viernes, 16 de enero de 2015

¿Quién manda en la capital?

OCTAVOS DE COPA- REAL MADRID 2-2 ATLÉTICO
Goles: Fernando Torres (2).
Se lo juro, últimamente, cada vez me cuestan más los postderbis. Por paradójico que parezca, cuando el Atleti perdía año sí y año también, resultaba más sencillo aguantar el chaparrón del vecino y esperar a que el temporal amainase. Pero desde que los rojiblancos plantan cara, y ganan asiduamente, al eterno rival blanco, cada vez son más los desagradables enfrentamientos que surgen con determinadas personas, que en algunos casos superan el umbral de lo futbolístico.

ENTENDÍ LO DE METERSE "EN LA CUEVA"
Ayer me acordé de un tuit que escribió la semana pasada mi compañero Ennio Sotanaz: “Hace tiempo que ya no disfruto los derbis. Ni ganando ni perdiendo. El antes y el después es tan insoportable que sinceramente no compensa”.
Lo leí con cierta perplejidad, y le repliqué lo siguiente: “No mientas. Que en el de septiembre en el Bernabéu (que lo vimos en el Calderón) te vi dar saltos como un enano”.
A lo que me contestó: “Sólo me vale el “durante“. 10 minutos después otra vez a la cueva. No compensa, en serio. Preferiría no tener que jugar”.
Es duro, pero como digo, ayer me sentí plenamente identificado. 
Desde que ganamos la Final de Copa del Rey en el Bernabéu hace año y medio, uno debe medir muy mucho lo que pone en esos grupos de whatsapp que carga el diablo. De hecho, desde entonces prefiero no escribir cuando hay un derbi. Hay que meterse en “la cueva”. Pero cuando a uno le provocan (y por desgracia yo soy de entrar al trapo fácil), al final te enzarzas en discusiones que preferirías haber evitado. Anoche, por triste que resulte, al final del partido estaba más jodido por una bronca de este tipo, que feliz por el triunfo de mi equipo.
Lamentablemente, seguro que más de uno de ustedes están entendiendo perfectamente a lo que me refiero...

UN TRIUNFO DE LA MANO DE "PAQUETORRES"
Un triunfo que fue muy grande, porque se sustentó además con dos goles del que durante muchos años ha sido nuestro estandarte, el hijo pródigo, del que también muchos habrán leído que esta Navidad ha vuelto a casa con SEUR, porque es quien más rápido envía los paquetes... En fin. Mientras no pasara del humor...

UNA JUGADA PRECIOSA
No iba ni un minuto de juego, cuando el Atleti hizo una combinación perfecta, demostrando que también sabe tocar. Siqueira para Koke, éste de primeras para Mario, que también al primer toque abre para Griezmann. El francés se va, con cierta fortuna, de Pepe, y pone un pase perfecto al segundo palo donde Fernando Torres, de primeras y con la zurda, bate a Keylor Navas poniéndosela a contrapie. 0-1. El Niño, que tardó cinco años en meter su primer gol a Casillas, batía al Real Madrid apenas en una hora de juego en su segunda etapa.

