Mostrando entradas con la etiqueta Copa de la UEFA Europa League 2017-18. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Copa de la UEFA Europa League 2017-18. Mostrar todas las entradas

sábado, 5 de mayo de 2018

Cuando lo extraordinario se convierte en ordinario

SEMIFINAL- VUELTA
ATLÉTICO 1-0 ARSENAL
Goles: Diego Costa.
Hace justo ocho años, en la semana del lunes 3 de mayo al viernes 7 de mayo de 2010, pasé unos días de enormes nervios e ilusión, mezclados con angustia, incertidumbre y resignación.
El Atleti, por primera vez en 24 años, había llegado a una Final en Europa. La última, curiosamente, se había disputado en Lyon, en una Recopa perdida por los rojiblancos ante un potente Dinamo de Kiev.
A esto se le añadía una sequía de catorce años sin ganar títulos (desde el Doblete de 1996), por lo que la ocasión de viajar a Hamburgo para intentar ver in situ cómo el Atleti volvía a tocar metal se presentaba irrenunciable.
Pero las circunstancias no parecían las más propicias para mí. En primer lugar, por número de abonado a priori no me tocaban entradas. En segundo, y muy importante, mi padre no quería viajar (a día de hoy la Final más lejos a la que he conseguido llevarle ha sido al Bernabéu), y ni mi novia, ni ningún amigo atlético estaban por la labor de abordar esta aventura (sólo el vuelo costaba más de 400 euros). 

RENUNCIÉ A LAS ENTRADAS PARA HAMBURGO
El primer escollo lo salvé sin mucho problema (enseguida encontré dos entradas de un patrocinador que me dejaba por 130 euros cada una), pero tras varios días de "negociaciones" no encontré compañero de viaje. Así que la mañana del viernes 7 de mayo (a cinco días de la Final) llamé a mi contacto y le dije que renunciaba a las entradas. Viajar solo se me hacía muy cuesta arriba y, en cualquier caso, no iba a comprar yo las dos entradas.

PERO AL FINAL ME PASÉ POR EL CALDERÓN
Sin embargo, esa misma mañana cuentan en Radio Marca que todavía quedan entradas. Que, pasados los primeros días de venta asignados a los 15.000 primeros abonados, aún hay tickets en taquilla. Esa noche había dormido en Madrid en casa de mi novia, y un cosquilleo en el estómago me dice que como mínimo tengo que pasarme por las taquillas del Calderón a ver qué se cuece. Así que aparco el coche en el Paseo de los Melancólicos, pongo un ticket de la hora por 20 minutillos, y veo con asombro que no hay colas. Me acerco a ventanilla, pregunto, y quedan entradas de 55 euros... No me pregunten cómo fue, pero unos segundos después tenía la entrada en el bolsillo.

ERAN 24 AÑOS SIN LLEGAR A UNA FINAL EN EUROPA
En los días previos había intentado autoconvencerme de que viajar solo era una locura... Pero tampoco podía evitar pensar que el Atleti llevaba 24 años, 24, sin aparecer en una Final europea... y que si la historia volvía a repetirse, en la próxima Final tendría más de 50 años. ¡A saber cuáles serían mis circunstancias entonces! Así que me lié la manta a la cabeza, y allí empezó mi locura en solitario rumbo a Hamburgo.

3 DE MAYO DE 2018
Han pasado ocho años de la historia que acabo de narrarles, y pasadas las once de la noche del 3 de mayo de 2018 el Atlético de Madrid alcanza su quinta Final europea desde entonces. La de Hamburgo fue la primera (UEFA 2010), y desde esa temporada todos los años pares el Atleti ha vuelto a jugar una Final en Europa (UEFA 2012, Champions 2014, Champions 2016 y UEFA 2018). Muy pocos equipos en todo el continente pueden presumir de un palmarés similar.

