Atlético de Madrid era una quimera. Y no hace tanto, sólo cinco o seis años, alcanzar unos cuartos de final en la máxima competición continental (no se pasó de octavos en 2009 y 2010) se consideraba un éxito.
Simeone nos ha llevado a rozar con los dedos por dos veces la Liga de Campeones y, aunque no se ganó, veremos cuántos entrenadores más son capaces de poner al Atlético de Madrid a ese nivel de potencia mundial.
Pero el fútbol no tiene memoria. Se vive del hoy. Y más si no llegan nuevos títulos que alimentar el granero. Como diría Luis Aragonés, "del subcampeón no se acuerda nadie". Por ello, con una nueva temporada recién iniciada, dos empates consecutivos contra dos recién ascendidos han hecho saltar las alarmas.

LEGANÉS 0-0 ATLÉTICO
Contra el Alavés se mereció ganar con mucho. 27 disparos contra dos, ó 20 córners a dos hablan a las claras de lo que fue el partido.
Sin embargo, contra el Leganés no fue la misma historia. El Atleti fue mejor (porque es mejor), dominó con claridad (porque sus jugadores tienen más calidad), y el portero leganense Jon Serantes (a algunos tardará en olvidársenos el nombre) fue decisivo para evitar el triunfo rojiblanco. Pero, en honor a la verdad, sólo fueron cuatro ocasiones claras las que acumularon los colchoneros en todo el partido (una volea de Griezmann en la primera; un trallazo de Gameiro tras colarse entre dos defensas con un recorte, al inicio de la segunda parte; y un disparo al palo corto de Carrasco; y un cabezazo de Torres en la recta final). Poco para hacerse claramente acreedor de los tres puntos.

EL CUATRIVOTE DE LA IRA
Además del resultado y de que el rival era un equipo que el año pasado militaba en Segunda, ambos partidos tuvieron otro factor común, que ha despertado las críticas contra Simeone: el uso del cuatrivote. Cuatro mediocentros (Saúl, Gabi, Tiago, Koke, contra el Alavés; y Saúl, Gabi, Augusto, Koke, frente al Leganés) han hecho coger el hacha de guerra a todos aquellos que sufren con el talante conservador de Simeone.
Sin embargo, como dije unas líneas más arriba, el fútbol no tiene memoria. Y se acusa al Cholo de haber usado el cuatrivote contra dos equipos modestos como si no fuera capaz de abandonar este esquema en el que se encuentra tan arropado, como si lo hubiera usado toda la vida. Y nada más lejos de la realidad.

LA TEMPORADA PASADA, 16 PARTIDOS DE 57 CON CUATRIVOTE
El fútbol no tiene memoria, pero sí estadísticas, y rebuscando en los 57 partidos oficiales que disputó el Atlético de Madrid la temporada pasada (2015-16) ¿quieren saber en cuántos usó el cuatrivote? En 16. En los otros 41, o bien Carrasco, u Óliver, o Correa, o incluso Griezmann actuando como extremo, formaron parte de un dibujo más ofensivo en el centro del campo. ¿Quieren saber cuáles fueron los números en esos encuentros?
Sin cuatrivote, los rojiblancos vencieron en 27 de los 41 partidos (un 65,85%); igualaron en siete (17,07%); y salieron derrotados en otros siete (17,07%).
Con cuatrivote, el equipo ganó diez de los 16 encuentros (un 62,5%); empató tres (18,75%);  y perdió otros tres (18,75%).
Es decir, la diferencia porcentual de triunfos con un sistema u otro es mínima. 

NO ESCUCHÉ CRÍTICAS CUANDO SE GANÓ A BARÇA Y BAYERN
Sin embargo, hay que recalcar que con ese cuatrivote (conformado en 14 de las 16 ocasiones por Saúl, Gabi, Augusto y Koke) se lograron importantes triunfos como contra el Real Madrid (0-1), el Valencia (1-3) o el Athletic (0-1) en Liga; e históricas victorias en Champions como las cosechadas ante el Barcelona (2-0) y el Bayern (1-0). Entonces, no escuché quejarse a nadie del uso del cuatrivote. Un cuatrivote que también fue utilizado contra equipos más modestos, logrando contundentes victorias (0-3 a Las Palmas o 5-1 al Betis). Es decir, el sistema de los cuatro mediocentros puede funcionar tanto contra potencias, como contra adversarios más humildes.

EL CUATRIVOTE NO ES SEÑA DE IDENTIDAD DEL CHOLO
Pero dejando los números a un lado, lo del cuatrivote no es "marca de la casa" de Simeone, como defienden algunos que aseguran que "lleva jugando así desde que llegó". De hecho, Simeone no usa el cuatrivote el año pasado hasta la jornada 19, precisamente a raíz de la llegada de Augusto, y coincidiendo con otro gran partido de los colchoneros (0-2 en Vigo). Hasta entonces, jamás había apostado por los cuatro mediocentros, y los referidos Carrasco, Óliver o Correa siempre habían tenido algún hueco en la franja ancha.
Y si nos remontamos más atrás, el cuatrivote no existe. Hay que recordar que un jugador de la importancia supina de Arda Turan ha sido titular indiscutible en el centro del campo de este Atlético durante cuatro temporadas (2011-2015). Y el turco de mediocentro defensivo tenía poco. De esta forma, en la 2014-15 el cuatrivote sólo pudo verse en cinco únicos partidos. Con Saúl, Gabi, Tiago, Koke, y la aparición de Mario Suárez en algún encuentro.

EL AÑO DE LA LIGA, JAMÁS USÓ EL CUATRIVOTE
Pero es que el año anterior, el de la Liga (2013-14), sin Saúl en el equipo, no hubo cuatrivote ni en un sólo encuentro. Salvo que queramos considerar a Raúl García como mediocentro, cuando en sus últimas temporadas era más otro delantero...Además de Arda Turan, Óliver, José Sosa, Adrián o Diego Ribas, todo hombres muy ofensivos, aparecieron de forma habitual en el centro del campo colchonero. De hecho, en su primera temporada (2011-12), Diego Ribas y Arda Turan eran ambos titulares en un centro del campo ofensivo y con clase.
Así las cosas, aunque sea cierto que ante la duda Simeone elige la opción más conservadora, el cuatrivote no es seña de identidad del Cholo, como el "patapum parriba" sí lo era de otros entrenadores...

EL CHOLO TAMBIÉN SABE JUGAR BONITO
El Cholo también sabe jugar bonito. La grandísima primera vuelta del año que nos dio la Liga es gran prueba de ello. 
Si ha podido equivocarse con los esquemas ante Alavés y Leganés es probable, siempre bajo el yugo del frío resultado. Que el inicio de Liga ha sido malo, y que remontar esos puntos perdidos será costoso, es innegable. Pero que Carrasco, Gaitán o Correa aparecerán pronto en los onces titulares, es algo de lo que no me cabe la menor duda. Porque, si algo no es el Cholo, es tonto. Y el derecho a equivocarse y el respeto a sus decisiones, hace mucho que se lo ganó. Al Cholo lo que es del Cholo.