martes, 29 de marzo de 2011

El derbi es con el Getafe

Con esta contundente e hiriente frase me despachaba uno de mis mejores amigos madridistas, Mario, después de perder el tercer derbi de la temporada (0-1 en la vuelta de Copa) sin tan siquiera plantar batalla.
Ha pasado ya más de una semana, pero el calendario ha querido que, igual que en la previa apenas se habló del derbi (hasta el jueves se comentaba todavía el Real Madrid-Olympique de Lyon), el pospartido para los atléticos se nos va a alargar, al menos (y si no hay vergonzosa huelga de por medio), dos semanas.
Este año ha sido el del definitivo punto de inflexión. El del despertar para los atléticos. El de ser conscientes de que si cada doble cita anual ante los vecinos ricos acaba de manera amarga, ya durante once años, no es por mala fortuna, por los dioses, por los árbitros, porque éste sea nuestro particular día de la marmota o, si me apuran, ni siquiera por el factor psicológico que para muchos (entre los que me incluyo) declina la balanza en nuestra contra desde antes del minuto uno.
Si el Atlético de Madrid cada año es incapaz de vencer el derbi antaño conocido como “de máxima rivalidad regional” es porque las diferencias entre uno y otro se han hecho ya insalvables.

CUATRO DERBIS EN UN AÑO, DEMASIADOS...
Han tenido que pasar once años y una ración doble de derbis para que nos hayamos dado cuenta. Cuatro Madrid-Atleti en una misma temporada (tres en apenas dos meses) han sido demasiados para todos. Sobre todo para los atléticos. Cero victorias y cuatro derrotas. Ocho goles en contra y apenas dos a favor, ambos protagonizados por el único jugador capaz de estar a la altura en estos choques (el primero lo anotó Forlán, pero tras jugada del Kun).

FERNANDO TORRES: “SON SEIS PUNTOS MÁS...”
La semana pasada coincidí con Fernando Torres en un acto en Fuenlabrada, en el que le pregunté si pensaba que antes de que volviera al Atleti (si vuelve, de aquí a cinco años) los rojiblancos serían capaces de volver a ganar un derbi. “Seguro”, me contestó. “¿Seguro?”, le repregunté asombrado por la convicción de su respuesta. “Seguro”, repitió.
Entonces, le cuestioné sobre qué explicación encontraba a que desde que él marcara su único gol a los blancos (temporada 2006-07) el Real Madrid se haya adelantado siempre en el Vicente Calderón antes del minuto diez.
Fernando lo atribuyó a “una mala racha”, “equipos que se te dan bien y otros mal”, recordó que la última victoria se produjo el año del descenso “con lo que no quiere decir nada”, y terminó sentenciando que al final “son tres puntos o seis puntos más”...
No es por meterle palos a Fernando Torres, que he de reconocer que cada vez que coincido con él me hace más difícil guardarle rencor por su marcha, pero que el máximo exponente de la cantera colchonera en la última década te diga que “son tres puntos o seis puntos más” puede empezar a explicar el porqué de tantas derrotas acumuladas.
Y no por una cuestión de mentalidad, ya que no creo que ni él mismo lo piense, sino porque esta respuesta es ya un “escudo protector” que el atlético levanta para intentar minimizar estas derrotas. Una defensa, una excusa, una contestación tan autómata como la de que “seguro” que ganamos un derbi en los próximos cinco años (tampoco creo que esté convencido de ello, porque no lo creemos ningún atlético).

RECUERDO CUANDO ERA NIÑO
Su respuesta me recordó a la del niño que fui (que fuimos) cuando nos defendíamos de los ataques de la mayoría de niños madridistas, amparados entonces en muchos más argumentos a nuestro favor que ahora.
En aquella época, cuando el Atleti ganaba Copas del Rey al Real Madrid en su propio estadio (¿Cuánto tiempo vamos a estar acordándonos de ese 1992 como nuestra última gran gesta en un derbi?) recuerdo un 1-1 en el Vicente Calderón en la temporada 1992-93 (goles de Sabas y Zamorano) en el que al finalizar el encuentro uno de mis tíos me dijo: “Bueno, hemos ganado nosotros porque era en vuestro campo”.
¿Se imaginan eso ahora? Cuando hace dos temporadas Simao empató en el minuto 90 (antes del famoso penalti de Heitinga a Drenthe) y el estadio lo celebró como si hubiéramos ganado la Copa de Europa...
Eran tiempos en los que el derbi era sólo el Madrid-Atleti, no como ahora, que ya se habla de derbi también con el Madrid-Barça (hasta el nbonbre nos han quitado...).

UN EQUIPO EN RECOMPOSICIÓN...
En esos años, el Atleti entró en un periodo de recomposición. Se fueron nuestras últimas grandes estrellas (Futre, Schuster...), otras estaban en el ocaso de su carrera (Manolo, Abel, Juanito...), y el germen del Atleti del Doblete se estaba forjando.
Pero en esa plantilla todavía había el orgullo de ser atlético, el carácter ganador de ese equipo acostumbrado a competir de poder a poder con Madrid y Barça, que hacía que todavía se protagonizaran machadas épicas como aquella remontada 4-3 al Dream Team tras un 0-3 al descanso...
Aquel día el Atleti formó con Diego; Quevedo, López, Solozabal, Pedro; Caminero, Juanito, Manolo, Pirri; Luis García y Kosecki.
Un equipo sin duda muy inferior al formado por Zubizarreta; Ferrer, Koeman, Goicoechea; Eusebio, Guardiola, Baquero, Amor; Beguiristain, Romario, Laudrup.
Un equipo que sólo unos meses antes venía de caer ante los de Cruyff en octavos de Copa del Rey por 0-5 (Laudrup (2), Beguiristain, Julio Salinas y Witschge) y 6-0 (Vucevic (2), Beguiristain, Julio Salinas, Ferrer y Óscar), pero que esa noche en el Vicente Calderón sacó el orgullo y transformó lo que iba camino de una nueva humillación en una noche memorable.

...PERO AÚN SE TRANSMITÍA EL ORGULLO ATLÉTICO
Todavía recuerdo nítidamente, pese a que sólo era un niño, la imagen de Juanito y Manolo abrazándose en el suelo, tirados en el medio campo, después de que Caminero acabara de marcar el gol que consumaba la remontada. Ese tinerfeño (cuatro años de rojiblanco), abrazado a ese cacereño (siete temporadas en el Manzanares) habían aprendido lo que era el Atlético de Madrid de gente como Juan Carlos Arteche, Roberto Simón Marina, Tomás Reñones, Julio Prieto, Abel Resino... que a su vez se lo habían transmitido a Juan Sabas, Alfredo Santaelena, Roberto Solozabal, Juanma López, Toni Muñoz...
Gente de la casa, que aunque quizá eran más limitados técnicamente que las estrellas de Real Madrid y Barcelona, peleaban cada año contra ellos y vendían cara su derrota.
Esos fueron los últimos años en los que el espíritu del gran Atlético de Madrid todavía impregnaba las paredes de los vestuarios del Vicente Calderón. El Doblete fueron sus últimos frutos y después la nada...

