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sábado, 6 de abril de 2019

Cholo, sé valiente


En la vida, como en el deporte, las derrotas generan dudas. Es incuestionable que se hace más difícil seguir creyendo en nuestra forma de actuar, en nuestras ideas, o en un proyecto cuando se acumulan las derrotas. Del mismo modo que en la victoria, cuando se consiguen los objetivos y se paladean las mieles del triunfo, son pocos los que se atreven a cuestionar un modelo, pese a que éste pueda no ser el más ético, estético u ortodoxo.

Inevitablemente, los críticos del Cholo Simeone están proliferando en las últimas semanas. "Este equipo no juega nada"; "es un cagón"; "en los primeros años vale, pero con el presupuesto actual ya no se puede jugar como un pequeño", son algunos de los comentarios que se repiten en los mentideros colchoneros.

NUNCA HE CRITICADO AL CHOLO, PERO EN TURÍN...
Nunca he sido de criticar a Simeone. No lo hice ni tras las fatídicas Finales de Lisboa, ni de Milán, cuando muchos sí le atacaron bajo el convencimiento de que el planteamiento reservón del argentino nos llevó a la derrota, principalmente en aquella prórroga de San Siro.
Pero tras el partido de hace un mes en Turín no pude más: el planteamiento rácano, encerrados en el área, bombardeados a centros, y marchándonos del encuentro sin hacer ni un tiro a portería... ¡Sin sacar un mísero córner! Cuando con un único gol se mataba la eliminatoria obligando a la Juventus a marcar cuatro.

LOS ANTECEDENTES EN EL CAMP NOU SON PARA TEMER
Eso ya es pasado. El presente es el Camp Nou. Pero mirando los antecedentes de las visitas de Simeone a la Ciudad Condal, tengo temor a un panorama similar. Y no nos lo podemos permitir.
"Y otra vez no pudo ser" fue mi resignado titular el año pasado (2017-2018). El Atleti llegó al Camp Nou a falta de doce jornadas (cuatro más que en la actual) y cinco puntos por debajo (tres menos que hoy). Y, a tenor del planteamiento, el Cholo volvió a entender que un empate podría ser un buen resultado. Lo peor no fue que el empate no llegara, sino que escuchando a algunos parecíamos conformarnos con perder 1-0 por una genialidad de Messi (de falta esa vez).
Los rojiblancos volvieron a protagonizar una primera parte encerrados en su área concediendo al Barça porcentajes de posesión que rondaban el 70%. Y sólo por debajo en el marcador el equipo intentó ir algo más arriba en la segunda mitad.
POSESIONES DEL 30% Y ENCERRADOS JUNTO AL ÁREA
Algo parecido ocurrió un año antes (2016-2017). De nuevo, el equipo replegado atrás, basculando como un acordeón en los últimos 30 metros del campo, y con una posesión omnipresente del Barcelona. Así apareció Rakitic para poner el 1-0 cerca del descanso.
En el segundo acto Simeone dio dos pasos adelante, introdujo a Correa por Saúl y a Torres por Gameiro y como titulé aquel día "La valentía tuvo premio" y el propio Correa puso el 1-1 tras romper a Mascherano.
Ha sido la excepción en los últimos años. Dos temporadas antes (2014-2015) lo titulé como "Este año no" (veníamos de ganar la Liga el año antes en el propio Camp Nou). El Barça se adelantó a los doce minutos y, pese a ello, "los malos augurios iban creciendo por el Calderón cuando se comprobaba que Mandzukic y Griezmann defendían apenas unos metros por delante de la frontal del área..." (aquel partido tuve la suerte de verlo en la Sala Vip del Vicente Calderón, invitado por Mahou). Ver a nuestros delanteros más pegados a nuestra área que a la rival ha sido la tónica en territorio blaugrana en los últimos años. Aquella noche se perdió 3-1.

