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viernes, 11 de mayo de 2012

Y la Copa la levantó Falcao (VIDEO: El 3-0 de Diego in situ en las gradas de Bucarest)

Lo cuestionaba en la previa ¿Quién levantaría la Copa si el Atleti obtenía su segunda UEFA Europa League? Con Antonio López y Perea en la calle, el elegido parecía ser Gabi. Y así fue. El 14 tuvo el honor compartido con Antonio López de alzar el trofeo. El de Benidorm entró finalmente en la convocatoria, aunque no entiendo por qué no salió algún minuto.
Muy a su derecha, Luis Amaranto Perea. El colombiano no tuvo en este caso la suerte de poder subir una Copa que también le pertenece y quedó relegado en la foto.

Este privilegio lo tuvo Radamel Falcao. A la izquierda de los dos capitanes, fue el primero en recibir el trofeo. También es justo. Es suyo. El colombiano marcó la diferencia con dos goles soberbios en el primer acto. A lo largo de una temporada ha rentabilizado con creces los 40 millones de euros que costó. Es ya el máximo goleador en la historia del club en una misma temporada con 35 goles (23 en Liga y 12 en UEFA) alcanzando a Forlán (08-09) y a Baltazar (88-89).
LOS TÍTULOS HAN VUELTO, PERO...
A continuación pasaré a narrarles la historia de mi aventura en Bucarest. Un año más, me lié la manta a la cabeza y tuve el placer de vivir in situ un Atleti campeón de Europa.
Pero no sin antes expresarles un pesar: el mismo día que el Atlético de Madrid se proclamaba campeón del segundo trofeo continental, nuestro entrenador, y los propios protagonistas, recibían preguntas sobre si nuestras estrellas, Falcao y Diego, seguirán el año que viene. Los títulos han vuelto. La grandeza, no. Triste, muy triste.

7:30 HORAS #DESTINOBUCAREST
A las 7:30 de la mañana llegó al aeropuerto de Barajas. Mi colega de profesión y de sentimiento colchonero, Santi Riesco, lleva esperándome un rato con su sobrino Álvaro en la cola del mostrador 136. “Corre, que ya estamos en la cinta”; “Vamos, que sólo quedan 15 por delante”. Sus whatsapp me apremian a comenzar la mañana corriendo. Será un día largo y plagado de emociones.
Embarcamos los primeros por la puerta B23, lo que nos posibilita un bonito viaje en primera clase. La primera vez para la mayoría. La cosa promete.

AVIÓN RÁPIDO; BUS LENTO
Llegamos a Bucarest a las 14:00 horas. El vuelo ha sido algo más corto de lo esperado. Pero el tiempo ganado, lo vamos a perder después. Un primer autobús nos lleva hasta el estadio. A la salida del aeropuerto nos encontramos envueltos de una fortísima presencia policial. “Tranquilo Robocop, que esto lo controlo yo”, le espeta uno de los “líderes” de nuestra expedición a uno de los agentes rumanos.
Para llegar al estadio damos un rodeo impresionante. Recorremos un par de veces la misma avenida. La capital de Rumanía cumple un mismo patrón estético. Altos edificios descoloridos y grises, amplias calles, un cielo lleno de cables y un viejo tranvía atravesando la ciudad.
“Es una ciudad puramente soviética”, me repite Santi.
Una vez en el Estadio Nacional de Bucarest, nos espera otro autobús que nos llevará hasta la fan zone. Otro largo recorrido entre un monumental atasco. Ni la Gran Vía en hora punta. El calor y los nervios se acrecientan. Empezamos a ver más y más rojiblancos en las calles. La fan zone está a escasos metros. Pero el conductor continúa su camino impasible, cuando la gente lo que quiere es bajar ya, respirar aire y coger una cerveza. “Abre la puerta, Dimitri abre la puerta”, corea el autobús.

UNA FAN ZONE POBRE
Por fin en la fan zone la primera impresión es de decepción. Mucho más pequeña que la de Hamburgo hace dos años. Menos gente, menos ambiente, menos puestos... y en los que hay el único alcohol que venden es cerveza (que a mí no me gusta). Nos echamos un futbolín Santi y Álvaro por un lado y yo con un lugareño. La falta de comunicación nos hace perder, y Santi se lesiona un hombro en el fragor de la batalla. Un café en el Hilton, un par de copas por 32 leis en un pub de la zona, y pronto ponemos camino al estadio.
En las inmediaciones la cosa no cambia demasiado. Poco ambiente, poco alcohol, pero tengo la suerte de encontrarme un ídolo de niñez, Manuel Sánchez Delgado Manolo, con el que me fotografío. Una hora antes del partido, estamos ya dentro del estadio.
Allí se nota el predominio bilbaíno. Las cifras oficiales hablaban de 13.00 vascos frente a 10.000 madrileños. En los cánticos también ganan. Se nota su euforia. La misma que le falta a la afición atlética, mucho más emocionada en Hamburgo hace dos años. A todo se acostumbra uno, por desgracia, aunque se trate de una final europea.

EL ATLETI DEMUESTRA QUIÉN ES EL GRANDE
Pero el partido comienza y la cosa cambia. El Atlético de Madrid demuestra quién es el grande desde el primer minuto. Quién está acostumbrado a jugar finales europeas (aunque en el once sólo estuviera Falcao), quién sabe lo que es levantar títulos en la historia reciente.
Y en el primer minuto Arda Turan roba un balón en campo ajeno, recorre la banda con caño incluido, y su centro lo remata cruzado Adrián. Los “Atleeeeeti, Atleeeeti” tienen acento castizo. El miedo atenaza a los leones. En el césped, y en la grada.
El Atleti ha salido mejor, presiona arriba y Diego, imperial toda la noche, también lo intenta. “Hay que marcar primero”, le digo a Santi. En una final igualada, un gol tempranero puede marcar al campeón. Como ya pasó con el Sevilla. Y así fue.

Minuto 7 de partido. Falcao recibe un balón largo en el flanco derecho y entra en el área. Aguanta la pelota, hace un amago, dos, espera la llegada de los compañeros. Pero entonces se inventa un zurdazo con una rosca perfecta a la escuadra derecha de Iraizoz (1-0). El fondo opuesto estalla de júbilo. Incluso veo alguna lágrima prematura. Un gol así vale su peso en oro. Y el de Falcao fue un golazo.

CEDE UNOS METROS, PERO DE NUEVO FALCAO
Por desgracia, como en otros muchos encuentros, el Atleti cede unos metros al rival al ponerse en ventaja. El Athletic coge la bola, pero apenas genera peligro. Godín, muy atento toda la noche, se anticipa en cada lance a Llorente. Sin embargo, en el minuto 19 dan el primer susto, en un centro de Ander Herrera que el riojano remata fuera en el primer palo. Y sólo cinco minutos después, Íker Muniaín, prueba a Courtois con un derechazo lejano. La gran personalidad mostrada por el chico para liderar a su equipo, contrasta luego con su incontenible manantial de lágrimas, que nos recuerdan que sólo es un niño de 19 años.
El Atleti para el partido. Un Mario Suárez desconocido se agiganta en medio campo. Corta y la juega con criterio, la aguanta, la pisa, controla el juego con sangre fría y encuentra siempre al compañero. Gabi y Diego le ayudan en la faceta de dar aire al equipo. Pero si hay alguien que hincha los pulmones rojiblancos es Falcao.
Amorebieta regala un balón en su propia área para Miranda, Arda se interna y encuentra a Falcao. El colombiano la pisa en el área y en la grada ya se canta el gol. Rompe a Aurtenetxe con su amago y, de nuevo con la zurda, la pega arriba, donde Iraizoz no puede alcanzarla.
2-0, una renta casi insalvable en una final. El descanso se presenta como una tabla de salvación que garantiza más de medio título y el público colchonero silba la última jugada bilbaína como si se tratara de un 1-0 en el minuto 94.

EL ATHLETIC ASFIXIA A UN ATLETI SIN CAMBIOS
En el segundo acto Bielsa da entrada a Ibai Gómez e Iñigo Pérez por Aurtenetxe e Iturraspe, y aunque ambos dan más mordiente, no es suficiente.
Los minutos van pasando, pero las ocasiones no llegan. El minuto 60 se alcanzan con tranquilidad. Pero el Athletic ofrece sus últimos coletazos antes de morir. Los zagueros rojiblancos llegan a cada balón, pero precisamente por dejar alguno de ellos muerto el Athletic encuentra sus mejores oportunidades. La mejor, en una jugada que rodeó toda el área, un disparo de Susaeta que encuentra a un enorme Courtois.
El partido se acaba, pero el Atlético necesita oxígeno. Le ruego al Cholo que introduzca algún cambio en el equipo. Pero Simeone quiere aguantar con sus once hasta el final.
En una contra, Falcao protagoniza una jugada brillante. Rompe a un primer defensa con un autopase picado, recorta a un tercero, pero cuando ya canto el gol se encuentra con la madera. “¡Qué bueno es! ¡Qué bueno es!”, grita Santi.