YA NO QUEDA NADA...
La tragedia del descenso y, desde entonces, jugadores de lo más variopinto han vestido esta camiseta (Wicky, Carreras, el Pato Sosa, Richard Nuñez, Zahinos...) o han portado el brazalete (Pablo Ibáñez, Juan Valera...). Mercenarios convertidos en capitanes (Maxi, Simao, Forlán...) que abandonarán el barco los primeros dejando que dentro se pudran las ratas.
Unas ratas que siempre lo llenarán hasta que se hunda el último cimiento. Unas ratas que, según un último estudio, cumplen el siguiente perfil: varón, veinteañero y de clase media.
Yo cumplo ese perfil, aunque por poco tiempo, ya que en breve entraré en la treintena. Gracias a ello he podido vivir la Copa del 91, la citada Copa del 92 en el Bernabéu, la remontada al Dream Team en el 93, el Doblete del 96...
Los veinteañeros de hoy apenas habían nacido en las primeras citas, y eran niños en el Doblete. Para ellos, ganar al Real Madrid es un vago recuerdo de cuando aún vestían pantalón corto y jugaban en los columpios.
Perder ante el Real Madrid es lo normal, ganar un título algo que sólo se repite cada muchos años, competir por una Liga, una quimera, y quedar cuartos, un puesto a celebrar...
Dentro de poco, se acostumbrarán a que sus estrellas "deben marcharse para crecer", que sus canteranos amarán al club desde fuera, mientras triunfan en Europa, y que cada futbolista que firme por nuestro equipo lo hará con el objetivo de que “si lo hago bien, las ofertas de los grandes clubes seguirán llegando”, Godín dixit.
Y aprenderán de sus compañeros de butaca que cuando viene el antes conocido como “eterno rival”, es la oportunidad de gritar al viento nuestras miserias y hacer públicos y manifiestos nuestros complejos. Al fin y al cabo, “eres un mono, Marcelo, eres un mono”...

lunes, 21 de marzo de 2011

Damos pena

El Atlético de Madrid perdió anoche su enésimo derbi en el Vicente Calderón. Con el de este sábado, son ocho derrotas en los últimos nueve derbis jugados en el Manzanares. En todas ellas, el Atlético de Madrid no pasó del cuarto de hora con el 0-0 en el marcador. Esta vez, fue capaz de aguantar diez minutos hasta que marcó Benzema. Una mejora respecto a los cuatro minutos del año pasado (Kaká), o los 30 segundos de los dos años precedentes (Van Nistelrooy y Raúl).
Quizá el de este sábado fue mi derbi más triste, aunque es algo difícil de calibrar porque la competencia es mucha.

EN LA PREVIA, REUNIÓN DE NOTABLES ATLÉTICOS
En la previa del encuentro quedé con varios atléticos ilustres, conocidos la mayoría a través de la Red. Jorge Olmos, mi compañero de Marca TV Menottinto, o Ricky compartieron conmigo los instantes previos al gran choque, los miedos, las incertidumbres y las desesperaciones por la situación de nuestro amado equipo.
Una de las reflexiones con la que me quedé (aunque es algo que ya he escuchado en otras ocasiones) fue la pronunciada por uno de los participantes, que sentenció que lo que más le jodía era la frase de muchos madridistas de “a mí el Atlético de Madrid me da igual”, “me resulta indiferente”, “no me cae mal”, o incluso “le tengo simpatía”…
Por desgracia, el que durante décadas fue el rival más cruento de los blancos, es ahora un equipo más, que no le hace ni cosquillas y que no ocupa ni un segundo de preocupación ante la alargada sombra del Barça. Es normal. Para muestra un botón. Aunque el Atlético de Madrid hubiera ganado anoche y los nueve partidos que restan, y el Real Madrid lo hubiera perdido todo, aún acabarían la Liga por delante de los rojiblancos.

SIN MENSAJES...
En esa previa, le comentaba a mi padre y al resto de asistentes que ojalá esa noche fuera yo el que mandara los mensajes (a mis amigos vikingos) y no al revés, como por desgracia es tónica habitual.
Lo más triste fue que después de la derrota, no recibí más que un mensaje de un compañero madridista. Algunos de mis “enemigos” más encarnizados en la dialéctica futbolística esta vez no se molestaron ni en escribirme. Y es que ya damos hasta pena…

DE LA ILUSIÓN A LA IMPOTENCIA
Emocionados y esperanzados como cada año llegamos a la gran cita. Un estadio lleno hasta la bandera, gente agolpada en las escaleras, un tifo precioso… pero todo se apaga pronto. Muy pronto.
Antes del gol del Madrid, Cristiano Ronaldo avisó con una falta, De Gea tuvo que emplearse ante un disparo de Khedira, y una internada maradoniana de Lass (sí, de Lass) en la que se fue como Pedro por su casa de Tiago, Godín y Domínguez, no acabó en gol porque no acertó con el pase de la muerte.
El Madrid volvió a salir con más mordiente, presionando arriba y haciendo imposible que el Atlético hilvanara tres pases. Así, en el minuto diez se plasmó la sempiterna superioridad blanca.
Xabi Alonso tocó sin un rojiblanco a diez metros a la redonda, Khedira dibujó un perfecto pase en profundidad para el redivivo Benzema, que ganó la espalda de Godín y definió con maestría (0-1).

EL MINUTO DE ESCUDERO
Supuestamente el minuto once iba a servir de homenaje a Escudero. Yo no oí nada. Como no vi nada en el tifo que supuestamente iba en su honor. Honrar su muerte, o la del padre de Hele recientemente fallecido, parecían motivos de peso que sumar a la larga lista. Pero anoche tampoco fue la noche.
El Atlético intentó reaccionar de la mano de los dos únicos futbolistas que actualmente pueden hacer frente a un grande: Agüero y Reyes.
El argentino dio inicio al recital de Casillas con un derechazo abajo que salvó el mostoleño a corner. En el saque de esquina volvió a meter la manopla para sacar un cabezazo de Godín.
Minutos después, el Kun se marchó de Pepe y sacó un zurdazo cruzado que repelió el portero de la selección, y por último fue Reyes el que se anticipó a Alonso en el área y disparó arriba para volver a toparse con el gigante de Móstoles.
“No ganaremos al Madrid hasta que Íker no se retire”, comentó mi padre. Y puede que sea cierto…

FINAL DEL PARTIDO: MINUTO 31
El Madrid no estaba ausente, y en las contras Benzema hacía muchísimo daño moviéndose en el abismo del fuera de juego. Así llegó el 0-2. Una internada del francés por la derecha no encontró a Cristiano por un posible penalti de Ujfalusi. Pero la jugada continúo por la izquierda. Marcelo desborda a Mario Suárez como si fuera un alevín, y la pone atrás donde Ozil, solo, supera a De Gea. Media hora, 0-2. Otro año sin derbi.
Al minuto, un posible penalti de Sergio Ramos sobre Agüero pudo haber cambiado las cosas. Pero Teixeira Vitienes mostró amarilla al argentino y ahí se acabó la historia. El descanso llegó sin que el Atlético pudiera sobreponerse a tan contundente mazazo.

Con ninguna gana y la sensación de que mejor sería irse a casa, uno afronta la segunda parte. A mi lado, el hijo de uno de mis compañeros de butaca, Alberto, de ocho años, al que su padre este año ha sacado el abono de la segunda vuelta. ¿Por qué no le dices a tu padre que te haga del Barça?, le pregunto. “No quiero, prefiero el Atleti”, me responde convencido. Pobre niño...

