lunes, 30 de septiembre de 2013

El mejor equipo de acá

En el año 2005 la agencia publicitaria Sra. Rushmore impactó al público con su ya clásico spot del “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.
Atlético de Madrid
En él, un inmigrante sudamericano envía una carta a su familia en la que les relata una realidad edulcorada, en la que habla de que le va “muy chévere”, que vive en un departamento “en el puritito centro”, que en España a sus “paisanos” les “repetan mucho”, y que cambia de trabajo cada semana porque hay “tantos lugares lindos para trabajar...”.
La parte fuerte del anuncio llega cuando narra a sus padres cómo los domingos va al fútbol. “Me hice socio del mejor equipo de acá. Lo ganamos todo. Te sientes grande en esa cancha”, les asegura...


ERA UN ATLÉTICO DE MADRID TRISTE
Aquel Atlético de Madrid venía de bajar a Segunda, y fue entonces cuando la Sra. Rushmore saltó a la fama con el “un añito en el infierno” (2000), que por desgracia se duplicó. Fruto de ello, la agencia creativa se consagró con el “papá, ¿por qué somos del Atleti?” (2001).
El Atleti consiguió ascender en 2002, pero durante años sumó temporadas mediocres y decepciones (2002-03- 12º; 2003-04- 7º; 2004-05- 11º) que daban pábulo a ese tipo de spots que alimentaban la imagen de un Atlético de Madrid venido a menos, un perdedor atractivo, un galán de cine retirado, el pupas... Un grande sin memoria...
Fue en 2007, dos años más tarde, cuando empecé a escribir crónicas en este blog. Las cosas no habían mejorado mucho (2005-06- 10º; 2006-07- 7º) en un equipo que sólo conocía Europa a través de dos participaciones en la prestigiosa, y por suerte ya difunta, Intertoto... Por eso decidí darle este nombre, un grande sin memoria. Un club históricamente grande, pero que padecía una amnesia severa que le impedía volver por sus fueros.

MI PRIMERA CRÓNICA
Mi primera crónica fue precisamente con motivo de un derbi. El del primer (y único) gol de Fernando Torres frente al Real Madrid con la camiseta rojiblanca (1-1). El del primer punto (y único hasta hoy...) contra los blancos en el Vicente Calderón, tras los cuatro primeros años desde la vuelta a Primera perdiendo... Por ello lo titulé “un punto... de inflexión”.
Por entonces, pensaba que Torres (que se marcharía ese verano) se quitaría con ese tanto la presión y los fantasmas que rodeaban a la portería del eterno rival. Y en el caso del equipo, la demostración palpable de que se podía ganarles creía que también supondría un paso para que esa nueva victoria ante el vecino rico estuviera más cerca... Pero no fue así. Eso tardó en llegar. Seis años más...
Durante todos esos años fui pudiendo enterrar malas rachas y contárselas en este blog. La vuelta a Europa tras siete años fuera (2007), el regreso a la Champions después de once temporadas (2008), volver a levantar un título 14 años después (2010)...
Sólo había una espina que aún no me había quitado. Poder narrarles una victoria en un derbi. Lo que dio lugar a posts como “Por favor, pongan fin a esta condena”; “A revertir la tendencia”; o “goles, por favor, goles”, y que durante varios años tuviera que venderles como reliquia la portada del Marca de la última victoria frente al Real Madrid (30 de octubre de 1999).

LA FINAL DE COPA BORRÓ TODOS LOS COMPLEJOS
Todo eso se acabó el pasado 17 de mayo en la Final de la Copa del Rey. Lo que dio lugar a mi artículo de la semana pasada, “No hay dos sin tres”, que por fortuna se ha cumplido.
El Atleti lo volvió a hacer y anoche, como en 1992 y en 1999, ganó por segunda vez en el mismo año al todopoderoso Real Madrid.
Esta vez sí, los fantasmas, las maldiciones, las estadísticas en contra, los complejos, el mal fario, las supersticiones... todo, se borró de un plumazo para dar paso a un Atlético de Madrid que muy pronto dio un puñetazo en la mesa (Diego Costa marcó en el minuto 10) y se plantó en el estadio Santiago Bernabéu como un equipo superior que sólo permitió al Real Madrid lanzar dos veces a portería (Benzema y Morata) en las que Courtois intervino con éxito.

RODEADO DE MADRIDISTAS
Vi el partido en un bar rodeado de seis colegas madridistas (no me quedó otra) en un centro comercial abarrotado y en una mesa no demasiado cercana a la televisión.
El encuentro empezó con una jugada embarullada en el área rojiblanca en la que, tras un par de rechaces, Godín actuó como frontón a disparo de Isco. Ese comienzo me hizo temerme una prolongación del partido de la Final de Copa, donde el Atleti fue un ejemplo de brega, lucha y sacrificio e hizo un encomiable esfuerzo defensivo, pero la fortuna (tres postes) y el acierto de Courtois (dos paradones en la prórroga a Higuaín y Ozil) serían difíciles de igualar en un guión similar. No tuvo nada que ver. En la película que dirige Simeone, el Atleti es protagonista.