NO SE GANA ALLÍ DESDE TORRES... EN SU PRIMERA ETAPA
 La última vez que el Atlético de Madrid ganó en el Camp Nou jugaba Fernando Torres... en su primera etapa de rojiblanco (2004-05 y 2005-06, 0-2 y 1-3 con sendos dobletes del Niño).
Desde entonces, las únicas veces en las que el Atleti ha estado cerca de la victoria ha sido cuando ha salido valiente, con una presión alta y poniendo en aprietos al Barcelona en la salida del balón. Lo mismo que ocurrió en las victorias en Champions en el Manzanares.

Así que para esta noche, sinceramente, prefiero perder 4-2 con un equipo atrevido, que dé la cara, con líneas adelantadas y mordiendo al Barça en su campo, que volver a salir de Barcelona conformándonos con caer por la mínima y con el discurso victimista de que "no se puede competir contra este Messi".
Al fin y al cabo, la única opción de dar algo de picante a la recta final de esta Liga es ganar esta noche. Y no quiero acostarme una vez más pensando qué habría ocurrido si hubiéramos sido más valientes...
Esta noche, el empate vale menos que nunca. Cholo, por favor, vamos a por ellos.  

viernes, 3 de febrero de 2017

Estamos vivos, no tengan ninguna duda

SEMIFINALES- ATLÉTICO 1-2 BARCELONA
Goles: Griezmann; Luis Suárez, Messi.
La frase no es mía, es de Diego Pablo Simeone en los micrófonos de Gol al acabar el Atleti-Barça.
"Estamos vivos. Me quedo con el segundo tiempo, la reacción, la constancia, la presión, las situaciones de gol y sobre todo cómo se entregaron. Mientras se entreguen así estamos siempre cerca de cualquier cosa", afirmó el argentino. Entonces, el entrevistador repregunta: "Me quedo con esa frase: estamos vivos. Están vivos para el partido de vuelta, ¿no?".
"No tenga ninguna duda, que hay partido. Seguro que hay partido", contesta el Cholo con su convencimiento habitual y con una media sonrisa, entre pícara y desafiante.

EL CAMP NOU TE ASFIXIA
Pues estamos vivos. Yo también me quedo con esa frase. Quiero quedarme, pese a la enorme dificultad (seamos sinceros, está casi imposible) que entraña remontarle un 1-2 en el Camp Nou al Barcelona. En su estadio, el Barça es un equipo que te asfixia, te acorrala, te encierra y te martiriza en tu área hasta que consigue su objetivo. Lo hemos vivido en todas nuestras visitas en los últimos años en las que se ha aguantado siempre, mejor o peor, pero nunca se logró un triunfo. Los mejores resultados, tres empates 1-1: en Liga de este año; el ya histórico que nos dio el título con el cabezazo de Godín; y otro 1-1 más esa misma temporada en Champions, golazo de Diego Ribas mediante.

ONCE AÑOS SIN GANAR ALLÍ
Curiosamente este domingo se cumplirán once años de nuestra última victoria en el Camp Nou. 1-3, con un doblete del entonces Niño en todos los sentidos y otro gol de Maxi. El año anterior se había vuelto a ganar, 0-2, con otro doblete de Torres. Eran otros tiempos. Mucho peores, sin duda. Aunque esos triunfos ante el Barça nos ayudaban a no olvidar que éramos un equipo grande (Un grande sin memoria, ¿recuerdan? En esos años nació este blog...).
Ahora lo somos. No hace falta recordarlo ni mirar atrás. Pero antes del partido les avisaba en Esto es Atleti ("Volver a ser un equipo hijoputa") de que si de fútbol se trataba, ellos tenían unos cuántos tíos cuya técnica podía destrozarnos. Y así lo hicieron.