EN EL SEGUNDO ACTO SALTA UNA ESTRELLA
En el descanso saltó al campo Jorge Resurreción Merodio 'Koke'
. El chico, que ha desaparecido del once sin motivo aparente (como tantos otros) demostró en sólo 45 minutos lo que yo esperaba.
Se comió el césped, puso la intensidad necesaria, y recién entrado en el campo trazó un pase en largo que Forlán remató al lateral de la red, y se sacó una volea desde la frontal que Casillas despejó a corner. Y es que además tiene clase.
En una entrevista en la previa, confesó que si jugaba lo daría todo. ¿Y qué harías en un balón dividido con Pepe?, le cuestiona el periodista. “Iría con todo”, responde. Pero Pepe da miedo, le interpela. “Yo también doy miedo...”.
Por contra, Quique optó por un Elías que debe tener la misma idea de lo que es un derbi que de su posición en el campo: ninguna.

AHORA O NUNCA...
En el minuto nueve de la reanudación, Reyes corta un despeje de Carvalho y coloca un pase perfecto para el Kun Agüero, que se planta solo ante Casillas. Ahora o nunca, le transmito a mi padre. Y, como es habitual, fue nunca. El tiro abajo del argentino lo vuelve a salvar el portero madridista con la mano izquierda. Si tu mejor jugador no define un uno contra uno con 35 minutos por delante, ¿quién te va a meter en el partido? Es la jugada que resumen el partido...

LA GOTA QUE COLMA EL VASO: UNA AFICIÓN ACOMPLEJADA
Los minutos continuaron consumiéndose con un derbi muerto desde antes de empezar y entonces se dio paso al lucimiento de nuestra acomplejada afición.
Primero fue con el clásico “¡Cristiano muérete!” o “¡Qué hijo puta es, ese portugués!”. Pero cuando en el minuto 77, con un equipo octavo, fuera de todo, sumando su duodécimo año sin vencer a los blancos, el Calderón al unísono comenzó a entonar el “¡Eres un mono, Marcelo eres un mono!” no aguanté más, me levanté de mi asiento y le dije a mi padre: “Nos vamos”.
Quien me conoce sabe que jamás me voy del estadio con el partido en juego. Soy de esos que con un 3-0 en el minuto 90 le dice a su padre que espere a ver si llega el cuarto. Igual hago en el caso contrario. Fui de los pocos que aguantaron hasta el pitido final en el famoso 0-6.
Pero el sábado no aguanté más. La rabia, la vergüenza y la impotencia de la situación ante la complacencia de nuestra hinchada me superaron. “La culpa de llevar doce años sin ganar al Madrid será de Marcelo, claro que sí”, me marché gritando mientras bajaba hacia el vomitorio.

NO VI EL GOL DE AGÜERO
Paseo de los Melancólicos arriba, escuché el grito inconfundible del gol. No experimenté ningún tipo de alegría, sino más bien otra muesca de tristeza. “Ahora”, pensé...
Entré con mi padre a un bar a ver los cinco minutos finales con escasa esperanza, y allí pude observar como tan sólo un cabezazo de Godín “acercó” a la quimera del empate.
El gol del Kun Agüero (tras preciosa pared con Koke, Ko-ke) sólo sirvió para camuflar un año más el resultado, y para aquellos que sólo vieran el marcador, siempre quedará la falsa sensación de que hubo derbi.
Pero el derbi madrileño hace muchos años que no se disputa, y menos en el Vicente Calderón, donde la olla a presión de la que se cacarea no es más que un recinto atestado de acomplejados que ven en la camiseta blanca un motivo de insulto y de pataleo. Una oportunidad de gritar en sus oídos todo tipo de barbaridades a aquellos que año tras año nos humillan y nos ridiculizan.
Quizá deberían pararse a pensar que, para que ellos nos pisoteen, hace falta que nosotros nos postremos. Y el Atlético de Madrid lleva muchos años postrado. Damos pena...

viernes, 18 de marzo de 2011

ESPECIAL DERBIS II: A revertir la tendencia + VÍDEO: El día que lo tuvimos más cerca

Hace más de tres años que escribí este post de previa sobre el derbi que a continuación voy a adjuntaros. Aquel día perdimos 0-2 en el Vicente Calderón (Raúl y Van Nistelrooy).
Por desgracia, pasado este tiempo, se puede suscribir punto por punto, con la diferencia de que todos somos tres años más viejos. Tres años más viejos y tres años más hastiados respecto a los derbis.
Como cada temporada, entonamos el "este año toca". Confiados en el excelente estado de forma de Agüero, Reyes o David De Gea, un derbi más acudiremos al Manzanares motivados e ilusionados. Sin embargo, repasando los datos de los 73 Atlético de Madrid-Real Madrid disputados en feudo rojiblanco, uno no puede por menos que deprimirse viendo los resultados del último cuarto de siglo.
DOS TRIUNFOS EN CASA EN 25 AÑOS
Desde 1984, año en el que el Atlético venció por 1-0 al Real Madrid con gol de Hugo Sánchez, los atléticos sólo hemos podido cantar victoria en dos ocasiones como locales. En 1992 (2-0 con goles de Vizcaino y Manolo) y en 1999 (3-1, con tantos de José Mari, Juninho y Lardín).
Desde ese año 84, ocho empates y catorce derrotas, lo que ha permitido al Real Madrid voltear las estadísticas y convertirse en el único equipo que ha ganado más veces que ha perdido en nuestro estadio.
A mis veintimuchos, no he tenido la suerte de presenciar en el Calderón ninguna de las dos citadas victorias, por ello deseo con todas mis fuerzas que el triunfo pueda llegar por fin este sábado.
Si todavía alguno de vosotros no ha hecho sus apuestas, aquí os dejo una estadística con todos los resultados que se han producido en los 73 Atlético Madrid-Real Madrid disputados hasta la fecha. ¿Qué resultado os apunto en 2011? Yo me quedo con un 3-1.

1-1- Once veces (58, 63, 66, 68, 75, 80, 87, 93, 98, 00, 07)
0-1- Seis veces (45, 64, 65, 69, 85, 86)
1-0- Cinco veces (56, 61, 62, 76, 84)
3-1- Cinco veces (41, 44, 46, 81, 99)
1-2- Cinco veces (53, 73, 96, 04, 09)
2-1- Cuatro veces (30, 40, 43, 59)
2-2- Cuatro veces (35, 67, 71, 79)
2-3- Cuatro veces (36, 47, 82, 10)
0-2- Cuatro veces (49, 74, 95, 08)
0-3- Cuatro veces (29, 91, 05, 06)
3-3- Tres veces (60, 89, 90)
0-0- Dos veces (83, 94)
2-0- Dos veces (42, 92)
1-3- Dos veces (78, 88)
2-4- Dos veces (55, 57)
4-0- Dos veces (51, 77)
3-2- Una vez (52)
3-4- Una vez (54)
3-0- Una vez (70)
4-1- Una vez (72)
1-4- Una vez (97)
0-4- Una vez (03)
5-0- Una vez (48)
5-1- Una vez (50)


¡HAGAN SUS APUESTAS PARA ESTE SÁBADO!
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EL 1-1, EL RESULTADO MÁS REPETIDO


El 1-1 ha sido el resultado más repetido en la historia de los derbis con el Atlético como local. Hasta en once ocasiones se ha dado la igualada a un tanto como resultado final. De hecho, el primer derbi en la historia entre Real Madrid y Atlético, un 28 de febrero de 1905, finalizó con el resultado de empate a uno.
102 años después, el 24 de febrero de 2007, Atleti y Madrid jugaron el último derbi en el Vicente Calderón antes de que yo escribiera este post, con idéntico resultado (1-1, goles de Torres e Higuaín).