Y LA PUNTILLA DE DIEGO
Cuento cada minuto para que la final acabe. Hay la lógica tensión, aunque el 2-0 es un gran colchón. Sin embargo, miro a mi alrededor y aún la gente resopla o se echa las manos a la cabeza. Pero en la contra definitiva, Diego se marcha por velocidad, rompe a Amorebieta con su recorte y la cruza suave, pero junto a la cepa del poste de Iraizoz. “¡Se acabó! ¡Se acabó!”, grito alborozado mientras grabo con mi cámara. La jugada del tercer gol la inmortalicé para la posteridad, y nuestra alegría infinita también. Aquí os la dejo para compartirla con vosotros.
Por segunda vez en dos años, el Atlético de Madrid vuelve a proclamarse campeón de Europa. El vigésimocuarto título de nuestra historia. Y ya tenemos un motivo para ver la final de la Champions: elegir rival para la Supercopa de Europa.
Uno se acostumbra a lo bueno. Y ganar esta segunda UEFA Europa League no tiene el mismo valor emotivo y sentimental que la primera. Aunque se ha ganado con mucha más brillantez y autoridad, batiendo el récord de victorias de cualquier equipo en Europa (12), el título no es celebrado entre la hinchada con la misma euforia insondable de hace dos años.
En cualquier caso, nuestra historia sigue creciendo, las vitrinas han vuelto a abrirse y el nombre del Atlético de Madrid se ha inscrito de nuevo en lo más alto de Europa.
Pero hace falta algo más. Para que el enfermo recupere definitivamente su memoria hay que cambiar un par de tuercas en su cerebro. Para que una gran actuación como la de Falcao no sea “una oportunidad” para venderlo. Para que los grandes futbolistas cuando vean al Atleti desde casa piensen, yo quiero jugar ahí algún día. Por mi parte sí les puedo asegurar, que seguiré en el Atleti la próxima temporada.

viernes, 27 de abril de 2012

Atléticos, valoren lo que están viviendo: un momento histórico

Hace dos años, cuando el Atlético de Madrid alcanzó la Final de la UEFA Europa League, decidí que estaría en Hamburgo por todos los medios. Logré dos entradas a través de Señales de Humo, pero tuve que renunciar a ellas porque no encontré acompañante. Mi padre, mi novia y algunos amigos colchoneros finalmente se retrajeron de acompañarme por cuestiones económicas o por obligaciones ineludibles.
Así que casi a última hora, sobre la bocina, me presenté yo solo en el Calderón y decidí comprar mi entrada y mi viaje para emprender la aventura en solitario. Allí coincidí con otros atléticos que sabía que viajarían (Sergio Medina, por ejemplo), pero el vuelo me lo hice solo.
Mis razones eran claras: el Atlético de Madrid llevaba 25 años sin llegar a una final europea (la última había sido en la Recopa ante el Dinamo de Kiev en 1985) y quién sabía si no tendrían que pasar otros 25 años para que se repitiera la gesta. Para entonces, ya con más de 50 años, quién podía asegurarme que no tendría unas ataduras que me hicieran imposible viajar. Así que allí me planté, y viví una experiencia formidable que siempre tendré grabada.
DOS FINALES EN DOS AÑOS
Sin embargo, sólo dos años después, el Atlético de Madrid se ha metido en su segunda final europea en sólo tres temporadas. El mérito es grande, y que el hecho de que también llegáramos hace sólo dos años, tras una prórroga, ante un Liverpool... y que ahora haya sido aparentemente “más fácil”, no nos haga perder la dimensión de lo logrado.

LA SEXTA FINAL EUROPEA DE SU HISTORIA
El Atlético de Madrid disputará el próximo 9 de mayo la sexta Final europea de su historia (sin contar la Supercopa de Europa de 2010). La sexta.
Las dos primeras fueron en los años 60. En 1962 ganó su primer título continental tras derrotar por 3-0 (Jones, Mendoça y Peiró) a la Fiorentina en la Recopa (Stuttgart). Aunque antes había disputado una primera final (en Glasgow) que terminó 1-1, por lo que se debió jugar un partido de desempate.
Sólo un año más tarde (1963) repitió Final en la Recopa (Rotterdam). Sin embargo, fue goleado por 5-1 ante el Tottenham. El único tanto lo anotó Collar.
Más de diez años pasaron hasta la siguiente Final. Esta vez en la Copa de Europa, en 1974, en la fatídica final de Bruselas conocida por todo aficionado atlético. 1-1 en el primer partido, con goles de Luis Aragonés y Schwarzenbeck, en el último minuto, y 4-0 en el triste encuentro de desempate.
De nuevo más de diez años (1985) para llegar a la Final de la Recopa de Lyon. Un duro 3-0 ante un imponente Dinamo de Kiev... y hasta la Final de la UEFA de hace dos años. En 2010. El 2-1 en la prórroga ante el Fulham con los dos goles de Forlán, que ya pasará por siempre a la historia.
Sólo cinco finales hasta la fecha. El bagaje, de 2-3, mejorado con el triunfo en Hamburgo.

SEGURO QUE DESEARON VIVIR OTRO ATLETI...
Muchas veces habrán oído a aficionados atléticos (yo mismo lo he deseado), soñar con haber vivido en otra época. En los años 70, por ejemplo, con un Atleti levantando Ligas (tres), Copas (dos), la Intercontinental (1974) e incluso llegando a aquella Final de la Copa de Europa.
Era un Atlético mucho más grande que el actual. Con Adelardo, Luis Aragonés, Gárate, Ayala... luchando de poder a poder con Barcelona, Real Madrid o la élite europea y con unos valores y un sentimiento atlético firmemente arraigados.
Pero sólo una vez, en los mencionados 60, los aficionados atléticos pudieron disfrutar de dos finales europeas en una misma década. Y el Atlético de Madrid logró anoche repetir ese hito.

UNA PRIMERA PARTE ENTREGADO
Lo logró pese a disputar una primera parte bastante deficiente, en la que me decepcionó el planteamiento de Simeone. Un gol rojiblanco dilapidaba gran parte de las opciones valencianistas, con las que no debió salir del Calderón, pero el Atlético salió a contemporizar a merced del Valencia.
Así, los valencianistas empezaron a acumular ocasiones. Pasado el minuto 20, doble ocasión de Jonas y Feghouli que se topan con Courtois. Dos minutos después, un par de disparos desviados por poco de Soldado y nuevamente Feghouli. El Valencia encerraba al Atlético, que apenas pasaba de medio campo. Un cabezazo cruzado por poco de Soldado, un zapatazo abajo de Canales (el mejor) que saca Courtois...
Y el Atlético que no tuvo su primera ocasión hasta el minuto 40, en una contra de Turan en la que Alves se adelantó para salvar el remate de Falcao.

EL GOLAZO DE ADRIÁN
Por fortuna, el asedio valencianista no obtuvo en solo gol. Aunque me lamentaba, muy mucho, por el hecho de que con la eliminatoria partiendo de cero (en el Calderón), el Atlético hubiera dado semejante repaso a los ché, y ahora se estuviera conformando con ser zarandeado en virtud de su ventaja.
En la segunda parte, el Valencia no supo continuar sus embestidas, y en el minuto 60 se acabó el partido y la eliminatoria. Un pase largo de Diego lo baja con el pecho Adrián, y desde fuera del área se saca una volea espectacular a la escuadra de Diego Alvés (0-1). Undécimo gol del asturiano en esta UEFA. Undécima victoria consecutiva de los rojiblancos. Y el pasaporte a la Final sellado.

UN MOMENTO HISTÓRICO
Nos ha tocado vivir un Atlético que ha pasado por Segunda, que ha merodeado por mitad de tabla sin rubor, que ha convertido el séptimo puesto en su lugar más habitual. Pero si el próximo 9 de mayo gana la Final en Bucarest, tal vez, y sólo tal vez, muchos atléticos pagarían por haber vivido estos momentos. Valórenlo.

viernes, 20 de abril de 2012

Un Atleti sin descuentos

Lo dio todo el Atlético de Madrid en la preciosa noche europea vivida este jueves en el Vicente Calderón. Desplegó todo el potencial de su juego en calidad e intensidad, sin ningún tipo de descuento. No hubiera hecho falta tampoco aplicar el 50 por ciento de descuento a los socios para haber llenado el estadio, si se hubiera sabido de antemano el espectáculo que depararía esta ida de las semifinales de UEFA. Aunque ese descuento, unido a lo asequible de las entradas (30 euros la más barata, cuando hace dos años en esta misma competición y ante este mismo rival, pero en cuartos, el precio fue de 50 euros... sin descuento alguno), habla bien a las claras del descenso de aficionados que debe estar experimentando el club.
Pero el principal descuento que le sobró al Atleti fue el aplicado por el árbitro en ambas partes. Un minuto que terminó en tres, en la primera, y cuatro en la segunda. En el último segundo de ambos añadidos, el Valencia encontró dos goles en una eliminatoria que anoche ya debió quedar resuelta. Pero el Atleti le "descontó" parte de lo cara que debió salirle esta derrota.

