lunes, 21 de marzo de 2016

Decir adiós

JORNADA 30- SPORTING 2-1 ATLÉTICO
Goles: Griezmann.
¡Qué difícil es decir adiós a aquello a lo que se quiere de verdad! Cuánto cuesta, por mucho que intentemos prepararnos para la despedida, renunciar a algo por lo que se lleva ocho meses luchando. Por más que el objetivo se tornara difuso y lejano, siempre duele resignarse a que definitivamente hay que despedirse.
El sábado el Atlético de Madrid dijo adiós a la Liga de forma rotunda, después de caer en el campo del penúltimo, ante el peor local de todo el campeonato, realizando un partido romo en el que el cansancio no le dejó pensar, especialmente en el tramo final.
El equipo presentaba cinco variantes respecto al que se desfondó ante el PSV (Gámez, Lucas, Correa, Kranevitter y Vietto), pero sólo fue capaz de aguantar el tipo en el primer acto. En él, una genialidad de Griezmann al filo de la media hora marcó la diferencia.
Falta en la frontal del área. Le comento a mi padre: "No metemos una falta al arco iris. En los últimos años sólo ha metido una Griezmann y fue de rebote (contra Las Palmas)".
En ésas, el francés toma carrera, y toque magistral a la misma escuadra izquierda de Cuellar (0-1). ¡Golazo! Suele pasar...

ME DESPERTARON DE LA SIESTA...
Sin embargo, en el segundo tiempo el Atleti se fue diluyendo de la que es su verdadera esencia y fue perdiendo enteros. Correa en la banda es un fantasma del súper clase que en realidad es; Vietto lo intenta sin descanso, pero son pocas las veces en las que le sale; y Kranevitter no termina de acoplarse y desde luego no tuvo su tarde.
Los minutos fueron avanzando y, aunque el Sporting dominaba, no terminaba de crear verdadero peligro. Mientras, yo intentaba mantener los ojos abiertos en la sobremesa del día del padre ante tan soporífero espectáculo. Y me desperté en la recta final... a base de golpes.
En el 77, un centro chut de Sanabria en una falta terminó en el poste izquierdo de Oblak; y sólo dos minutos después, la bola acabó en la red. En un nuevo golpe franco en la frontal, la barrera fue un auténtico esperpento que se abrió por todas partes, y el disparo centrado de Sanabria se coló entre Filipe y Kranevitter, que envenenó la bola con su empeine izquierdo y descolocó a Oblak (1-1).  

EL CANSANCIO NO LE PERMITIÓ LUCHAR MÁS
Quedaban sólo diez minutos, y el Atleti debía enmendar un desastre que se había venido fraguando ante su dejadez en la última hora de juego. Y no pudo hacerlo. El cansancio ya era tanto, el desgaste físico y mental de la lucha de las últimas semanas tan brutal, que le hicieron caer desplomado a la lona ante el golpe del Sporting. Hasta el punto de que terminó por perderlo todo.
Apenas unos minutos más tarde, esta fatiga hizo que Giménez se rompiera definitivamente (tiene para tres semanas) en una carrera con Sanabria, que la aprovechó para dar el pase de la muerte a Carlos Castro y éste, a puerta vacía, la mandó al larguero. "Igual lamentan estos dos puntos a final de temporada para salvarse", comentó mi padre. Pero no serán estos dos puntos los que echen de menos.
Sólo dos minutos después, ante un Atleti totalmente roto y descentrado, un pase interior de Isma López rompió la espalda de Gámez, y Jony volvió a poner un pase de la muerte para que Carlos Castro, esta vez sí, apuntillara el 2-1 definitivo.

EN LA PRIMERA VUELTA NOS SALVÓ UN "SALTO DE FE"
En este mismo partido, en la primera vuelta, titulé mi crónica como "Salto de fe". En el último suspiro, Godín, que se había echado el equipo a la espalda en la recta final para desatascar un 0-0 que parecía inamovible, ganó un balón colgado al área de urgencia en un salto de fe y la prolongó para que Griezmann pusiera el 1-0. Por entonces el Atleti tampoco jugaba bien, pero todavía quedaban muchas fechas por delante, el equipo no tenía apenas errores en su mochila, la ilusión estaba intacta, y su espíritu de lucha le permitió estar enganchado al sueño de la Liga durante muchos meses.