¿Sabías qué… el primer derbi liguero entre Real Madrid y Atlético de Madrid terminó con 2-1 para los blancos en la tercera jornada de la temporada 1928-1929 (primera temporada de la Liga). Marín adelantó a los rojiblancos, pero un doblete de Triana dio el triunfo definitivo al equipo blanco. Ese 2-1 es el marcador más habitual en los derbis con el Real Madrid como local, habiéndose repetido once veces.

ETO'O TAMBIÉN VIVIÓ UN DERBI

¿Sabías qué… Samuel Eto'o ha jugado un derbi con la camiseta del Real Madrid. Precisamente, el último Madrid-Atleti en el que los rojiblancos salieron vencedores, hace ya más de once años (el 30 de octubre de 1999).

El camerunés, uno de los antimadridistas más reconocidos en el fútbol actual, vivió el derbi en la campaña 1999-2000. Eto’o sólo tenía 18 años y saltó al Santiago Bernabéu en el minuto 70 de juego de un Real Madrid, 1-Atlético Madrid, 3 en sustitución de Iván Helguera. Ese fue uno de los únicos tres partidos que Eto’o jugó con el Real Madrid. A final de temporada, fue desechado por los técnicos madridistas y fue traspasado al Mallorca. Este martes fue artífice del pase del Inter de Milán a los cuartos de la Champions, después de triunfar en el Barça.
Curiosamente, ese mismo partido supuso el debut de Íker Casillas en un derbi. El portero blanco afrontaba su primera temporada en el Real Madrid y también debutó desde el banquillo, al sustituir a Guti en el minuto 51, ya que el guardameta titular, Albano Bizarri, había sido expulsado.

EL MAYOR USURPADOR DE NUESTRO ESTADIO

¿Sabías qué… el Real Madrid es el único equipo que ha ganado más veces que ha perdido en nuestro estadio. Tras la vuelta del Atlético a Primera, el Real Madrid ha ganado siete veces en el Calderón, por un triste empate (0-4, 1-2, 0-3, 0-3, 1-1, 0-2, 1-2, 2-3), lo que ha decantado claramente la balanza a favor de los blancos: en 73 partidos, 23 victorias atléticas, 20 empates y 30 victorias madridistas.
Nadie se acerca a estos números. El FC Barcelona tan sólo ha sido capaz de ganar 19 veces en el estadio del Atlético (contando la de esta campaña), sumando 18 empates y siendo derrotado en 37 ocasiones.
El Athletic de Bilbao ha perdido 42 veces en nuestro estadio, por 13 empates y también 19 victorias bilbaínas (sumando la de esta temporada).
Los números de otros dos históricos, como son el Valencia o el Espanyol, tampoco se sostienen al lado de los del Real Madrid. El Valencia, en 71 choques, ha caído 33 veces en feudo rojiblanco, logrando 21 empates y 17 victorias (incluida la del mes pasado. Vaya añito...).
Por su parte, el Espanyol, en 70 visitas, ha perdido en 47 ocasiones en nuestro estadio, habiendo sacado 16 empates y sólo 7 victorias (la última, este año).
Estos datos demuestran que, con enorme diferencia, el conjunto blanco es el que más ha mancillado nuestro estadio. Algo que no responde a ninguna lógica, ya que el Barcelona ha sido el mejor equipo de la última década y se ha dado la tendencia opuesta.

VÍDEO: EL DÍA QUE ESTUVIMOS MÁS CERCA
En estos últimos once años, sólo ha habido un día en el que el Atlético de Madrid estuvo realmente cerca de derrotar al Real Madrid en el Vicente Calderón.
Fue en febrero de 2007. Ese día, se presentaba el derbi más igualado de los últimos años. El Atlético de Madrid de Javier Aguirre, con Fernando Torres y el Kun Agüero en la delantera, andaba quinto con 39 puntos. El Real Madrid de Fabio Capello era cuarto con sólo tres puntos más, 42.
El resultado de la primera vuelta en el Santiago Bernabéu fue de 1-1 (Raúl y Mista) con lo que si los rojiblancos ganaban esa noche, se situaban en la tabla por encima de los madridistas.
Era la jornada 24 y el Barcelona era líder con 46 puntos. Cinco equipos en siete puntos. Y sólo han pasado cuatro años...
Los colchoneros se adelantaron con el primer gol (y el último) de Fernando Torres y sólo cinco minutos después Perea ponía el 2-0 (el que hubiera sido el único gol de su carrera), anulado por Daudén Ibañez por un inexistente fuera de juego.
Ese empate, me motivo a empezar con este blog, en lo que entonces titulé como “un punto de inflexión” en los derbis. Cuan equivocado estaba.
Aquí os dejo un resumen de 6:30 minutos de aquella noche narrado por un servidor (Perdonen la voz un poco nasal, ya que, como el 50% de los españoles, andaba un poco resfriado).
Hoy en Marca TV, de 15:00 a 17:00, emitiremos una serie de resúmenes de los Atlético-Real Madrid de la última década. No sé si recomendarles que lo vean...
Desde luego ese día, estuvimos muy muy cerca del triunfo.

martes, 15 de marzo de 2011

¿Y cómo no se va a ir el Kun?

Siento ser reiterativo respecto a este asunto, pero esta pregunta es una de las que más he escuchado en prensa, círculos de amigos y en el entorno atlético en general, después de dejarnos dos nuevos puntos en Almería.
Hace dos temporadas, en la etapa de declive de Javier Aguirre que acabó con sus huesos en la calle, el Atlético de Madrid volvió a no pasar del empate en Almería. Los colchoneros, que habían terminado el año terceros, venían de perder consecutivamente ante el Valencia y el Athletic, y no lograron más que un 1-1 (Uche y Sinama) en Los Juegos del Meditarráneo, ante un equipo que andaba 14º en la tabla.
Cuentan que ese día, al finalizar el partido, el Kun Agüero, con un enfado mayúsculo, se marchó al vestuario bramando que cómo se podía haber sumado sólo un punto ante un equipo como el almeriense.
Dos años después,
un Agüero más estrella, pero más barato que entonces, saltó al campo almeriense decidido a hacer todo lo posible para salir con los tres puntos de ese estadio. Y así lo hizo. Marcó dos golazos, estuvo a punto de forzar un penalti en los primeros compases, dio un pase de la muerte a Godín que el uruguayo no remató por centímetros, y tuvo en su bota derecha el hat-trick y el 2-3 definitivo tras una jugada antológica con Tiago. Pero el Atlético de Madrid no ganó.

