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sábado, 27 de junio de 2020

El 'Pichichi' del Atleti no llevaba tan pocos goles desde la 1998-99

Han pasado 21 años, se dice pronto. Todo el mundo sabe que ésta está siendo una de las peores temporadas de la historia del Atlético de Madrid en lo goleador (la peor de la Era Simeone). Los cinco goles marcados en El Sadar ayudaron un poco a paliar esos números, sin embargo, este Atleti es el que menos goles marca (39) a estas alturas del campeonato desde la campaña 2006-2007. Entonces, con Javier Aguirre al mando, apenas sumaba 35 tantos.

Esta semana, un tuit de Ennio Sotanaz (fan de Aguirre, por cierto) me hacía reflexionar: "El máximo goleador del Atleti este año tiene 9 goles en la jornada 31. Eso explica muchas cosas de lo que ha pasado esta temporada. Por ejemplo la sensación que (en algunos) deja el juego del Atleti hoy que ha jugado entre muy bien y razonablemente bien contra el Levante".
Y es así. Ya lo saben, "sin Gol no hay fútbol". Y cuando no se marca, ya puede jugar el equipo como los ángeles que el sentimiento de satisfacción no es pleno (ya ni les cuento si el Levante llega a haber empatado el partido al final...).
¿CUÁNTOS AÑOS HACE QUE EL PICHICHI ROJIBLANCO LLEVABA MENOS GOLES?
Pero ese tuit principalmente me hizo plantearme una cuestión: ¿Cuántos años hará que el máximo goleador del Atleti llevaba 9 goles o menos?
Y como uno es curioso  por deformación (en parte por eso me hice periodista) me puse a bucear en la hemeroteca para comprobarlo.
Y tuve que bucear mucho... Hasta 21 temporadas tuve que remontarme, ya que, por ejemplo, en la citada 2006-2007, pese a que las cifras goleadoras eran paupérrimas, el único referente de ese equipo, Fernando Torres, sumaba en la jornada 31 justo 10 goles. Justo uno más que Morata actualmente. El Niño terminó con 14 tantos ese año.

FERNANDO TORRES SIEMPRE MARCÓ MÁS GOLES QUE EL ACTUAL MORATA
En esa época de travesía por el desierto, la responsabilidad goleadora era exclusivamente suya. Incluso en la campaña 2004-05, en la que el Atlético acabó 12º y apenas anotó 40 goles, Fernando Torres acaparó el 40% de los tantos (16). El Niño siempre estuvo por encima de las actuales cifras de Morata en esas temporadas tras la vuelta a Primera.

Y en el año del descenso, ya lo saben, había un goleador consumado: Jimmy Floyd Hasselbaink alcanzó los 24 goles (segundo máximo goleador de la Liga). El 50% de los 48 que el Atlético marcó ese aciago año.
EN LA 1998-99 EL PETETE CORREA LLEVABA 8 GOLES
Fue justo el año anterior, la 1998-99, cuando encontramos a un 'Pichichi' del Atleti más pobre que Morata esta temporada. Era un Atleti sin delantero centro. Todavía sin Hasselbaink, ya sin Vieri (se marchó ese verano)... y también sin Kiko, que empezó muy bien esa temporada, pero se lesiona de gravedad en los tobillos en la jornada 12.

Así que el peso del gol se lo repartían como podían Fernando el 'Petete' Correa y el sevillano Jose Mari. Se da la particularidad que el máximo goleador en la jornada 31, Correa con 8 goles, no fue el 'Pichichi' del equipo a final de temporada (Jose Mari con 9). Algo que como pueden ver en la infografía nunca ha vuelto a repetirse en 21 años. Pero también tiene explicación. Para colmo de males, ese año en febrero el Petete Correa sufre una fractura en el tobillo y se pierde todo lo que resta de temporada.

GRIEZMANN FUE EL PICHICHI ROJIBLANCO CINCO TEMPORADAS
En la actualidad más reciente (las diez últimas temporadas) el Atlético de Madrid ha tenido la suerte de contar siempre con algún gran goleador en su plantel. Antoine Griezmann había asumido ese protagonismo en los últimos cinco años y superó con creces la cifra de 9 goles en la jornada 31 (13 en la 2018-19; 18 en la 2017-18; 15 en la 2016-17; 19 en la 2015-16; y 18 en la 2014-15).

