jueves, 5 de julio de 2007

El 'Niño' se hizo mayor

Fernando Torres se marchó ayer del Atlético de Madrid. Aunque tanto él como el presidente dejaron la puerta abierta a una futura vuelta, en mi corazón, y creo que en el de muchos atléticos, Torres ya no será él mismo.
Desde que supe que su marcha estaba confirmada, mucho antes de que se hiciera oficial, decidí que quería asistir a esa rueda de prensa. Decidí que quería preguntarle todo aquello que muchos de los periodistas no harían. Primero, por no preguntar lo políticamente incorrecto y, segundo, porque la mayoría ven su salida como “normal” (Llevan años postulándola, aunque me pregunto de qué hablarán ahora este verano…).
Me pasé hasta las dos de la mañana haciendo la recopilación de sus últimas entrevistas, datos, declaraciones… que podéis ver en el post anterior y hasta casi las tres escribiendo las preguntas. Sabía que probablemente no podría hacerle más que dos, pero tenía una decena preparadas.
En su salida, Torres sonrió al centenar de focos que le apuntaban. Era una sonrisa ‘ad hoc’, mecánica para mostrar ante la prensa, pero para mí, no era día para ningún tipo de sonrisas.
La rueda de prensa comenzó con la lectura de un comunicado por parte de Cerezo, y allí me llevé la primera sorpresa: “Ahora que quieres dar un paso en busca de nuevos retos, queremos desearte lo mejor…el Atlético te comprende y te deja partir con la esperanza de que vuelvas. Él quiere cumplir sus objetivos y nosotros tenemos que seguir luchando sin él. Respetamos su nuevo deseo y le deseamos un futuro lleno de éxitos”. Cerezo cargaba toda la responsabilidad de la salida a Torres y hasta por tres veces recalcaba que la decisión era suya.


"LA DECISIÓN HA SIDO MÍA"
Después, Fernando lo confirmaba: “La decisión que he tomado ha sido difícil. La propuesta del Liverpool era difícil de rechazar. Es bueno para todos…Yo pedí al club que se escuchara la oferta, la decisión ha sido mía. Ellos escucharon mi petición y hablaron con ellos y de la mano hemos decidido que esto era lo mejor para todos. La oferta llegó y yo pedí que se escuchara”.
Es decir, que Fernando Torres, el ídolo de todos, el ‘Niño’ que siempre se mantuvo firme asegurando que su futuro sería rojiblanco, que nos llevaría a Europa, a volver a ganar títulos… Ese Fernando Torres nos decía que la decisión había sido suya. Lejos del pensamiento que muchos sostenían, de que se marchaba obligado. Lejos de la idea de que, mientras el Atlético negociaba su salida, él se mantenía ajeno en la Polinesia. Y, sobre todo, lejos de la idea que yo tenía, de que dirían que ambas partes habían pensado que era lo mejor. Reparto de responsabilidades y aquí paz y después gloría. Al fin y al cabo, los únicos que íbamos a sufrir las consecuencias éramos los de siempre.
Torres cargaba el muerto a sus espaldas, y encima dejaba una coletilla que lo hacía más pesado: “Para mí esto no ha sido un club, ha sido mi familia, aún lo sigue siendo y espero que siempre lo sea”. No era el ejemplo más adecuado. Precisamente porque a una familia nunca, bajo ninguna circunstancia, se la abandona.

MI PREGUNTA
Tras una vida de negación
, Torres estaba aquí para decirnos que se iba. Entonces, llegó mi momento y le lancé la pregunta: ¿Qué tienes que decirle a aquellos aficionados que estén dolidos contigo porque consideran que les has mentido?
Entonces Torres saltó, se puso a la defensiva, el gesto se le torció y se justificó: “Bueno, yo creo que nunca he mentido. Siempre he dicho que mi idea era seguir aquí y que cuando tomara la decisión de marcharme lo diría y aquí estoy. La idea de quedarme siempre ha estado ahí, año tras año han llegado ofertas y nunca se han escuchado y en el momento que ha llegado una oferta que consideraba importante, tanto para el club como para mí, es cuando lo he dicho. Yo nunca me he escondido. Creo que no se me puede achacar nada, siempre lo he dado todo, me he dejado la vida por el club. Pero llega un momento en el que he decidido tomar otro camino. Pero quiero que quede claro que yo nunca he mentido a la gente. Siempre que se me ha desvinculado del club, siempre que se ha hablado de precontratos con otros clubs, yo no he sido el que lo ha dicho, yo no he sid
o el que he mentido. Nunca se ha engañado a la afición”.
Torres consideraba que nunca había mentido. Esperaba otra respuesta. Un “sé que siempre dije que me quedaría y comprendo que haya gente dolida, pero las cosas han cambiado…”. O un “lo siento, a mí también me duele dar este paso, pero necesitaba otra cosa…”. Pero no. Torres no ofreció una respuesta para los aficionados dolidos. Torres me vio como un periodista que le atacaba. Un periodista que le complicaba la vida en el día de su adiós. Pero creo que su respuesta no gustó a los aficionados rojiblancos y yo, en último término, le realizaba la pregunta como uno más de ellos. Pero él no lo vio así.
Al ver su reacción, al ver que contestaba con cierta vehemencia, desconecté por completo. Apenas atendí al final de su respuesta. Apenas asimilé el resto de la rueda de prensa, tampoco era muy necesario. Nadie le preguntó si el 0-6 le llevó a dar el paso. Nadie le pregunto si era consciente de que con su salida estaba dando la razón a todos aquellos que sostienen que el Atleti ya no es más que un equipo pequeño. Nadie le pregunto si entonces era cierto que le dijo a Luis que se iría este verano. Nadie le preguntó que dónde quedaba su sueño de jugar la Champions y ganar títulos con el Atleti…


TORRES HA DEJADO DE SER UN NIÑO
Cuando Torres me respondió, me di cuenta de que Torres había dejado de ser un "Niño". Me di cuenta de que Torres estaba ya muy lejos de aquel crío flacucho, que sólo era pecas, al que vi hablar por primera vez en un medio de comunicación en Telemadrid, después de haber marcado su primer gol con la camiseta rojiblanca en Albacete. Un niño risueño, con los ojos llenos de brillo, que le aseguraba al entrevistador que ascenderíamos a Primera.
Torres se va, y con él se va el último gran icono colchonero. Un icono que era además abanderado de la cantera. El mejor canterano que yo he visto en el Atleti en los últimos 20 años y que quizá nunca vuelva a ver a uno como él.
Torres se va, y su hueco no lo llenarán ni Forlán, ni Quaresma, ni Riquelme (si es que viene), porque no representarán ni la mitad de lo que él representaba.
Puede que Torres vuelva, “cuando el Atleti esté donde se merece”, como él mismo dijo, “cuando los que vengan consigan llevarlo donde yo no he podido”…
Puede que Torres regrese, pero ya no será el ‘Niño’.