EL KUN ESTÁ HARTO
Al finalizar el partido, en zona mixta, el Kun Agüero volvió a dar muestras de hastío y de rabia por la situación del equipo.
“Tengo mucha bronca por no haber podido ganar este partido”, fue la primera frase que pronunció.
A partir de entonces, todas sus palabras fueron sintomáticas acerca de su estado de ánimo.
“El Almería también hizo méritos, pero eso a mí me da igual. No podemos dejar escapar así los puntos”, añadió.
Ante la afirmación de que al menos estaba la buena noticia de no haber visto tarjeta y poder disputar el derbi, Agüero contestó: “A mí eso ahora me da igual. En estos momentos es lo de menos”.
Y sobre su opinión de cómo se presentaba el encuentro ante los blancos, el argentino apostilló: “Ahora no quiero hablar de este partido. Ya habrá tiempo durante la semana”...

QUE TE REMONTE DOS VECES EL PENÚLTIMO
Y es que resulta inconcebible que te adelantes por dos veces en el campo del penúltimo y te acaben empatando. Que te acabe anulando por dos veces una ventaja el Barça en el Camp Nou es lo normal, y lo meritorio es haberte adelantado. Pero que te empate dos veces el sexto equipo menos goleador del campeonato (28 goles), al que además le falta su máxima estrella (Piatti, seis goles), es sonrojante.

LO PEOR: EL ATLETI JUGÓ BIEN
Lo peor de todo es que el Atlético de Madrid jugó bien. Especialmente la segunda parte.
En la primera, fueron los rojiblancos (del Almería) los que apretaron más y pusieron en serios aprietos a la zaga madrileña. Especialmente por las bandas. Por la derecha, Feghouli desbordó con facilidad a Filipe Luis (que corrobora que defender no es su fuerte), mientras que por la izquierda Crusat aparecía constantemente libre de marca.
Así, en el minuto siete De Gea tuvo que salvar con el pie un remate envenenado del rápido extremo catalán, y en el 21 le sacó una volea con la manopla a corner.

EL SUSTO: EL NARRADOR SACÓ AMARILLA AL KUN
Mientras tanto, el narrador de Gol T me dio el susto del partido. Cumplido el cuarto de hora, el Kun se cuela por la derecha, cae en el área, y el locutor anuncia ni corto ni perezoso que Iglesias Villanueva le ha mostrado amarilla a Agüero por tirarse. Entonces suelto un estruendoso “¡Me cago en la puta!” (con perdón), acompañado de una patada al puf del salón. En ese instante, aparece mi madre sobresaltada por la puerta, preguntándome qué pasa. Sin embargo, cuando comprueba que estoy viendo al Atleti, emite un “ah” resignado, y se marcha sin esperar respuesta.
Por fortuna, el narrador corrige y explica que la amarilla ha sido a Carlos García por la entrada, pero que ha señalado la falta fuera del área... A algunos deberían prohibirles narrar esta serie de partidos cuando hay tantos sentimientos en juego. No quiero imaginarme lo que hubiera sido otro Atlético de Madrid-Real Madrid en el Calderón sin el Kun Agüero...

TIAGO SE HACE CON EL CENTRO
Con el paso de los minutos, el Atleti fue haciéndose con la manija de la mano de un Tiago que cada día va a más. La pide sin descanso, manda, ordena, coloca, roba, y mueve a los suyos con criterio. Participativo estuvo también Diego Forlán, que durante la primera parte recordó al Bota de Oro que es, atreviéndose a lanzar de lejos, aunque con escasa suerte. Por desgracia, en el segundo acto perdió un par de balones en su campo que nos devolvieron al presente. Aunque es innegable que ha experimentado una mejoría.
Pero el que no para de mejorar es el Kun. Al borde del descanso, y cuando sólo unos minutos antes De Gea había vuelto a salvar un disparo a bocajarro de Ulloa, Forlán roba un balón a un Crusat que quiso imitar a Reyes (regateando en zona de peligro), cede para Tiago y éste envía en profundidad para el Kun. El argentino hace un amago, la deja pasar ante la salida de Diego Alves, y marca a placer (0-1). Tan fácil y tan difícil. Sólo al alcance de unos pocos.

EMPATA EL ALMERÍA... Y OTRA VEZ KUN
Con esta ventaja poco merecida, las tablas se reanudaron recién iniciado el choque. En el tres de la segunda, Crusat conectó una volea inapelable tras un despeje al centro de Perea (1-1). Se ha criticado también al colombiano por esta acción, pero si alguien sabe cómo despejar mejor un balón que te cae encima, a contrapie, y en la frontal del área chica, que me lo cuente...
Fue entonces cuando el Kun Agüero se echó el equipo a la espalda en pos de la victoria. Primero tras una gran colada por la derecha que acabó con la reseñada asistencia a Godín que un defensa almeriense salvó a corner, y después con el 1-2. En una nueva contra, el argentino pisó área, recortó con la derecha, y con la zurda se la puso a Alves al palo corto. Otro golazo.
Conseguida la nueva ventaja parecía que el Atlético se llevaría los tres puntos. El Almería lo intentaba, pero cada salida a la contra de los del Manzanares hacían presagiar una goleada como la de San Sebastián. Pero el tercero no llegó. Un par de veces porque el Kun escogió mal, y otra por una transición muy lenta de Mario, el Atleti no apuntilló.
Y llegó el empate. Una internada por la derecha del veterano Ortiz Bernal (al que sólo entiendo que sus 33 años le dejen en el banquillo) la remató totalmente solo y placer el sueco Goitom. Un Goitom que, pese a su tosquedad, ya nos quitó dos puntos en el descuento cuando estaba en el Valladolid.

LO INTENTARON HASTA EL FINAL
Quedaba cuarto de hora, y lejos de venirse abajo o de conformarse con el empate, el Atleti buscó la victoria hasta el final, lo que a uno le sirvió de mínimo consuelo.
Un cabezazo de Tiago y un disparo de Reyes ante el que se lució Alves fueron las más claras. Y, por supuesto, el mencionado jugadón entre Tiago y Kun. El portugués la levantó estilo Laudrup, y Agüero hizo de Romario para, casi en el mismo gesto, marcharse del central y cruzarla sutilmente... pero fuera.
El Atleti se va con un punto insuficiente, aunque visto lo barata que está este año la UEFA podría bastar. Ya sólo queda pensar en el derbi, y confiar en que el buen estado de forma de Agüero, Reyes, Tiago o De Gea puedan hacer bueno, de una vez, el “este año toca”...

PD: Esta semana, como viene siendo habitual, publicaré un ESPECIAL DERBIS con datos y anécdotas sobre el gran partido

martes, 8 de marzo de 2011

Se ha ido mi “amigo” Adrián Escudero

Ayer por la tarde se marchó mi “amigo” Adrián Escudero García (Madrid, 24-11-1927—Madrid, 7-3-2011) por culpa de una neumonía.
Radio Marca me daba la penosa noticia esta mañana cuando estaba conduciendo. En un acto con Emilio Butragueño, una de las periodistas pregunta qué mensaje puede mandar a la familia atlética después de que haya muerto un histórico del Atlético de Madrid...
Al oírlo, a uno se le encoge el corazón pensando quién habrá sido (recientemente fallecieron Diego Lozano o Marcel Domingo, futbolistas de la misma época, pero con los que no me “unía” nada). Entonces, pronuncia el nombre de Adrián Escudero, y uno siente una profunda punzada, honda, directa al pecho, y le sale de dentro un sonoro “nooooo” en voz alta.
En ese momento, uno recuerda como si fuera ayer esa tarde de noviembre de hace poco más de un año en la que pudo compartir más de dos horas de charla con este emblema del Atlético de Madrid en su propia casa.
Y una frase de Escudero te abotarga la mente, pronunciada cuando le transmitías las tantísimas preguntas que podrías hacerle sobre su época, pero que, en ese momento, por la falta de tiempo y porque la grabadora se quedó sin pilas (terminé tomando notas a mano), no es posible acometer.
“Ahora que ya nos conocemos y somos amigos, no tienes más que saludarme si nos vemos por la calle. Me haces así (explicaba mientras agitaba su brazo sonriente) y me llamas. Y yo te cuento lo que quieras”, me dijo.
Una sonrisa complacida me salió en la cara, y entonces añadió: “Si quieres, claro”. A lo que le contesté con un sincero: “Por supuesto, usted ha sido una institución en el Atlético de Madrid”.

