lunes, 30 de junio de 2008

Un triunfo con millones de caras, pero sobre todo una, la de Luis Aragonés

España ya no es una bagatela. Los hombres de Don Luis Aragonés lograron anoche su segunda Eurocopa, lo que les coloca como el segundo país más laureado del viejo continente, sólo por detrás del equipo al que ayer se obligó a realizar una genuflexión: la tricampeona Alemania.
Tras 44 años de ‘ventaja’ al resto de países, España es la segunda potencia de Europa
, empatada con Francia con dos Eurocopas, y por delante de selecciones como Italia u Holanda, que sólo han ganado una, o Inglaterra, que jamás ha levantado el cetro continental.

OTRA VEZ TORRES
Y todo gracias a un gol marcado por un hombre al que todavía apodan el Niño, que ya había dado a este país dos europeos con sus tantos (Sub 16 y Sub 19) cuando realmente sólo era eso, un niño.
Fernando Torres volvió a reivindicarse como lo hacen los grandes: en el momento decisivo. Y volvió a callar bocas como siempre ha hecho desde que debutó en el primer equipo del Atlético de Madrid. Por desgracia, antes las callaba de rojiblanco. Ahora ya sólo defiende la ‘Roja’ (la del Liverpool y la de la Selección), pero me alegro por él, aunque el sentimiento no es el mismo que cuando estaba de nuestro lado.

LUIS, COMO UN NIÑO
Especialmente me alegro por Luis Aragonés. Ese hombre. A sus casi 70 años, ver su cara de felicidad como si también fuera un niño casi me humedeció los ojos. Verle levantar los brazos como símbolo de victoria. Verle reir temeroso mientras era manteado por sus chicos...
Luis ha dado a España una alegría que no habían visto muchas generaciones y que otras ni recordaban. Y, sobre todo, se ha dado a él mismo la despedida que se merece. El colofón a una carrera plagada de éxitos. El reconocimiento a su sapiencia insondable.
Ahora, todos aquellos que clamaron por su cabeza hace dos años le preguntan lastimosamente si no se plantea quedarse.
No se me ocurre mejor forma de salir. Ahí tienen su Eurocopa, gracias por todo y adiós.

LAS CARAS DE LA VICTORIA
La cara de Luis es la que mejor escenifica este triunfo. Pero ha sido una victoria con muchísimas caras. La de Iker Casillas. Ese chico que no es galáctico, sino de Móstoles. Que cae bien a indios y culés. Para el que prevalecía levantar un título con su selección antes que con el Real Madrid.
La de Sergio Ramos, y su nuevo recuerdo a Antonio Puerta: “Siempre con nosotros”.
La de Puyol o Xavi, dos súper cracks que han soportado dos años muy duros desde su sentido barcelonismo.
La de Senna, ese hombre nacido en Brasil que se ha convertido en el pulmón de España.
La de Dani Guiza, que ha lucido afeitado y arquero por toda Europa.
La de 'Marchena Beckenbauer'. La de Cazorla, ese asturiano que ni iba a ir a la cita, pero se ha erigido como el revulsivo. La de Silva o la de Iniesta, que representan mejor que nadie el ‘tiki-taca’ de esos locos bajitos.
Y la de Fernando Torres, por supuesto, que también sabe jugar con la selección.

ORGULLO DE SELECCIÓN
Y la de los 44 millones de españoles que han podido pasear con orgullo ese sentimiento de selección que según muchos no existía en este país.
Un orgullo que afloró especialmente cuando, en los últimos minutos, España plasmaba su superioridad presionando a los alemanes en su propia área y tocando en campo ajeno en el minuto 92, cual rondo en un entrenamiento, evitando cualquier opción de resurgimiento germano. Y es que ya lo dijo Fernando Torres: "Esta Eurocopa la ha ganado el mejor".
Una Eurocopa de todos y para todos, que supone un antes y un después en la historia y en la mentalidad de nuestra selección porque ¡¡hemos podido!!, porque ¡¡podemos!!