viernes, 16 de marzo de 2012

La solvencia lo hace fácil

Comentaba en la anterior eliminatoria ante la Lazio lo tranquilo, por momentos aburrido, que fue el partido de vuelta en el Calderón. Nos quejábamos en la grada de esa falta de tensión que se respiraba en el ambiente. Pero entonces le dije a mi padre: “Lo que no valoramos es que la eliminatoria ya venía sentenciada de la ida. Ojalá sean así todas”.

Anoche, en el temible Inonu Stadium
(lo de los infiernos turcos ya son como las princesas de cuento. Sólo existen en la ficción) el Atlético se dio otro paseo, sin apenas un solo agobio mientras el resultado fue 0-0, y cerrando toda sombra de duda a los 25 minutos, cuando Adrián mató la eliminatoria.

En los primeros compases, los otomanos sólo llegaron en un par de oportunidades. Una dejada de Hugo Almeida, al que se vio más protestando que rematando, que terminó con un chut centrado de Simao (el portugués parecía empeñado en demostrar que se merecía algo más que la renovación a la baja que le ofrecieron), y un disparo lejano del lateral Koybasi que detuvo con seguridad Courtois.
El juego no tenía dominador claro, brega en medio campo, pocos sobresaltos en las áreas, y el partido transcurría calmo, como le interesaba a los del Cholo.
Sin embargo, un gol turco podía ponerlo todo patas arriba... Salvo que fuera de Turan.
El ex del Galatasaray, pitado por una de las hinchadas que le odiaba, se ofreció en todo momento, condujo y la pisó como sabe, y a punto estuvo de marcar el primero.

ADRIÁN, PICHICHI DE EUROPA
A punto porque en el citado minuto 25 Juanfran dibujó un precioso pase diagonal por encima de la zaga turca que dejó solo a Arda, pero el otomano controló mal, aunque con la suficiente clase para revolverse y asistir a Adrián, que venía solo por detrás, para que pusiese el 0-1.
Con este tanto, el asturiano hace historia, ya que con ocho goles iguala a Vavá (Copa de Europa de la 1958-59) como el máximo goleador del Atlético en una competición europea, superando, por ejemplo, las siete dianas de Forlán en el título de UEFA de 2010.
Aunque al récord han ayudado, eso sí, los tres goles que hizo en las rondas previas ante Stromsgodset y Vitoria.

UNA DEFENSA FÉRREA
Con el tanto, la quimérica remontada del Besiktas se convertía en ciencia ficción (como el infierno), y más con una defensa consolidada como la del Atleti. Me da rabia que se haya quedado fuera de ella Domínguez, pero Godín está inmenso. Jugó con una intensidad todo el choque como si la ida hubiera sido un 1-1. Se anticipa a cada balón, va fuerte, pero límpio, impecable por arriba, y la saca jugada. En eso, le acompaña Miranda. Mientras Filipe y Juanfran se muestran cada vez con más confianza.
El alicantino está aprendiendo el arte del lateral, añadiéndole su desborde y descaro como extremo.

MANCHESTERS FUERA
Así, con un Besiktas impotente, cada contra rojiblanca parecía abocada al segundo. Arda buscó por dos veces ser profeta en su tierra, pero se topó con Cenk Gönen, Adrián la cruzó un par de veces en exceso, y Koke (de lo más flojo en los rojiblancos) mandó al limbo una contra en la que debió dársela a Turan media hora antes...
Y con la encrucijada resuelta en Turquía, resultaba más interesante consultar el móvil para seguir frotándose los ojos con el 0-2 del Sporting en Manchester. Con City y United fuera, el Atleti es claro favorito para volver a levantar este título.
Sin embargo, los cruces, con ambas eliminatorias a resolver fuera, y con Mestalla esperando en el final del camino con ánimos de revancha, no deparan una aventura sencilla.

CENK NO CONOCÍA A FALCAO...
Más sencillo fue el final del partido, donde sólo el instinto depredador de Falcao hacía presagiar más goles. El único sobre el campo que no debió oler su sed de sangre fue el guardameta Cenk Gönen. Inseguro por definición, como nos avisó mi amigo Yigit Ozturk, en un balón bombeado tras un despeje de la zaga, Cenk fue a blocar la bola como si estuviera jugando contra su hijo pequeño. Sin embargo, el de enfrente era Radamel Falcao, que lejos de temer falta alguna al portero, metió su cabeza allá donde pudiera haber la más mínima oportunidad de gol. Y lo encontró.
Todavía hubo tiempo para el 0-3, en un descuento innecesario de cuatro minutos que aprovechó Salvio para remachar un buen pase en profundidad de Falcao.
Incluso dio lugar para que un espontáneo saltase al campo a recriminar a su dadivoso portero, seguido de una muchedumbre (muchos de ellos vestidos de calle) que por momentos me hicieron creer que corrían a matar al pobre guardameta.

EL CAMINO ESTÁ MARCADO
Ahora espera el Hannover. Después, el Valencia. Y más tarde, Bucarest. El sorteo no me ha gustado (de los seis cruces -contando las previas- cinco vueltas fuera de casa), pero el paso es firme (primeros de grupo y ahora pleno de victorias). Esperemos que el final sea el mismo que en 2010. Que volvamos a fundirnos con el trofeo que nos permitió volver a ser grandes. Cuando criticaban que llegamos a aquella final ganando sólo dos partidos...

2 comentarios :

David dijo...

Es una lastima que los dos partidos de vuelta sean fuera. Pero ya se elimino asi al Galatasaray, el Sporting o el Liverpool, y este año se puede volver a repetir.
Jugando al nivel actual, se eliminara al Hannover. Y con el Valencia se presenta un cruce muy igualado.
Ojala podamos llegar de nuevo a la final y seguir reverdeciendo viejos laureles.

Aunque sera dificil mantener el nivel en las dos competiciones, luchando tambien por entrar en Champions con una plantilla muy corta.

Un saludo

gabriel dijo...

Para llegar una final, no solo se necesita ganar, también se necesita saber no perder, y en caso de perder, saber como perder.