Goles: Jackson Martínez, Yannick Carrasco.
Coincidían en los mentideros de tono rojiblanco en que el Atlético tenía la mejor plantilla en años. Se hablaba de que Jackson era superior a Mandzukic; que el desborde de Carrasco era endiablado; que Correa tenía magia en sus botas; o que Oliver podía hacer las veces de Arda.
Sin embargo,
las jornadas pasaban y muchas de esas afirmaciones estaban lejos de cumplirse o
apenas se atisbaban con cuentagotas.
Especialmente
se había comenzado a generar cierto runrún en torno a Jackson Martínez y había
quien se acordaba de su predecesor croata (a estas alturas el año pasado
Mandzukic sumaba seis goles: cuatro en Liga y dos en Copa). En cuanto a Yannick
Ferreira Carrasco algunos empezaban a considerarlo como un champán barato: muy
efectista y ruidoso al inicio, pero vacío de contenido.
Respecto al
equipo en su globalidad, era innegable que tenía más alternativas
(especialmente en el ataque), pero el inicio no había sido el mejor. Cada vez
que se había medido con un equipo fuerte (a excepción del Sevilla) no había
sido capaz de ganar (Barcelona 1-2; Villarreal 1-0; Benfica 1-2; Real Madrid
1-1), y parecía haber perdido algunas de sus señas de identidad de los últimos
años, como una presión asfixiante, una enorme intensidad y una defensa sin
fisuras.
NO SE PODÍA
VOLVER A PINCHAR CON UN GRANDE
Por ello, el
partido contra el Valencia se me antojaba fundamental para, primero, seguir la
estela de Madrid y Barça y, segundo y primordial, no volver a sumar un revés contra
un conjunto puntero.
Y se
cumplieron los objetivos, con los mentados Jackson y Carrasco enarbolando la
bandera de la victoria.
EL VALENCIA
PERDIÓ TIEMPO DESDE EL MINUTO CINCO
Con sólo
cinco minutos disputados, el reaparecido (y tan necesario) Koke puso en apuros
a Jaume tras una buena combinación con el propio Jackson. Esa jugada ya marcó
las intenciones de uno y otro contendiente: mientras el Atleti buscaba la meta
rival con determinación, el portero ché ya se cambiaba de esquina del área
pequeña en los saques de puerta para perder unos segundos más en cada uno de
sus parsimoniosos saques. Jaume se ganó ya la amarilla en la primera media hora,
aunque, por supuesto, Gil Manzano no se la mostró.
CARRASCO,
JUANFRAN, TIAGO, GABI... ENTONADOS
Pero sólo se
jugaba en un campo. Carrasco y Juanfran desbordaban con fluidez por la derecha;
Gabi y Tiago (especialmente el segundo, al que echaremos mucho de menos cuando
su físico no dé para más) cercenaban cualquier intento de contra valencianista;
y Griezmann y Jackson eran los primeros en presionar la salida del rival.
Sin embargo,
las ocasiones rojiblancas sólo llegaban con disparos desde fuera del área (de
Griezmann o de Carrasco). Hasta que llegó Jackson. En un error garrafal de
Santos (partido pésimo el suyo) dio una patada al aire que permitió al
colombiano plantarse solo ante Jaume y lo que otras veces habían sido
imprecisiones o torpezas, esta vez se transformó en un sutil disparo ajustado a
la cepa del palo con la frialdad propia del depredador del área que es (1-0).
UN CUARTO DE HORA BRILLANTE
El gol
envalentonó al Atleti y dejó totalmente noqueado a un Valencia que ya nunca se
levantó.
En menos de
cinco minutos una mano salvadora de Jaume evitó el doblete de Jackson, y Gayá
sacó en la línea un cabezazo cruzado de Godín que ya se colaba (ya le toca
volver a marcar al uruguayo).
"Hay
que rematar al Valencia ahora. Está muerto", le exhortaba a mi padre, como
si él pudiera hacer llegar mi deseo al césped. Y él no podía. Pero Yannick
Carrasco sí.
CARRASCO
EFERVESCENTE
Algún buen
amigo colchonero, como es el caso de Borja (@Borja_Aranda_), llevan defendiendo el Carrasquismo
como si fuera una religión casi desde el primer día. Yo, hasta ahora, era más
cercano a los de la teoría del "champán". Contra el Astana el chico
estuvo bien. Pero era el Astana. Sin embargo anoche, las burbujas del belga si
efervescieron como el mejor anuncio de Freixenet.
En el minuto
40, Carrasco recogió un balón en medio campo, inició una veloz cabalgada con el apoyo de
Griezmann por siniestra y el de Jackson por diestra, pero decidió jugársela él.
Rompió a Danilo (de forma literal) con un quiebro con la pelota pegada al pie y
se sacó un derechazo seco pegado al poste derecho de Jaume (2-0). Golazo. Y el
Calderón enloquecía.
Hasta el
descanso, el Atleti encerró en su área a un Valencia amilanado y completó su
mejor primera parte de toda la temporada. Era tiempo de brindar en las gradas
durante el intermedio. Pero la segunda parte no dio para más celebraciones.
EL ATLETI
PUDO SENTENCIAR...
Y eso que
empezó como terminó la primera. Con un cabezazo fuera de Godín (muy forzado) y
con un disparo de Koke que desvió Jackson y que obligó a Jaume a hacer uso de
su agilidad (ya estaba en el suelo).
Mientras
tanto, Carrasco estaba en su noche. Primero se encontró la cabeza de Santos
cuando buscaba el palo largo, y después asistió a Griezmann tras robar un balón
en ataque, pero el disparo del galo se perdió en el lateral de la red. El
Calderón era una fiesta. Y Carrasco salió por la puerta grande con un público
enfervorecido que pidió las dos orejas y el rabo.
Pero la
fiesta no pudo ser completa.
...PERO UN
PENALTI DIO SUSPENSE AL FINAL
A 20 minutos
del final, Godín encimó demasiado a un Mustafi que se habría ahogado en la
orilla del área, y terminó cayendo sobre el defensa alemán y derribándole. El
Valencia, que no había disparado a puerta en 70 minutos (tampoco lo haría
después) se encontró con un penalti que Paco Alcácer aprovechó para meterles (artificialmente)
en el partido.
Pero no fue
real. Juanfran pudo sentenciar poco después para coronar su gran partido, pero
Jaume volvió a evitarlo, y los ché sólo agobiaron con un par de faltas laterales
y con un córner (apenas sacó dos en todo el encuentro).
TERMINAR LA
PRIMERA VUELTA EN LO MÁS ALTO
Al final, el
Atleti puede felicitarse. Volvió a ganar a un grande, recuperó rasgos
definitorios, Jackson se liberó y Carrasco se consagró, y, disputadas nueve
jornadas, y habiéndose enfrentado ya a Real Madrid, Barcelona, Villarreal,
Valencia y Sevilla, el equipo es tercero a sólo dos puntos de los dos transatlánticos.
Si recorrido lo recorrido está donde está, mirando el calendario que queda por
delante sueño con poder terminar la primera vuelta en la cima de la tabla.
Motivos hay para creer.