EL ATLÉTICO PROPUSO ANTE UN VALENCIA COBARDE
Y es que el Atlético fue el único que salió a proponer fútbol desde el minuto uno. Es increíble ver la cobardía del Valencia y de Unai Emery, que en ningún momento salió a por el partido en el Manzanares, como ya hiciera en el 0-0 de Liga.
Sin embargo, algún mérito tendrán cuando un equipo que se ha tenido que desprender en sólo dos temporadas de Villa, Silva y Mata (y digo que han “tenido” porque al menos ellos reconocen que el motivo es su deuda acuciante. Aquí se vende que los jugadores juegan donde quieren jugar...), va camino de firmar el tercer puesto de Liga por tercer año consecutivo.

EL 1-0 LLEGÓ PRONTO
El Atleti dominaba con claridad incontestable comandado por un Arda Turan que encaraba en cada acción. Así, llegaron las dos primeras ocasiones en disparos de Adrián y Diego que atajó Alves.
A la tercera, llegó el tanto. Fue un gol inesperado, porque parecía un balón malogrado por línea de fondo tras un mal control de Arda. Pero el turco jamás da un balón por perdido, fue al suelo robando la cartera a Rami, y su centro rebotó en Jordi Alba yendo a parar al de siempre, que con la cabeza puso la bola fuera del alcance de Alves. Radamel Falcao. Casado con el gol (1-0).
Los rojiblancos se relajaron durante algunos minutos, pero el panorama no cambió. El dominio seguía siendo colchonero y la presión arriba de los de Simeone propiciaba los errores en defensa de Víctor Ruiz o Rami, que parecían cadetes regalando balones al contrario y pegando patadas al aire. Sin embargo, el Atleti no logró aprovechar ninguno de esos regalos, mientras que el Valencia encontró el suyo en el 48.

EL PRIMER DESCUENTO...
Un minuto de descuento señalado por el inglés Thompson, falta en medio campo a favor del Valencia. Gabi debe ser atendido en la banda por un codazo. Yo mientras escribo por whatsapp, confiado en que esto se ha acabado. Mi amigo Ger se había bajado a mear. Pero el árbitro permite el lanzamiento de la falta. Courtois despeja a corner el balón colgado y choca con Rami. Se encaran, y cuando todos esperan que pite la clásica falta al portero, señala corner. Gabi vuelve al campo, pelea alborozado con Jonas. Topal saca el corner, el propio Rami prolonga en el primer palo, y Jonas se anticipa a un Gabi aún aturdido. 1-1. Y sin haber tirado a puerta.

Un 1-1 en Europa cambia radicalmente las cosas por mucho que el Atleti estuviera siendo superior. El discurso de apretar en el inicio del segundo tiempo para buscar un confortable 2-0 torna ante la imperiosa necesidad de lograr una renta para la vuelta.
Pero apenas reanudado el choque, Diego cuelga una falta lateral y la cabeza de Miranda aparece para restablecer la situación. 2-1. No es lo mismo, pero era una ventaja.
El público, que celebró el primero con cautela, se desata, y se despoja del pánico generado por el gol ché.

EL ATLETI SE DESATA
Y el que se desata es el Atlético sobre el campo. Dos minutos después, Adrián finaliza desde lejos de manera extrañamente egoísta lo que era un tres para dos, y en el nueve de la reanudación, el 3-1.
Adrián recoge un buen balón en la frontal, rompe a Víctor Ruiz con un poderosísimo cambio de ritmo y supera a Alves con un toque perfecto a su palo largo.
El asturiano tiene un sprint corto digno de los más grandes, pero debería explotarlo muchísimo más. Apenas seis goles en Liga son un exiguo bagaje para el potencial de este delantero. Un punta que, como el equipo, se desmelena en Europa (donde ya lleva diez).
Entonces el Atlético explota: Adrián busca las cosquillas de Alves junto a la cepa del poste, y Arda también le exige en el rechace; Diego se gusta con un eslalón que termina desviado, con una falta a la escuadra que salva el meta brasileño, y con un repertorio de pases de estilista que despiertan la ovación de la grada; Filipe apura línea de fondo en cada jugada, con autopases de espuela incluidos, pero no termina de precisar los centros; y cada saque de banda a favor del Valencia en campo propio se convierte en una tortura para los de Emery, que no son capaces de achicar balones ante la voracidad colchonera.
Y Ger me dice orgulloso que nunca vivió un partido tan plácido en el Calderón. A lo que le replico con insistencia que hay que meter el cuarto. “Esto hay que matarlo aquí”, sentencio.
Y FALCAO MATA AL VALENCIA
Y Falcao me oye. Un precioso cambio de juego de Diego deja en ventaja a Falcao. Controla con el pecho, pero Mathieu y Víctor Ruiz le dan caza. Sin embargo, el colombiano recorta hacia el centro, parece que no tiene posibilidad de remate, pero se saca un zurdazo casi cayendo que se estrella en la misma escuadra y cae en picado al fondo de la red (4-1). Falcao se levanta del suelo y tiene que mirar dos veces para cerciorarse de que está dentro. Y los 50.000 de la grada hacen lo propio mientras se reparten abrazos que recuerdan en algo a los de hace una semana contra el Madrid. Y es que ese gol huele a Bucarest.
Entonces mi padre me pregunta: "¿Te imaginas un partido así contra el Madrid?" Y le respondo que la verdad es que no, que ni me lo imagino. Porque estas noches mágicas se han vivido ante el Barça, el Valencia, el Sevilla o el Liverpool. Pero nunca, nunca, ante los blancos. Pero hoy no es día de acordarse de los vikingos.

LA FIESTA... Y EL SEGUNDO DESCUENTO
Y el Atlético continúa con su aplastante asedio a los valencianistas. Y las bufandas bailan al viento, y los hinchas hacen la ola, y el "Te quiero Atleti" inunda la noche madrileña proclamando lo que es un amor eterno, contra viento y apropiaciones indebidas.
Pero el descuento, de nuevo el descuento, propicia un gol inesperado e inmerecido de Ricardo Costa en un nuevo corner en el último suspiro (4-2). La afición valencianista apenas sí lo celebra, entre avergonzada y compungida. Puede abrir una eliminatoria. Pero yo lo tengo claro. Estaré en Valencia... y estaré en Bucarest. “¡Volveremos, volveremos...!”.

viernes, 6 de abril de 2012

¡Vente a Alemania, Pepe!

Como en el título de la película española de los años 70, son tiempos para emigrar a Alemania, potencia económica con pleno empleo, para exiliarse de un país que se hunde. Si se sabe alemán, tengo unos primos que tienen la suerte de dominarlo, es una excelente salida para evitar morirse de hambre en España.
El Atleti no se muere de hambre, aunque en diciembre estaba famélico, pero siempre que visita Alemania, vuelve resucitado.Hace dos años, Hamburgo quedó grabado con letras de oro en la centenaria historia de nuestro club con la consecución de nuestra primera UEFA Europa League. Este jueves, los rojiblancos viajaron a tierras germanas para convertirse en el primer equipo en derrotar en toda la temporada al Hannover en su propio estadio (nadie lo había hecho, ni en Bundesliga, Copa ni UEFA) y meterse en unas semifinales europeas nuevamente.
Hay motivos para ser felices. El Atleti pisa unas semifinales continentales por decimotercera vez en su historia (toquemos madera). En las doce anteriores, en cinco llegó a la final (hay que mejorar el porcentaje). Sin embargo, no puedo evitar mirar atrás y que me genere un regusto amargo el ver que, tras sólo dos temporadas, apenas había ayer tres componentes de aquella final de Hamburgo. Sólo uno fue titular, Perea, y por circunstancias, mientras que Salvio jugó 25 minutos... Y Domínguez dos.

PARTIDO A CARA O CRUZ, LEJOS DEL CALDERÓN
Pero debe ser ésta una crónica de celebración, así que vamos a ello. Se trataba del primer partido de tensión máxima a cara o cruz en lo que va de competición. Y es por ello que los echo tanto en falta cuando se celebran fuera. Se puede salir contento del estadio con una eliminatoria encauzada (3-1 al Besiktas) o tras un buen resultado (2-1 al Hannover), pero vivir en tus carnes la agonía de un resultado incierto, poder ayudar con tu aliento a lograr el pase, y salir del campo con la euforia de sentirte en la siguiente ronda, son sensaciones que sólo pueden vivirse cuando juegas la vuelta en tu casa.
Anoche no pudo ser así, como tampoco lo será en las semifinales frente al Valencia, pero la alegría del pase no te la quita nadie.