COSTA Y FALCAO PASABAN DE LOS 20 GOLES EN LA JORNADA 31
Antes de él, en el año de la Liga, Diego Costa sumaba 25 goles a estas alturas del torneo. Y en las dos temporadas anteriores un depredador como Radamel Falcao campaba a sus anchas por el Manzanares, con 24 y 21 goles en la jornada 31 de las campañas 2012-13 y 2011-12.

CON AGÜERO Y FORLÁN EL GOL ERA OTRA COSA...
Y antes de Simeone, la dupla Agüero-Forlán se repartía el negociado del gol. El Kun Agüero sumaba 13 goles en estas fechas en la 2010-11 (acabó con 20) y Diego Forlán había firmado 16 en la 2009-10. Me he dejado justo fuera de la infografía (me he remontado diez temporadas) los 32 goles con los que el uruguayo logró la Bota de Oro en la 2008-09. Esa campaña acumulaba 21 tantos en la jornada 31, pero hizo un sprint final de vértigo con 11 tantos en sólo siete jornadas que permitió al Atleti volver a entrar en Champions.

Aunque podría ser titular hoy, Álvaro Morata apenas suma 126 minutos de 360 posibles tras el parón por la pandemia. Así que esta temporada todo apunta a que será el 'Pichichi' menos goleador del Atlético de Madrid en los últimos 20 años. El listón lo marca Fernando Torres con 13 goles en la 2005-06 y en la 2002-03.

martes, 12 de mayo de 2020

Diez años desde que el Atleti salió de la amnesia en Hamburgo

Difícilmente nada de lo que escriba hoy podrá superar las crónicas que relaté en este blog hace justo diez años.
La historia de cómo un jueves 6 de mayo de 2010 me sentía obligado a renunciar a viajar a Hamburgo porque no encontraba acompañante, y la idea de ir solo a aquella Final me parecía "una locura". Por número de socio no me tocaron entradas, y, aunque conseguí dos a través de un patrocinador, tuve que decirle a mi intermediario que renunciaba a ellas "porque no tenía con quien ir". El vuelo (difícil de encontrar por menos de 500 euros) hacía echarse para atrás a cualquier posible acompañante.

FUI AL CALDERÓN "A ECHAR UN VISTAZO A VER SI NO HABÍA COLAS..."
Sin embargo, el viernes 7 de mayo cuando salí de casa de mi novia (en Madrid) por la mañana, escuchaba en Radio Marca que aún quedaban 700 entradas en taquilla... y no pude resistirme a acercarme al Calderón "a echar un vistazo a ver si no hay colas"... ¡Y no había colas! Con lo que sólo diez minutos después me encontraba con mi entrada en la mano y compraba el vuelo (ida y vuelta en el día) con la Agrupación de Peñas por 400 euros. "Se te va la pinza, pero si es lo que quieres...", me dio 'permiso' mi novia. Y era lo que quería, sin duda. Estaba loco, pero ¡bendita locura!

EL ATLETI LLEVABA 24 AÑOS SIN JUGAR UNA FINAL EUROPEA
Eran otros tiempos. El Atleti llevaba 48 años sin ganar un título europeo (la Recopa de 1962), 24 años sin llega a una Final en Europa (la Recopa de 1986 perdida contra el Dinamo de Kiev), y 14 años sin ganar un título (desde el Doblete de 1996 con Radomir Antic).
Así que yo echaba mis cuentas y pensaba "para la próxima Final europea a la que llegue el Atleti ya tendré más de 50 años y no sé yo cómo tendré la cosa para ir...". Si alguien se me hubiera acercado aquella mañana de 2010 junto a las taquillas del Calderón y me hubiera dicho que en menos de una década el Atleti iba a llegar a cuatro Finales europeas más (sin contar con ésa) me habría reído en su cara... y habría comprado la entrada igual.

"NO VAS SOLO, VAS CON 12.000 TÍOS TAN LOCOS COMO TÚ"
"No vas solo, vas con 12.000 tíos que están tan locos como tú", me respondieron en un comentario en este mismo blog. De hecho, allí me esperaban varios conocidos, como Jorge Olmos, Sergio Medina, o Juanjo. Y tuve la oportunidad de echarme como amigo a Rubén, con quien años más tarde viajaría a la Final de Champions en Lisboa.
Todavía recuerdo el temor porque el vuelo pudiera cancelarse, ya que el mes anterior un volcán islandés de nombre impronunciable (Eyjafjalla) había entrado en erupción y una enorme nube de ceniza ensombrecía los cielos de Europa impidiendo el despegue de muchos aviones en todo el continente. Con más de tres horas de retraso salimos de Madrid... pero salimos (Las seis horas tirados en el aeropuerto de Hamburgo en la vuelta no fueron por el Eyjafjalla... ¡Suerte que estábamos de buen humor!).