YA SE DIJO ADIÓS MUCHAS VECES ANTES
Ahora, que parece que ya todo definitivamente se ha acabado, sigue costando decir adiós. Y pese a que en realidad ya se dijo adiós muchas veces y mucho antes, el 24 de enero (tras empatar con el Sevilla); el 30 de enero (tras perder en el Camp Nou); o el 21 de febrero (tras un nuevo empate en casa, con el Villarreal); uno sigue sintiendo que, si se pudiera borrar este último traspié en El Molinón, aún no estaría todo perdido. Y que, tras el empate del Barça en El Madrigal, la Liga aún nos habría brindado una última y cautivadora sonrisa.

TODAVÍA HAY POR QUÉ LUCHAR
Pese a todo, este Atleti, noble y orgulloso, todavía tiene muchas metas por las que luchar. La Liga está perdida, sí. Nos han castigado de forma demasiado severa por nuestros últimos errores. Pero la Champions está ahí. A otros, siempre favorecidos, el camino una vez más se les presenta más llano. Pero un atlético nunca se rinde, pese a la adversidad. "Eres el ser más terco que conozco", me dijeron una vez. Y sé que en este vestuario hay muchos tercos (pertinaz, obstinado, irreductible) que no van a bajar los brazos. Y es que ya lo saben, lo imposible sólo tarda un poco más.

jueves, 17 de marzo de 2016

Nunca dejes de creer

OCTAVOS DE CHAMPIONS- ATLÉTICO 0-0 PSV
Penaltis: 8-7- Griezmann, Gabi, Koke, Saúl, Torres; Giménez, Filipe y Juanfran.
El tifo que adornaba este martes el lateral del Vicente Calderón resume la esencia de este equipo del Cholo Simeone: "Atleti, nunca dejes de creer".
El "si se cree y se trabaja, se puede" que el Cholo convirtió en bandera de la meritoria Liga ganada en 2014 se reedita con este "nunca dejes de creer" que tiene un claro objetivo como anhelo de fondo: ganar la Champions League.

DEBE SER AHORA
Somos muchos los que creemos que debe ser ahora, en esta época, con este bloque, con estos jugadores con ese sentimiento de pertenencia (Godín, Juanfran, Gabi, Koke...) y ese carácter ganador y, sobre todo, con este entrenador...
Desde por la mañana me desperté con los nervios de que era día de partido grande. "Es la primera vez esta temporada que tengo esa sensación", le confesé a mi padre. Y es que nos hemos acostumbrado a lo bueno, y este año luchar por la Champions es el sueño que nos produce un mayor cosquilleo.

SE DEBIÓ ESTAR MÁS ACERTADO EN LA PRIMERA PARTE
El Atleti fue realmente mejor que el PSV en el primer tiempo. Salió fuerte en el primer cuarto de hora, entrando principalmente por la derecha con un Juanfran entonado, pero sin encontrar rematador. Hasta el mismo minuto quince, cuando un gran pase interior del alicantino encontró a Koke, éste sirvió al punto de penalti para Griezmann y el galo controló con la derecha y tiró con la izquierda, pero una rápida salida de Zoet evitó el 1-0. Ahí pudo estar la eliminatoria. Si el francés hubiera estado acertado (la ocasión era clarísima) el devenir del partido podría haber sido otro totalmente opuesto.

LOS ERRORES NO SE PUEDEN CAMBIAR
Pero no se puede vivir del pasado. Ese error no se pudo cambiar y, por suerte, el equipo creyó hasta el final, buscó la victoria mucho más que el PSV, y encontró un final feliz.
Los rojiblancos volvieron a apretar con fuerza en los últimos diez minutos antes del descanso. Un cabezazo a bocajarro de Griezmann (anulado por fuera de juego), un disparo arriba de Carrasco, y un par de jugadas embarulladas en el área que al final sacó la zaga holandesa hicieron al Atlético merecedor del 1-0. Pero no ocurrió.