PRIMEROS MINUTOS DE “TONTEO”...
Salió el Atlético a un precioso y abarrotado AWD Arena
(50.000 espectadores que no dejaron de animar hasta el minuto 90, incluso con la eliminatoria perdida) a jugar unos primeros minutos de “tonteo”.
Un par de despistes en defensa hicieron oler el miedo a Diouf, delantero senegalés protagonista de todo el peligro del conjunto teutón en la eliminatoria. En la primera, llegó tarde e hizo falta a Courtois. En la segunda, tras un fallo de Godín, disparó cruzado.
Éste era todo el bagaje ofensivo de los locales, mientras el Atlético no pasaba de medio campo. Diego era el único que daba más de tres toques seguidos al balón, crecido ante las increpancias de la grada, pero recibía demasiado escorado a la izquierda, donde su efecto se diluía.
El brasileño volvió a dar un recital. Se agranda en las citas importantes. Manejó el tiempo del partido, inventó, aguantó la bola. No me cansaré de repetirlo: por ocho millones era nuestro. En verano,volverá al Wolfsburgo. Veremos si vuelve.
En su único error en el encuentro, perdió un balón en medio campo a pies de Ya Konan, que hizo honor a su apellido cabalgando de forma poderosa hasta la frontal del área, pero allí disparó tan mal que nos recordó su nombre completo: Ya, Konan, ya...

...QUE DURARON HASTA EL 45
Los minutos de “tonteo” se prolongaron todo el primer acto, y los atléticos nos temíamos una "zaragozada": partido plácido, pero un gol en cualquier jaimitada cercenaba el sueño europeo.
La mejor ocasión en 45 minutos fue un balón peinado por Adrián que no controló Koke en el área rodeado por tres contrarios, y un cabezazo desviadísimo del asturiano a centro de Diego.
Así andaba el Atleti, que en el mismo periodo en la ida ya había tenido cinco ocasiones claras (gol incluido) y esta vez no había tirado a puerta... No se puede regalar cuando se es superior.

EN LA SEGUNDA PARTE CAMBIÓ
Por fortuna, Simeone también lo vio así en el descanso y, como en tantos otros partidos, el Atlético que salió de vestuarios fue otro.
En dos minutos, los colchoneros ya habían pisado más el área que en los 45 anteriores, con un centro rechazado de Adrián, y un pase interior de Diego que Falcao cruzó en exceso.
Se adelantaron líneas, y Koke y Mario aparecieron en el medio aguantando la bola, con lo que el equipo tenía más efectivos.
Pero el tiempo pasaba y el inquietante 0-0 no se movía, mientras que de Valencia llegaban noticias de un 3-0, con lo que ya eran los ché los que esperaban plácidamente a los rojiblancos en semifinales.

NERVIOS FUERA CON ADRIÁN
No era cuestión de ponerse nervioso, y así lo entendió Adrián en el 63
. Al asturiano le falta gol, no lo neguemos ahora. Pero qué bien lo disimuló anoche. Ganó la posición a Pogatetz en un pase de Diego sin mucha historia (aunque el brasileño se apuntó que participó en los dos goles :), le quebró para sentarle, mientras levantó de su sofá al aficionado colchonero. “¡Tira!”, le gritamos todos. Pero él no escuchó. Dribló al meta Zieler, dejándole también tumbado. “¡Mételo!”, le suplicamos. Pero primero recortó a Pander, y ya con todos por los suelos (la zaga alemana y la afición atlética) decidió ponerla en la red. 0-1. Olé tus huevos chaval.

PERO AÚN HUBO QUE SUFRIR
“¡Ya está hecho!”, le comenté ufano a mi madre.
“Bueno, mejor que meta otro, ¿no? Cosas más raras se han visto”, me respondió como buena madre que advierte a su hijo. “No, si tendrían que meter tres goles en muy poco tiempo”, la adoctriné.
Cuarto de hora después la estaba pidiendo que mejor se callara, temiéndome la prórroga tras el gol de Diouf.
En un saque de banda (sí, en un saque de banda), Godín despejó blando y el senegalés la puso junto a la cepa del poste de Courtois (1-1). Quedaban diez minutos.
Un mundo para sufrir en rojiblanco. Un mundo que se hizo universo cuando un balón colgado quedó muerto entre Diouf y Godín, pero por fortuna Abdellaoue la remató blandita.
Lo mismito que Falcao. A falta de cuatro minutos, Adrián seguía a lo suyo. Un sombrero por aquí, un taconazo por allá. La pelota sin embargo la cortaron los teutones, pero allí apareció Diego, para robársela al bueno de Pogatetz y regalársela en bandeja de plata a Falcao, que la hizo oro con un zambombazo a la escuadra (1-2).

SEIS DE SEIS ¿DAN PREMIO POR EL PLENO?
Se vienen unas semifinales apasionantes y con aires de venganza en Valencia. Hace dos años, el Atleti levantó la UEFA en la prórroga habiendo ganado apenas dos partidos en su camino. Ahora, suma seis de seis en los cruces, tras acabar primero de grupo. ¿Nos dan el título ya? Esto no funciona así, ¿verdad?

sábado, 31 de marzo de 2012

Salvio de Europa

El Toto Salvio es un jugador bipolar. Capaz de lo mejor y de lo peor, incluso dentro de un mismo partido (contra el Sevilla mostró sus dos caras). Su propio nombre ya da indicios de esta bipolaridad. Se puede triunfar en el mundo del fútbol con un apellido como Salvio... Pero Toto... No suena demasiado bien.
Así que el argentino suele hacer honor a su apodo en gran parte de los encuentros de Liga, lo que le relega al banquillo en muchos de ellos. Sin embargo, en las últimas citas europeas está sacando su mejor cara, su apellido está brillando con más fuerza y con el de este jueves suma ya cuatro goles en los tres últimos partidos (dos al Besiktas en la ida, uno en la vuelta, y ahora ante el Hannover).

EL ATLETI NO PODÍA...
Corría el minuto 88. Los aficionados presentes en la grada se mordían las uñas
y se rasgaban las vestiduras después de ver cómo una primera parte que por justicia debió acabar 2-0 terminó 1-1, y dio paso a un Atlético más espeso, confundido y nervioso ante el paso de los minutos. Enfrente, un Hannover irrelevante en los primeros 45 minutos se mostraba con más empaque, con la confianza de un buen resultado y la tranquilidad de tener una vuelta en Alemania que afrontar con un gran resultado. Sobre el césped quedó una constancia: los alemanes eran inferiores. Pero con un 1-1, una vuelta en su estadio ante su público y unas semifinales a la vuelta de la esquina, todo podía ocurrir.

...Y APARECIÓ DON EDUARDO
Sin embargo, un balón dividido cerca de la frontal del área era recogido por Salvio, el argentino mete el cuerpo para proteger el cuero ante un defensa, se abre el hueco y se saca un derechazo con rosca a la mismísima escuadra izquierda de Zieler (2-1). El público estallaba de júbilo ante lo que suponía una pequeña ventaja para visitar tierras germanas.
Tiene que valer la pena ser futbolista para al menos una vez en la vida poder sentir la sensación de decidir un partido en el último minuto ante el alborozo de 35.000 espectadores. Nadie recordó entonces que el autor del gol se llamaba Toto. Esa noche, fue Don Eduardo Salvio el que rescató al Atleti.

UN SEGUNDO TIEMPO ESPESO Y NERVIOSO
Y se pudo dar gracias porque en todo el segundo acto el Atlético apenas llegó con claridad. Los primeros 15 minutos de la reanudación pasaron como si nada. El Atleti nulo, el Hannover, tranquilo. Simeone puso a Diego sobre el campo para buscar la magia y alrededor de su aura llegó una falta al segundo palo de Gabi que prolongó Arda. Pero la bola se paseó ante la línea. Un minuto después, Diouf puso a prueba a Courtois en el único tiro a puerta de los germanos, aparte del gol...
El tiempo corría y quien más quien menos ya echaba cuentas de que un 1-1 no era tan malo, que los alemanes no parecían gran cosa, y que ya se llegó a la final hace dos años empatando en casa contra Galatasaray, Sporting o Valencia...
Pero por fortuna, llegó el gol de Salvio, que a punto estuvo de ser redondeado por Diego en el descuento, con una preciosa chilena que salvó abajo Zieler.