MI PRIMERA FAN ZONE
Una vez allí, las fotos junto al río Elba, cómo me impresionó la Fan Zone (¡Era la primera vez que me veía en una igual!), y el camino rumbo al Hamburg Arena, atravesando un bosque en el que había casi más alemanes que árboles ofreciendo entradas de reventa a precio de saldo (Como siempre, la UEFA cubriéndose de gloria).
Dentro del estadio el ambiente espectacular, con el Fondo Norte y una pequeña parte de los Laterales teñidos de rojiblanco. No recuerdo gran cosa del partido en sí, salvo la sobresaliente actuación de Forlán, que antes de sus dos goles estrelló un balón en el palo, y los infinitos nervios por la incertidumbre del resultado.

MI YO DIEZ AÑOS MÁS JOVEN LES CUENTA EL FINAL DE LA FINAL...
Y, mejor que yo, les dejo con mi yo diez años más joven para que les cuente cómo vivió la jugada del Kun Agüero que dio origen al decisivo gol de Forlán, la ceremonia de recogida del trofeo y lo que esos instantes suponían:

Y la amnesia se acabó en Hamburgo
"...El Atleti lo busca, pero no lo encuentra. Pero entonces algo pasa. Un balón largo, perdido, de esos que sólo gana el Kun, es salvado sobre la línea por el argentino. Le gana la partida a Hughes y se perfila hacia el área. Entonces levanta la mano. La izquierda. Ahí está. Mira dónde está la Copa. Y alguien lo ha visto. Es Forlán. Que corre raudo al primer palo y recoge el mensaje de Agüero. Mete su bota derecha, la Bota de Oro. Lo justo. No hace falta más. El gigante de dos metros Hangeland no llega. Schwarzer tampoco. El balón está dentro. ¡Gooool! ¡Gooool! ¡Gooool!
Me abrazo a los desconocidos que me rodean esa noche como si fueran mis hermanos.
Miro el reloj. Minuto 116. Sé que somos campeones. Y entonces, sin haberme dado cuenta, me percato de que mis ojos están empañados. No puedo reprimirlo. Entre esa neblina de lágrimas contenidas veo los últimos minutos. No puedo parar. No lo entiendo. Y me acuerdo de mi novia, que me dice que soy de hielo y que nunca lloro. Esos cinco minutos, fueron probablemente cinco de los minutos más intensos de mi vida.
Éramos campeones. Campeones de Europa. Me abrazo con Juanjo. Me tiro fotos con su bandera de España con el escudo del Atleti. Y con desconocidos que pensaba que eran amigos.
El “We are the champions” suena por el Atlético de Madrid. Por fin los cañones de confeti se
disparan por nosotros. Y el himno del Atleti resuena en Hamburgo.
Abajo, Forlán, Agüero, Domínguez, De Gea, Quique... los héroes de esta Copa de la UEFA, que pasarán por siempre a la historia, pasean la Copa.
Y entonces, el escudo del oso y el madroño se miró en el reflejo de esa Copa, en el frío metal convertido en sueño. Cerró los ojos, volvió a mirar. Y entonces se dio cuenta, se reconoció: soy el Atlético de Madrid. Y recuperó la memoria. Por favor, no la pierdas nunca".

"UN GRANDE SIN MEMORIA"
Aquel epílogo respondía al nombre de mi blog, "Un Grande Sin Memoria". Muchos me preguntaron por el motivo del nombre, aunque en esa época estaba claro. Lo creé en el año 2005-2006, como un trabajo más en la carrera, en el que pretendía relatar la historia del Atlético de Madrid, un grande, pero que en aquellos años grises andaba sumido en la mediocridad más absoluta, incapaz de recordar quién era.
Aquella noche el Atlético de Madrid recuperó la memoria. Y, aunque sin duda en esta década ha reverdecido viejos laureles y ha dado muestras de haber superado esos años de amnesia, nunca me he planteado cambiar un nombre que ya tiene cierta solera. En cualquier caso, me alegro de que el Atleti ya no haga honor al título de mi blog. Y es bonito recordar que todo empezó un día como hoy hace diez años, entre esos bosques de Hamburgo.        

