martes, 19 de diciembre de 2017

Recordando viejos tiempos

JORNADA 16
ATLÉTICO  1-0 ALAVÉS
Goles: Fernando Torres.
El 17 de junio de 2001 el Atlético de Madrid se jugaba cumplir el eslogan de "Un añito en el infierno". Para su desgracia, su posible ascenso se dilucidaba ni más ni menos que en tres campos: el Coliseum Alfonso Pérez (Getafe-Atlético); Butarque (Leganés-Tenerife); y La Victoria (Jaén-Betis).

El Atleti cumplió con su parte, ganó 0-1 en Getafe con gol de Luque. Pero necesitaba que al menos el Tenerife o el Betis no ganaran. Y ellos también cumplieron.
Jesús Gil, que en paz descanse, decidió comprar 2.000 entradas del partido de Butarque y regalárnoslas a los abonados rojiblancos, para que fuésemos a animar al "Lega" en su intento de hacernos un favor y arañar algún punto al Tenerife.

ME FUI A ANIMAR AL "LEGA" CON MI AMIGO RODRI
Diez kilómetros más lejos, las entradas para el Getafe-Atleti andaban por los 50 ó 60 euros. Así que para un jovenzuelo como yo, universitario primerizo y sin un céntimo en los bolsillos, irse a alentar al Leganés fue la mejor opción.
Lo hice acompañado de mi mejor amigo, Rodri, aficionado del Barça, pero que siempre tuvo simpatía por el Atleti.

Y CANTAMOS EL "¡LUQUE, LUQUE!"
El partido fue peculiar. Los ánimos para el equipo pepinero fueron incesantes, salpicados de constantes cánticos hacia el Atleti, especialmente el "¡Luque, Luque! ¡Luque, Luque!", quien marcó a la media hora y fue autor de muchos goles en esa recta final de Liga.
Sobre el césped de Butarque, el Leganés era claramente inferior y aguantó como pudo (dos palos en contra mediante), hasta que Hugo Morales marcó el 0-1, de falta, en el minuto 72. En Jaén, el Betis ya ganaba desde el minuto dos, con lo que el añito en el infierno se multiplicó.

Y EN LA VUELTA A CASA, RODRI SE ENAMORÓ...
En el camino a casa, de vuelta en el tren, la afición colchonera no paró de alentar con sus cánticos, como si quisieran consolar a los suyos en la distancia.
En ese viaje de vuelta, mi amigo Rodri contemplaba el espectáculo con los ojos como platos: "Es increíble la afición del Atleti. Acaba de llevarse el palo de no ascender y mira cómo animan". Y lanzó una promesa que no se quedó en el calentón: "La temporada que viene me abono contigo al Calderón".

VIVIMOS JUNTOS LOS DOS AÑOS DE LUIS ARAGONÉS
Y así lo hizo. Durante dos años, junto a otro amigo y mi padre, compartimos mañanas, tardes y noches a orillas del Manzanares. Vivimos el ascenso; decepciones coperas (un 1-3 con el Rayo y otra eliminación a manos del Recre); y goleadas históricas como el 3-0 al Barça (Rodri no se levantó en ninguno de los goles, pese a que yo los celebré con él muy efusivamente).
Fue justo el último período de Luis Aragonés en el banquillo colchonero (2001-2003). Esa etapa en la que arengó a los suyos con frases como "¡Ustedes van a entrar en Liga de Campeones por lo civil o por lo criminal!", o en la que dejó una de sus citas más míticas: "Ganar y ganar y ganar y volver a ganar... Eso es el fútbol".
Una época en la que sobre el campo cantábamos los goles de Diego Alonso, el Petete Correa o Luis García; aplaudíamos la clase de Movilla, Stankovic o Albertini; nos divertíamos o nos sobresaltábamos con el Mono Burgos; y presenciamos el nacimiento de un nuevo ídolo... Fernando Torres.
Luis Aragonés se fue del Atleti, y mi amigo Rodri también. Tras el ascenso, mantuvieron los precios populares para todos aquellos que permanecimos fieles en Segunda (14.000 pesetas), pero para el segundo año después de la vuelta a Primera los precios ya sí subieron, a casi el doble (150 euros).

