Goles: Mario Suárez.
Penaltis: 3-2- Griezmann, Mario Suárez, Fernando Torres.
Anoche en el
Calderón viví una experiencia que sólo había pasado una vez en toda mi vida en
ese estadio: una prórroga y después como añadido una tanda de penaltis.
La vez
precedente fue allá por un caluroso mes de agosto del año 2004.
Todos éramos
bastante más jovencitos y el Niño era un niño de verdad. Por entonces era la
bandera de ese equipo que se jugaba la final de la Intertoto (¡Ese torneo!) con
el Villarreal.
El Atleti
venía de hacer un mal partido de ida (2-0), pero en la vuelta superó a los
castellonenses. A la hora de juego la eliminatoria estaba igualada (goles de
Ibagaza y García Calvo) y sólo diez minutos después Fernando Torres provocaba
un penalti. El gol suponía la remontada. Pero el Niño cayó lesionado en esa
acción y, mientras era atendido en el Fondo Norte, Jorge Larena fue el
encargado de lanzarlo... y Reina se lo paró.
Se llegó a
la prórroga... y a los penaltis. Y allí el desacierto fue máximo.
Reina
también le detuvo el primero a García Calvo; Sergi marcó el segundo; pero Nano
y Arizmendi tiraron fuera el tercero y el cuarto. Ya se saben la canción: “Cómo
no te voy a querer; cómo no te voy a querer; si de cuatro penaltis, fallaste
tres...”.
El
Villarreal los transformó todos (Anderson, Víctor y Riquelme) y el Atleti aún
tardaría tres años en jugar la UEFA. Torres, se marcharía sin saber lo que era
jugar en Europa de rojiblanco.
ONCE AÑOS
DESPUÉS
Casi once
años después lo que se jugaba a orillas del Manzanares no era una clasificación
para jugar la UEFA vía Intertoto, si no meterse por segundo año consecutivo
entre los ocho mejores de toda Europa: llegar a los cuartos de final de la
Champions.
Como
entonces, la ida tampoco había sido buena (1-0) y también tocaba remontar.
El equipo
contaba con dos bajas importantes por sanción, Tiago y Godín, y de inicio
Simeone sorprendía a todos quitando al otro mediocentro titular del equipo,
Gabi, para dar entrada a Cani.
Confío en el
Cholo ciegamente, pero viendo el estado de forma que venía mostrando el ex del
Villarreal sólo podía ocurrir lo que pasó: que aguantó 45 minutos.
Más en un
partido con una intensidad bárbara, en la que los alemanes jugaron de nuevo a
una velocidad y con una agresividad en muchos lances superior a la nuestra.
Pero en esta
ocasión, los de rojiblanco no se dejaron superar. En los primeros minutos acumulamos
muchos corners (un total de once en todo el partido), pero Koke no tuvo su
noche y no fue capaz de poner ninguno más allá del primer palo.
Precisamente
en una jugada a balón parado, tras un rechace, Mario Suárez conectó un zurdazo
que fue envenenado por el central Toprak
y lo hizo inalcanzable para Leno (1-0). 27 minutos. La eliminatoria estaba igualada.
La parte más importante del trabajo, marcar primero, estaba hecha.
Sólo tres
minutos después pudo sentenciar Mandzukic tras un extraordinario pase en
profundidad de Arda, pero el croata estuvo muy lento todo el choque.
El guión del
partido transcurrió con un argumento similar hasta el minuto 70, donde el Atleti
puso un poco más para pasar. Una volea arriba de Arda, y un par de dejadas
dentro del área que no acabaron en un remate certero. Nos íbamos a la prórroga.
Le comenté a
mi padre que creía que era la primera vez que íbamos a presenciar esta
circunstancia en el Calderón y fue él el que me recordó el partido contra el
Villarreal, del que yo, no sé por qué, tenía el recuerdo de haberlo visto por
la tele.
“Estuvimos
aquí, me acuerdo perfectamente. Estabas tan nervioso en los penaltis que te
dije que mejor te fueras al vomitorio y no los vieras. Te iba a dar algo”, me
aseguró mi padre.
Pero antes
de los penaltis la prórroga transcurrió sin muchos sobresaltos, más allá de los
que daba el propio corazón, y sólo un trallazo de Raúl García, que repelió
Leno, pudo haber evitado los penaltis.
¡QUÉ MANERA DE SUFRIR!
Llegados a
los once metros, me pareció gracioso abrazarme con mi padre y los dos
compañeros de butacas del mismo modo que se colocan los futbolistas… Aquella
posición duró exactamente lo que Raúl García tardó en mandarla a las nubes.
Mientras le
maldecía y no podía entender cómo decidía fallar un penalti ahora (juraría que todos
los que le he visto tirar con el Atleti los había anotado), Oblak (que salió
por un lesionado Moyá, por cierto), nos daba vida al aguantar de forma
extraordinaria a Calhanoglu y detenérselo por el centro. El portero esloveno
demostró mucho oficio en la tanda, entregando en mano el balón a cada lanzador
y deseándoles suerte antes de cada tiro…
Cuando
Fernando Torres fue a lanzar el último, al contrario que con Raúl García se me
pasaron por la cabeza todas las penas máximas que había errado como colchonero…
Pero el Niño la puso al ángulo y esta vez se cobró el penalti que no pudo en aquella
tanda de la Intertoto. El premio esta vez no era pasar a una liguilla de la
UEFA. Eran unos cuartos de Champions. Cuando Kiessling lanzó el último penalti
al cielo del Calderón, todos saltamos tras la trayectoria de ese esférico.
Estábamos en las nubes. Se sufrió. Y de qué manera. Pero cuando el final es
éste, todo padecimiento vale la pena. ¡Vamos Atleti, vamos!
PD: YA QUEDA MENOS
PD: YA QUEDA MENOS
Como les prometí, aquí está la crónica por haber eliminado al Leverkusen.
Ya estoy finalizando el proyecto que tiene que ver con el Atlético de Madrid y en el que he estado trabajando durante los últimos meses. En breve volverán las crónicas y les daré más detalles.
1 comentarios :
Una noche memorable, sin duda alguna. a pesar del frío y de que el juego no acompañó (fue un partido más bien feo), tenía todos los ingredientes para que el pase fuese épico. Personalmente, y a pesar de que tenemos la misma edad, hubiese preferido ganar en el tiempo reglamentario. No hay nada que me ponga más nervioso que una tanda de penaltis (yo también recuerdo la del Villarreal porque estaba allí sufriéndola).
Pero a pesar de que el juego fue feo, quizá porque toca hacerlo así por el planteamiento del partido, estamos en cuartos de final. Y eso es lo importante. Porque ahora que tenemos la Liga muy cuesta arriba, la Champions puede ser un bonito objetivo. O por lo menos hacerlo muy bien en esta competición, tras el sabor agridulce que nos dejó el pasado año.
Muy buena crónica, una vez más de lo que vimos ayer. Solo espero poder leer en este blog la crónica de nuestro pase a semifinales.
Un abrazo
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