Goles: Koke, Gabi, Jackson Martínez.
"Las personas no cambian", me repite muy a menudo un amigo, aunque en el fondo no acaba de creérselo demasiado.
"Los
equipos de fútbol tampoco cambian". Ésa la añado yo. Hay algo en el ADN de
los clubes, en su secuencia genética histórica, que les lleva a ser un equipo
ganador a lo largo de los años (el ejemplo del Real Madrid o el FC Barcelona),
o a ser incapaces de alcanzar ciertas cotas, aunque puedan acercarse a ellas.
Hace ocho
años, el Sevilla FC se creía el tercer equipo de España. Su afición miraba por
encima del hombro a la del Atlético de Madrid, que andaba sumido en una fuerte
crisis de identidad, recorría una larga travesía por el desierto, y repetía
temporadas desastrosas, desde Segunda hasta la Intertoto.
EL AÑO QUE
EL SEVILLA NO PUDO GANAR LA LIGA
En la
temporada 2006-2007 el Sevilla FC llegó a ponerse líder ya en la segunda vuelta.
En la jornada 25 ganó al FC Barcelona y se aupó en lo más alto de la tabla. La
fecha siguiente visitaba al Gimnástic de Tarragona, en ese momento penúltimo en
la tabla y que finalmente bajó a Segunda. El día antes, Barça y Madrid se habían
medido entre sí en el Camp Nou con resultado de tablas (3-3). Era la
oportunidad perfecta del Sevilla de Juande Ramos para despegarse a tres puntos
del Barça y a ocho del Madrid a falta de doce jornadas. Pero el Sevilla perdió.
Cayó 1-0 ante un rival que no llegó a los 30 puntos a final de campaña. Y perdió el liderato.
A esa
derrota le sucedieron dos jornadas después sendos empates a cero consecutivos
contra Osasuna (14º) y Racing de Santander (10º). Restando sólo seis partidos
la tabla no podía estar más apretada: 1º Barcelona 62; 2º Sevilla 61; 3º Real
Madrid 60. Y el Sevilla llegó al Bernabéu... y volvió a caer (3-2). Ese año,
los hispalenses ganaron Copa y UEFA, pero estoy convencido de que no pudieron
con la Liga (acabó tercero) porque no está en su ADN. El Sevilla sólo ha
levantado una Liga en toda su historia (temporada 1945-46) y sus futbolistas no
supieron soportar la presión que implica luchar por un título como éste. En los
momentos decisivos, les temblaron las piernas.
FALSOS MITOS
En esos
años, el Sevilla, su afición, su presidente... realmente llegaron a sentirse el tercer equipo de España. Hasta
el punto de que en 2010, con motivo de la final de Copa del Rey que cruzó a
sevillistas y colchoneros, llegaron a hacer un vídeo promocional con el lema"¿De verdad vamos a dejar que nos copien los sueños? Los sueños son nuestros", comparando las imágenes de la UEFA recientemente ganada por el
Atlético de Madrid con la que ellos habían ganado unos años antes.
El Sevilla
ganó esa final. Pero desde ese año 2010 no han vuelto a derrotarnos.
VICTORIA DE
PRESTIGIO
Anoche en el
Sánchez Pizjuán el Atlético de Madrid volvió a vencer al Sevilla. Lo hizo con
contundencia (0-3), aunque durante muchos minutos de la segunda parte sufrió lo
indecible. Pero las victorias se disfrutan mucho más cuando son sufridas...
En la
primera parte los de Simeone fueron mucho mejores, y lo rubricaron con un gol
de Koke (0-1). Y en el segundo acto, cuando más se padecía, Gabi mató el
partido con un zapatazo lejano que desvió Krychowiak a la red (0-2). El tercero
y definitivo lo puso Jackson Martínez con un bello zurdazo desde fuera del área
lejos del alcance de Beto (0-3). Un gol de una factura como no le vi marcar a
Mandzukic en todo el año pasado. Ya lo dije: hay delantero.
DECISIONES
Todos los
goles fueron dedicados a Raúl García (¡Gracias capitán!), que se nos marcha al Athletic habiéndose
convertido en uno de los nuestros con su dedicación, su garra, su carácter y el
amor que ha demostrado por este escudo.
La del
navarro ha tenido que ser una decisión muy difícil. Ha pasado muchos años (ocho)
como colchonero. Más de 300 partidos, 45 goles, muchas alegrías e infinidad de
recuerdos. Llegó apenas con 21 años y ha conseguido una enorme estabilidad en
el Manzanares. Ya es su casa. Pero estaba incompleto. El Cholo lo quiere, pero
no lo suficiente. No puede darle los minutos y las titularidades con las que él
ansía, y supongo que para Raúl también han sido muchos los sinsabores todos
estos años al ver cómo en muchas citas importantes las preferencias de Simeone
eran otras.
En Bilbao
sabe que va a encontrar un reconocimiento y una complicidad mayor. Va a ser más
protagonista, el centro, la prioridad de su técnico. Y aunque cueste
desprenderse de la que ha sido tu vida durante tantos años, a veces hay que
escuchar al corazón y lanzarse a por aquello que consideras que te va a hacer
más feliz.
RECUERDA QUIÉN
QUIERES SER
En
ocasiones, en tu vida se cruzan personas que te ayudan a recordar lo que
siempre has querido ser. Lo que eres, en realidad. Durante un tiempo, que puede
durar incluso muchos años, alguna estructura de nuestra secuencia de ADN puede
descolocarse o incluso dañarse, lo que puede hacernos perder nuestra identidad.
Olvidar quiénes somos. Pero nuestra esencia continúa dentro. Inalterable. A la
espera de que alguien nos dé la mano y todo se reordene.
En el año
2014 el Atlético de Madrid fue capaz de colocarse líder en la recta final del
campeonato de Liga. Y entonces no falló. Cuando los hombres del Cholo se
colocaban esa camiseta cada domingo, se impregnaban de ese ADN ganador que
antes habían dejado en ella los Caminero, Gárate, Adelardo, Luis Aragonés, Collar,
Escudero... Futbolistas que habían derramado su sudor en esa casaca para llevar al
equipo a ganar hasta nueve Ligas.
Godín, Diego
Costa, Gabi, Courtois, Juanfran, Koke... Nunca antes habían levantado una Liga.
Jamás habían luchado por una cota tan alta ni tan siquiera. Pero ese ADN
inherente a la rojiblanca les hizo sentir que podían lograrlo. Que no era la
primera vez que habían estado allí.
A todo ello, por supuesto, contribuyó 'la
persona'. Alguien que les transmitió el carácter, la pasión, y la certeza de
que era posible. Porque él mismo lo había hecho antes. El Cholo Simeone.
Por eso, el Atlético de
Madrid fue capaz de ganar esa Liga. Porque lo llevaba dentro. Porque
los equipos no cambian. Por eso, el Atlético de Madrid lleva cinco años sin ser
derrotado por el Sevilla. Por eso, el Atlético de Madrid puede ser capaz de luchar por esta Liga y el Sevilla no. Porque nosotros, soñamos más fuerte.