domingo, 17 de junio de 2018

Otro título para el Atleti

No lo pueden entender. Está clarísimo. Aquellos aficionados que, aunque Griezmann se haya quedado, critican e intentan mofarse argumentando que se ha reído de nosotros, de la afición colchonera, no lo pueden entender.
CADA MAÑANA DE JULIO CON FERNANDO TORRES
Ellos no saben lo que es abrir el periódico cada mañana de julio, en la piscina, con la angustia de leer en qué equipo habrán colocado hoy a Fernando Torres (el Inter, el Manchester, el Chelsea, el Milan...), hasta que un verano de 2007 él mismo te confirma que se marcha al Liverpool, y te intentan convencer de que el club necesita el dinero, de que no hay un proyecto acorde a su proyección o de que, la única realidad irrefutable, el Niño se tiene que ir porque aquí no había pasado de jugar la Intertoto...

AGÜERO TE CUENTA QUE SE VA EN UN TUIT
Ellos no saben lo que es que te cuenten que Agüero se ha comprado un nuevo chalet de cinco millones de euros en La Finca porque quiere fichar por el Real Madrid; no saben lo que es que tu estrella en el último lustro, que ha marcado más de cien goles con la rojiblanca, publique un tuit el día después de terminar la Liga (y acabar séptimo) en el que sentencia: “Le expresé al Atleti mi decisión de salir. Le pedí que reciban, sin condicionamientos, las ofertas que lleguen de otros clubes”.

Y SUS RENOVACIONES, BAJANDO LA CLÁUSULA
Ellos no saben lo que es que con ambos futbolistas, las dos estrellas más carismáticas que ha tenido este club en lo que va de siglo, se hiciera una rueda de prensa por su renovación, que más bien parecía la antesala de su venta: en septiembre de 2006 se renueva a Fernando Torres y su cláusula baja de 90 a 40 millones de euros... en junio de 2007 Fernando Torres es traspasado; en enero de 2011 se renueva al Kun Agüero y su cláusula baja de 60 a 45 millones de euros... en junio de 2011 es traspasado.
Crónica de una venta anunciada. Y así titule precisamente el día de la renovación del Kun: "El acto de presentación de la venta del Kun Agüero".

Y DE GEA... Y FALCAO Y EL FONDO DE INVERSIÓN
Ellos no saben lo que es que tu portero salido de la cantera, De Gea, deje el club con sólo 20 años, y tras apenas dos en el primer equipo, porque en el Manchester United cobrará muchos millones más de los que tú puedes pagarle.
Ellos no saben lo que es que un hombre que ha marcado 70 goles en dos temporadas (¡¿Ellos qué van a saber?! Si Messi o Cristiano han llegado a marcar 70 ó 60 goles en un solo año...), que ha demostrado un compromiso admirable, que te ha dado tres títulos (UEFA Europa League, Supercopa de Europa y Copa del Rey), Radamel Falcao, se tenga que marchar entre lágrimas tras ganar una Final en el Santiago Bernabéu al Real Madrid porque un fondo de inversión es el dueño de sus derechos. Porque en un recién ascendido de la Liga francesa va a cobrar diez millones de euros más por temporada que en el Atleti, aunque aquí juegue la Champions...
Ellos no saben lo que es ver partir a Diego Costa, a Filipe Luis, a Courtois... cuando acabas de ganar una Liga y ser subcampeón de Champions, porque no puedes hacer nada por retenerles...

EN LA PRESENTACIÓN DE GRIEZMANN PENSÉ: ¿CUÁNTO NOS DURARÁ?
Echando la vista atrás, he encontrado también lo que publiqué el día de la presentación del fichaje de Antoine Griezmann en el Vicente Calderón. Y es que ellos no saben lo que se siente cuando en esos momentos, que deberían ser de felicidad por la llegada de un gran jugador, el pensamiento que se te pase por la cabeza sea: “¿Cuánto nos durará?”.