LA ANSIEDAD FUE CRECIENDO
En el segundo acto, con el transcurrir de los minutos la ansiedad cada vez se hacía más patente en la grada... y empezó a contagiarse al campo. Pese a jugar en casa, por momentos parecía que el 0-0 nos eliminaba. Entró Torres (que pudo cambiar el partido con un zurdazo al poste) por Augusto (muy desacertado) en un cambio valiente; pero lo deshizo el Cholo al meter a Kranevitter (correcto) por un Carrasco que estuvo gris. Antes de eso, el poste y la mano de Oblak evitaron que Locadia pusiera un 0-1 que definitivamente nos habría matado.
Mientras el minuto 90 se acercaba, aumentaba el miedo y el cansancio de forma proporcional a cómo disminuían las ideas y el desparpajo. Torres fue el más incisivo (además del poste tuvo un intento de vaselina que se perdió por poco y siempre lo intentó) y Griezmann volvió a toparse con Zoet en otra buena ocasión. Pero la prórroga ya era inevitable.

EL TIEMPO DE PROLONGACIÓN SOBRÓ
Este tiempo de prolongación fue totalmente prescindible. El PSV se encerró totalmente y un Atleti ya demasiado machacado apenas tuvo una oportunidad clara. Saúl se coló de forma espectacular entre dos contrarios en la banda, pero su pase a Griezmann lo volvió a malograr el galo, que no tuvo su noche.
El añadido sólo prolongó el sufrimiento de ambos contendientes antes de llegar a una tanda de penaltis que parecía escrita mucho tiempo antes.

DOCE MINUTOS INTERMINABLES DE AGÓNICA TANDA…
Desde el primer penalti, que anotó Van Ginkel (el único que estuvo a punto de parar un Oblak que me decepcionó en este aspecto. Esperaba que al menos parara uno), hasta el definitivo transformado por Juanfran, pasaron doce agónicos minutos (de las 23:18 a las 23:30 horas) en una tanda que parecía que no se acabaría jamás.
Cada penalti anotado por los holandeses provocaba en mí una enorme frustración, y que echara sapos y culebras por la boca. Por el contrario, los goles rojiblancos sólo me producían alivio, ante la tensión que suponía un posible fallo. Ninguna alegría. No pude explotar de júbilo hasta el gol de Juanfran.

MIL PENSAMIENTOS NEGATIVOS
Hasta entonces, mil pensamientos negativos pasaron por mi cabeza. Desde el inicio pensé: "El año pasado ya eliminamos al Leverkusen por penaltis. Esta vez no va a haber tanta suerte...".
Cuando Torres encaró los once metros para lanzar el quinto y definitivo, era irremediable no acordarse de los muchos penaltis errados en su anterior etapa de colchonero y en los muchos madridistas que en esos momentos aguardaban con el colmillo afilado: "Ya está, os han echado de Champions gracias a paquetorres...".
Por suerte, Fernando lo transformó con seguridad. Sin embargo, los pensamientos negativos me seguían atormentando: "Giménez es demasiado joven. Mucha presión..."; "Verás Filipe, ahora empezarán con que se podía haber quedado en Chelsea...".

SABÍA QUE JUANFRAN LO METERÍA
Hasta que llegó Juanfran. Previamente Narsingh lo tiró al larguero, sí. Y no es lo mismo la presión de tirar un penalti que si lo fallas te elimina de la Champions, a lanzarlo sabiendo que si marcas te conviertes en el héroe de la noche. Con esta última premisa hizo el paseíllo Juanfran Torres. Y en esta ocasión estaba convencido de que lo metería.
Juanfran es un hombre tranquilo. Abnegado trabajador que se ha hecho así mismo. Uno de esos hombres que pocas veces luce, pero que se sacrifica por el beneficio del grupo. Un extremo talentoso que ha alcanzado las mieles del éxito a raíz de renunciar a las florituras pegado a línea de fondo para dedicarse a pelear por tapar el lateral.

JUANFRAN, CONVENCIDO DE VOLVER A UNA FINAL DE CHAMPIONS
Juanfran es uno de los hombres de este equipo que tiene claro, junto a Godín, que este grupo va a repetir final de la Champions. Me lo dijo con firmeza cuando le entrevisté para la biografía de Diego: “Esa final nos hizo más fuertes a todos. Estoy convencido de que vamos a volver a una final de Champions y la vamos a ganar”.
Por ello, cuando vi que era él el encargado de lanzar la pena máxima decisiva (la decimosexta de la noche) tuve claro que iba para dentro. No sé ni por dónde la metió (luego vi que lanzó pegado al palo derecho como si llevara haciéndolo toda la vida), pero según entró le pegué a mi padre un abrazo de los que hacen época.