EL MADRID NUNCA MUERE...
El Madrid tenía que meter cuatro. Eliminatoria sentenciada.
Pero nunca se puede dar por muerto al Real Madrid, que es como el malo malísimo de las películas, que resucitaba varias veces después de muerto.
El equipo blanco siguió jugando con una fuerte intensidad, como si el resultado no se hubiera movido, y a los 20 minutos Sergio Ramos se desembarazó del marcaje de Godín, Oblak cayó al suelo (lo de este portero al final nos va a costar un disgusto...), y puso el 1-1 de cabeza.
El esloveno estuvo más que correcto el resto del choque. Al igual que el uruguayo, que achicó cada balón por alto y por bajo, especialmente en el primer acto, siendo objeto de varias faltas por ir con todo a defender a su equipo.
El Madrid asedió con ímpetu el portal atlético en esos primeros 45 minutos, y hubo acciones de verdadero agobio. La más notable, un balón que Mario Suárez sacó bajo palos a tiro de Cristiano, sólo unos minutos después del 1-1. Ahí pudo haber cambiado el partido.
Pero el Atleti resistió estoicamente, y especialmente cabe destacar a Tiago, el único que con su clase fue capaz de sacar al equipo de su propio área para intentar enlazar alguna contra.
TORRES ROMPIÓ A PEPE
En la segunda parte el choque ya fue más tranquilo, ya que Fernando Torres mató (ya sí) toda esperanza blanca, de nuevo antes del primer minuto. Cuánto han cambiado las cosas respecto a antaño, debió pensar el Niño...
Un mal pase de Sergio Ramos fue cortado por Griezmann, que inició una cabalgada veloz, abrió a la izquierda para el desmarque de Torres, y el fuenlabreño hizo un perfecto recorte con la zurda, para dejar literalmente tirado a Pepe, y con la derecha batió a un Keylor Navas que tocó con su pierna izquierda, pero no pudo evitar el tanto. 1-2. Ahora sí que sí. Doblete del Niño en el Bernabéu. Quién se lo hubiera dicho.
El Madrid lo siguió intentando, y antes del minuto diez Cristiano Ronaldo volvió a poner el empate, de nuevo de cabeza, tras un buen centro de Bale.
Sin embargo ya no hubo partido. Los blancos sólo dieron algún último coletazo, más por inercia que por convicción, mientras que el Atleti aún pudo matar en una última contra de Torres y Griezmann, y posteriormente la entrada de Arda ayudó a dormir el encuentro.

IGUALDAD EN LOS DERBIS DE COPA
El Atleti está en cuartos de final, donde le espera el Barça para intentar completar la machada copera. Y vuelve a eliminar al Real Madrid en una competición donde la habitual supremacía blanca no es tal. 22 veces se han cruzado colchoneros y merengues, y el resultado es sólo de 10-12 en nuestra contra. Igualdad.
Y como eliminar al vecino no es algo como para estar triste, voy a terminar con un chiste.
¿Qué hacen dos sudamericanos, un chino, y un español en un bar de Carabanchel...?
Disfrutar con una victoria del Atleti contra el Real Madrid. Ésa es la curiosa mezcla entre la que anoche viví el triunfo de mi equipo en el conocido bar de Yakarta, en Oporto. Un bar en el que, por cierto, mis padres se conocieron hace ya más de 35 años. Tenía que traerme suerte. No podía ser de otro modo. Disfruten la victoria. Disfruten del fútbol. Que para eso lo inventaron...

PD: HASTA LUEGO
Queridos lectores, amigos y seguidores varios. Como ya dije en el último post, me he embarcado en un proyecto muy ilusionante del que no tardando mucho tendréis cumplida información. Un proyecto que tiene que ver con el Atlético de Madrid y que a partir de ahora va a absorber todo mi tiempo. Así que al menos en los próximos meses el blog verá reducida sensiblemente su actividad. He querido escribir esta crónica por el significado de la victoria, pero en los próximos partidos me ausentará bastante a menudo. Gracias por leerme y por haberme dado una razón para ponerme frente al teclado después de cada partido durante todos estos años. ¡Nos leemos pronto!

martes, 13 de enero de 2015

Este año no

JORNADA 18- BARCELONA 3-1 ATLÉTICO
Goles: Neymar, Luis Suárez, Messi; Mandzukic (P).
El domingo vi el Barcelona-Atlético de Madrid en pantalla gigante en el palco VIP del Vicente Calderón, invitado por tercera vez a un evento de estas características por Mahou, dentro de su campaña Atléticos Cinco Estrellas.
Cuando me llegó la invitación no me lo pensé demasiado, ya que los precedentes eran inmejorables: 0-1 en Mestalla en la jornada 35 de la temporada pasada, que ponía la Liga a un paso (aunque luego se complicase en Levante); y 1-2 en el Santiago Bernabéu esta temporada en la jornada 3.
Dos partidos vividos como en casa, rodeado por más de 200 atléticos con los que cantar y vociferar los goles sin tapujos, y dos grandes victorias en estadios de relumbrón. El Camp Nou debía ser la tercera... Pero este año no.

