Hace tres semanas (con tanta final,
parece que ha pasado muchísimo más tiempo) titulé mi crónica “Un último empujón”, cuando un empujón precisamente de Raúl García
a Mario Gaspar nos valió para ganar 1-0 al Villarreal con un gol
precisamente de cabeza.
Ayer, el navarro sumó su noveno gol en
Liga (17 en todas las competiciones) y ni más ni menos que el sexto
con la cabeza, lo que creía que le situaba Pichichi de la Liga en
esta faceta, pero Aritz Aduriz lleva siete con la testa (16 en
total). Ojito con la temporada de ambos, que igual se merecían más
ir al Mundial que muchas “vacas sagradas”.
UNA VICTORIA CINCO ESTRELLAS
Estuve sopesando muy mucho ir a
Mestalla a vivir el encuentro in situ, pero las entradas (a 20 euros)
se agotaron la mañana del miércoles en menos de cuatro horas
(mientras curraba) lo que me ayudó a despejar dudas. Ese mismo día,
me llegaba un mail de Mahou para invitarme al palco VIP del Vicente
Calderón para ver el Valencia-Atleti en pantalla gigante dentro de
uno de los actos para Atléticos Cinco Estrellas, así que ya tenía
plan para ver el partido.
La experiencia no me decepcionó, y nos juntamos en el salón donde cada partido se realiza el catering para los ocupantes del palco (que también utilizan para hacer las grandes presentaciones) unas 200 personas, muchos de ellos componentes de diferentes peñas atléticas de la Comunidad de Madrid.
La experiencia no me decepcionó, y nos juntamos en el salón donde cada partido se realiza el catering para los ocupantes del palco (que también utilizan para hacer las grandes presentaciones) unas 200 personas, muchos de ellos componentes de diferentes peñas atléticas de la Comunidad de Madrid.
PRIMERA PARTE ANODINA
El partido comenzó con susto, con un
disparo cerca del poste de Paco Alcácer, al que respondió minutos
después David Villa con un precioso disparo con rosca a la media
vuelta, que se perdió rozando la escuadra.
El choque transcurrió después
anodino, y de no ser por la tensión de lo que hay en juego, muchos
podrían haberse echado una cabezada. Una primera parte más fuera de
casa typical Atleti, de ésas en las que parece esperar a que el
rival se canse para asestarle el golpe mortal en el segundo acto.
RÉCORD DE VICTORIAS DESDE 1941
No en vano, echaba cuentas de que de
las últimas ocho victorias consecutivas (nueve con la de ayer,
récord histórico, igualando al Atlético Aviación campeón de
Liga de la 1940-41, que ganó las últimas cuatro jornadas
consecutivas y la temporada siguiente, 1941-42, comenzó ganando las
cinco primeras fechas) en cinco de ellas se llegó al
descanso con 0-0.
Y a punto estuvo de volver a ocurrir
por sexta vez en Mestalla. Sólo Koke, en una volea que pegó mordida
y tras votar en el césped salió alta, intentó evitarlo tras una
buena internada de Diego Costa. Hasta que llegó Raúl García...
Y OTRA VEZ LA CABEZA DE RAÚL GARCÍA
Le daban como suplente en algunos
periódicos (en favor del Cebolla Rodríguez), pero por fortuna el
navarro (fijo en los partidos grandes) apareció de nuevo en una cita
grande. Y de forma decisiva.
Corría el crono por el minuto 43,
cuando Gabi pone un centro templado al área, Guaita (que ya se comió
un gol de cabeza del 8 atlético en Copa) salió a por uvas y aire
fue lo que encontró cuando la bendecida testa de Raúl García se le
anticipó y la pelota, con suspense, besó las mallas (0-1).
“Éste gol vale oro”, me dije. Y es
que el Atleti ha encajado sólo un gol en las últimas nueve
jornadas. Digna de estudio la labor de la zaga y de un Courtois que
va camino de su segundo Zamora (algo que nadie ha logrado en la
historia del Atlético de Madrid).
El palco VIP del Calderón saltó al
unísono y se coreó el “¡Atleti, Atleti!” como si el partido se
jugase en el césped que podíamos contemplar sólo unos metros más
adelante.
DIEGO COSTA NO SENTENCIÓ...
Con el gol de ventaja, la segunda parte
se preveía más tranquila, sin el pasar de los minutos como una
condena que te aproxima a un precipicio que te haga caer del sueño.
Pero este Atleti sigue soñando a toda máquina, y más tranquilo aún
podría haberlo hecho si a los cinco minutos de la reanudación Diego
Costa no hubiera tirado a los pies de Guaita un balón con el que
Koke le había dejado solo.
“Cuando Diego falla una tan clara, o
un penalti, luego acaba marcando”, le aseguré a mi novia. Y apunto
estuvo de haberlo logrado ya al final del partido, cuando en esta
ocasión fue Sosa el que le dejó solo. Pero esta vez no fue fallo
del hispano-brasileño, sino acierto de Guaita, que se tiró perfecto
a sus pies y le tapó todo hueco posible. “Cuando se quedó solo
pensé que ibas a acertar”, me dijo ella después.
...Y LOS CORAZONES ATLÉTICOS SUFREN
Pero si el Atleti estuviera ganando los
partidos de calle para acercarse a un objetivo tan anhelado como un
título de Liga, no sería el Atleti. Su última goleada en Liga (3-0
al Valladolid) data de mediados de febrero. Desde que la cosa está
realmente candente, siempre gana apretado.
Y esas apreturas hicieron que el
corazón de los Atléticos Cinco Estrellas del palco del Calderón se
encogiera cuando un cabezazo de Jonas lo sacó un Filipe
providencial; o cuando una volea cruzada de Feghouli hizo que durante
un largo segundo enmudeciera un salón que en el transcurso de la tarde estuvo
repleto de buen ambiente y algarabía.
Al final, los nervios hicieron que
Juanfran cazara a Piatti para cortar una contra en el descuento. Pero
su roja no empañó una nueva victoria que convierte a este equipo en
el Atleti con más puntos de toda su historia (88, uno más que el
del Doblete con 42 jornadas).
Y la cerveza, Mahou, claro, fluyó como la espuma por el Calderón. Yo no la probé porque siempre he sido más de copas para brindar. Y la de Liga, la veo muy cerca. Quién sabe si el miércoles en Stanford Bridge sacamos un flyer para tener un 2x1 y poder hacer chin-chin.
Y la cerveza, Mahou, claro, fluyó como la espuma por el Calderón. Yo no la probé porque siempre he sido más de copas para brindar. Y la de Liga, la veo muy cerca. Quién sabe si el miércoles en Stanford Bridge sacamos un flyer para tener un 2x1 y poder hacer chin-chin.