SE MERECIÓ LA VICTORIA
No hubiera sido justo todo lo que no fuera un triunfo rojiblanco. Ya a los tres minutos Zieler tuvo que salvar la primera ocasión colchonera. Y en el 8, Falcao cabeceó una falta de Gabi adelantándose a todos (1-0). Lo del Atleti era un monólogo que hacía prever el segundo: un tiro cruzado por poco de Adrián (que no estuvo fino), un cabezazo de Falcao tras centro medido de Arda (que se cantaba como gol) que se marcha arriba, un par de coladas de Juanfran que terminaban sin remate...
El partido parecía tan controlado que me permití incluso ir al baño. Pero a mi vuelta, aún de pie, un balón periddo en medio campo termina a la espalda de Filipe, centro desde la derecha de Stindl y Miranda que se la come de forma flagrante, la deja pasar, y Diouf remata a la red (1-1).
La incredulidad dio paso al descanso... pero se regresó con ella de vestuarios. 50 minutos duró. Hasta que quiso Salvio.

¿HUELE A FINAL ESPAÑOLA?
Con este triunfo, unido al del Athletic ante el Schalke de Raúl (2-4), en Bwin se apuesta por un Atlético de Madrid-Athletic de Bilbao como la final de UEFA más factible para el 9 de mayo en Bucarest (tres euros por euro apostado).

El sueño en Europa está en todo lo alto. Pero si no se cumple, se deben hacer los deberes en casa, donde este domingo llega el Getafe empatado a puntos con los rojiblancos. Los de Simeone son claros favoritos para hacerse con los tres puntos (Atlético- 1'60; X- 3,70; Getafe- 5,75) y una victoria es vital para acercarse a UEFA y poder seguir soñando el año que viene.

viernes, 16 de marzo de 2012

La solvencia lo hace fácil

Comentaba en la anterior eliminatoria ante la Lazio lo tranquilo, por momentos aburrido, que fue el partido de vuelta en el Calderón. Nos quejábamos en la grada de esa falta de tensión que se respiraba en el ambiente. Pero entonces le dije a mi padre: “Lo que no valoramos es que la eliminatoria ya venía sentenciada de la ida. Ojalá sean así todas”.

Anoche, en el temible Inonu Stadium
(lo de los infiernos turcos ya son como las princesas de cuento. Sólo existen en la ficción) el Atlético se dio otro paseo, sin apenas un solo agobio mientras el resultado fue 0-0, y cerrando toda sombra de duda a los 25 minutos, cuando Adrián mató la eliminatoria.

En los primeros compases, los otomanos sólo llegaron en un par de oportunidades. Una dejada de Hugo Almeida, al que se vio más protestando que rematando, que terminó con un chut centrado de Simao (el portugués parecía empeñado en demostrar que se merecía algo más que la renovación a la baja que le ofrecieron), y un disparo lejano del lateral Koybasi que detuvo con seguridad Courtois.
El juego no tenía dominador claro, brega en medio campo, pocos sobresaltos en las áreas, y el partido transcurría calmo, como le interesaba a los del Cholo.
Sin embargo, un gol turco podía ponerlo todo patas arriba... Salvo que fuera de Turan.
El ex del Galatasaray, pitado por una de las hinchadas que le odiaba, se ofreció en todo momento, condujo y la pisó como sabe, y a punto estuvo de marcar el primero.

ADRIÁN, PICHICHI DE EUROPA
A punto porque en el citado minuto 25 Juanfran dibujó un precioso pase diagonal por encima de la zaga turca que dejó solo a Arda, pero el otomano controló mal, aunque con la suficiente clase para revolverse y asistir a Adrián, que venía solo por detrás, para que pusiese el 0-1.
Con este tanto, el asturiano hace historia, ya que con ocho goles iguala a Vavá (Copa de Europa de la 1958-59) como el máximo goleador del Atlético en una competición europea, superando, por ejemplo, las siete dianas de Forlán en el título de UEFA de 2010.
Aunque al récord han ayudado, eso sí, los tres goles que hizo en las rondas previas ante Stromsgodset y Vitoria.

UNA DEFENSA FÉRREA
Con el tanto, la quimérica remontada del Besiktas se convertía en ciencia ficción (como el infierno), y más con una defensa consolidada como la del Atleti. Me da rabia que se haya quedado fuera de ella Domínguez, pero Godín está inmenso. Jugó con una intensidad todo el choque como si la ida hubiera sido un 1-1. Se anticipa a cada balón, va fuerte, pero límpio, impecable por arriba, y la saca jugada. En eso, le acompaña Miranda. Mientras Filipe y Juanfran se muestran cada vez con más confianza.
El alicantino está aprendiendo el arte del lateral, añadiéndole su desborde y descaro como extremo.

MANCHESTERS FUERA
Así, con un Besiktas impotente, cada contra rojiblanca parecía abocada al segundo. Arda buscó por dos veces ser profeta en su tierra, pero se topó con Cenk Gönen, Adrián la cruzó un par de veces en exceso, y Koke (de lo más flojo en los rojiblancos) mandó al limbo una contra en la que debió dársela a Turan media hora antes...
Y con la encrucijada resuelta en Turquía, resultaba más interesante consultar el móvil para seguir frotándose los ojos con el 0-2 del Sporting en Manchester. Con City y United fuera, el Atleti es claro favorito para volver a levantar este título.
Sin embargo, los cruces, con ambas eliminatorias a resolver fuera, y con Mestalla esperando en el final del camino con ánimos de revancha, no deparan una aventura sencilla.

CENK NO CONOCÍA A FALCAO...
Más sencillo fue el final del partido, donde sólo el instinto depredador de Falcao hacía presagiar más goles. El único sobre el campo que no debió oler su sed de sangre fue el guardameta Cenk Gönen. Inseguro por definición, como nos avisó mi amigo Yigit Ozturk, en un balón bombeado tras un despeje de la zaga, Cenk fue a blocar la bola como si estuviera jugando contra su hijo pequeño. Sin embargo, el de enfrente era Radamel Falcao, que lejos de temer falta alguna al portero, metió su cabeza allá donde pudiera haber la más mínima oportunidad de gol. Y lo encontró.
Todavía hubo tiempo para el 0-3, en un descuento innecesario de cuatro minutos que aprovechó Salvio para remachar un buen pase en profundidad de Falcao.
Incluso dio lugar para que un espontáneo saltase al campo a recriminar a su dadivoso portero, seguido de una muchedumbre (muchos de ellos vestidos de calle) que por momentos me hicieron creer que corrían a matar al pobre guardameta.

EL CAMINO ESTÁ MARCADO
Ahora espera el Hannover. Después, el Valencia. Y más tarde, Bucarest. El sorteo no me ha gustado (de los seis cruces -contando las previas- cinco vueltas fuera de casa), pero el paso es firme (primeros de grupo y ahora pleno de victorias). Esperemos que el final sea el mismo que en 2010. Que volvamos a fundirnos con el trofeo que nos permitió volver a ser grandes. Cuando criticaban que llegamos a aquella final ganando sólo dos partidos...

viernes, 9 de marzo de 2012

Una victoria por mi abuelito

El Atlético de Madrid ganó anoche 3-1 al Besiktas, en lo que para mí ha sido una victoria muy distinta a las anteriores.
Hoy al levantarme, mi abuelito no ha podido darme un beso y estrecharme la mano y, como otras tantas veces, decirme: “Enhorabuena hijo. Por lo del Atleti. 3-1 ¿eh?”.
Siempre pegado a la radio durante estos últimos años en los que su avanzado estado de ceguera ya no le dejaba ver la televisión, ha seguido la actualidad del deporte, el ciclismo, sobre todo, con su idolatrado Alberto Contador, al que como muchos sabéis tuve la fortuna de poder presentarle, y el fútbol.Siempre se decía del Real Madrid por su hijo pequeño, Emilio Javier, incondicional seguidor de los blancos de ésos que, según mi abuelito, “mojaba la almohada cuando perdía”, y del Atleti por mí, por su nieto el mayor.
Por mucho que intentara disimularlo conmigo, eran los colores blancos los que siempre le han tirado más, pese a que, por supuesto, se alegrara de las victorias de mi equipo, porque sabía lo que para mí suponían.

EL ATLETI GANÓ EN SU 86 CUMPLEAÑOS
El día de su 86 cumpleaños, el pasado 16 de febrero, el Atleti jugaba en Roma ante la Lazio. Antes habían visitado al Papa, lo cual para mi abuelito era un detalle importante, ya que siempre ha sido religioso.
“Ya verás cómo ganan por mi cumpleaños”, me decía. “Seguro que remontan”, me dijo después, cuando los laziales se adelantaron con gol de Klose. Y con cada uno de los tres goles rojiblancos, me daba la mano y me comentaba: “Ves, ya te lo dije yo”.
Así era mi abuelito, y si no tenía razón, se lo inventaba. Como el día del Sporting. “Hoy ganamos seguro”, vaticinaba.
Y cuando el partido terminó en empate, me dijo: “Bueno, yo te dije que ganábamos. Y un punto hemos ganado”, me soltaba con esa sonrisa picarona que siempre esbozaba cuando hacía alguna broma.