LA CLASE DE SUÁREZ Y MESSI NOS DESTROZÓ
Para nuestra desgracia hubo que esperar poco. A los seis minutos Mascherano roba un balón abajo a Griezmann, Luis Suárez recoge la bola en campo propio... y lo deja en nuestra portería. Entre medias, una carrera de casi 50 metros en la que primero sortea a Godín y después deja atrás a Savic con un autopase antológico, para terminar una jugada pletórica de clase y potencia con una definición sutil a la izquierda de Moyá (0-1). Empezar perdiendo tan pronto en una eliminatoria, ante un rival de la entidad del Barça, no era precisamente buen presagio.
No se descompuso, sin embargo, el Atleti. Respondió pronto con un cabezazo Godín (del que dos personas me dijeron en la previa que marcaría. No pudo ser); y los rojiblancos apretaron arriba a un Barça que se vio obligado en demasiadas ocasiones a combinar con su portero. Mascherano y Piqué tuvieron que emplearse a fondo para sacar balones peligrosos en ataques colchoneros.
Pero el Barcelona en las contras daba miedo. Temblamos especialmente en la grada cuando cerca de la media hora Neymar hizo una pared con Luis Suárez (tras llevarse un rebote en un mal despeje de Saúl. No tuvo su día); y terminó rematando flojo y fuera en una ocasión franca.
 
No fue tan franca la que tuvo Messi minutos después. Pero el argentino no las necesita claras. En el minuto 33, el 10 blaugrana se saca un zurriagazo tremendo que me hizo resoplar según lo vi salir, y que se fue abriendo hasta pegar en el palo y entrar cerca de la escuadra (0-2).
El Barça no había hecho méritos para ponerse con dos goles de ventaja, pero cuando cuentas en tus filas con tamañas bestias del mundo del fútbol, ¿quién necesita acumular méritos?
El Atleti sí que se descompuso después de este segundo mazazo, y los minutos que transcurrieron hasta el descanso fueron un funeral en el campo y un sinfín de lamentaciones en la grada: nos habíamos quedado sin semifinal en media hora.

HOMENAJE A LUIS ARAGONÉS
Pero el Cholo tenía otros planes. En el día en el que se cumplieron tres años de la muerte de Don Luis Aragonés Suárez (DEP, leyenda), Simeone debió dar una charla en el descanso que habría sido digna del Sabio de Hortaleza. Bonito homenaje del argentino, que estuvieron a punto de culminar en el césped los once de rojiblanco.

GRAN PARTIDO DE FERNANDO TORRES
Que la segunda parte iba a ser otra historia se les notaba a algunos con sólo mirarles los andares. De primeras, los de Torres, que saltó al campo por Vrsaljko, volviendo Juanfran a su posición de lateral. Creo que no me equivoco si digo que el Niño completó sus mejores 45 minutos de la temporada (que, todo sea dicho, está siendo muy floja).
A los cinco minutos, asistió de tacón a Gabi y sólo un cruce providencial de Jordi Alba evitó el tanto; a los 20, un centro suyo lo remató de chilena Carrasco; a los 35 conectó un precioso remate de espuela, a centro de Filipe, que se perdió lamiendo el poste... El Niño se mereció el gol, pero no lo encontró.

EL ATLETI RESUCITÓ
Antes del cuarto de hora, una falta colgada por Gabi la puso Godín de cabeza en el área chica y allí apareció Griezmann, ganando a Mashcerano, para cabecear el 1-2. Había partido. Había que creer. Y la afición creyó. Con todas sus fuerzas.
Sólo cinco minutos después, gran pase profundo de Koke, pase de la muerte de Filipe, y remate de Griezmann que salva a bocajarro Cillessen.
El partido era de una intensidad incalculable, las acciones se sucedían una tras otra a una velocidad de vértigo, la presión del Atleti era tal que al Barça le costaba salir de su propio campo. Pero cuando salía, volvía a asustar.
Así, dos disparos de Andre Gomes y de Messi (de falta) obligaron a Moyá (que completó un gran partido) a hacer sendos paradones, el segundo extraordinario, con la ayuda del travesaño.

MERECIERON EL EMPATE
Nunca dejaron de creer los colchoneros. Y merecieron su premio cuando en el 85 Gabi atacó a Mascherano como una locomotora, se la robó por detrás, la pelota llegó a Torres, y el Niño armó un disparo rápido (se precipitó) y la mandó a la derecha de Cillessen. Debió ser el empate. Habría sido de justicia.
El Atleti murió en el área culé, y todavía acumuló dos disparos más que se perdieron silbando (Griezmann y Gameiro). Pero no hubo remontada.