NO LE VOLVÍ A VER...
Adrián Escudero y yo no volvimos a coincidir ni en la calle, ni en ningún sitio. Él vivía en un piso de una apartada urbanización en Campo de las Naciones y yo en Getafe, con lo que ese idílico encuentro que el señor Escudero predecía era difícil que ocurriera.
Sin embargo, en más de una oportunidad a lo largo de estos 15 meses me he planteado volver a llamarlo. Pero nunca lo hice. Y eso es algo que, desgraciadamente, yo también me llevaré conmigo para siempre.

EL PRIMERO DE LA LISTA
Voy a recuperar algunos fragmentos de la entrevista que le hice aquel día. El primero, mi sensación al entrar en su casa:
“Y sentado en una silla junto a la mesa está Escudero, que se pone de pie para saludarte a ti, que jamás le has visto jugar porque cuando él se retiró tus padres apenas habían nacido, pero tu abuelo te ha contado que, cuando él fue a meterse al Ejército, Escudero estaba de pleno apogeo, y tú estás cansado de leer su nombre y de escribirlo en aquellas interminables listas que hacías de chaval sobre los goleadores históricos del Atleti, en las que el primero era siempre el mismo. Escudero, 150 goles”.

LE SENTÍ MUY CERCANO
Pese a la diferencia de edad (más de 50 años) y a que su fútbol fue el de los 40 y los 50, y el mío de la década de los 90 en adelante, sentí a ese hombre muy cercano a mí. Muchos de sus testimonios me hicieron darme cuenta de que el fútbol, en muchos aspectos, seguía siendo lo mismo. Y más que el fútbol, un sentimiento. Una pasión, por el Atlético de Madrid.
Entonces me contaba que hay cosas que no cambian con los años, que ya eran así hace medio siglo, y empatiza conmigo bajo nuestros colores compartidos: “Yo te cuento esto a ti porque eres del Atleti -me confiesa-. Hubo un Real Madrid-Atleti en Chamartín, que les metimos 3-6. Pues para la prensa ese partido desapareció en seguida. Los del Madrid lo llevan todo tan bien que no quieren ni comentarlo. Le restan importancia porque a ellos les duele. La prensa lo hace desaparecer. Siempre favorecían al Real Madrid, igual que ahora”.

MARCA Y EL PICHICHI: AYER Y HOY...
Y, pasado algo más de un año, me contaba una anécdota que ahora estaría de plena actualidad: en la temporada 1955-56, Di Stéfano termina Pichichi con 24 goles, por los 21 de Escudero. Sin embargo, asegura que “a mí me quitaron al menos dos goles cuando Di Stéfano y yo íbamos al lado en el Pichichi. Un gol, en Valladolid, driblo al portero, tiro, y rebota en un defensa. Se lo dan a él en propia puerta. Otro gol, contra el Hércules, tiro desde dentro del área, le da al defensa en la rodilla y otro autogol. El Marca era el que apuntaba los goles y, aunque el árbitro pusiera que habías marcado un gol, a ti no te preguntaban. El cronista ponía lo que él quería”. (¿Les suena a un gol de Pepe con la espalda que figura en la cuenta del “Pichichi” Cristiano Ronaldo?).

UN CORAZÓN COLCHONERO
Y es que, si algo hacía palpitar con fuerza el corazón de Adrián Escudero que ayer dejó de latir, era ganar al Real Madrid: "Yo he nacido en Madrid. Y para mí, ganar al Madrid era más especial que ganar cualquier otro partido (me dijo llevándose la mano al corazón)".
El rojiblanco que más goles ha marcado al Real Madrid (9) y uno de los que más veces les ha derrotado (9) aseveraba que entonces, "si perdías un derbi, no podías salir a la calle, te tenías que esconder porque la gente te señalaba. A mi madre, que en paz descanse, el carnicero le decía: para tu hijo no te doy nada que no se lo merece por haber perdido".

ESCUDERO YA NO PODÍA ANDAR
Hacía varios meses que Escudero había perdido la movilidad de las piernas que tantísimos goles dieron al Atlético de Madrid, motivo por el cual no pudo estar presente en la pasada cena de Navidad de los veteranos del club.
Por desgracia, de todos estos detalles me he enterado hoy. El día que le visité, le vi en un excelente estado, pese a que me confesaba que sus rodillas ya no eran las de antes y para moverse necesitaba la ayuda de un bastón.
A propósito de ello me contó, enfadado, cómo Benito, secretario de la Asociación de Veteranos, le cambió el asiento de su palco vips del número uno al 14, con lo que ya no estaba "para andar pasando entre la gente".
Además, en uno de los últimos encuentros a los que asistió, el 2-1 al Sevilla en la 2006-07 remontando con dos goles de Maxi, la marabunta de la gente le tiró a la salida del estadio.
Me cuentan que tras el triunfo del pasado sábado ante el Villarreal, Escudero volvió a reafirmar su intención de volver un día al estadio.

"HOY, SI PIERDES UN DERBI NO PASA NADA"
El próximo 19 de marzo el Atlético de Madrid recibe al Real Madrid, partido en el que el club colchonero rendirá homenaje (insuficiente, seguro) a esta leyenda rojiblanca.
Ayer, Escudero se murió con el pensamiento de que en el fútbol actual si sales derrotado de un
derbi "no pasa nada, no le dan importancia a perder con el Madrid".
“Llevan diez años sin ganar al Madrid y qué ha pasado. Nada. Si en la prensa le dieran a estos datos la importancia que tienen debería caérseles la cara de vergüenza", me dijo indignado.

EL MEJOR HOMENAJE
Sin duda, el mejor tributo que le podrían ofrecer al "Ídolo de Cuatro Caminos" sería una victoria ante "su eterno rival" para que, ese día, Adrián Escudero pueda salir de su nueva casa, orgulloso, a pasear por el cielo. Descansa en paz "amigo". Eterno Adrián Escudero. Nunca te olvidaremos.

