Goles: Correa y Giménez.
El sábado el Atlético de Madrid sacó un punto en Montilivi ante el recién ascendido (por primera vez en su historia) Girona.
En la vida, según el camino que transitemos, un mismo
destino puede ser considerado extraordinario o funesto. Un empate en Girona
antes de iniciarse el partido se antojaba, sin duda, un penoso resultado. Sin
embargo, transcurrido el trayecto de los 90 minutos el punto no pudo ser menos
que celebrado.
EL ATLETI YA IGUALÓ UN 2-0 CON DIEZ EN TENERIFE...
No en vano, porque se remontó un 2-0 con diez jugadores,
algo que en el Atleti yo sólo recuerdo (habrá algún caso posterior) hace justo
20 años (¡Qué mayor me hago ya!): un 2-2 en Tenerife con goles de José Mari y
Pantic en los últimos diez minutos, cuando el equipo también se había marchado
al descanso perdiendo 2-0 y con un hombre menos por expulsión de Caminero en el
minuto 37… Por entonces Geli era nuestro lateral derecho… Hoy es el presidente
del Girona…
Recuerdo ese empate como una gesta, y no es sencillo igualar
un 2-0 con un jugador menos a nadie, por mucho recién ascendido que fuera.
Y más cuando el Girona hizo un grandísimo partido, dominando
mayoritariamente el encuentro, tocando la bola con criterio, abriendo muchísimo
el campo por las bandas, y haciendo que durante los primeros 66 minutos (cuando
aún no era así) pareciera que el Atleti jugaba con un hombre menos…
LA GENTE CRITICÓ A JUANFRAN...
Uno de los principales damnificados de la debacle fue el
pobre Juanfran. El Girona entró principalmente por su banda, con constantes dos
contra uno de Aday Benítez y Borja García, y sin ayuda alguna por parte de
Carrasco (desaparecido tanto en defensa como en ataque). Los años no pasan en
balde (Juanfran ya tiene 32) y si Vrsalijko rinde a su nivel, me temo que el
alicantino estará muchos partidos en el banquillo este año. Respeto y honor. No
olvidemos lo mucho que nos ha dado.
...PERO YO ECHÉ DE MENOS A GODIN
Los centros de los dos goles llegaron por su banda, pero no
era precisamente él quien cubría la zona (uno de ellos fue a balón parado). En
ambos casos centró Álex Granell, y en el primero cabeceó Stuani, imponente,
anticipándose a Savic (1-0); y en el segundo el uruguayo remachó también de
cabeza una dejada de Muniesa en el primer palo (2-0). No fue del mal hacer de
Juanfran de lo que me lamenté en los dos tantos, sino de la ausencia de Diego
Godín. Con el Faraón en el campo, estoy convencido de que su amigo y
compatriota no habría rematado tan cómodo. Otro gallo habría cantado.
GRIEZMANN SE AUTOEXPULSÓ Y VIO SU PRIMERA ROJA COMO ATLÉTICO
Pero el gallo que cantó fue Griezmann. Después de pasarse
todo el verano cacareando, el francés inició la temporada en la misma línea:
sin cerrar la boca. En
el minuto 66 un balón perdido tras una prolongación de Torres lo rescata
Griezmann, que es derribado por Iraizoz que llega un segundo después que él.
Pudo ser penalti. Puede que Griezmann exagerase la caída. Pero lo que no es de
recibo, después del veranito que se ha marcado, es que Griezmann posteriormente
llamara “cagón” al árbitro y fuera expulsado precisamente por no cerrar la boca. Lo ocurrido cobra
aún más relevancia si tenemos en cuenta que el francés NUNCA había sido
expulsado con el Atlético de Madrid. Que lo sea precisamente ahora, y encima
por protestar, habla de su actitud. De su expulsión, su verano de salidas de
tono y sus "ambiciones" he escrito esta semana en “Esto es Atleti”
bajo el siguiente título: “Quiero ser como Beckham”.
EL PARTIDO ESTABA ACABADO... PERO APARECIÓ CORREA
Con un 2-0 y un jugador menos, no apagué la tele porque yo
soy de los que no se fueron del Calderón ni cuando íbamos perdiendo 0-6 contra
el Barça. Pero di el partido por finiquitado.
Sólo aspiraba a ver si marcábamos un gol para al menos
"meter un poco el miedo en el cuerpo al Girona", y que no le saliese
tan barata nuestra derrota. Dicho y hecho. En el 77, Ángel Correa, que al menos
había aportado chispa desde su entrada en el campo, se marca un espectacular
eslalom colándose entre tres rivales y saca un trallazo cerca de la escuadra
(2-1). Tiempo quedaba. Y uno empezó a creer en el milagro cuando sólo cinco
minutos después Vietto recoge un balón en el área (también de Correa), pero la
manda por encima del larguero. Habría sido demasiado, y pocas más como ésa
íbamos a tener.
Y GIMÉNEZ ENARBOLÓ EL CORAJE, CORAZÓN... Y CABEZA
Pero hubo una más. A falta de seis minutos, Koke pone un
balón templado al corazón del área y Giménez, heredando el espíritu de Godín,
todo coraje, corazón... y cabeza, llega unas décimas antes que Iraizoz y con la
testa propulsa el centro de Koke a la red. 2-2, celebración emocionada y llena
de rabia del uruguayo, que besa el escudo (pese a que sea el nuevo...) y en una
carrera enloquecida va siendo abrazado por la banda por todo el banquillo, con
Simeone y Burgos a la cabeza.
Todavía hubo tiempo para que Oblak sacase un remate de
Kayode a bocajarro y no nos emborronase la machada.
UN PUNTO... COMO EL AÑO PASADO
Al final, un punto que sabe a gloria, pero que con los fríos
números en la mano vale lo mismo que el sumado el año pasado en el partido
inaugural contra otro recién ascendido, el Alavés. Después se cedió otro empate
con otro debutante en Primera, el Leganés. Y luego son esos puntos los que se
echan de menos ante un Barça y un Madrid cuyos escasos tropiezos deben
celebrarse casi como un título.
Ante Las Palmas y el Valencia se debe ganar. Sin Griezmann.
Pero este equipo ha demostrado que hay mucha vida después del galo. Esperemos
que a él le dé tiempo a reflexionar sobre qué camino quiere tomar.
PD: Han sido cuatro meses sin escribir. El varapalo de final de temporada, la falta de ganas y el verano han motivado esta ausencia. Pero estoy de vuelta. Sólo espero encontrarles al otro lado.
PD: Han sido cuatro meses sin escribir. El varapalo de final de temporada, la falta de ganas y el verano han motivado esta ausencia. Pero estoy de vuelta. Sólo espero encontrarles al otro lado.