LUEGO SON "TRAIDORES" Y "RATAS"...
A los citados anteriormente (Torres, Agüero, Falcao, Diego Costa... después Arda Turan), en mayor o menor medida y en función de cómo se produjera su marcha, hubo quienes les tildaron de traidores o ratas...
Pero precisamente el día de la presentación de Griezmann hice un poco de trabajo de campo y me metí en un foro txuri urdin, www.mirealsociedad.com, donde pude ver varias fotos del atacante francés bajo el lema “las ratas siempre abandonan el barco”, en las que le llamaban traidor, recordaban que “poderoso caballero es don dinero” o incluso le dedicaban la canción “Que te den”, de Amparanoia.
Y es que ya lo decía el poeta Ramón de Campoamor: "Todo es según el color del cristal con que se mira".

NO ES LA CONTINUIDAD DE GRIEZMANN... ES MUCHO MÁS QUE ESO
El día que ganamos la Liga, en la celebración en Neptuno, el Cholo Simeone dijo dirigiéndose a su hinchada: "No es solamente una Liga, muchachos; no es solamente una Liga, mujeres. Es algo mucho más importante lo que estos chicos les transmiten a ustedes: que si se cree y se trabaja, se puede".
La renovación de Griezmann no es solamente la continuidad del delantero francés, de la estrella del equipo los últimos años, del futbolista que ha marcado 112 goles con la rojiblanca (ya es el 8º máximo goleador en la historia del club), del hombre que llevó en volandas al equipo a lograr su tercera UEFA Europa League. Es algo mucho más importante que eso.
La continuidad de Griezmann trasciende, con mucho, a Griezmann. La decisión de Griezmann va más allá de documentales, del show, de la puesta en escena, de dudoso gusto para un jugador de fútbol y no una estrella de cine, y cuya incertidumbre, que viene ya de hace más de un año, ha tenido en vilo e incluso sufriendo a muchos aficionados.


EL SALTO: "EL ATLÉTICO DE MADRID NO ES UN CLUB VENDEDOR"
La continuidad de Griezmann supone un salto enorme como club; el, por primera vez en más de una década, demostrar con hechos que "el Atlético de Madrid no es un club vendedor"; el que el "los jugadores juegan donde quieren", de Enrique Cerezo, se convierta por primera vez en que los jugadores quieren jugar en el Atleti... y el Atleti quiere que jueguen aquí; el que por primera vez tu estrella elige quedarse y rechazando ni más ni menos que a un trasatlántico como el FC Barcelona. Un paso, de gigante, para estar más cerca de competir realmente de tú a tú con Real Madrid y Barça.

CON AGÜERO O TORRES, LO SENTÍ COMO UN DESCENSO
El día de la marcha del Kun Agüero, que se sumaba a la dolorosa salida de Torres cuatro años antes, estuve muy, muy cerca de quitarme como abonado del Atlético de Madrid. Lo escribí entonces, sus ventas eran "la constatación de un secreto a voces del que sólo los atléticos no queremos darnos cuenta: Ya no somos un grande. Una noticia casi tan dolorosa como un descenso". El reconocernos como un club mediocre, incapaz de crecer al ritmo de sus grandes estrellas.
Por todo ello, puedo decir sin miedo a equivocarme que la continuidad de Antoine Griezmann supone otro título para el Atlético de Madrid. A la altura de la UEFA Europa League y necesario, muy necesario, como antesala del que está por llegar.
Aunque todo esto de lo que les hablo, muchos, no lo pueden entender. Por suerte, sé que tú sí.  

martes, 17 de septiembre de 2013

Como si el tiempo se hubiera parado

Mis seguidores más añejos (que conozcan mi blog desde hace al menos cinco años: Fernando, Ángel, Tomi, Julio, Santi...) quizá recuerden el post que a continuación voy a reproducirles. Se perdió con mi viejo blog (que me lo borró Google en 2009 por un error...), pero el documento que le dio origen (casi un manuscrito) aún pervive. Se trata de la pequeña crónica que escribí, con sólo 14 años, del Atlético de Madrid-Steaua de Bucarest. Era nuestra vuelta a la Copa de Europa 19 años después. Mi primera vez... Mis primeros pinitos como “periodista”.
En aquel post (de 2008), uní mis recuerdos de esa primera gran cita (4-0 al Steaua en 1996, con doblete de nuestro actual entrenador) con mis sensaciones al regresar a la Champions tras once años de ausencia (0-3 al PSV).
Ahora, tras tres temporadas sin Champions (aunque repletas de títulos), quiero rememorar esos sentimientos en este nuevo retorno. Porque volver a escuchar la musiquilla de la Champions siempre invita a echar la vista atrás... como si el tiempo se hubiera parado.