EL SUEÑO SIGUE VIVO
El Atleti sigue vivo. El sueño sigue vivo. Y la clave para ello ha sido ésa: "Nunca dejes de creer". Y es que, para alcanzar cualquier meta en esta vida, siempre hay que creer. Del convencimiento propio parte el que se consiga cualquier cosa. No se puede dejar de fumar si realmente no se cree en ello; no se puede sostener una relación si se hace con dudas; como no se puede llegar a Italia si no estamos convencidos de que vamos a hacerlo. Después, se podrá lograr o no, pero sólo siendo honesto con lo que queremos se podrán alcanzar las cotas más altas. Y este Atleti, es honesto.        

domingo, 13 de marzo de 2016

De tres en tres

JORNADA 29- ATLÉTICO 3-0 DEPORTIVO
Goles: Saúl; Griezmann, Correa.
Llegó el Atlético de Madrid al final de la primera vuelta líder (sin contar ese partido menos del Barça que tantas ilusiones vanas nos provocó al vernos en lo más alto durante tres jornadas), aunque apenas sumaba 27 goles a favor (1,42 goles por partido). Sólo había sido capaz de hacerle tres goles al Sevilla, en la jornada dos.

SE ENCONTRÓ LA ESTABILIDAD
Sin embargo, desde que comenzó la segunda vuelta, le hizo tres a Las Palmas, tres al Eibar, y ahora suma de tres en tres: 3-0 a la Real; 1-3 al Valencia; y 3-0 al Deportivo. En diez jornadas, la mitad haciendo tres tantos. En tres partidos, ha marcado un tercio de los goles de toda la primera vuelta...
Dice el Cholo que el equipo ha encontrado una forma "más estable" de jugar. Y en la estabilidad está la clave para que cualquier cosa funcione en esta vida. En el último mes se ha logrado esa estabilidad, se hicieron tres consecutivos (desde la victoria en el derbi ante el Real Madrid) y ahora sólo hace falta que el martes no nos bloqueemos en nuestra casa y no nos entre la ansiedad.

SAÚL CRECE POR DÍAS
El Depor fue demasiado poco rival para un Atleti que ha vuelto a coger la sintonía y a recuperar su mejor estado. A los 17 minutos los rojiblancos se adelantaron. En una jugada sin aparente peligro, Filipe sacó un buen centro desde la izquierda y Saúl entró con todo, comiéndose a Manuel Pablo (el único vestigio del último Súper Depor, pero que los 40 años que refleja su DNI no mienten...), y conectando un cabezazo imponente fuera del alcance de Lux (1-0). A sus 21 años, el canterano crece por días, y con el de ayer suma ya ocho goles este año (cuatro en Liga; dos en Champions; y dos en Copa).
Carrasco pudo incrementar la renta cinco minutos después, pero tiró al muñeco, y al borde del descanso Griezmann no encontró portería tras una cabalgada desde medio campo después de un error grosero de Arribas. Los deportivistas exhibieron varios de estos fallos en la zaga, y así es imposible aspirar más que a la mitad de tabla. Y gracias.

CARRASCO HA VUELTO; GRIEZMANN NUNCA SE HA IDO...
El inicio del segundo acto nos recordó cuánto hemos echado de menos a Carrasco (especialmente en Eindhoven) y la frescura que aporta. Dos eslalon suyos sorteando contrarios nos alegraron la vista, acabando uno de ellos sacando astillas al larguero.
Le faltó un poco de puntería. La que le sobra a Griezmann y la que sigue sin tener Koke. Empieza a ser exasperante la dificultad del vallecano para levantarla en los córners... Pero en un gili-córner, hizo la pared con Carrasco y puso un buen pase interior a Griezmann para que el galo la cruzara a la red (2-0). Si Saúl lleva ocho, Griezmann lleva 23 (16 en Liga; cuatro en Champions; y tres en Copa).
  