- Pincha aquí si quieres leer la ENTREVISTA ÍNTEGRA de aquel día
- Pincha aquí si quieres conocer cómo vivía Escudero los DERBIS DE SU ÉPOCA

domingo, 6 de marzo de 2011

Fiebre de sábado noche

No sé si ocurrió por ser sábado noche, cuando el ambiente de los 30.000 que fueron a pasar frío al Calderón era más excitado y animado de lo normal, pero ayer en el coliseo rojiblanco sucedió un triple milagro:
El Atlético de Madrid ganó
a uno de los mejores equipos de la Liga española desplegando un juego notable y superándole en todas las facetas;
Sergio Agüero y Diego Forlán volvieron a marcar ambos en un mismo partido (Algo que no ocurría desde la jornada 12...), y, ojo, el uruguayo lo hizo a pase de Reyes.
Y tercero, y a mi juicio más reseñable, la afición del Atlético de Madrid, comandada por buena parte del Frente Atlético, gritó en reiteradas oportunidades en contra de la directiva, aún cuando el equipo iba ganando.
Esta vez nadie se podrá agarrar a que la grada cobra un mal resultado a la directiva y centran sus iras contra Gil Marin como si fuera el culpable del 1-2 del Valencia (como se escribió hace tres semanas).
Con el equipo ganando 1-0 y desarrollando un buen juego se escuchó el “Gil c...., fuera del Calderón”, “Estoy hasta los huevos de la familia Gil”, “Que se vayan, diles que se vayan” y “Somos nosotros, Atleti somos nosotros”... Algo que se repitió en la segunda mitad ya con el 3-1.
La mecha está encendida, y esta vez tiene visos de ir en serio.

BUENA SALIDA Y GOLAZO DE REYES
Como contra el Athletic, el Valencia o el Sevilla, el Atleti salió mejor que su rival y, esta vez sí, encontró su recompensa pronto.
José Antonio Reyes, en un estado de forma excepcional, avanzó desde la línea de tres cuartos y, tras un recorte, se sacó un zurdazo mágico con una rosca exquisita que se alojó en la escuadra derecha de Diego López (1-0). Golazo desde 20 metros del utrerano, que lleva cinco en las últimas diez jornadas.
Anoche Vicente Del Bosque no estuvo en el Calderón (sí lo hizo la jornada anterior contra el Sevilla), pero espero que tenga apuntado con letras rojas el nombre de José Antonio Reyes, porque creo que ya ha hecho méritos más que suficientes para volver a enfundarse la roja.
El utrerano no está por debajo del nivel de Cazorla o Jesús Navas y creo que ha llegado el momento de que un rojiblanco vuelva a ser internacional con España, algo que no ocurre desde hace tres años...

GRAN DESPLIEGUE, LIDERADOS POR TIAGO
Antes del gol, por cierto, hubo tiempo incluso para que Musacchio cometiera un penalti sobre el Kun Agüero que Iturralde González obvió. Cuatro penaltis nos han escamoteado este año contra los amarillos. Por fortuna, esta vez no hubo que lamentarlo.
Y no hubo que lamentarlo porque el Atleti puso todo lo que hay que poner para vencer un partido. Dominó el juego liderados por un Tiago que en las últimas fechas está creciendo (veremos si volvemos a escamotearle una cesión a la Juve con tal de no pagar un duro...), hizo una fuerte presión que evitó que los jugones del medio campo del Villarreal tocaran con comodidad, los laterales doblaron a sus extremos con asiduidad (grandísimo partido de Filipe Luis, el mejor desde que es rojiblanco) y nuestros puntas estuvieron muy activos, logrando el premio del gol que se les había negado en tantos encuentros.
Los primeros 20 minutos de los rojiblancos fueron muy buenos, y merecieron el segundo tanto. La oportunidad más clara la tuvo Forlán, con un disparo al lateral de la red tras un balón que él mismo recuperó. Tras hacerlo, pidió perdón al Kun Agüero, que estaba solo en el segundo palo. Un gesto que se repitió en otra ocasión, y que denota que el uruguayo no las tiene todas consigo.
El propio Reyes también protagonizó una gran ocasión, en un eslalon hasta línea de fondo que salvó un defensa tras dejar atrás a dos zagueros.

EN LA CALMA, EMPATA EL VILLARREAL
Tras este periodo, el partido entró en una fase de mayor calma, que desembocó en el empate del Villarreal.
En una falta muy protestada en la frontal, Rossi enganchó un zurdazo que se coló por el ángulo derecho del portal colchonero (1-1). El italiano se sacó un gran disparo, aunque hay que apuntar que era el palo de De Gea.
Fueron los peores momentos para los madrileños, ya que el Villarreal comenzó a crecerse liderado por un Borja Valero excepcional.
Como en partidos precedentes en casa, dio la sensación de que, pese a encontrarnos con un Atleti voluntarioso y ofensivo, cualquier envite rival tumbaba sin mucha dificultad a los rojiblancos.

ENORME SEGUNDA PARTE
Sin embargo, la segunda parte del Atlético de Madrid fue encomiable. Desde el primer minuto salió decidido a por el triunfo, y un gol anulado a Forlán fue el avisó de las intenciones atléticas.
Los de Quique Sánchez Flores (que debió irse a casa más ancho que largo por el apoyo de la afición) jugaron con una intensidad, una presión y una garra desconocidos esta temporada.
Tiago y Elías (que fue titular) fueron parte importante en esta faceta, con una labor de presión que ahogó al submarino amarillo. Gente como Cazorla o Cani apenas aparecieron sobre el tapete rojiblanco.
El Kun Agüero, desequilibrante como siempre, estuvo cerca del gol en un zurdazo cruzado.
Después fue Forlán, por dos veces, el que probó la seguridad de Diego López. La primera, tras romper a la zaga castellonense por el centro, con un derechazo cruzado que repelió a corner el meta amarillo; y la segunda, en una buena volea tras un corner que le salió al centro.
El uruguayo acumulaba merecimientos para lograr romper la alarmante sequía que le atenazaba (un gol en las últimas 14 jornadas de Liga...).

AGÜERO Y FORLÁN HICIERON JUSTICIA
Pero el que dio primero fue el Kun. Filipe Luis puso la guinda a su gran partido con una jugada excepcional. Se marchó de Cani tras un bonito recorte, se vino al centro, donde tiró una buena pared con Elías, y levantó la pelota magistralmente para asistir a Agüero. El argentino ganó el espacio a Musacchio y superó sutilmente a Diego López con una bonita parábola. Golazo (2-1).
El tanto hacía justicia al importante despliegue que estaban realizando los rojiblancos, y en esos momentos comenté a mi padre y a los de alrededor que lo que ahora faltaba era el gol de Forlán.
A los diez segundos de terminar de decir estas palabras, el uruguayo tocaba al centro con Reyes e iniciaba un rápido desmarque, el utrerano debió equivocarse de compañero (según algunos medios), y devolvió una rápida pared al charrúa para dejarle solo ante Diego López, al que superó con el exterior de su bota derecha (3-1).
Por delante, 20 minutos para el disfrute de un equipo y una hinchada que no ganaban en el Calderón desde hacía casi dos meses.
La ocasión más clara del Villarreal la sacó De Gea con una mano prodigiosa, pero la jugada había sido anulada por fuera de juego.
Los de Juan Carlos Garrido no ofrecieron ningún viso de reacción y Forlán y Juanfran pudieron poner el cuarto en sendas contras rapidísimas.

DESPEDIDA
Por entonces, el Kun Agüero ya no estaba en el campo, tras marcharse a falta de dos minutos entre una atronadora ovación. Puesto en pie, tributé al argentino el homenaje que se merecía, con un sabor amargo ante la sensación de que cada día está más cerca de la despedida.
Con el pitido final, el último grito que se escuchó en el Manzanares fue el “Gil c... fuera del Calderón”. Quizá se produzca un cuarto milagro, y sean otros los que se despidan...

