JORNADA 1- RAYO 0-0 ATLÉTICO
No sé cuántos de ustedes piensan que
el Atlético de Madrid puede este año reeditar su título de Liga.
El que les escribe sabe que es muy complicado, pero no imposible, y
desde luego el temor que tiene (lo tengo desde que acabó la pasada
temporada) es descolgarnos del nuevo sueño a las primeras de cambio.
¿Por qué? Porque si algo tengo claro
sobre el éxito del año pasado es que si el Atleti fue capaz de
alcanzarlo fue porque “siempre estuvo ahí”. Fue líder durante
once jornadas (las diez últimas de forma consecutiva. “Cuando se
deciden las Ligas”, Don Luis Aragonés dixit); colíder en 17
fechas; segundo durante ocho jornadas; y sólo fue tercero en dos
ocasiones.
SIEMPRE ESTUVO PEGADO AL LÍDER
Pero jamás estuvo a más de tres
puntos del primer clasificado. Nunca. Es decir, siempre luchó por
ser líder o por dar caza al primero en el caso de que pinchase. La
motivación era máxima, el margen de error mínimo, y esto empujó a
la plantilla a una dinámica ganadora y a una rutina de exigencia
suprema que convirtió el “partido a partido” en un “final a
final” (mucho antes de las últimas cinco fechas). El equipo estuvo
subido todo el año a la cresta de la ola y retroalimentado por esa
adrenalina llegó el primero a la orilla.
“¿Pero qué pasa si esta temporada
perdemos en el Bernabéu (jornada tres) y sumamos otro pinchazo y ya
estamos a cinco o seis puntos del líder nada más empezar?”, le
preguntaba hace poco a mi compañero Rubén Uría. “Eso no va a
pasar”, me respondía convencido.
Dependerá del derbi. Pero creo que si
cada jugador de esta plantilla dio el 150% de sí mismo por ganar
cada partido del año pasado, fue por verse siempre o primero o a un
fallo del primero. El salir al campo con la obligación de ganar, y
tener que esperar al menos dos fallos del líder... no creo que este
Atleti soportase la condición de “cazador a largo plazo” (un
papel muchas veces desempeñado por el Madrid). La espera no motiva
igual. Si el Atleti del Cholo multiplicó sus posibilidades fue por
tener el olor a sangre fresca a centímetros de su nariz...
EL CAMPEÓN SUELE EMPEZAR GANANDO
A estas teorías o sensaciones, se unen
los datos tangibles. En sus últimas tres Ligas, el Atleti comenzó
ganando en la primera jornada (2013-14, al Sevilla 1-3; 1995-96, a la
Real 4-1; 1976-77, al Málaga 2-0), victoria a la que unió siete
triunfos consecutivos más en la 2013-14 (no perdió hasta la jornada
9 en Cornellá), y tres más en la 1995-96 (su primera derrota fue en
la jornada 13 en el Bernabéu).
Bien es cierto que en el título de
Liga anterior (1972-73), comenzó perdiendo en casa con el Valencia
(1-3). Pero en siete de sus diez trofeos ligueros debutó ganando.
La tendencia es habitual en el resto de
campeones. En la última década, en siete ocasiones el futuro
campeón comenzó ganando la primera jornada (2013-14- Sevilla 1-3
Atlético; 2012-13- Barcelona 5-1 Real Sociedad; 2011-12- Zaragoza
0-6 Real Madrid; 2010-11- Racing 0-3 Barcelona; 2009-10- Barcelona
3-0 Sporting; 2007-08- Real Madrid 2-1 Atlético; 2004-05- Racing 0-2
Barcelona); sólo en dos debutó con empate (2006-07- Real Madrid 0-0
Villarreal; 2005-06- Alavés 0-0 Barcelona); y en una única
oportunidad empezó perdiendo (2008-09- Numancia 1-0 Barcelona).
Y EL RAYO
Y bueno, a todo esto, que el Atleti
ayer jugó con el Rayo.
Uno todavía se encuentra metido en el
partido a partido... pero del año pasado, y parece que la de anoche
fue la jornada 39. Mirar la tabla y no verse primero (tras todo el
verano inamovibles allí arriba) sabe mal...
