
Dejando a un lado los marcadores, que son lo de menos en este periodo de preparación, la planificación de partidos ya me pareció bastante pobre cuando fue concebida.
Mallorca, Espanyol y Sporting como los rivales más potentes, cuando el 27 de agosto hay que medirse con el campeón de Europa, el Inter de Milán…
El verano pasado, Arsenal o Liverpool fueron algunas de las piedras de toque para un Atleti que tenía que preparar una previa de la Champions. Este año, con un título de por medio (para un club que en los últimos 14 años no había olido ninguno), me parece que los sparrings no han tenido un nivel de exigencia suficiente. Los rojiblancos se van a encontrar un Miura sin apenas haber pisado el albero.
Hay quien dice que para qué iban a enfrentarse a contrincantes de mayor enjundia, si con los de menor nivel han perdido. Pero hubiera preferido perder 3-0 ante el Manchester o el Bayern, que caer ante conjuntos de media tabla.
¿QUÉ PINTA QUIQUE EN LA PLANIFICACIÓN?

Pero lo que realmente me ha sorprendido (hasta ahora sólo estaba ligeramente indignado) es leer hoy a Quique quejándose de que le “habría gustado una pretemporada más potente, con un nivel de exigencia mucho mayor y con mejores escenarios”…
¿Pero qué pinta entonces el entrenador en la planificación de la pretemporada? ¿No podía Quique “sugerir” (entiendo que no va a cambiar todos los compromisos) algún partido de mayor imperativo?
El Atlético se presenta la semana que viene en el estadio Louis II de Mónaco sin haberse calibrado ante ningún equipo de primer nivel y, por si fuera poco, con la moral baja por las últimas derrotas cosechadas. Y es que, por mucho que sean amistosos, el poso del resultado queda en la mente de los futbolistas.
Qué tiempos aquellos en los que el prestigio, la motivación y el valor de ganar un Carranza, un Colombino o un Teresa Herrera, eran valorados por jugadores y aficionados.
Pero en esta era del fútbol moderno, en la que los partidos sólo valen en función de los ingresos que generan, el Carranza se juega con el estadio en obras, el Colombino ante apenas 200 espectadores, y el Villa de Madrid ni se celebra desde hace siete años…
CUANDO EL CARRANZA SÍ TENÍA VALOR
Aquí os dejo un enlace de la pieza que hice en Telemadrid en la previa de la final del Carranza, con imágenes del último ganado por el Atleti (2003 con Fernando Torres); el que se levantó en 1995 (en la pretemporada del Doblete), y en 1991, con unos jovencísimos Aguilera y Abel sosteniendo la Tacita de Plata. (Pinchad en la hora 1:07:00).