RODRI NUNCA VOLVIÓ AL CALDERÓN
Los años fueron pasando y Rodri no volvió al Calderón. La crisis y el amor se alinearon para que hace cuatro años (en febrero de 2014) decidiera coger las maletas y se marchase a vivir a Perú. Desde entonces, sólo ha vuelto dos veces a España y, entretanto, el Calderón también se nos ha ido.
Este año, Rodri ha vuelto a casa por Navidad. Somos amigos desde los cuatro años, y para mí fue un gran placer poder ayudarle a dar la sorpresa a sus padres, que estaban resignados a que este año su hijo tampoco podría pasar las Navidades con ellos.
Antes de venir, Rodri me expresó un deseo: "Me gustaría conocer el nuevo estadio". Y allí que nos fuimos el sábado.

Y QUERÍA CONOCER EL NUEVO ESTADIO
Volvimos a compartir una tarde-noche de fría previa, tapados hasta las cejas con abrigos, guantes y
gorros; celebramos el gol del Eibar al Valencia en el bar "El Peñón"; y quedó maravillado por las luces, el colorido, la modernidad y la grandeza del Metropolitano.
El partido dejó poco para el recuerdo, la verdad. Y eso que Godín demostró tener unas enormes ganas de marcar. En cada contra que pudo, se sumo al ataque buscando alguna pared o esperando en el área un balón colgado. Sin embargo, en la mayoría de las veces tuvo que volverse por donde había venido. Sólo dos de sus subidas terminaron en ocasión: en un cabezazo desviado; y en una volea de Koke, tras dejada del uruguayo, que terminó en las manos de Pacheco después de rebotar en un defensa.

NADA QUEDABA EN ESE ATLETI RESPECTO AL QUE ÉL VIVIÓ
Nada quedaba en ese Atleti respecto al último partido que Rodri había presenciado in situ a mi lado. Luis Aragonés murió, el estadio era otro, incluso el escudo había cambiado... y de los futbolistas sólo quedaba la alargada sombra (la ensanchada, mejor dicho) del Mono Burgos en el banquillo.
¿Nada? No... Con el comienzo del segundo acto, sobre la banda calentaba el último recuerdo vivo de aquellas tardes en rojiblanco de principios de siglo: Fernando Torres.   

EXCEPTO TORRES, QUE NOS QUITÓ QUINCE AÑOS DE ENCIMA
"Estaría bien que saliera y que marcara. Como en los viejos tiempos", me aventuró Rodri desde que lo vio aparecer.
A falta de 20 minutos, Torres saltó al campo, y sólo cinco minutos después, el Niño de 33 años dio la alegría de la noche a otros dos niños treintañeros a los que quitó quince años de encima de un plumazo.
Como entonces, nos abrazamos, ondeamos nuestra bufanda al viento, y coreamos el "Fernando Torres, loroloroloro, Fernando Torres", igual que lo cantábamos hacía tres lustros a orillas del Manzanares.

SI EN EL FÚTBOL SE PERDIERAN LOS SENTIMIENTOS...
Si en el fútbol se perdieran los sentimientos y sólo quedara el negocio, como aleccionó el señor Cerezo esta misma semana, ni yo, ni mi amigo Rodri, ni miles de colchoneros nos habríamos abonado en los años de Segunda, batiendo todos los récords de abonos en el club.
Si el sentimiento en el fútbol se perdiera, y sólo quedara el negocio, yo, y otros miles, nos habríamos dado de baja del club durante todos esos años de mediocridad, en los que se jugaba la Intertoto y la figura de Fernando Torres era el único motivo del que estar orgulloso de ser del Atleti.