Fue un partido trabado en muchas fases,
de balón dividido, pero en el que, tras la primera parte, estaba
convencido de que el Atleti se lo llevaría.
No había dominador claro, pero los
rojiblancos encontraban las cosquillas a la zaga rayista con cierta
asiduidad. O bien con balones a la espalda de la defensa que
obligaban a salir a Cristian Álvarez (uno terminó con un rechace y
un tiro centrado de Gabi con el portero fuera del área; y el otro no
fructificó por un mal control de Griezmann tras gran pase de Koke);
o bien porque los propios defensores vallecanos son especialistas en
darse tiros en el pie.
LA DEFENSA RAYISTA SE COMPLICA
El afán de Paco Jémez por sacar el
balón jugado desde su propia área no sé si les trae más alegrías
o disgustos. La temporada pasada (2-4), el 0-1 llegó a los 8 minutos
cuando el portero sacó en corto para Raúl Baena con la delantera
atlética encima, Villa le robó la cartera y puso el primero.
Este año, minuto 25, Cristian Álvarez
saca en corto para Abdoulaye con la delantera atlética encima, le regala el pase a Raúl Jiménez, éste conecta con Mandzukic, y su
tiro abajo lo bloca el meta rayista. Si el croata hubiera definido
como Villa el año pasado (perfecto, por arriba) seguro que habríamos
hablado de otro marcador.
Pero Mandzu no estuvo fino. Un minuto
antes mandó al lateral de la red un buen centro de Ansaldi desde la
izquierda (el único que puso, diría yo), y un minuto después, tiró
de nuevo desde la frontal y paró Cristian sin problemas.
Los toques de primeras de Koke, la
movilidad de Griezmann, que se asoció rápido y bien, y tiene un
repertorio de pases en profundidad que dibujan nuevas posibilidades en
el campo (en eso me recuerda al mejor Reyes), y la anticipación
atrás de Miranda y Godín, hacían presagiar un triunfo atlético.
EN LA SEGUNDA LO MERECIÓ EL RAYO
Pero no fue así. La segunda parte
cambió. Por triste que resulte, el Atleti no volvió a chutar a
portería en todo el segundo acto, Griezmann no apareció, Mandzukic
y Raúl Jiménez menos, y los rojiblancos terminaron en ataque con
uno que se quería ir y que aún no sé qué hace aquí (el Cebolla),
y con un canterano de 18 años (Héctor Hernández).
En cambio, el Rayo acabó el partido
con el potente Manucho como estilete. No sé qué le falta a este
angoleño de 1,87, siempre que le veo me parece que genera un gran
peligro, pero no fue titular anoche, como tampoco lo era de forma
fija en el Valladolid. En los 35 minutos de los que dispuso fue un
incordio constante, y sólo una gran mano de Moyá evitó un golazo
suyo de cabeza en el minuto 70.
El centro se lo puso Javier Aquino, un
extremo mexicano (mundialista) cedido por el Villarreal que volvió
completamente loco a Ansaldi. Le hizo de todo. Desbordó con
facilidad pasmosa hasta desquiciar a Mario Suárez, encargado de
hacer las coberturas al lateral argentino, que se lo quitó
literalmente de encima con un empujón en la recta final del choque.
El Rayo dominó el final del partido y
sumó algunas ocasiones, con lo que el punto casi puede darse por
bueno.
YA NO SON LOS MISMOS
Y en el minuto 85 se produjo una acción curiosa. El Atleti trenza una buena jugada de ataque (de las pocas), el balón llega a pies de Koke, que la para y, sin mirar, abre al flanco izquierdo... donde la pelota se pierde mansamente por línea lateral... Pasó de memoria... pero Filipe Luis estaba en Londres...
El sábado viene el recién ascendido
Eibar, pero yo ya tengo apuntado en mi calendario el sábado 13 de
septiembre. Volvemos al Santiago Bernabéu y, tras lo de Vallecas, puntuar es
obligado. Ya no son los mismos, pero yo sigo pensando en la Liga ¿y tú?