FAN DE MIS CRÓNICAS
Fan devoto de mis crónicas del Atleti, que siempre le leía cuando iba a visitarle a casa de mis tíos, o en estos últimos meses, que ha pasado en casa con nosotros.
Nunca entendió demasiado bien de qué iba eso de Internet, y se maravillaba cuando algún día le decía que había tenido más de 300 visitas.
Orgulloso cuando después de algún post le leía los comentarios en los que había algún elogio. “Claro que sí hijo, tienes un estilo de escritura que gusta”.
Contrariado porque los Gil no se marcharan y sólo buscaran hacer negocio: “Si es que llevan ya muchos años y sólo se dedican a vender a los buenos”.
Siempre me recordaba un año, tengo que comprobar qué temporada fue, en el que el Atlético de Madrid lo ganaba todo fuera de casa, pero luego perdía en el Manzanares. “Así es el Atleti”, me decía. Y no le faltaba razón.

“EL FÚTBOL NO NOS DA DE COMER”
También me recordaba en repetidas ocasiones un compañero que tenía en el Ejército, Pepe el carpintero, que se iba a la cama sin cenar cuando el Atleti perdía. “Era demasiado fanático”, me aseguraba.
Y es que mi abuelito siempre me dejó claro que “el fútbol no nos da de comer”.
El día que el Real Madrid quedó 1-1 en Moscú, minutos antes de que los rusos empataran me dijo: “Verás como ahora el Madrid pega un último apretón y marca el 0-2”.
Instantes después, el CSKA marcaba el empate. Mi abuelito se quedó con un gesto un poco serio y cuando acabó el partido le pregunté: “Vaya, ¿te has quedado fastidiado por el empate?”.
A lo que me contestó: “Me vas a poner la cena igual, ¿no? Pues ya está”.
El fútbol desde luego tiene poca importancia ante las cosas importantes de la vida.
Del Almería, porque fue donde nació, tuve la suerte de poder narrar algún partido de los almerienses cuando estaba en Marca TV. Y nunca olvidaré su amplia sonrisa cuando le ponía las grabaciones y me escuchaba cantar algún gol. “Ahora ha marcado el Almería”, me informaba entre risas. “Ya lo sé, abuelito, ya lo sé”.

ROMPIÓ SU CARNET DEL SEVILLA
De joven fue socio del Sevilla. Por su trabajo estuvo destinado en muchas ciudades: Sevilla, Melilla, Barcelona, Madrid...
Y me contó cómo un año rompió el carnet de los hispalenses, ya que en las últimas jornadas, el Sevilla “se dejó perder” en un partido contra el Madrid porque ya le habían traspasado para la temporada siguiente a algunas de sus estrellas, y los merengues se estaban jugando la Liga.
“No metían la pierna y se notaba. Fue una vergüenza”, censuraba.
Siempre me imaginé a mi abuelito de joven rompiendo su carnet en las gradas del Sánchez Pizjuan.
Desde entonces, nunca más pagó por ver un partido de fútbol. Aunque siempre lo siguió. Y fue de los primeros en llamarme a casa para felicitarme el 25 de mayo de 1996. El día que el Atlético de Madrid ganó la única Liga que yo he vivido.
Siempre me recordó también cómo el entonces alcalde, Álvarez del Manzano, se mostraba reticente a botar junto a Jesús Gil en las carrozas que aquellos días recorrieron Madrid y que pasaron frente a su casa, en Atocha. Gil le decía que botara, que botara, pero Manzano no quería”, rememoraba como si lo estuviera viendo en ese momento.

ME HABRÍA PREGUNTADO POR EL PARTIDO
Si mi abuelito hoy estuviera aquí me habría preguntado:
-¿Y cómo jugó, jugó bien?
-Sí abuelito, sobre todo la primera parte. Luego en la segunda se relajaron y bajaron el ritmo.
-Bueno, pero es un buen resultado, seguro que pasan.
-Seguro que sí abuelito. Los turcos éstos son flojillos.
-¿Y cómo estaba el campo? ¿Había mucha gente?
-La verdad es que para ser las siete de la tarde sí estaba bastante lleno.
-Claro, la afición del Atleti siempre responde. Además marcó Adrián, el que se llama como el amigo de tu hermano. Ese chico parece muy bueno.
-Sí, y además es joven. Encima el gol de los turcos lo marcó Simao, el único bueno que tienen porque se lo regalamos nosotros.
-Si es que esos marranos venden a los mejores...

No me habría preguntado por Salvio, porque ni sabe quién es ni falta que hace. Pero se habría alegrado de que pasáramos de ronda y de que llegáramos lo más lejos posible. Y le hubiera gustado darme la mano y la enhorabuena si llegásemos a Bucarest y ganásemos la final, como sí pudo hacer hace dos años cuando volví de Hamburgo.

-“Estarás contento, rey" (que es como nos llamaba a todos los de la familia).
-“Claro que sí, abuelito. Ha sido una gran experiencia poderlo vivir in situ”.

Y LE HUBIERA GUSTADO VER CORRER A CONTADOR
Sobre todo le hubiera gustado ver a Alberto Contador volver a coger la bicicleta y ganar la Vuelta a España. “Quiero que siempre que Alberto gane, escribirle una carta para felicitarle”, me decía.
“Yo sé que es inocente. Sólo por su forma de estrecharme la mano, y por cómo me habló, se ve que es una persona íntegra, moral, que nunca se habría dopado”.
Desde que le presenté a Contador, tras el Tour de 2010, siempre que he vuelto a cubrir algún acto o rueda de prensa del pinteño, algún familiar o amigo de Alberto me ha preguntado por mi abuelo, que cómo seguía, que qué tal estaba.
“Ahí sigue, con sus achaques. Hoy me ha dicho que quería venir. Pero era mucho follón. Ya le daré recuerdos de su parte”, les contestaba.

Este martes se ha ido mi abuelito Emilio, el mejor seguidor de mi blog. Amante del deporte, de la palabra, de la poesía, de la radio a la que ha estado pegado estos últimos años por su ceguera, pero, sobre todo, amante de su familia. No ha dejado de enseñarme algo hasta el último día de su vida. Gracias por tenderme tu mano durante todos estos años. Hasta siempre abuelito.

viernes, 17 de febrero de 2012

Algo tendrá el agua cuando la bendicen

El Cholo Simeone va camino de dos meses al frente del banquillo del Atlético de Madrid.
Lo que comenzó con un punto rácano en Málaga (0-0) y con un buen partido ante el Villarreal (3-0), ha seguido con un equipo que arrasó a la Real (0-4), que ganó con solvencia y oficio en Pamplona (0-1) (ambas victorias fuera de casa), y que no pasó del 0-0 ante Valencia y Racing, pero mereciendo mucho más (sobre todo en Santander).
Faltaba el bautismo europeo, y donde esperaba un buen partido que dejara la eliminatoria abierta para la vuelta, me encontré un recital.
MUY SUPERIOR AL TERCERO DEL CALCIO
El Atlético ganó con una superioridad abrumadora al tercero de Italia. A un Lazio que, pese a sus bajas, está a sólo cinco puntos del líder (da envidia ver lo apretado de la parte alta del Scudetto) y le derrotó en su estadio, remontando un marcador adverso, y con un 62 por ciento de posesión...
Un 1-3 en Europa no se consigue en cualquier campo, y a ida y vuelta es garantía de clasificación.
Y es que este equipo del Cholo Simeone cada día me gusta más. A los 50 segundos, Koke se planta en la frontal tras una gran acción personal, y asiste a Falcao, que encañona por encima del larguero... Por momentos temí que fuera la continuación de Santander...
Koke, que rayó a gran altura y parece del gusto de Simeone, fue la principal sorpresa en detrimento de Arda Turan. Yo habría mantenido al turco y sacado a Mario, por ejemplo (aunque también jugó bien). Pero vistos los resultados ¿quién discute al Cholo?