POR SUERTE, AÚN HAY QUIEN ENTIENDE DE SENTIMIENTOS
Por suerte, el fútbol, y las cosas importantes en la vida, se siguen moviendo por los sentimientos. Y esto es lo que precisamente hace que esta crónica sea emotiva, y no una soporífera reseña de un partido gris que, en términos de negocio, nos acerca un poquito más a esa Champions que este año hemos abandonado.
La eliminación de la Champions sí que ha sido un enorme fracaso a nivel empresarial, señor Cerezo. Por suerte, hay gente en este mundillo que aún entiende de sentimientos, como Fernando Torres.
Gracias, Fernando, por ayudar a darle más sentido a esta crónica. Y gracias a ti, Rodri, por seguir compartiendo abrazos por más que nos separen casi 10.000 kilómetros

lunes, 4 de diciembre de 2017

Un milagro por Navidad


Lo saben hasta en Azerbaiyán... el Atleti necesita un milagro para pasar a los octavos de la Champions.
Cuando la noche de Halloween, el 31 de octubre, el Atleti no pasaba del empate (otra vez...) con el desconocido Qarabag, ésa era la palabra más repetida en los medios de la prensa española: "El Atleti necesita un milagro"... "a la espera de un milagro"... "sólo seguiría vivo en Champions con un milagro"...

PRECEDENTES ENGAÑOSOS PARA EL MILAGRO
Conforme fueron pasando los días, se buscaron "precedentes" a ese milagro: el Oporto en la 2004-2005; el Stuttgart en la 2009-2010; y el Manchester City en la 2014-2015 pasaron a octavos en situaciones igual o, incluso, más complicadas que las del Atleti, con sólo tres y hasta dos puntos a falta de dos jornadas.
Esta terna de equipos hicieron sus deberes y ganaron sus dos últimas jornadas, por supuesto, pero para completar el milagro el cuarto en discordia (el equipo del que necesitaban un favor para completar el milagro) no era precisamente un debutante azerí en la Champions... el Chelsea y el Bayern de Múnich fueron los cooperadores necesarios para arrancar puntos en el otro partido del grupo y que Oporto y Manchester City lograsen el milagro; y en el caso del Stuttgart los alemanes incluso dependían de sí mismos. Ganando sus dos partidos, pasaban. Y así lo hicieron.     

NO HAY ANTECEDENTES DEL QARABAG EN ROMA...
Que el Atleti gane en Londres no será tarea sencilla, pero ya se ha hecho (1-3 hace sólo tres años, en semifinales). De una victoria o un empate del Qarabag en Roma no hay antecedentes... Tampoco de una derrota, dirán los optimistas.
Les seré sincero, tenía más esperanzas depositadas en que los azerís hubieran puntuado con el Chelsea en Bakú. Los ingleses habían patinado consecutivamente en su doble duelo con la Roma y tenía fe en que el Qarabag pudiera complicarles las cosas en su feudo. De hecho, hasta el "curioso" penalti y expulsión del 0-1, los azerís habían hecho temblar a los ingleses, tiro al larguero incluido.

JORNADA 14
ATLÉTICO  2-1 REAL SOCIEDAD 
Goles: Filipe Luis y Griezmann.

Lo del sábado en el Metropolitano no fue un milagro, pero fue un bonito precedente.
Llegaba la Real Sociedad tocada, muy tocada, tras su eliminación copera con el Lérida. Pero sigue siendo un equipo que juega bien al fútbol, con buen trato del balón, y que llegó a ser líder hasta la jornada tres con otros tantos triunfos. Si encima le otorgas ventaja, puede complicarte mucho las cosas. Y fue lo que hicieron los rojiblancos.