...Y DE CORREA SE ESPERA MÁS
El Depor no se rindió, y de nuevo Saúl, ahora en defensa, salvó en la línea un gol de Cartabia. Pero ahora el que no perdona es el Atleti, y en el 83 Correa definió a la perfección un gran pase largo de Gabi (3-0). El argentino todavía pudo hacer un doblete poco después, pero no precisó un buen disparo. Sigo teniendo muchísimas esperanzas depositadas en este niño (21 años recién cumplidos) que siempre hace algo diferente.

EL ATLETI ESTÁ MÁS FUERTE
El Atleti está bien. El Atleti está más fuerte. Ha recuperado al 95% sus mejores sensaciones de la temporada. Ha dejado atrás el daño y camina con paso firme, avanzando mucho, por la Liga. Su único problema es el Barça. Cuya alargada sombra siempre está ahí. Por ello, lo del martes es fundamental. Llega la Champions. La verdadera prueba de fuego. El Atleti es muy superior al PSV, pero el 0-0 es un resultado peligroso. Ahora se suma de tres en tres, sí, pero los miedos y las sequías del pasado aún están cercanos y cuando la ilusión vuelve a ser máxima, hay que evitarlos.
Este Atleti lo quiere todo, y el todo es la Champions. Por ello, el martes no puede haber lugar a la duda, al miedo, o al agobio. Hay que tener paciencia y dejar la ansiedad y los bloqueos a un lado. Porque cuando se quiere algo, y se sabe que se cuenta con la capacidad para lograrlo, sólo hay que perseguirlo con decisión y constancia.
La historia nos lo debe. Este grupo se lo merece. Y el PSV este martes es sólo la primera parada a superar de un viaje que debe terminar en Italia, porque así nos lo han prometido. Allí, es donde quieren besar a la tan perseguida novia.          

martes, 1 de marzo de 2016

Superar los miedos ¡Cómo hemos cambiado!

JORNADA 26- REAL MADRID 0-1 ATLÉTICO 
Goles: Griezmann.
"Se puede tener miedo de un león, pero nunca de una cucaracha. Un león puede matarte, una cucaracha no. Es un miedo irracional". Con este lógico razonamiento intentaba una psicóloga hacer ver a su paciente que debía superar su entomofobia (miedo a los insectos). Sin embargo, durante casi catorce años (octubre de 1999 - mayo de 2013) no hubo entrenador, ni psicólogo, ni los dos en uno (el caso de Gregorio Manzano) que metiera en la cabeza de los futbolistas del Atlético de Madrid que su miedo a lo blanco, que les provocaba salir derrotados de antemano en muchos derbis (especialmente en el Calderón) era irracional.

EL ATLETI SALÍA DERROTADO DEL VESTUARIO
En esos catorce años, el Atlético de Madrid ha recibido goles a los 14 segundos (Ronaldo, el de verdad, en la 2003-04, en un Real Madrid 2-0 Atlético), a los 32 segundos (Raúl en la 2007-08, Atlético 0-2 Real Madrid) o a los 34 segundos (Van Nistelrooy en la 2008-09, Atlético 1-2 Real Madrid), buena prueba de que los rojiblancos no salían realmente a luchar por la empresa que tenían entre manos, sino que antes de empezar ya habían arrojado la toalla.
Medio en broma medio en serio (todas las bromas tienen su parte de verdad), durante aquellos años mi padre y yo llegábamos a los derbis del Calderón preguntándonos si alcanzaríamos el minuto cinco sin haber recibido el 0-1 (Kaká marcó a los cuatro minutos en un Atlético 2-3 Real Madrid de la 2009-10; y Solari lo hizo a los cinco minutos en un Atlético 1-2 Real Madrid de la 2003-04).
Eran tiempos duros. Muy duros. En los que uno acudía a los derbis como un sentenciado a la horca. Se pasaba mal. La agonía comenzaba muy pronto y uno se iba con la sensación, en la mayoría de estos choques, de que ni siquiera había habido partido. Las secuelas de estos derbis cada vez se hacían más pesadas (once años sin ganar al eterno rival... doce años... trece años...) y el deseo de que llegara una revancha que parecía que nunca se produciría casi se anulaba.