MARCÓ EL LAZIO; EL ATLETI NI SE INMUTÓ
En los primeros minutos, el dominio era total de los rojiblancos. Diego comandaba a un equipo que tocaba y tocaba, aunque era derribado siempre que los defensores laziales podían alcanzarle.
Y las ocasiones iban llegando, la más clara en un error en defensa de la Lazio. Falcao prolonga de tacón, pase de la muerte de Adrián y la zaga romana salva ante la llegada de Koke.
Sólo un minuto después, la Lazio, que apenas había inquietado en un balón largo que despejó Godín, se adelantó en el marcador.
En el 19, Candreva amagó un par de veces el disparo y fue ganando metros. Nadie le tapó, y sacó un zapatazo lejano que Courtois no supo blocar. Y en el rechace, tan raudo como si tuviera 20 años (ya suma 34) el incombustible Miroslav Klose se anticipó a Godín para poner el 1-0.
El segundo máximo goleador en la historia de los Mundiales (con 14 tantos, a sólo uno de Ronaldo) seguirá marcando goles hasta los 40. Si le dejan...
Pero el Atleti ni se inmutó. Sólo un minuto después del tanto, siguió jugando como un minuto antes: con Adrián percutiendo por banda, aunque su centro no encontrase rematador.
Estaba enchufado el asturiano, y a los 25, un centro desde la derecha de Juanfran lo gana de cabeza Falcao y Adrián, en línea, fusila a quemarropa a Marchetti (1-1). El portero italiano no pudo más que levantar la mano pidiendo fuera de juego (que no fue). La pelota, ni la vio.

Y DIEGO SE REIVINDICÓ ALLÁ DONDE FRACASÓ
Y pese al empate, el equipo español siguió como si nada. Con Diego deleitando en el país que le vio naufragar (en la Juve) y dando una exhibición de su clase con balones tocados en faltas, pases en la frontal, amagos y recortes...
Y en el 37, se juntó la clase de Adrián, que prolongó de tacón, con la calidad de Diego, que la protegió y sacó un centro chut, y el instinto de Falcao, que apareció en el segundo palo para remachar el 1-2. El Atleti lo bordaba, y en menos de 20 minutos había levantado el gol “de ventaja” a los italianos.

JUEGA IGUAL, PESE AL MARCADOR
Lo mejor de este equipo, no es sólo que juegue bien y gane, sino que el guión no cambia pese al resultado. Algo en contra de la fama de cicatero que precedía al Cholo y, sobre todo, en contra de lo la parroquia rojiblanca hemos visto durante años en el Calderón, donde un gol a favor significaba bajar las persianas. Lease Manzano, Quique, Abel, Aguirre...
Así que la primera ocasión clara del segundo acto fue también rojiblanca, con la enésima colada de Adrián y otro excelso taconazo para asistir a Koke sin portero, pero su remate lo sacó en la línea un defensa.

EL LAZIO AMAGÓ; EL ATLETI MATÓ
Fue entonces cuando la Lazio amenazó con despertar. Con un Klose que nunca ha sido habilidoso, pero intentaba hacer la guerra por su cuenta, un Ledesma que buscaba revolverse entre líneas, y un Hernanes, el brasileño, que se multiplicaba apareciendo desde atrás. Un par de disparos suyos (de cabeza y con el pie) fueron los únicos cartuchos romanos.
El Atleti había ido a Roma a algo más que a ver al Papa, y a los 62 minutos Diego sacó la bicicleta a pasear, demarró a un contrario, asistió a Adrián en profundidad y éste, generoso como siempre, vio a Falcao en el segundo poste para regalarle el tercero. Pocas veces el colombiano habrá hecho un doblete tan sencillo. Pero siempre está donde huele a gol.

CIERTA TRISTEZA POR SENTENCIAR...
En esos instantes, mi alegría y orgullo por ver al Atlético de Madrid dando un repaso al rival en el Olímpico de Roma, se mezclaban con cierta tristeza (yo soy así) por pensar en que el partido de vuelta en el Calderón quedaba algo descafeinado. De hecho, en cada ataque (que hubo varios con la Lazio groggy) casi prefería que el castigo del 1-3 se quedara así.
Y es que, ¿cuándo es la última vez que recuerdan haber ido a un partido europeo al Vicente Calderón con el pase finiquitado?
Entre el jolgorio de la fiesta, incluso hubo algún pedazo de tarta para Miranda, impecable al cruce, e incluso dejando algún control y algún recorte en defensa con el que recordó a predecesores brasileños que honraron esta camiseta en esa posición.

PRÓXIMA PARADA, ESTAMBUL
El pase está casi hecho, y la próxima parada es Estambul (el Besiktas de Simao ganó 0-2 al Braga), y cuanto más pasan las fechas y los partidos, es más difícil no ilusionarse con el efecto Simeone y preguntarse si realmente era tan malo Manzano. Y es que, algo tendrá el agua cuando la bendicen...

viernes, 16 de diciembre de 2011

Y volvió el “¡Gil cabrón, fuera del Calderón!”

Sólo éramos 13.000 (Dicen. Yo creo que no pasaba de 10.000), pero éramos 13.000 muy enfadados. Para completar un aforo que se presentaba desangelado, decidí traer a mi primo Diego. Amante de la cultura en general, desconocedor del fútbol en particular, políglota (sabe siete u ocho idiomas) y casi francés por adopción (estudió en el Liceo francés y vivió una temporada como Erasmus en Rennes), así que el partido contra los galos era una ocasión perfecta para traerle (así me pudo hacer de traductor en sus cambios).
Aparte de estas coincidencias, no era el mejor partido para llevarle al Calderón, lo sé (el año pasado, elegí para invitar por primera vez al fútbol a un amigo mío el Atleti-Universidad de las Palmas -1-1- y el Atleti-Aris de Salónica -2-3-).

ESTADIO VACÍO, PARTIDO INTRASCENDENTE, AMBIENTE REIVINDICATIVO
Ya le advertí de antemano lo que encontraríamos: un estadio semivacío, un partido intrascendente y un ambiente reivindicativo. Pero lo pasamos bien.
Mientras el Atleti daba sus primeros bandazos por el campo con un equipo de gala (Adrián y Domínguez titulares. Cualquiera diría que se jugaba más ayer que en Cornellá), puse al día a mi primo sobre la realidad atlética.
Un equipo desmantelado y sin estrellas, un entrenador, como cada año, en la picota y blanco fácil de las iras de la grada, y una directiva que durante 25 años es el único denominador común que no ha cambiado, pero cuya afición (principalmente el Frente) nunca señala, alimentados en la teoría de la prensa de que “es su casa, y sólo se irán cuando quieran”...
Tras terminar de dar esta serie de explicaciones a mi primo, un chico en la fila de atrás, al que no conocía de nada, me dijo que me había estado escuchando y que le habían “encantado” mis argumentos.
“Da gusto escuchar a alguien así. Hay demasiado borreguismo en la grada. Me gustaría que trajeran al banquillo a Luis Aragonés o a Simeone, para ver hacia dónde se apuntaba esta vez cuando vengan mal dadas”, me comentó el chico.
Después tuve que aclarar a mi primo que el “numerito” no estaba preparado. Pero lo pareció :)

UN EQUIPO SIN ORGULLO
Y mientras, el Rennes estrelló un balón en la parte interior del larguero, en un cabezazo de Mavinga. Y yo volvía a preguntarme dónde tendrán estos futbolistas el orgullo, tras ser humillados por Albacete y Espanyol, para salir a pasearse también contra el Rennes.
Supongo que a ellos sólo les motivan las finales. Pero de ésas van a catar pocas con esta actitud.

Y sólo Diego intentaba poner algo distinto, y se encargaba de disparar por primera vez a puerta con un tiro cruzado. Y a Adrián le fallaba siempre el último pase. Y Arda y Falcao ni aparecían. Y Koke volvía a naufragar...
Y en éstas, un pase profundo del brasileño encontró a Adrián dentro del área, autopase en velocidad y derribo de Foulquier al asturiano. Penalti. Y Falcao, que los tira sin despeinarse, bate a Diallo con maestría (1-0).

Y SIN ÍDOLOS QUE COREAR: "¡GIL CABRÓN, FUERA DEL CALDERÓN!"
Entonces, el Vicente Calderón, que ya había ensayado antes el cántico con menor intensidad, celebra el gol recordando al único ídolo que se ha mantenido en pie este cuarto de siglo. Ese tótem que no ha caído y que incluso hemos tenido la "suerte" de perpetuar con su hijo.
Y lo que antaño era el “Fernando Torres, loroloroloro, Fernando Torres”, o el “Kun, Kun, Kun”, o el “Uruguayo, uruguayo”, se transforma en “Gil cabrón, fuera del Calderón”. Porque, al fin y al cabo, es la cara más eterna y reconocible de nuestro club. Un club cada año con menos enseñas, con menos 10 que corear. Con el último de ellos en el banquillo y haciendo las maletas a ninguna parte (Acaban de anunciar en Radio Marca que Reyes se marcharía al Sevilla por 3,5 millones de euros. Si esto se confirma, ya es el colmo. Regalar a un gran jugador a un rival directo...).

Y apenas cinco minutos después, mientras muestro a mi primo cómo Radamel Falcao 40 indica al lanzador el punto exacto en el que quiere que se la pongan, Diego no la pone allí, sino unos metros más atrás, donde Domínguez remata a la red ante la parsimonia de un portero rival que también debía estar mirando a Falcao...(2-0).
Y la canción tras el gol de nuestro canterano (que ya lleva cuatro) es la misma que después del 1-0: “Gil cabrón, fuera del Calderón”.

