Goles: Vietto; Benzema
"Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida. La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuántas cosas se escapan a nuestro control. En un partido (de tenis), hay momentos en que la pelota golpea el borde la red y, durante una fracción de segundo, puede seguir hacia adelante o caer hacia atrás. Con un poco de suerte, sigue adelante y ganas, o no lo hace y pierdes”. Con esta gran reflexión comienza la conspicua película "Macht Point", del incomparable Woody Allen. En esta crónica no quiero hablar exactamente de cómo la suerte puede influir para cambiar el signo de un partido (o incluso de un campeonato), sino más bien quiero hacerlo de los imponderables ("Circunstancia imprevisible o cuyas consecuencias no pueden estimarse", según la RAE).
IMPONDERABLE UNO: LA LESIÓN DE CARVAJAL
Anoche, en el minuto 41, Carvajal se retiraba lesionado del
césped del Vicente Calderón. Antes, en el minuto ocho, había superado como a un
chiquillo con un autopase a Filipe Luis y había puesto un centro que Benzema
cabeceó a la red (0-1) ante la apatía de Gabi y de Juanfran, que se limitaron a
acompañar la jugada con la mirada. Ni siquiera quisieron estorbar.
En el minuto 83, Jackson Martínez iniciaba una galopada por
el flanco izquierdo, dejaba atrás a Arbeloa (sustituto del lateral de Leganés)
y sacaba un centro frisando la línea de fondo que, tras parada de Keylor Navas
(a remate de Griezmann), Vietto embocaba en las mallas (1-1). ¿Se habría
marchado Jackson de Carvajal como lo hizo del inefable Arbeloa? Yo pienso que
no. ¿Habría empatado el Atleti de no ser por esta lesión? Nunca lo sabremos.
Pero sí estoy convencido de que este imponderable (la lesión de Carvajal) influyó
en el resultado final.
TAMBIÉN HUBO IMPONDERABLES CONTRA EL BARÇA
Como lo hizo tres semanas antes que Messi entrara en el
Atleti-Barça en el minuto 59 de juego y en el 76 hiciera el 1-2 picando la bola
por encima de la salida de Oblak.
Pero para que aquello fuera posible, también se dio la mala
fortuna de que un despeje de Gabi rebotara en las piernas de Griezmann, que no
acertó a controlar y de sus pies la pelota fue a los de Jordi Alba en la
frontal del área, acabando en la zurda de Messi para definir el 1-2. Eso son
imponderables.
MÁS IMPONDERABLES
Como lo es que, tras gran presión de Correa y Torres, el
Niño se deje la pelota atrás, y cuando los atléticos nos tirábamos de los
pelos, apareciese por detrás Tiago para arrebatar la pelota a Ramos (que a su
vez se la había quitado a Torres) y el sevillano, que no lo había visto venir,
arrollase al portugués dentro del área. Si Torres hubiese controlado bien esa
contra quizá podría haber hecho el 1-1 (como contra el Barça) o haberla mandado
al muñeco (como tantas veces) Pero su fallo propició un penalti con el que
todos nos frotábamos las manos en la grada. Pero fueron las manos de Keylor
Navas las que evitaron el empate con una tremenda estirada. ¿Se puede esquivar esa
parada del portero costarricense? ¿Pudo haber lanzado mejor Griezmann ese
penalti (lo hizo fuerte y a un lado)? Soy de los que piensan que los penaltis
se fallan, independientemente del mérito que pueda tener un guardameta. Hay que
meterlo. Sí o sí.
Pero todo lo citado son imponderables que se escapan al
control de los 22 del campo y mucho más de los dos entrenadores que preparan el
partido durante toda la semana, intentando medir cada detalle, pero incapaces
de poder combatir estos imponderables.
CORREA VOLVIÓ A SOBRESALIR
Como fue un imponderable el hecho de que Ángel Correa se plantara
en el área tras una doble pared (la primera de ellas con Luka Modric...), pero
su disparo finalmente se perdiera muy cruzado. El argentino es savia nueva que
rejuvenece el ataque de este nuevo Atlético (algo oxidado en este inicio de
temporada. Todo el peligro en la primera mitad lo hizo él. Se atreve con todo.
Tira al mínimo resquicio, encara siempre, y hace ruletas ya esté enfrente el Getafe
o el Real Madrid (anoche la volvió a hacer). Pero intuyo que le falta físico,
ya que el Cholo le ha quitado en la segunda parte tanto contra el Benfica (desapareció
en el segundo acto) como ayer, pese a haber sido el mejor hasta entonces.
Ese segundo acto fue un constante quiero y no puedo de los
rojiblancos, frente a un conformismo acomodado del Madrid. Torres avisó con un
derechazo cruzado al poco de la reanudación, pero el Atleti no volvió a chutar.
Dominaba, llegaba con cierta facilidad al fondo por las bandas, tanto con
Carrasco y Juanfran por derecha, como con Filipe por la izquierda, pero nadie
centraba, lo cual hizo crecer y crecer mi desesperación con el paso de los
minutos.
Cuando en el minuto 71 el Frente Atlético comenzó a entonar
el "Échale huevos, Atleti échale huevos" (rara vez surte algún efecto
positivo), yo ya casi no quería ni mirar. Tenía la cabeza cada vez más dentro
del cuello de la rojiblanca cuando Vietto me la sacó disparada en el citado
minuto 83. Fue una liberación. Pude volver a respirar tras 40 minutos sudando más que los jugadores...
En la previa, había comentado con mi padre que, para mí, una
derrota suponía decir adiós a la Liga. Aunque sólo fuesen siete jornadas, ya
tres derrotas, y dos de ellas en casa ante Madrid y Barcelona, ya nos dejaba lo
suficientemente tocados, y descolgados (a cinco de los blancos) para decir
adiós. "Entonces, que empiecen otra Liga", me dijo mi padre entre
risas. Y casi me veía titulando de ese modo hasta que marcó Vietto.
EL MAYOR IMPONDERABLE
Con el tanto, el mayor imponderable que tiene este club (no por imprevisible, sino por las dos primeras acepciones de la palabra: "que no puede pesarse"; que excede a toda ponderación") estuvo a punto de declinar la balanza del lado local. La
afición empujó tanto y con tal ímpetu en los minutos finales que Jackson estuvo
a punto de materializarlo en victoria de no ser por otra enorme intervención de
Keylor Navas.
AQUÍ NO SE GANA PASEANDO
Al final, el empate fue lo más justo y nos mantiene vivos.
El Atleti suma tres temporadas sin perder en casa con el Madrid (algo que no
pasaba desde hacía quince años: 1997-98- 1-1; 1998-99- 3-1; y 1999-2000- 1-1) y
habiendo atravesado un inicio de campeonato durísimo (Sevilla, Barça,
Villarreal, Madrid...) se mantiene sólo a dos puntos de los trasatlánticos y a
tres del líder. Hay mucho que mejorar. Pero seguimos soñando y, lo más
importante, aquí ya no ganan paseando.
1 comentarios :
Es cierto que al final nos pudimos llevar el partido, pero tambien lo tuvimos perdido durante muchos minutos.
El empate me dejo buen sabor de boca y como comentas se ha demostrado que aqui los vikingos ya no ganan andando.
Ahora el calendario afloja y espero que mantengamos el pulso ahi arriba.
Aupa Atleti!
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