HANDICAP: SE ADELANTÓ  EL BARÇA
La temporada pasada Barça y Atleti se midieron en seis ocasiones y los culés no pudieron llevarse el triunfo en ninguna de ellas. Bien es cierto que menos en la última, la que nos dio la Liga, el Atleti nunca se había visto por debajo en el marcador. Y eso era un handicap a tener en cuenta.
Un handicap que se convirtió en realidad a los 12 minutos, cuando Messi se marchó de Godín con un extraño autopase, sacó un pase atrás que ni controló, ni remató Luis Suárez, pero que sirvió para despistar a Juanfran (que despejó al aire) y la pelota cayó a pies de Neymar, que fue al suelo para empalar el 1-0.
Sólo dos minutos antes, una gran diagonal de Neymar desde la izquierda, salvando la oposición de tres contrarios, terminó en el flanco contrario a pies de Messi, quien dribló a Gámez con una facilidad pasmosa, pero la pegó muy desviada con la derecha. Mal presagio.

MALOS AUGURIOS
Los malos augurios iban creciendo por el Calderón cuando se comprobaba que Mandzukic y Griezmann defendían apenas unos metros por delante de la frontal del área, y que el tridente del Barça (en esta ocasión los tres inspirados. ¡Vaya día para dejar de fumar!) penetraba con facilidad en la zaga atlética.
Así, Moyá tuvo que sacar un remate a bocajarro de Luis Suárez, tras rechazar previamente un zurdazo de Jordi Alba; Neymar falló un gol cantado con la cabeza a pase del uruguayo, que previamente había roto a Giménez con un bonito autopase; y el portero mallorquín metía una buena manopla derecha a disparo de Messi, que volvía a marcharse con facilidad de Gámez.
La apuesta del lateral malacitano en la izquierda (sólo había sido titular este año en Liga en la derrota en Mestalla) no salió bien y a los 33 minutos, sobreexcitado, salió a lo loco a un balón dividido ante Messi que le ganó el argentino (con el brazo, eso sí) y trazó una diagonal que atrajo hacia sí a toda la defensa, para terminar asistiendo en el lado izquierdo a Luis Suárez, que puso el 2-0 a placer.
Los minutos hasta el descanso se me hicieron largos, ya que el Atleti no dio el menor atisbo de reacción y ya desde antes del segundo Michael Robinson opinaba que el Barça debería buscar el 2-0 “porque tiene KO al Atleti y tras la charla del Cholo en el descanso no les pondrán las cosas tan fáciles”. Pero el 2-0 llegó antes que el descanso.

EL 2-1 Y TORRES HICIERON SOÑAR
La segunda parte fue mejor, como era de prever, e incluso soñamos con el empate durante muchos minutos. Hubo partido, emoción y alternativas, algo por lo que muchos no habrían apostado tras lo visto en el primer acto.
El apurado Gámez maquilló su actuación sacando un penaltito a Messi (que le tocó en la puntera) y Mandzukic se encargó de transformarlo por el centro con un duro derechazo (2-1) y mandó callar al Camp Nou, algo absurdo, teniendo en cuenta que íbamos perdiendo.
Simeone fue valiente y quitó a Gabi por Torres, lo que propició que los presentes empezaran a fantasear con el Niño, alimentados por sus buenos números contra el Barça (ocho goles en once partidos). “¿Te imaginas el 2-2 con gol del Niño?”, se preguntaba retoricamente Juan Esteban.