EL DEBUT EN LA CHAMPIONS EN 1996
Es 11 de septiembre de 1996. Estoy jugando al tirar faltas con unos amigos del instituto (Gorka, Rocha y Raúl), cuando me percato de que la hora se me ha echado encima. Son casi las 20:30 y no quiero perderme ni un minuto del partido. No en vano, es la primera vez que voy a ver al Atleti jugar la Copa de Europa. Voy corriendo a casa y escucho el himno de la Champions por fin con mi equipo en el televisor. Merece la pena, el Atleti disputa un gran partido, gana y golea: 4-0 al Steaua de Bucarest, con doblete de Esnaider y Simeone.

Es 16 de septiembre de 2008. El instituto e incluso la universidad quedan lejos ya. He pedido salir una hora antes del trabajo para reunirme con mi novia y mi padre en un bar de Carabanchel. Son casi las 20:10 y no quiero perderme ni un minuto del partido. No en vano, es la primera vez en once años que voy a ver al Atleti jugar la Copa de Europa. Voy corriendo al Metro y, una vez en el bar, vuelvo a escuchar el himno de la Champions por fin con mi equipo en el televisor. Merece la pena, el Atleti disputa un gran partido, gana y golea: 0-3 al PSV Eindhoven, con doblete de otro argentino, como antaño, el Kun Agüero, y un gol de un apátrida que ha vuelto a casa, Maniche.

Ese 11 de septiembre de 1996 no había miedos. El Atleti había sentado cátedra en España el año anterior y con Radomir Antic el fútbol rojiblanco era siempre valiente. Además, como único representante español en la añeja Copa de Europa (ya con el formato Champions), nuestro país no tenía otro remedio que “contar” con nosotros para lograr el éxito continental.

EN 2008,  MIEDO, PERO CONFIANZA
Ayer, si había miedos. Aunque confianza. A los pocos segundos, un centro desde la derecha hace intervenir por primera vez a Leo. Uno se teme un nuevo planteamiento timorato de los de Aguirre. Pero a los 30 segundos un pase de Luis García deja solo al Kun, aunque el argentino falla y detiene Issakson. Era sólo un aviso.
Apenas transcurridos unos minutos el Atleti suma otro par de ocasiones. Y en el nueve, el 0-1. Simao se interna por la izquierda, Maniche aparece desde atrás como sólo él sabe hacerlo y el balón cae a pies de Luis García, que la pone a boca de gol donde Agüero lo canta. La Champions y el Kun empiezan con buen pie.
El público que abarrota el Philips Stadium pronto se muestra desangelado. Luis García hoy parece inspirado. Aparece, busca los espacios e incluso lucha. Tanto él como Simao llegan con soltura desde segunda línea y arriba, Kun y Forlán también parecen sueltos.
Pero a la media hora llega la primera y única mala noticia. El uruguayo se rompe en una carrera y tiene claro que no puede seguir. Tres semanas de baja y pronto vienen curvas.
Sin embargo, Sinama sale enchufado y pronto explota su mejor virtud: su velocidad. Humilla en banda izquierda al defensa holandés con un autopase y la pone al primer palo. Allí aparece Agüero y según hace el control se sabe que acabará en gol. Fusila con la zurda y 0-2. Muy mal se tiene que dar.

HABRÁ QUE GANAR ALGO
Europa ya sabe de primera mano quién es el Kun Agüero. Le comento a mi padre que este año habrá
que volver a meterse en Champions y ganar algo si queremos retener a este chaval.
Es pura dinamita. Y tierna inocencia. De momento... Después en El Larguero declara sentirse “muy contento aquí” y ratifica su deseo de “seguir”.
La primera parte termina con una rápida salida de Leo Franco fuera del área con la que vuelve a reivindicar su puesto. Una Liga entera para Coupet es mucha Liga.
La segunda es otra historia. Con una clara ventaja los de Aguirre se echan atrás y la estrella local, Afellay, demuestra su pegada. Pero todos son intentos lejanos que Leo Franco resuelve con suficiencia. Y no hay tiempo para temores. En el nueve de la segunda (como en la primera) Simao inicia la contra, la pone para Luis García, que cede de primeras, con caño incluido, y quién aparece. ¿Kun? No, Maniche. El portugués vuelve a demostrar ser el mejor mediocentro de la plantilla y pone el 0-3. Un centrocampista de área a área de los que predica Aguirre.