SI ELLOS NO DEJAN DE CREER...
No la hubo, y tendrá que ser en Barcelona. Son once años sin ganar allí. Nunca lo ha hecho el equipo del Cholo. Pero si ellos nunca dejan de creer, no seremos nosotros quienes lo hagamos. Veo altamente complicado que logremos eliminar al Barça, pero sí tengo claro que los blaugranas tendrán que sudar sangre para llegar a esa final. Estamos vivos, no tengan ninguna duda. Tendrán que matarnos allí...

martes, 18 de diciembre de 2012

En la media

El Atleti del Cholo, invicto hasta la jornada 10, con el récord internacional de victorias en Europa (16), con el récord del club de partidos consecutivos ganando en casa (14), segundo siendo el único capaz de seguir la estela del Barça... hacía difícil no ilusionarse con las visitas al Santiago Bernabéu y al Camp Nou.

Sin embargo, los años de varapalos ante los blancos (13) hacen que derrotar a los de Chamartín parezca una quimera. Contra el Barça es distinto... pero no en el Camp Nou. Con los de blaugrana delante nos hemos dado algunas de nuestras últimas grandes alegrías ligueras con remontadas épicas como las de 2008 (4-2) y 2009 (4-3), o incluso victorias más reposadas como el 2-1 del año 2010. Pero no en el Camp Nou.
Ver al Atleti segundo y a seis puntos del líder provoca en uno una sensación de “bueno, ¿por qué no? Vamos a creer...”.
UNOS NÚMEROS PARA DEPRIMIRSE
Pero uno repasa los resultados del último lustro en el estadio culé y se da cuenta de que su ilusión es más una temeridad: 22-3 en el aspecto goleador; un 2-0 al descanso como mejor resultado; ningún Barça-Atleti pasó del minuto 15 con 0-0; y Messi marcándolos a pares (diez goles en cinco partidos...).

PERO EMPIEZA EL PARTIDO...
Sin embargo, empieza el partido y parece que se puede. El Barça domina y domina, soba y soba la pelota como si no hubiera contrario, el 75-25 que marca la posesión parece quedarse corto (debían conceder al Atleti el tiempo con el juego parado, porque yo diría que fue un 90-10... sobre todo en el segundo acto), pero el Atleti está bien ordenado y muerde en la presión cuando ve la ocasión. Y cuando roba, salen como balas.

A la primera oportunidad, Koke centra desde la derecha y Falcao la peina lo preciso para poner la pelota en el poste derecho de Valdés. Iban sólo 8 minutos, y me lamenté profundamente de que no entrara ese balón.
Superado el minuto 20 de juego, los rojiblancos vuelven a robar en campo propio y Falcao es objeto de falta en medio campo. Sin embargo, Koke, cada día más listo e inspirado, saca la falta sin respiro y Falcao, en una carrera en la que me recordó al Kun, gana por velocidad a Puyo y Piqué, pero su disparo, muy forzado, se pierde a la izquierda del marco culé ante la salida de Valdés.
El Atleti ya había tenido dos muy claras y me echaba las manos a la cabeza. Pero hubo una tercera.

...Y UNO CREÉ EN LA VICTORIA
A la media hora de juego Diego Costa vuelve a robar un balón a los culés, precisamente a Messi, y pone un gran pase largo para Falcao. El colombiano burla a Busquets y en una nueva carrera prodigiosa (en serio, vi al Tigre más rápido que nunca) se planta ante Valdés y le bate de sutil toque picado con la zurda (0-1).
“Ahora sí me creo que podamos ganar al Barça”, le digo a mi padre. Y es que se estaban cumpliendo dos de las premisas que había marcado para poder hacer algo en territorio culé. Llegar a la media hora sin encajar, y adelantarse en el marcador. Con un Barça por delante, veía imposible un triunfo en el Camp Nou. Pero qué poco duró la esperanza...