SE ROZÓ EL EMPATE
Y cerca estuvo en un par de ocasiones. En una, Mandzukic tardó demasiado en ponerle el centro y la salida de Bravo evitó que le llegase la bola; y en una segunda, tras una exquisited de Arda Turan (caño a Piqué con el tacón) su centro chut lo volvió a sacar el meta chileno sin que nadie lo remachara en boca de gol.
Entre medias, hubo múltiples piques de Giménez con Luis Suárez, de Godín con Alves, y de Neymar con todo el mundo (Raúl García, Koke, Juanfran...) fruto de la intensidad de un clásico que ha alcanzado la rivalidad de antaño.
Pero en el 87, tras un nuevo rebote, un balón de Rakitic que buscaba a Neymar rebotó en Raúl García y cayó a pies de Messi, que lo empujó en el área chica (3-1).

ESTE AÑO NO
La Liga se puso a tiro la semana pasada, pero en ésta se vuelve a ir. Si el Madrid gana su partido aplazado serán siete puntos. Demasiados para una segunda vuelta ante dos rivales que pinchan tan poco. Soñar con ganar la Liga dos años consecutivos ya se sabía que era casi una quimera. Así que parece que este año no. Toca pensar en el Bernabéu. En dos semanas debe haber revancha en el Camp Nou.

PD: HASTA LUEGO
Queridos lectores, amigos y seguidores varios. Quiero informaros de que desde hace un tiempo me he embarcado en un proyecto muy ilusionante del que no tardando mucho tendréis cumplida información. Un proyecto que tiene que ver con el Atlético de Madrid y que a partir de ahora va a absorber todo mi tiempo. Así que al menos en los próximos meses el blog verá reducida sensiblemente su actividad. Ya les iré avisando. Gracias por leerme y por haberme dado una razón para ponerme frente al teclado después de cada partido durante todos estos años. ¡Nos leemos pronto!

viernes, 9 de enero de 2015

Un derbi de otra época

OCTAVOS DE COPA- ATLÉTICO 2-0 REAL MADRID
Goles: Raúl García (penalti), Giménez (corner).
Minuto 1 de juego, corner botado por James, desajuste en la zaga rojiblanca y Sergio Ramos, solo, remata de cabeza a portería. ¿Gol? No. Se han quedado en los derbis de la década pasada. Oblak mete ambas manoplas y conjura el peligro.
Tenía miedo, lo reconozco. Tenía miedo de que Oblak fallara, de que el joven Lucas no diera la talla, de que a Saúl y Mario Suárez se los comieran Isco y Kroos.
Tomás Roncero, ese gurú del periodismo, escribió una columna para el día del partido con el siguiente título: “Torres verá que todo sigue igual por aquí”.
Reconozco que también tuve miedo de eso. De que, aunque fuera irracional pensarlo, con la vuelta del Niño pudieran también aparecer esos fantasmas del pasado tan ligados a la ansiedad, el complejo de inferioridad y el exceso de motivación mal canalizada que atenazó a los rojiblancos durante años ante el eterno rival.
Pero era absurdo. Claro que han cambiado cosas. En los derbis, ha cambiado todo.

EL DATO: TORRES Y ANCELOTTI, LOS MISMOS DERBIS
Fernando Torres nunca ha ganado al Real Madrid en nueve derbis”, repetían las radios y los telediarios. Y uno recordaba esos “el Atleti lleva nueve años sin ganar al Real Madrid... diez... once... doce...”.
Eso me respondía mi hermano cuando le quería explicar algo sobre que Torres nunca hubiera ganado al Madrid como colchonero: “Pero no sólo fue Torres, el Atleti se tiró casi 14 años sin ganar al Madrid ¿no?”.
Pero lo que yo quería era darle un dato mucho más elocuente.
Fernando Torres estuvo siete temporadas en el Atleti (dos de ellas en Segunda) y sólo jugó nueve veces contra el Real Madrid. Ahora acaban de decir en el telediario que Ancelotti, que apenas lleva año y medio en el Bernabéu, juega hoy su noveno derbi contra el Atleti (cuatro derrotas, dos empates y tres victorias para el italiano). Eso es la mejor prueba de cómo ha crecido este equipo. Antes ni jugaba en Europa. Ahora se cruza al Madrid cada año en finales de Champions, finales de Copa, Supercopas...”, le argumentaba.
Y es que el dato es contundente. Koke o Godín han jugado las mismas veces contra el Real Madrid en año y medio (tres de Liga, tres de Copa, dos de Supercopa y una de Champions) que Fernando Torres en siete temporadas...