PD: Para celebrarlo, me fui a tomar una copa a una carpa instalada en Getafe con motivo del carnaval ataviado con mi chandal y mi bufanda del Atleti. He de decir que el disfraz tuvo mucho éxito ;)

jueves, 3 de marzo de 2011

Un punto de siete millones de euros

Anoche debió ser un gran día para García Pitarch, para el agente que se llenara los bolsillos, y para, en última instancia, Gil Marín y Cerezo: su fichaje estrella del mercado invernal marcó un gran gol que le valió al Atlético rescatar un punto en un partido infumable en el Coliseum.
El brasileño Elías Mendes, cuyo futuro como rojiblanco es más oscuro que su tez, pese a que sólo lleve dos meses en Madrid, saltó al terreno de juego mediada la segunda parte por nuestra última promesa, Koke, que ayer estuvo más apagado que en los dos partidos precedentes, sin duda contagiado por el juego del equipo. Plano...

Tras trece minutos en el campo sin apenas aparecer, Forlán puso un extraordinario balón templado al corazón del área, y allí apareció Elias entrando desde atrás para cabecear una bonita parábola que se coló por encima de Codina (1-1). Quedaban diez minutos por delante y el Atleti lo intentó en un par de arreones, pero el empate, más que sobrado para los méritos atléticos, no se movió.

ELÍAS, AL BENFICA
En zona mixta el brasileño demostró algo de orgullo
al manifestar que estaba molesto porque ya se estuviera dudando de su calidad, y que quería demostrar el porqué de su fichaje. Yo lo cedería el año que viene al Benfica para que se adapte a Europa. Con un poco de suerte sigue el mismo camino de Salvio, del que dicen están pensando pagarnos 15 millones de euros para ejercer la opción de compra. Siete millones y medio por Roberto, 15 por Salvio... hay que hacer más negocios con estos lisboetas...

EL ORGULLO DE FORLÁN
Bromas aparte, el que tampoco parece que vaya a continuar es Forlán. El uruguayo demostró en el último año moverse por impulsos. Sesteó en gran parte de la temporada, pero se salió en los partidos grandes. Este año, sin choques de altura en el horizonte, Forlán ha decidido que ha llegado el momento de moverse... por orgullo. Un gol en los últimos 13 partidos de Liga es su penosa cifra. Instalado en siete mediocres goles (va camino de su peor registro en España) ha decidido que es el momento de ponerse las pilas para callar bocas, y se le ve más aplicado y participativo. Incluso, en ocasiones, sacrificándose en defensa como antaño. Sin embargo, lo que es innegable es que el uruguayo anda sin chispa (ya ya estamos en la segunda vuelta...) y, lo que es peor, sin confianza.
El 7 rojiblanco falló controles fáciles, regaló pases al rival propiciando contras y, las pocas veces que lo intentó, no encontró portería. Quiero detenerme aquí para subrayar “las pocas veces que lo intento”... En los últimos encuentros, sus latigazos fuera del área brillan por su ausencia. A las pruebas me remito: en lo que va de 2011, Forlán ha chutado 17 veces a puerta. El año pasado a estas alturas había tirado el doble: 30. Eso se traduce en su número de goles: seis llevaba marcados en dos meses de 2010. Uno lleva este año...

“NI UN BALÓN A LA RUBIA”
Seguro que además todos estuvimos muy atentos a ver quién pasaba y quién no al uruguayo, después de las informaciones aparecidas esta semana. Yo no noté muchas diferencias (aunque sé que Forlán se queja de estar desasistido). Pero, puestos a no recibir pases, fue él el que dio la asistencia de gol (como a Agüero en La Romareda, y Koke ante el Sevilla).

EL DEFENSA DE LOS 12 MILLONES DE EUROS
Antes de todo esto, el Atleti ya salió del vestuario perdiendo. Como en Levante o Alicante...
A los dos minutos de juego, un pelotazo en largo de la zaga getafense, que en el 80% de los casos habría ganado sin problemas una defensa de Primera División, lo recogió Miku en el flanco derecho del área, adelantándose al defensa de los doce millones de euros. La puso atrás para Manu del Moral, y su potente derechazo tropezó en el defensa de los doce millones de euros, que lo envenenó haciéndolo imposible para De Gea. 1-0 y a correr...
La gente critica a Perea, pero yo quitaba a Godín. El uruguayo volvió a sentar a Domínguez (dos partidos seguidos de titular ya eran muchos) y a mi juicio volvió a naufragar. Sacará muy bien la pelota e irá bien por alto. Pero en las jugadas claves no da la talla. La semana pasada, Negredo le burló en varias ocasiones, y anoche no fue precisamente un valladar. Por cierto, hablando de defensas de doce millones de euros: Filipe Luis, en su casa (Antonio López tampoco estuvo bien). Fran Mérida también (sin convocar desde sus titularidades ante Barça y Valencia).

¿REACCIÓN ROJIBLANCA?
Para quien esperara una reacción rojiblanca lo más que encontró fue un 52% de posesión. Era el Getafe el que llegaba con más fluidez, y un testarazo de Manu que salvó De Gea, seguido de una volea de Gavilán que se paseó ante el portal atlético, rondaron el 2-0.
Antes del descanso, José Antonio Reyes (el ejemplo antitético de Forlán) chutó rozando el poste desde fuera del área.
Para quien esperara una reacción rojiblanca en la segunda parte, lo más que encontró fue un 54% de posesión. Eso sí, la diferencia sustancial fue que en este segundo acto el Getafe ya no atacaba, lo que al menos situaba al Atleti algo más cerca del empate, aunque fuera por probabilidades.
Por remates a puerta no, porque los de Quique se fueron de Getafe con un único disparo entre los tres palos: el gol.

NI SIQUIERA EL KUN...
Para colmo, este miércoles ni el Kun estaba fino. También falló controles decisivos (uno en la primera parte, tras un pase de Tiago en la frontal que le dejaba solo), eligió mal en el par de jugadas en las que se coló en el área (apuró demasiado y sus internadas se ahogaron por línea de fondo), y sólo en una ocasión sacó un pase de la muerte en un contraataque dirigido por Tiago, pero no encontró destinatario.
Así, sin Forlán, ni Agüero, y sin gol salvador de Reyes, sólo un milagro podía salvar al Atlético de una derrota que le hubiera relegado al cajón de “tercer equipo de Madrid”, como habían cacareado Marca y As. Ese milagro se materializó en la cabeza de Elias Mendes Trindade, que siempre podrá contar a sus nietos que marcó un golazo con el Atlético de Madrid.

LA QUE SE AVECINA
El sábado llega al Calderón el Villarreal, un equipo de verdad que nos aventaja en 15 puntos en el “objetivo” de la Champions. Un objetivo que se esfumó desde las tres derrotas consecutivas ante Sporting, Athletic y Barça...
La Europa League está a tres puntos y el goal average de Athletic y Sevilla, pero con Villarreal y Real Madrid como próximas visitas, el final de temporada puede quedar tan sólo para comentar dónde jugará Agüero el año próximo. Espero ver el sábado más amarillo... y verde, sobre todo.