BANEGA ESTRENA CAMISETA, BONITA, POR CIERTO

El partido ya está resuelto y, aunque muchos esperamos el cuarto (las malas costumbres), es el PSV el que lo intenta de todas las maneras. Pero la mayoría son pelotazos desde cualquier distancia. De ahí la estadística: 21 tiros, sólo cinco a puerta.
En uno de los disparos entre los tres palos Leo se la saca a Lazovic. No era el día de los rojiblancos (de Holanda), sino de los azul intenso de la Ribera del Manzanares (me encantó la nueva equitación, con ese contraste con el rojo fuego). Incluso Banega pudo estrenar camiseta.
El Atleti ha vuelto a la Champions y ha demostrado que tiene nivel para estar allí. Una victoria ante el Olympique de Marsella dará medio billete a octavos. Después vendrá la montaña rusa. Disfrútenlo. Se lo merecen.

martes, 28 de mayo de 2013

Ser campeón; ser de Champions; ser de Segunda...

SER CAMPEÓN
“Ser campeón no es una meta, es una actitud” rezaba la camiseta conmemorativa del triunfo ante el Real Madrid que lucía la plantilla del Atlético de Madrid tras vencer en la Final de Copa del Rey.
El conjunto rojiblanco es campeón, y por ello la afición colchonera estaba llamada al Vicente Calderón media hora antes del comienzo del partido. Mi padre se tomó muy en serio el que llegásemos a las 19:30 para poder ver cómo nos ofrecían esa preciosa Copa obtenida gracias al tan anhelado triunfo frente al que ya parecía olvidado como eterno rival.
La décima apenas la vimos, pero valió la pena llegar antes para presenciar las otras nueve, traídas de manos de algunos de los jugadores que formaron parte de aquellos títulos.
Enrique Collar portó la Copa de 1960 (ganada al Real Madrid); Adelardo Rodríguez, la de 1961 (Real Madrid); Armando Ufarte, la de 1965 (Zaragoza); Isacio Calleja, la de 1972 (Valencia); José Eulogio Gárate, la de 1976 (Zaragoza); Quique Ramos, la de 1985 (Athletic); Alfredo Santaelena, la de 1991 (Mallorca); Tomás Reñones, la de 1992 (Real Madrid); y Roberto Solozábal, la de 1996 (Barcelona).
“¡Qué preciosa foto!”, le comenté a mi padre. Y aquí os adjunto la instantánea de varias generaciones de atléticos campeones. Lástima que el Atleti no ganara su primera Copa hasta 1960 (el torneo del KO nació en 1903...). Pero gracias a esa tardanza también se pudo juntar a un representante de cada título.
SER DE SEGUNDA
El pasillo por ser campeón se lo hizo el Real Mallorca al Atlético de Madrid. Sin embargo, durante el partido demostró ser de Segunda.
Su salida fue un espejismo, y durante los diez primeros minutos hizo creer que pudiera ser de Primera. Así, Javi Márquez probó fortuna por dos veces. En la primera encontró a un Courtois (el Zamora de la Liga, recuerden: 28 goles en 36 partidos: 0,77) en el mismo tono que acabó en el Bernabéu; y en la segunda disparó alto.
Eso fue todo lo que dio de sí el Mallorca y sus ambiciones por mantener la categoría en el Manzanares. Como dijo mi padre “pierden tiempo como si les valiera el empate”. Así que los gestos de desolación de algunos de ellos al finalizar el partido, tirándose al césped, me parecieron incoherentes con la apatía mostrada durante los 90 minutos. Salieron colistas del Calderón, y sólo un milagro desmesurado podría salvarles.
Mientras tanto, al encuentro sólo le ponía algo de pimienta el de siempre: Diego Costa. El brasileño se picó con Tissone, pero encontró un enemigo poco recomendable: Teixeira Vitienes.
Le sacó una amarilla al cuarto de hora y desde entonces cada choque de Diego Costa era señalado como falta del delantero carioca, mientras que si era él quien caía, dejaba seguir el juego.
Incluso le anuló un bonito gol de cabeza tras un buen centro de Filipe Luis. Visto lo visto, lo extraño fue que terminase el partido sin ver la segunda tarjeta...

SER DE CHAMPIONS
Además de ser campeón de Copa del Rey y de la Supercopa de Europa lograda en agosto, el Atlético de Madrid ha demostrado con creces este año ser de Champions. Segundo hasta el último tercio de campeonato, finalmente el mejor tercero en cuanto a puntuación desde que existe la Liga de tres puntos, jugará el año que viene la máxima competición continental sin necesidad de jugar la previa.

