miércoles, 14 de marzo de 2012

El luto del pragmatismo

Este domingo no asistí al Calderón. La manía de las televisiones de poner al Atlético de Madrid a las doce de la mañana (Osasuna; Rayo; Betis; Villarreal y Granada) volvió a provocar que me coincidiera con el partido que mi equipo disputaba a las 12:30 horas.
El fin de semana anterior, se lo comentaba a mi abuelito: “El próximo domingo me vuelve a coincidir mi partido y el del Atleti. Otra vez tendré que elegir...”.
A lo que él me contestó: “Irás al Atleti como es natural, ¿no? Que es lo que más le gusta".
Entonces le expliqué que quizá no, que, a veces, cuando yo juego un partido, y si encima se da bien, ganamos, y tengo la suerte de marcar, soy más feliz que por presenciar una victoria del Atleti.
“Si fuera contra el Madrid o el Barça,como la jornada anterior, no tendría duda. Pero contra el Granada...”.
Así que mi abuelito intentaba entenderlo, pese a que su preferencia era que fuera el estadio. Principalmente por un motivo: que en el Manzanares difícilmente podía hacerme daño, mientras que jugando, siempre se corre el riesgo de lesionarse.
“Ten cuidadito”, me repetía mi abuelito siempre que iba a jugar. Aunque era una frase que en ocasiones utilizaba incluso cuando iba a por el pan...

GUARDAMOS UN MINUTO DE SILENCIO
No voy a volver a escribir un post sobre mi abuelito. No hoy. Pero cuando el pasado martes murió, se me despejó toda duda: decidí que a dónde iría sería a mi partido. Y que allí pediría al árbitro que guardáramos un minuto de silencio en su recuerdo, además de que yo y todos mis compañeros portaríamos brazalete negro.
El domingo, pudimos ofrecerle la victoria a mi abuelito (2-1), aunque no tuve la fortuna de marcar para poder dedicarle un tanto que no habría olvidado nunca. Quiero dar las gracias a mis compañeros que me buscaron constantemente para que eso ocurriera. Pero supongo que podré dedicarle muchos más goles más adelante...
Así que acabado mi partido, como ya he hecho en otras ocasiones, volví a casa sin saber el resultado del Atleti y me dispuse a ver el encuentro que había dejado grabando.

HICE BIEN EN NO ACUDIR AL CALDERÓN...
Conforme los minutos fueron avanzando, me alegré de lo acertado de mi decisión. Aunque, como ya he dicho, vistas las circunstancias, no tuve duda alguna.
Los 25 primeros minutos fueron soporíferos. Propios de un domingo a las doce de la mañana, donde uno lo que está haciendo es desperezarse. El Atleti dominaba, pero era un dominio estéril, inocuo, pausado y monótono, sin verticalidad ninguna. Eso sí, se fueron acumulando corners, aunque ninguno de ellos con peligro.
Por su parte el Granada, que había “reservado” a multitud de hombres para su decisivo partido ante el Sporting (Martins, Yebda, Siqueira, Fran Rico, Franco Jara, Dani Benítez... muchos de los cuales forzaron la tarjeta la jornada anterior), se dedicaba a la vida contemplativa. Por no dar, no dieron ni patadas. Y dentro de su pasividad, su mayor atractivo era la presencia de uno de los nuestros, Abel Resino, en su banquillo.

MIRANDA ANIMÓ AL GRANDA... Y LE MATÓ
Cercanos a la media hora, un error de Miranda en defensa a punto estuvo de causar un disgusto. Le regaló la pelota a Jaime en el flanco derecho del área, cerca estuvo de provocar penalti, y de no ser por un cruce providencial de Godín (está enorme el uruguayo) los granadinos podían haberse adelantado.
El regalo les dio vida, y sumaron dos ocasiones consecutivas, de Uche y Borja Gómez, que provocaron el cabreo de Courtois.
Por suerte, en el octavo corner, Miranda enmendó su error de minutos antes con una preciosa media chilena a dejada de cabeza de Godín. Golazo para estrenarse como rojiblanco (1-0).

OTRA SEGUNDA PARTE SIN HISTORIA
Con ese tanto se llegó al descanso, y el comienzo del segundo acto hizo presagiar que el panorama cambiaría. Recién salidos de la caseta, una preciosa pared entre Koke y Falcao terminó con un disparo del colombiano que tapó muy bien Julio César.
El partido del Tigre fue muy muy gris.
Incurría en faltas en los balones divididos, manos, malos controles, y sólo una ocasión... Aunque justificaría su presencia en el campo durante los 90 minutos justo al final.

EL LÍO DEL CAMBIO...
En el minuto 78, el cuarto árbitro saca el 9 de Falcao en el cartelón.
El colombiano inicia el camino a los vestuarios cuando hay revuelo en el banquillo, y Simeone muestra con las manos que no es el nueve, sino el siete, quien debe marcharse...
El relevo es Perea
, en uno de los cambios más reservones que se recuerdan a orillas del Manzanares (pero es el Cholo...).
Sin embargo, nadie discute que mantener a Falcao en el campo hasta el pitido final está justificado.

Y EL JUGADÓN DE JUANFRAN
Y así, en el minuto 91, Juanfran roba la pelota en el lateral derecho, se marcha de un contrario revolviéndose, deja atrás a un segundo granadino por velocidad, y se hace un precioso autopase con un toque sutil para tumbar a un tercer rival en un sprint heroico.
Ya como extremo, milimetra un pase perfecto para que Falcao aparezca en el primer palo, y bata por bajo a Julio César (2-0).
16 goles del colombiano que, un minuto después, saca astillas al palo tras bajarla con el pecho.
Tres puntos para romper una racha de cinco encuentros sin ganar. Por encima, rivales “menores” que deben pasar por el Calderón (Athletic, Espanyol, Málaga). Y una conclusión clara tras acabar el encuentro: hasta que pite el árbitro, Falcao debe permanecer en el campo... y Juanfran Torres.

1 comentarios :

Nico García dijo...

Joder, lo siento, tío. Descanse en Paz. Ojalña desde arriba vea ganar a su Atleti de nuevo la Uefa.

Saludos desde La Escuadra de Mago