PERO LA ALEGRÍA DURA POCO
A los cinco minutos del gol colchonero, Adriano se cuela por el flanco derecho (no dejan de sorprenderme las suplencias de Alves), Filipe le tapa la salida hacia fuera y Arda, que llega acelerado en la ayuda, hace lo propio. Error de ambos, sobre todo del turco, dejando el pasillo a Adriano por su pierna buena. “Nadie podía esperar que sacara un zurdazo a la escuadra”, me comenta un amigo de mi padre. Cierto, pero se le dio la posibilidad. Y ahí la puso el brasileño (1-1).
El gol descompuso al Atleti y el Barça pisó más el área en esos diez minutos que en los 35 anteriores. Jordi Alba, el más vertical y vertiginoso por su banda, avisó primero con una volea desviada. Y después fue Piqué el que intentó sorprender a Courtois en un disparo sin ángulo. La pelota terminó en corner, y en ese saque de esquina, balón que gana de cabeza Piqué en el segundo palo, el balón queda muerto en el área chica en medio de un enorme barullo y Juanfran acierta a meter la pierna... para que caiga a pies de Busquets. El mediocentro catalán, que promedia un gol por temporada, la recoge como si viviera en esas lides toda su vida, recorta a Mario, tumba a Courtois, y la pone silbando en la red. 2-1. Partido acabado.

EL ATLETI NO COMPARECIÓ EN EL SEGUNDO TIEMPO
 Por entonces no lo sabíamos. Pero el partido acabó ahí. El Atleti decidió incomparecer al segundo tiempo como hiciera el Barcelona en aquel partido de vuelta de la Copa del Rey de hace más de doce años. El Barça prolongó su rombo, pero ahora sin riesgos que asumir con la ventaja en el electrónico, mientras que el Atleti dejó en el vestuario toda la chispa y la garra mostradas en los primeros 45 minutos.
Para colmo de males, en un balón que tenían controlados los colchoneros en medio campo, la bola sale rechazada a pies de Alexis en banda izquierda, éste encuentra a Messi en línea de tres cuartos y el argentino, que no había disparado a puerta, decide en la primera que tiene poner un pase a la red desde fuera del área (3-1). Toque raso, seco, y ajustadito a la madera. Ni un portero de casi dos metros como Courtois podía alcanzarlo.
El 3-1 quitó al partido toda amenaza de hipo para la orgullosa afición local (15 victorias y un empate) mientas transcurría entre los bostezos de los asistentes al bar, que renegaban por lo aburrido de esta Liga y del hipnótico juego del Barça.
Un minuto antes del 3-1, el Cholo quitó a Mario por Adrián en lo que catalogué como “un cambio valiente”. Un minuto después, Simeone cambió a Diego Costa por Tiago en una prueba de que el partido estaba perdido y se conformaba con un castigo “poco severo”.

UN FALLO DE GODÍN AYUDÓ A CUMPLIR LAS MEDIAS
Sin embargo, un fallo de Diego Godín en el 87 hizo que se cumplieran todas las medias de los Barça-Atleti del último lustro. Se cruza con Miranda en la frontal, y pese a que el brasileño le hace un gesto para que se la deje, decide llevársela. Pero Godín no es un tipo egoista y le dice: tranquilo Joao, que te la devuelvo. Y no se le ocurrió al uruguayo otra frivolidad que hacerlo de tacón... con Messi soplándole en la nuca. Así que el argentino se llevó la bola entre los dos centrales y le picó la bola a Courtois para seguir con su imparable racha (4-1).
Y se cumplió la media. El Barça alcanzó la media que atesoraba en esta cita de cuatro goles (4,4); Messi cumplió su media de dos goles por encuentro (ya lleva doce en los seis últimos Barça-Atleti); Falcao cumplió su media de un gol por partido; mientras que el Atleti superó ligeramente la suya (cuatro goles en sus seis últimas visitas al camp Nou: 0,66).

UNA LIGA DE "MEDIA"...
Con este ritmo, el Barcelona superará con creces los 100 puntos establecidos el año pasado como récord por el Real Madrid; Messi reventará su cifra de 50 goles (ya lleva 25 en 16 jornadas...); y la Liga estará ganada matemáticamente por los culés allá por el mes de marzo.
El objetivo rojiblanco, lo queramos o no, es garantizar la Champions (sacamos nueve puntos al quinto). Y es que, como decía el chiste, a los del Atleti “siempre nos quedará la Europa League”... Pero poco más.