MÁS VICTORIAS EN AÑO Y MEDIO QUE EN 20 AÑOS
Ese crecimiento, y el espíritu ganador inculcado a los rojiblancos por el Cholo Simeone (no quiero imaginarme qué será del Atleti cuando el argentino se haya ido) ha permitido, no sólo que nos enfrentemos a los más grandes de forma asidua, sino que les ganemos.
La de este miércoles fue la tercera victoria consecutiva contra el Real Madrid (1-0 en Supercopa; 1-2 en Liga; y 2-0 en Copa), algo que no se producía desde las temporadas 1949-50 y 1950-51 (con victorias por 1-0, 3-6 y 4-0 con el mítico Adrián Escudero como uno de sus artífices); y es la quinta en el último año y medio (sumando el 0-1 de la temporada pasada en Liga y el 1-2 de la Final de Copa del Rey de 2013).
En este año y medio, he visto más veces a mi equipo ganar al Madrid que en mis 20 años anteriores de vida. De 1992 al 16 de mayo de 2013 (día anterior a la Final de Copa del Bernabéu) el Atleti sólo ganó cuatro veces al Real Madrid: 1-3 en la 1999-2000; 3-1 en la 1998-1999; 0-2 en la Final de Copa de la 1991-1992; y 2-0 en Liga también en la 1991-1992.

POR HUEVOS QUE HOY GANAMOS
Y en esta ocasión el Atleti ganó al Madrid por huevos, algo que durante todos los años citados no tenía por qué tener en mayor medida el equipo blanco, pero sí solía ser así.
Fue un derbi de otra época porque el Atleti saltó al campo con cinco canteranos (Lucas, Gabi, Mario, Saúl y Torres) y con once hombres que mordieron por cada balón como si fuera el último.
Y eso que la primera parte fue mala. Muy mala. “Porque es un derbi, sino sería un tostón de partido”, le dije a mi padre en el descanso.
Al susto de Ramos en el primer minuto, se le unió otro al cuarto de hora, con un gol anulado a Bale por fuera de juego. Por suerte, Raúl García sacó rápido el balón de las mallas, y el Atleti lanzó un contragolpe vertiginoso que nos quitó el frío del cuerpo con un zurdazo ajustado de Griezmann que sacó Keylor Navas a corner. El “huy” terminó con un tío de la fila de arriba cayendo al suelo de la mía. Éste no tenía frío...
En el resto del primer acto todos los ojos estaban centrados en Torres (el riesgo de sacarle de titular) y ofreció lo que se podía esperar: voluntad sin límites y sobreexcitación, unidos a falta de ritmo y de acierto. Le faltan partidos.