LES DIERON UN GOL DE VENTAJA...
Como si de un hermano mayor se tratase, el Atleti pareció querer regalar un gol de salida a los txuri urdin. Primero fue Thomas el que se jugó un pase cruzado casi en la frontal de su área que acabó en pies de Xabi Prieto, quien cedió a William José y éste, con todo a favor, la mandó alta. Después el propio Xabi Prieto estrelló contra Oblak un buen ataque vasco. A la tercera fue la vencida. Oyarzabal se planta mano a mano ante Oblak, llega antes que el meta esloveno, se adelanta la pelota hacia el lado izquierdo y Oblak llega tarde. No tiene intención de derribarle, pero lo hace. "¿Qué hace? ¿Se quita o qué? No puede desaparecer...", le decían Koke y Gabi desesperados al árbitro. Pero Jaime Latre pitó penalti. Y William José lo transformó fuerte y por el centro (0-1). Tres penaltis ya lleva en contra en Liga el Atleti, el que más. Ninguno a favor. El único...

...Y ENTONCES EL ATLETI EMPEZÓ A JUGAR
El gol sentó de maravilla al Atleti, ya que ahí empezó su partido. Un partido contrarreloj, ya que tenía una hora para remontar. Desaprovechar la oportunidad de ponerse a seis del líder tras el tropiezo del Barça habría sido doloroso.
Así que se puso manos a la obra y pensó que Correa, Pichichi rojiblanco hasta el sábado, sería la mejor solución. Primero le dejó solo ante el portero Gameiro, pero se la sacó Rulli. Después le dejó solo ante el portero Gabi (con un gran pase en largo), pero se la sacó Rulli.
Y recién reanudada la segunda parte, fue Koke el que regaló el gol a Correa, esta vez con Rulli en el suelo, y Correa la mandó por encima del larguero...  Soy de Correa, desde que llegó su desparpajo y su técnica me cautivaron. Es un futbolista capaz de hacer cosas diferentes. Pero no se pueden perdonar tres como las que marró el sábado...

FILIPE SE ECHÓ EL EQUIPO A LA ESPALDA
Y hablando de futbolistas diferentes, por entonces Filipe Luis ya se había echado al equipo a la espalda. El brasileño, capaz de hacerte lo mismo una crítica de cine que el cubo de Rubik, que hablarte de ciencia, ya estaba convertido en extremo puro. Primero cedió un balón que terminó con un disparo envenenado de Koke que salvó Rulli. Y después puso el empate. La jugada la inició Saúl con una galopada prodigiosa por la derecha en la que tumbó a Illarramendi, literalmente. Su centro al segundo palo lo bajó con el pecho Filipe Luis, recortó con la zurda y la pegó con la diestra (1-1). Esta vez Rulli ni la vio.
El Atleti siguió insistiendo. Pero Rulli estaba enorme. Hizo un paradón increíble abajo a cabezazo de Griezmann, y poco después sacó una volea de Torres (recién entrado).
Ya había perdido la cuenta de las veces que me había levantado de mi asiento (ése que ya me voy aprendiendo por dónde queda) y me había tapado la cara con la bufanda, resignado.
Fue un acoso y derribo, con la afición entregada y el equipo de la mano. La causa cada vez parecía más cerca... Pero no llegaba.

Y ME VOLVÍ A SENTIR COMO EN CASA
Hasta el 87. Koke pone un centro pasado y allí Saúl repite una jugaba vista unos minutos antes, aún con 0-1 (que acabó en gol anulado). La prolonga de cabeza y en el segundo poste (literalmente) aparece Griezmnn para enviarla a la red (2-1). No vi ni quién metió el gol. La prolongación de Saúl fue tan buena que en mi zona de la grada ya se estaba celebrando el tanto antes de que entrara. Los abrazos, como con el gol del empate, se repartieron por doquier. Sobre el césped, el equipo era una piña. En la grada, la afición también.
Y por primera vez en estos dos meses y pico de mudanza, me sentí como en casa. Y por primera vez en estos diez partidos como local, experimenté sensaciones como las vividas en el Calderón. Recuerdos de algunas remontadas épicas de esas que no se olvidan. Y, aunque fuera por unos minutos, uno fantaseó con los milagros. Aunque tengan que pedirlos de Azerbaiyán... Que ya casi estamos en Navidad.