APENAS HABÍA VISTO CUATRO DERBIS CON VICTORIA
Con 30 años cumplidos, sólo había visto al Atleti derrotar al Real Madrid (siendo plenamente consciente) en cuatro ocasiones: 2-0 en Liga en la 1991-92; 0-2 en la final de Copa del Rey de 1992; 3-1 en Liga en la 1998-99; y 1-3 en Liga en la 1999-2000, el mencionado mes de octubre de 1999... Me pasé mis últimos años en el colegio y prácticamente toda mi etapa en el instituto sin un triunfo que poder echarle a la cara a mis amigos vikingos. De la universidad, ni hablamos...

SIETE TRIUNFOS EN LOS TRES ÚLTIMOS AÑOS
Pero todo eso cambió un 17 de mayo de 2013 en aquella final de Copa del Rey (otra vez) en el Santiago Bernabéu. El Atleti no fue mejor, pero sí le echó más co...raje y corazón y se llevó el título. Sin embargo, esa noche que jamás se borrará de la memoria de todos los atléticos hubo una conquista mucho mayor que el metal levantado: se perdió un miedo...
Desde entonces (y sí, voy a regodearme en enumerarlos), el Atlético de Madrid ha ganado siete veces al Real Madrid en menos de tres años: 1-2 en la final de Copa de 2013; 0-1 en Liga en la 2013-14; 1-0 en la Supercopa de 2014; 1-2 y 4-0 en Liga en la 2014-15; 2-0 en octavos de Copa en la 2014-15; y el 0-1 de este sábado en Liga en el Santiago Bernabéu.
Es decir, que en menos de tres años he visto al Atleti derrotar al Real Madrid casi el doble de veces (siete a cuatro) que en gran parte de mis anteriores 30 años de vida.

LA PANCARTA QUE LO CAMBIÓ TODO
No fue inmediato, pero la tendencia se ha revertido totalmente desde que los Ultras sacaran esta pancarta en el Fondo Sur del Bernabéu: "Se busca rival digno para derbi decente".
Sólo una temporada después, el Atlético comenzó a derrotar a su eterno rival, lo que demuestra que los anuncios por palabras funcionan. Este sábado en el Santiago Bernabéu el Atlético de Madrid volvió a ser mejor que el Real Madrid. Koke fue más vertical que Modric; Saúl tuvo más clase que James; Gabi mandó más que Kroos; Godín y Giménez estuvieron más rápidos que Benzema; y Griezmann tuvo más acierto que Cristiano. El portugués (que aseguró que si todos estuvieran a su nivelazo, el Madrid sería primero) tuvo dos clarísimas ocasiones, pero en una remató centrado (con la cabeza) y en otra muy cruzado (con el pie). En cambio Griezmann, la enchufó para dentro tras una buena pared con Filipe Luis al inicio del segundo acto (0-1). 

¿POR QUÉ SE FUNDÓ EL ATLETI?
El Cholo Simeone ha recordado a sus jugadores el porqué se fundó este club hace ya casi 113 años en la capital. Un origen que se remonta a un grupo de estudiantes bilbaínos que buscaban demostrar que se podía ganar con otro tipo de fútbol, con otros argumentos, que no la prepotencia y la altanería de los del Real Madrid. Un club que con los valores de la humildad, la nobleza, la dignidad y la honradez... el esfuerzo diario y el espíritu de superación para llegar más lejos, creyó que se podía competir con el más acaudalado, el más privilegiado o el más aventajado. Un equipo que confió en que lo auténtico pesaba más que lo superficial.

QUERER, CREER Y LUCHAR POR ELLO
El Atlético de Madrid se convirtió este sábado en el primer equipo en la historia de la Liga en ganar en tres temporadas consecutivas al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. El paciente, descubrió que, aunque lo que hubiera enfrente fuera un león, no tenía nada que temer, porque creyendo en uno mismo, podía convertirse en un león tan fiero o más que su oponente. Lo que entonces eran dudas, se convirtieron en certezas. Y donde antes se temblaba, ahora se avanza con determinación. Querer, creer y luchar por ello. Y desde que la mentalidad ha cambiado, las cucarachas siguen existiendo. Pero ya no asustan a nadie.