Y MANZANO, ENGORDANDO SU LEYENDA
En el segundo acto, aumenta el frío y el aburrimiento. Y Manzano engorda su leyenda dando entrada a Miranda por Perea ante el abucheo general de la grada. Y explico a mi primo que el público no corea con tanto énfasis a Perea porque le quieran mucho, sino porque se están mofando... Y aumenta el bramido del “Manzano vete ya”, y resuena con fuerza el “Luis Aragonés”.
Y sólo Arda con un golazo (tres en los tres últimos partidos), rompe un poco el frío ambiente belicoso (3-0).
Y al ser sustituido el brasileño Diego, le cuento a mi primo que había puesto en sobreaviso a la grada sobre su visita, y que por eso corean su nombre "¡Diegooo, Diegooo!" (o el de su tocayo) y al menos nos echamos unas risas. Que o te lo tomas con humor...
“Pero la defensa del Atleti está empeñada en que el Rennes se marche con un gol”, apunta acertado mi padre. Y el buen partido de Asenjo, impecable por arriba y acertado en cada disparo que le llega, no se cierra inmaculado porque en un corner dejan rematar solo a Mandjeck (3-1).
Y el tanto francés es recibido con la misma cancioncilla que los goles locales “Gil cabrón, fuera del Calderón”.

PERO PRONTO REGRESARÁ PIPI LANGSTRUM
La lástima, le comento a mi primo, que esto sólo dura dos partidos. Como contra el Sporting o el Valladolid hace dos temporadas. Pero otras dos victorias, ante el Betis y el Albacete, y pronto volverá el “Te quiero Atleti” al ritmo del Pipi Langstrum.
Y José Antonio Reyes volverá a disfrutar de su Sevilla natal... y seguro que los andaluces nos pasan por la derecha con unas bandas con Navas, Perotti y el utrerano...
Y el sorteo nos depara la Lazio, uno de los rivales más duros, y la única motivación que encuentro es volver a visitar la ciudad eterna...
Y Manzano saca pecho recordando que el año anterior no se pasó la primera ronda (¿Y se acuerda de hasta dónde se llegó justo la temporada antes? ¿Y qué competición se jugó los dos años precedentes...?).
Y Gil Marín estudia cómo subirse el sueldo
, pese a que El País destapa los más de 200 millones que el Atleti debe a Hacienda.
Y yo cada día estoy más harto. Y encuentro menos motivos para escribir sobre esta farsa a rayas rojas y blancas...

jueves, 1 de diciembre de 2011

Este tranvía no llegará lejos

19:34 horas. Por primera vez puedo sentarme frente a mi portátil y escribir sobre la clasificación para los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA que el Atlético de Madrid selló anoche.
Durante todo el día, he estado pegado al teléfono y al ordenador cubriendo la evolución del “descarrilamiento” del tranvía de Parla, que ayer dejó de circular por las deudas que el Consistorio acumula con la empresa concesionaria. Hoy, a las 17:20 horas ha vuelto a salir, después de que el alcalde de Parla haya pasado 26 horas encerrado en Sol pidiendo una solución a la Comunidad, después de que haya salido anunciando que había acuerdo, después de que éste haya sido desmentido por la empresa Tranvía de Parla S.A., y después de que haya sido “reconfirmado” por la compañía encargada del mantenimiento del servicio...EL TRANVÍA NO ME DEJABA VER EL PARTIDO
Supongo que a la mayoría de ustedes el tranvía de Parla les importará lo mismo que el teleférico de Venezuela y que habrán venido aquí a leer sobre el Atlético de Madrid. Pero es que anoche, mientras veía el partido, todavía tuve que hacer dos noticias más sobre si al alcalde parleño le sacaban a palos de la Real Casa de Correos o si por fin había principio de acuerdo entre las dos empresas...

LA PRIMERA VICTORIA A DOMICILIO, A 1.720 KILÓMETROS
El tranvía de Parla recorre un total de 8,3 kilómetros, pero un poco más lejos se tuvo que ir el Atlético de Madrid para conseguir su primera victoria de la temporada “oficial” fuera de casa (0-1). Concretamente, a unos 1.720 kilómetros. No le valieron los 1.415 kilómetros de distancia en el viaje a Udine (2-0). Ni los 1.350 a Rennes (1-1).
Por supuesto, se le quedaron cortos los desplazamientos a Barcelona (500 kilómetros), a Granada (360 kms), a Bilbao (325 kms), o a Valencia (300 kms)... y qué decir de las visitas al Bernabéu (10 kilómetros) o a Getafe (12 kilómetros)... Minucias...

El Atleti, si tiene que ganar fuera de casa, cuánto más lejos, mejor. Total, qué mérito tiene ganar en el Coliseum, donde se vencía 0-1 y contra diez, cuando se puede llegar en 20 minutos con la 442 desde Plaza Elíptica. Los de Manzano, si vencen a domicilio, que se note que es lejos de casa. En Egipto, por ejemplo. 3.400 kilómetros si es un reto como para ponerse a meter goles (1-4).
Así pues, el Atlético decidió que el Celtic Park, a casi tres horas de vuelo del Vicente Calderón, era un buen escenario para lograr por primera vez un triunfo a domicilio.

SALVIO DIO LOS PRIMEROS AVISOS
Mientras comenzaba a redactar que al pobre alcalde de Parla no le habían hecho llegar ni un bocadillo para pasar el día, Salvio me obligaba a levantar por primera vez la cabeza porque con la suya (la testa) acababa de rematar fuera totalmente solo.
Parecía que el argentino había salido inspirado, y poco después se adelantaba a un poco acertado Forster, pero su pase atrás de tacón lo cotaba la zaga escocesa.
Desde los comentarios, el bueno de Kiko Narváez elogiaba la colocación del “Toto”, su velocidad y su sacrificio en defensa. Cualquiera lo diría, cuando hace año y medio Quique aseguraba que no sabía hacer ni una cobertura. En cualquier caso, su mejoría en defensa quedó más que probada en el Bernabéu. Ahora le falta afinar en ataque. Porque resulta que es delantero...
El Celtic pegó los primeros sustos rondando el cuarto de hora, cuando Courtois tuvo que hacer sendos paradones a remates de Samaras, que completó un gran partido, y de Stokes.
Lo intentó otro par de veces el espigado delantero griego, encarando incluso por velocidad a Perea. Mientras tanto, Salvio volvió a protagonizar otro par de oportunidades sin precisar el remate.

ARDA TURAN, DE LO MEJOR
Y la media hora de juego, un corner rechazado llega a la frontal del área, donde Arda Turan conecta un derechazo perfecto que se cuela sin que Forster sea capaz de despejarlo. 0-1 y primer gol del turco, que hace justicia a la gran temporada que está realizando. De lo mejorcito de este año. Ha superado con creces mis expectativas, que reconozco que no eran muchas, y a su clase y su visión de juego le une una lucha que eran desconocidas para el gran público. Espero que éste sea el primero de una buena cantidad de tantos.
El Celtic vio apagado su ímpetu combativo con este tanto, y no hubo sobresaltos hasta el descanso.

EL CELTIC NO AGOBIABA
En la reanudación, el equipo español controlaba sin agobios ante un equipo plano, que pasaría problemas para mantenerse en nuestra Liga. Sin embargo, no arriesgaba en busca de la sentencia, y sólo Salvio ponía algo de picante al ataque, aunque le seguía faltando puntería.
El empuje escocés se resumió en un minuto. En el 66, Ki Sung-Yon (una decepción el surcoreano), pegó una buena falta que sacó Courtois a corner. Y en el saque de esquina, el árbitro anuló un gol de Kayal por un ajustado fuera de juego.
Mientras tanto, me habían vuelto a llamar de Agencia EFE para ver si podía confirmar que había un principio de acuerdo entre Tranvía de Parla S.A. y Alstom...

MIENTRAS HABÍA PREACUERDO, VOLVIÓ FALCAO
Y mientras el portavoz de la empresa encargada del mantenimiento del tranvía me confirma que hay un principio de acuerdo, pero que se deberá cerrar mañana, Falcao vuelve a vestirse de rojiblanco tres semanas después, y a punto está de marcar, de no ser por una mano en el área no señalada por el árbitro.
Diego está cerca de plantarse solo ante el portero en un balón largo (tiene mucha clase, pero le veo lento...), y Juanfran roza la sentencia en un mano a mano con el portero.
Al final, el Atlético logra su primera victoria, sella el pase, y un simple punto le bastará para clasificarse como primero de grupo. Ya es más que lo que se logró el año pasado. Sin embargo, con este déficit, me temo que este tranvía no llegará lejos.