Si alguien de la actual plantilla colchonera es también de Champions es Radamel Falcao García.
El sentimiento de incredulidad en las gradas del Vicente Calderón anoche era unánime: ¿Al Mónaco...?
Comentaba con mi padre que por desgracia en los últimos años nos estamos acostumbrando a que nuestros ídolos emigren en busca de un lugar mejor.
Lo pude entender en cierto modo con Fernando Torres (2007). En seis temporadas completas el mejor resultado fueron dos séptimos puestos, jamás jugó en Europa y de títulos ni hablamos...
Su progresión estaba muy por encima de la del Atlético de Madrid. Torres era de Champions, y buscando disputarla y para luchar por la Premier se marchó al Liverpool.
Pude comprender de forma similar al Kun Agüero años después (2011). En primer lugar, al argentino no le unían los lazos de sangre rojiblanca con el club. Sí jugó la Champions (dos años) y probó las mieles del triunfo (UEFA Europa League y Supercopa de Europa en 2010). Pero tras ello, se vio estancado en un Atlético que parecía condenado a una trayectoria errática e irregular, y que tras estos triunfos volvió a ser séptimo en 2011 y quedar lejos de disputar cualquier trofeo.
Agüero era de Champions, y el Manchester City le ofreció la oportunidad de disputarla y de ganar una Liga con la que en España no podía soñar.
Pero no entiendo a Radamel Falcao (2013). Falcao es de Champions, y se privó de la oportunidad de disputarla al abandonar el Oporto, a cambio de un club con más historia y una Liga mejor como es la española. Aquí ha ganado tres títulos en sólo dos años y tendría la ocasión de jugar la máxima competición continental el año próximo.
Sin embargo, decide cambiar estos innegables éxitos deportivos por una liga menor como es la francesa y un recién ascendido como el Mónaco, cuyo único aliciente son los petrodólares rusos.
Con sólo 27 años y en pleno apogeo de su carrera, no puedo asimilar que renuncie a un proyecto deportivo ilusionante por un equipo que aspira a crecer a golpe de talonario y que habrá que ver si es capaz de competir con otro “nuevo rico” como el PSG del jeque Al Thani.
Su salida sólo puede comprenderse desde el  punto de vista de que el fondo de inversión con el que se le compró obliga a traspasarlo para hacer negocio...
Presumiblemente en su despedida del Vicente Calderón, Falcao se marchó sin marcar en un partido en el que le fue anulado un gol por fuera de juego, al remachar en la línea un remate de Koke que iba dentro; y falló un claro mano a mano tras un pase interior de Diego Costa. Ni el colombiano pudo cambiar el triste 0-0.

SER DE SEGUNDA
Para nuestra eterna desgracia, quien vuelve a demostrar ser de Segunda es nuestra directiva.
Ni volviendo a la Champions de forma directa (siempre se hablaba de esto como requisito para mantener a los grandes jugadores); ni ganando títulos al mismísimo Real Madrid en su estadio, Gil Marín y Enrique Cerezo son capaces de mantener a un futbolista que, recordémoslo, sólo lleva dos años en el club. Sólo dos.
La excusa es la necesidad de dinero para afrontar las deudas con Hacienda. Pero hay que recordar también que por Agüero se ingresaron 45 millones de euros y por Falcao (con Micael en el paquete) se desembolsó idéntica cantidad. Fondos de inversión aparte (o no, porque todo apunta a que la presencia de este "ente" es decisiva en la marcha del colombiano) se terminó por invertir lo comido por lo servido.

Se pudo volver a Primera tras dos añitos en el Infierno (2000-2002); se pudo volver a Europa tras siete años de destierro (2000-2007); se pudo volver a la Champions tras once temporadas sin pisarla (1997-2008); se pudo volver a levantar un título tras 14 años de sinsabores (1996-2010); e incluso tras casi otros 14 años, se pudo volver a derrotar al Real Madrid (30 de octubre de 1999-17 de mayo de 2013) en el momento más idóneo.
Sin embargo, nunca nos podremos volver a identificar con un ídolo mientras que Gil Marín y Enrique Cerezo continúen en la directiva del club. Ser de Champions no es una meta, es una actitud. Y hay quien lleva años condenando a este equipo a una actitud de Segunda...