EL PENALTI ROMPIÓ EL PARTIDO
La segunda parte fue otra cosa. Empezó como la primera, con susto del Madrid en un derechazo cruzado de Bale que se fue abriendo hasta perderse por poco, pero se desatascó por un penalti absurdo de Sergio Ramos sobre Raúl García.
Dice el sevillano que cada día le gusta más la Premier. Pero que sepa que si algún día se va a la liga inglesa, ahí también se lo pitan.
El de Camas agarra al navarro por la espalda y literalmente le tira. Podrá estar mejor o peor, pero Raúl García debe jugar cada derbi. Su forma de vivirlos, sus piques constantes (antes con Alonso, ahora con Khedira o con Ramos) justifican su presencia en el campo.
El navarro tiró el penalti de forma espectacular, ajustadísimo al palo izquierdo de Navas (1-0) y entre la sonora euforia de la afición pasó casi inadvertida la salida de Fernando Torres.
EL MADRID NO TIRÓ A PUERTA
De ahí al final, el Real Madrid dominó con claridad (ya con Cristiano en el campo), pero fue incapaz de crear ni una sola ocasión de peligro ante una presión asfixiante de los de rojiblanco, que rodeaban a cada hombre blanco con tres y cuatro indios.
Por si fuera poco, en el 75 Giménez conectó un perfecto cabezazo en otro corner (ha tenido buen maestro con Godín) y desató el delirio en las gradas (2-0). Era difícil soñar con un resultado mejor.
Y Torres volvió a casa. Y siete años después (o trece, según se mire) por fin ganó al Real Madrid. Y como en las grandes borracheras de victoria, la hinchada se marchó cantando el himno por los vomitorios del estadio. Pero esta vez la cogorza fue gorda, y aún continuaron los cánticos inundando las calles aledañas del Calderón. Disfruten. Acostumbrarse a ganar al Madrid es algo grande. Pero ojo, que dure poco la resaca. Hay otras dos cenas de Navidad cerca. Que sigan las fiestas.

domingo, 4 de enero de 2015

Flechas en el tiempo

JORNADA 17- ATLÉTICO 3-1 LEVANTE
Goles: Griezmann (2), Godín.
EL ARQUERO DE KIKO
Sábado 26 de septiembre de 1998. El Atlético de Madrid recibe en casa a la Real Sociedad en la cuarta jornada de Liga. En una rápida internada por la izquierda de Jordi Lardín, el balón llega a Jose Mari, que se anticipa a la salida de Alberto y pone un pase de la muerte algo pasado al segundo palo para Kiko Narváez. El gaditano se lanza al suelo para llegar a esa bola y poner el 2-0 (el partido terminaría 4-1) y se queda arrodillado frente al Fondo Sur con el brazo izquierdo extendido y el derecho flexionado.
Posteriormente, Kiko explicaría que adoptó esa posición simplemente porque quería quedarse parado contemplando la alegría del público ante su tanto. La celebración sería bautizada como el arquero por la posición de sus brazos.
Lo festejaría de esta guisa en pocas más ocasiones (yo de hecho no lo recuerdo), ya que después sólo marcaría cuatro goles más esa temporada (tres en la UEFA y uno en la Liga) antes de padecer esa maldita lesión de tobillo en el CampNou (el 28 de noviembre de 1998) que le tuvo apartado de los terrenos de juego durante más de un año y que provocó que nunca más volviera a ser el mismo.

EL ARQUERO DE TORRES
Lunes 19 de junio de 2006. España juega la segunda jornada del Mundial de Alemania contra Túnez. Cesc mete un extraordinario pase en profundidad, Fernando Torres gana por velocidad la espalda a la defensa, quiebra en su salida al portero tunecino y le bate con su pierna derecha para poner el 2-1 (el resultado terminaría 3-1 en un partido que Túnez comenzó ganando). Se desliza de rodillas por el césped del Gottlieb Daimier Stadium y con el brazo izquierdo extendido y el derecho flexionado imita el arquero protagonizado por Kiko ocho años atrás. Sinceramente, no recuerdo haber visto a Torres repetir esta celebración con el Atlético jamás (sí lo hizo al menos una vez en el Chelsea).

EL ARQUERO DE GRIEZMANN
Sábado 3 de enero de 2014. El Atlético de Madrid recibe en casa al Levante en la 17ª jornada de Liga. Siqueira pone un centro templado desde la izquierda, Griezmann se anticipa por alto y bate a Mariño por el centro con un fuerte cabezazo (1-0). Corre por detrás de la portería del Fondo Sur y se arrodilla mirando al palco con el brazo izquierdo extendido y el derecho flexionado haciendo con las manos como si disparara un arco.
Era el minuto 17. En el dos de la segunda, Juanfran desborda por la derecha, centra al segundo palo y un gran cabezazo de Mandzukic es cantado como gol. Sin embargo, Mariño responde con un paradón, rechaza un defensa, pero un segundo testarazo de Griezmann lo vuelve a salvar Mariño, aunque un metro sobrepasada la línea de gol (2-0). El francés repite celebración hacia el palco.
En ese palco, como todos saben, estaba sentado el hijo pródigo, Fernando Torres, que hoy ha sido presentado en el Calderón ante más de 40.000 personas (impresionante) y me ha dejado una frase que me ha gustado especialmente. “Algún día me tenéis que contar qué he hecho para que me tratéis así de bien”, dijo dirigiéndose al público a través de un micrófono.