AQUELLA IMAGEN DE LOS INGLESES RIÉNDOSE...
El rival a superar para llegar a esta nueva Final era un histórico como el Arsenal, con el que, paradójicamente, jamás nos habíamos enfrentado en partido oficial.
En la ida se había sufrido muchísimo. Vrsaljko fue expulsado a los nueve minutos (la expulsión más rápida en la historia de la UEFA... y probablemente también incluyendo la Champions) y tres minutos después era Simeone el que se iba a la calle. Las imágenes de televisión captaban a un grupo de aficionados gunners en la grada con una sonrisa de infinita felicidad despidiendo al Cholo mano al viento. Desde ese mismo momento yo ya estaba pensando en el partido de vuelta: "Hay que salir vivos de aquí, eliminarles en el Metropolitano, y que se traguen esas sonrisitas".
Y se sobrevivió. Y de qué manera. En un nuevo recital defensivo, con Oblak como protagonista, el Atleti volvió a hacer poesía de la resistencia y, tras encajar un único gol de Lacazette, Griezmann empató en el 81 para lograr un tesoro (1-1).

En la vuelta el Metropolitano presentó sus mejores galas. Lleno casi hasta la bandera y un ambiente que, sin llegar a la magia del Calderón (no sé si podremos alcanzar esas cotas), alcanzó niveles de ebullición bastante altos.

GODÍN, IMPERIAL
Esperaba un inicio fuerte de los colchoneros, pero no fue así. En los primeros minutos tan solo Costa dispuso de una buena ocasión, que mandó alta en un mano a mano con Ospina. De hecho, el Arsenal dominaba más la pelota, de manera muy intensa en algunos momentos. Su merodear el área no acabó en males mayores por un Godín imperial, a un nivel altísimo, que por alto, por bajo, al cruce o dominando el área, cortó o achicó todos los balones que amenazaban a Oblak (que en esta ocasión se marchó prácticamente con los guantes impolutos).

EL GOL LLEGÓ TRAS UN SAQUE DE OBLAK
En los minutos finales del primer acto sí apretó más el Atleti. Koke y Griezmann avisaron con dos zurdazos que se perdieron cruzados por centímetros, y en la jugada más inesperada, Diego Costa encontró el premio.
En un pelotazo largo de Oblak, tras un control largo que acongojó a algunos en la grada, Chambers sale a la banda a despejar de cabeza, la defensa se descoloca, Thomas gana el rechace para Griezmann, el galo encuentra profundo a Diego Costa, que gana la espalda a Bellerín y supera a Ospina (que va al suelo muy, muy rápido) por arriba. 1-0 y el Calderón (perdón, me sale solo...) enloquece. Gol al borde del descanso, mejor imposible.

DIEGO COSTA DIO MIEDO
No dio miedo el Arsenal en el segundo tiempo. Dominó, sí, pero Godín siguió anulando todo lo que oliera a peligro, Oblak apenas tuvo que intervenir una vez (en un disparo lejano de Xhaka) y arriba Diego Costa se multiplicó. El hispanobrasileño volvió a ser ese delantero potente que arrasa defensas allá por donde pasa. Dos recortes secos suyos, en ambos flancos del área, sembraron el terror y no acabaron en gol por muy poco. En uno se cruzó Chambers tras romper a Mustafi; en el otro, volvió a romper a los dos centrales, pero Chambers reaccionó rápido y taponó el tiro de Griezmann. La pantera hizo ese partido por el que tanto le hemos echado de menos estos tres años y medio, y se marchó acalambrado dejando al equipo a diez minutos de la Final.

Y VIVIMOS UN PASE A LA FINAL EN CASA
Y ya estamos allí, en Lyon. Convirtiendo lo extraordinario en ordinario. Logrando una temporada sí y otra no lo que otros tardaron un cuarto de siglo en poder repetir. Pero en esta ocasión hubo una diferencia en la antesala a la Final. Por primera vez, pudimos celebrar el pase en nuestra casa. La fiesta no tuvo que ser en Liverpool, Valencia, Londres o Múnich, sino aquí, en Madrid. Lástima que no pudo vivirla nuestro Calderón querido. La próxima, sí toca en campo neutral.

domingo, 18 de febrero de 2018

Los años van pasando...