AQUEL GOL FANTASMA DE TORRES
Curiosamente, el gol de Antoine Griezmann, celebrado de forma interruptus hasta que no comprobamos que el linier corría hacia el medio campo, me recordó a otro gol fantasma marcado por Fernando Torres hace más de trece años (un 22 de diciembre de 2001). Fue uno de los únicos seis goles que logró en el año del ascenso, en un Atlético-Racing de Santander que terminó 2-0. También en el Fondo Norte (me pilló lejos), y también tras un barullo en el área, el Niño finalizó la jugada con un zapatazo que tras estrellarse en el larguero botó dentro, y el árbitro dudó hasta que concedió el tanto. Fue otra celebración interruptus. Aquella tarde, Luis Aragonés se sentaba en el banquillo. Como en el citado arquero en el Mundial de 2006. Todo está unido.

EL ARQUERO DE GODÍN
En el 82, Diego Godín nos ahorró el sufrimiento al rematar de cabeza, casi sin saltar, un buen centro de Tiago tras un corner sacado atrás y superar la mala salida de Mariño (3-1). El uruguayo corre sonriente hacia el medio campo y se arrodilla imitando el gesto de Griezmann también mirando al palco. Cuando todos en el Calderón ya estábamos convencidos de que se trataba de un homenaje a Torres probablemente pactado en el vestuario, Godín aseguró que se lo dedicó a un amigo que había ido a verle desde Uruguay, el Cacique Medina.
Fuera esta última pose para Fernando Torres o no, las flechas que unían en el tiempo pasado, presente y futuro, tres generaciones de futbolistas distintas, ya estaban lanzadas.

GRAN PRIMERA PARTE
El Atleti se sobrepuso a un Levante al que debió matar en la primera mitad con unos 45 minutos extraordinarios, con un Arda Turan en plan estelar, que protagonizó dos jugadas por banda dignas de un genio. La primera, prolongando de tacón un balón para Juanfran, cuando estaba acosado por dos contrarios; y la segunda, tirando un caño con la espuela a Nikos, metiéndose hasta la cocina y poniendo un pase de la muerte para Mandzukic quien, obstaculizado por Iván López, intento mandar la pelota a la red hasta con la mano, sabedor de que tamaña jugada merecía acabar en gol.
El Levante se metió en el partido en el minuto 61, prácticamente en su única llegada. Mandzukic evitó sobre la línea el gol de Víctor, pero tras un despeje un centro chut de Iván López se coló entre una nube de piernas y El Zhar la desvió a gol casi sin querer.

TENSEN SUS ARCOS
Hubo algo de miedo y cierto desasosiego durante algunos minutos, pero Godín puso la calma para una grada que volvió a animar como antes, por más que el Frente se empeñe en lo contrario.
Las flechas están cargadas. Los arcos están listos. Griezmann ya es el Pichichi del equipo con ocho goles (cinco en dos partidos); Godín es el cuarto máximo goleador del equipo (tres en Liga y uno en Champions); y Fernando Torres llega a un Atlético de Madrid en la lucha por todos los títulos: a un punto del Real Madrid tras su derrota en Mestalla; en octavos de la Champions contra el Leverkusen; y desde este mismo miércoles deberá luchar por entrar en los cuartos de Copa del Rey contra los madridistas. Tensen sus arcos, y prepárense para la batalla. Promete ser apasionante.