Estos últimos días han estado plagados de recuerdos para mí.
El jueves, el Atlético de Madrid regresaba, cinco años después, a la competición que volvió a hacerle grande. Desde el 21 de febrero de 2013 no jugaba la UEFA Europa League, día en el que fue eliminado en dieciseisavos por el Rubin Kazan (0-2).
Pero sólo nueve meses antes, había logrado en Bucarest el primer título de Simeone, de la mano de un enorme Falcao (3-0 al Athletic); y el 12 de mayo de 2010 recuperó la memoria en Hamburgo, tras catorce años de amnesia, y volvió a levantar un título (2-1 al Fulham).
OCHO AÑOS DE HAMBURGO, OCHO AÑOS DE GODÍN
Han pasado ya ocho años de aquella noche histórica en el Hamburg Arena. Los mismos que lleva Diego Godín en el Atleti, que firmó apenas tres meses después con los rojiblancos.
Este viernes 16 de febrero, el uruguayo cumplía 32 años. Lleva once en España y ocho como atlético. Como decía en el tuit con el que le felicité, en este tiempo Godín se ha dejado los dientes por el Atleti, se ha dejado la nariz, pero, sobre todo, se ha dejado la cabeza y el corazón ("Coraje, corazón y cabeza", ya saben) por nuestro escudo. El charrúa volvía el jueves (protector bucal mediante) a defender nuestros colores. Y lo hacía con el brazalete de capitán, imagen que ya comienza a convertirse en habitual (no en vano lleva tres años como segundo capitán).

GODÍN CUMPLE LOS AÑOS EL MISMO DÍA QUE MI ABUELITO
Curiosamente (las casualidades no existen), Diego Godín cumple los años el mismo día que una de las personas más queridas de mi vida, mi abuelo. Este viernes, mi abuelito Emilio hubiera cumplido 92 años. Por desgracia, pronto sumaremos seis años sin él, y estos días he recordado su último cumpleaños con nosotros.
La UEFA, mi abuelo y Godín se han juntado este 16 de febrero para hacer a mi memoria retrotraerse a ese mismo día del año 2012.      

UN 16 DE FEBRERO DE 2012, EL ATLETI JUGABA EN ROMA CONTRA LA LAZIO
Lo recuerdo como si fuera ayer, sentado frente al televisor en el salón, con mi abuelo a mi izquierda en el sofá, y junto a él mi tío Emilio, leyéndole algunos recortes de prensa (mi abuelo hacía muchos años que no podía leer, ya que estaba prácticamente ciego).
El día de su 86 cumpleaños, el Atleti jugaba en Roma ante la Lazio. Antes habían visitado al Papa, lo cual para mi abuelito era un motivo de orgullo, ya que siempre fue muy religioso. Todavía recuerdo la ilusión que le hizo una medalla del Papa Juan Pablo II que le traje precisamente de Roma tras un viaje.

"YA VERÁS CÓMO GANAN POR MI CUMPLEAÑOS"
“Ya verás cómo ganan por mi cumpleaños”, me aseguró esa tarde. “Tranquilo, seguro que remontan”, me animó después, cuando los laziales se adelantaron con un gol de Klose a los 20 minutos. Y remontó. Y con cada uno de los tres goles rojiblancos (Adrián y dos de Falcao), me estrechaba la mano con su sonrisa bonachona y me decía convencido: “¿Ves? Ya te lo dije yo”.

También por eso el partido de Copenhague me hizo rememorar esa victoria en Lazio. El Atleti remontó con solvencia un 1-0 en contra y terminó sentenciando la eliminatoria, lo que me dejó cierto regusto amargo por pensar que en la vuelta en nuestro estadio nos esperaba un partido descafeinado (soy así, no puedo evitarlo). En aquella vuelta, por cierto, ganamos 1-0 y el autor del único gol fue Diego Godín. Veremos si se repite la historia.

MI ABUELITO Y GODÍN, BUENAS PERSONAS
Por signo del Zodiaco, mi abuelito y Godín son Acuario. Dicen de los Acuarios que son personas honestas, leales, humanitarias, independientes... a las que les gusta luchar por las buenas causas y con un fuerte sentido de la convicción y de la verdad. No creo en estas cosas, pero sí puedo decir que tanto mi abuelo como Diego eran/son buenas personas.

ME INCULCÓ EL VALOR DE LA FAMILIA
Mi abuelito siempre me inculcó el valor de la familia. Luchó mucho para sacar adelante a sus cinco hijos y a su mujer, y ya de mayor nunca se cansó de repetirme la importancia de que ayudara a mi madre. De hecho, a día de hoy debo reconocer que si me considero una persona familiar es, en gran medida, por esa serie de valores de los que me imbuyó mi abuelito.
GODÍN CELEBRA SU CUMPLEAÑOS JUNTO A SUS PADRES
En el caso de Godín, en estas fechas, como cada año, disfruta de unos días junto a sus padres Julio e Iris, que vienen a visitarle desde Uruguay para celebrar junto a su hijo su cumpleaños.
Hace tres años, tuve la fortuna de poder coincidir con Godín en esos días y entrevistar a sus padres en persona en la casa de Diego.
Lejos de tener la sensación de estar en la casa de una estrella del fútbol rodeado de una familia estirada, su sencillez, su amabilidad y su cercanía me hicieron sentir comodísimo.
Una de las primeras cosas que hizo Diego cuando llegó a profesional fue comprar a sus padres "un pedazo de campo en Rosario, y mi padre, como le gusta y sabe, tiene ganadería y allí está al mando".

EL AMOR DE GODÍN POR SUS PADRES
Sólo me hicieron falta unos minutos viendo interaccionar a Godín con sus padres para darme cuenta de ese amor que el uruguayo profesa por sus progenitores. Y, como relato en el libro, tuve el enorme privilegio de vivir in situ cómo Diego se quedaba literalmente sin palabras, y debía tragar saliva con un nudo en la garganta, cuando me contaba que lo primero que hizo cuando le convocaron para debutar con el primer equipo del Atlético Cerro fue llamar a sus padres. "Era un poco devolverles todo lo que habían hecho por mí. Pensar en el orgullo que podrían tener ellos al ver que yo había llegado a Primera División fue... impresionante", me contaba aquel día, antes de que la emoción le impidiera continuar.

OJALÁ MI ABUELITO ESTUVIERA AQUÍ...
Los años van pasando, y son muchas las veces en los que uno piensa "cómo me hubiera gustado que mi abuelito pudiera ver esto". Mis crónicas en la COPE, mi llegada como jefe de prensa al Ayuntamiento de Parla, el libro de Godín... Lo que habría dado porque mi abuelito hubiera podido estar en la presentación del libro y haberle presentado a Diego.
Mi abuelito, fan número uno de las crónicas de su nieto en el blog, “la flor y nata del periodismo”, “la pluma más acerada de todo Getafe” (este tipo de frases me dedicaba), cuánto orgullo habría sentido por ver que escribía la biografía de uno de los jugadores más importantes de la historia del Atlético de Madrid.

CON MI ABUELITO, YO ERA MEJOR PERSONA
Mi abuelito pasó sus últimos meses de vida en mi casa, con mi madre, mi hermano y yo. Pero sus últimos años vivió en casa de mi tía, en San Blas (muy cerca del Metropolitano). Allí, cada viernes, sin falta, acudía a leerle aquellas noticias que había hecho en EFE que pensaba que le podían interesar más, o a ponerle las narraciones del Almería (él era de Adra) que hice en mi época en Marca TV. Echando la vista atrás, puedo decir que yo mismo era mejor persona cuando mi abuelito estaba en mi vida.
Perdonen la vena sentimental. Uno también se va haciendo viejo... Sólo espero que ojalá que mi abuelito esté viéndome allá desde el cielo.