EL ATLETI VOLVIÓ A ADELANTARSE
Así, su nueva estrella, Diego Costa, marcó el primero, el octavo en su cuenta (Pichichi con Messi) en la
primera que tuvo.
Di María se pone a regatear en campo propio, Filipe se la roba, pelota para Koke (su sexta asistencia...) que con magia dibuja un pase entre Pepe y Arbeloa para Diego Costa, y el brasileño le bate con una sangre fría y una maestría como si llevara marcando goles en el Bernabéu toda la vida (es el segundo que les mete allí en cuatro meses). 0-1, sí. Pero no era ése un resultado desconocido para el Atleti en el Santiago Bernabéu. De hecho, desde el regreso a Primera (2002) habían sido seis las ocasiones en las que el Atleti se había adelantado: 2002-03- 0-1- Javi Moreno (11'); 2006-07- 0-1- Mista (5'); 2007-08- 0-1- Agüero (1'); 2008-09- 0-1- Forlán (37'); 2009-10- 0-1- Reyes (10'); 2011-2012- 0-1- Adrián (16').
En todas esas ocasiones, el Real Madrid consiguió empatar el partido, incluso voltearlo, antes del descanso. Eso no ocurrió anoche. El Atleti se marchó por primera vez al vestuario en el intermedio ganando el derbi. Por ahí comenzaron las novedades.

EL MADRID NO TOCÓ A REBATO
El Real Madrid no tuvo anoche el clásico toque a rebato, tantas veces comandado por Raúl, que le permitía levantar el choque y que acobardaba a los rojiblancos, que no se creían su papel de victoriosos. Sus únicas llegadas con peligro fueron sendos cabezazos de Benzema, en uno obligó a una buena estirada a Courtois, y otro de Cristiano Ronaldo. El portugués comenzó a dar muestras de que no era su día con un disparo lejano que mandó al segundo anfiteatro mediado el primer acto.
Por su parte, el Atleti esperaba ordenado atrás e intentaba salir veloz a la contra. Además de llevar un peligro endiablado cada vez que había alguna acción a balón parado. Así llegó la ocasión más clara del Atleti tras el gol, en un corner puesto magistralmente como siempre por Milinko Koke que cabeceó Godín, parada abajo de Diego López, y en el rechace se lanza valiente a los pies de Diego Costa para evitar el 0-2. Ambos chocaron, lo que provocó que el portero blanco lanzara una patadita al brasileño al levantarse, lo que no sentó nada bien al temperamental ariete colchonero. Ambos protagonizaron un caliente enganchón con el balón parado. Diego Costa es un crack, pero debe serenarse. Muchas veces roza la expulsión.

EL BAILE DE TELES...
El descanso llegó para mí como un oasis en el que poder rebajar la tensión. Viví la segunda parte de una forma peculiar. En el gol de Diego Costa, no se lo he contado, me ocurrió algo curioso. Cuando el brasileño se plantó solo ante Diego López, los aficionados atléticos (muchos, por cierto) que veían el partido en el bar de la izquierda ya cantaban el gol. No porque lo intuyeran. Porque lo vieron. La señal de sus televisiones llegaba al menos dos segundos antes que la nuestra, lo que provocó mi cara atónita cuando no pude disfrutar de la explosión de júbilo al marcar el 0-1. Antes de que Diego Costa tirase, ya sabía que había sido gol. La cara que tuve que poner, provocó las risas de mi amigo Curro.
Esa circunstancia hizo que durante todo el resto de partido (en la segunda parte más), cada vez que había una acción de peligro me agachaba para verla en el bar de al lado (había un techo que desde mi posición me impedía ver la tele completa).
Así que cuando al cuarto de hora Villa dejó solo a Diego Costa ante Diego López, yo sabía dos segundos antes que mis compañeros que su tiro abajo lo salvaría el meta gallego.
Cuando Cristiano dos minutos más tarde lanzó una falta en la frontal, yo ya conocía un instante antes que su destino volvería a ser el segundo anfiteatro...
Y cuando Courtois rechazó con el pecho un disparo blando de Cristiano (el belga pareció en algunos momentos extrañamente nervioso), yo suspiraba aliviado antes que el resto sabiendo que Modric la mandaría por encima del larguero.
En estas circunstancias, es curioso ver las mismas reacciones (los huys, las lamentaciones, las manos a la cabeza...) en distintos grupos, con dos segundos de desfase.

NO SE SUFRIÓ
La realidad era que, pese a lo apretado del resultado, el Atleti no sufrió como en visitas precedentes al Santiago Bernabéu. La mayor parte del tiempo el balón estaba lejos de la portería rojiblanca y el Real Madrid no encontraba el camino a Courtois.
Al final del choque, se condensaron varias buenas ocasiones por ambos bandos.
A sólo diez del final, un balón suelto en el área lo recogió Koke, el canterano madrileño recortó con clase a Khedira con la derecha, y la puso con la izquierda en la escuadra de Diego López. Pero el larguero, desagradecido, la escupió. Los comentarios de que esas oportunidades perdidas se acabarían pagando eran inevitables. Pero eso eran otros tiempos.
A renglón seguido, Morata remató en un precioso escorzo y obligó a Courtois a lucirse (la única vez), y sacó al madridismo sus únicos gritos de aliento y esperanza durante todo el partido, coreando el nombre de su canterano.
Después, Tiago lanzó con rosca tocando el poste izquierdo de Diego López; y la última la tuvo de nuevo Morata, que envió al lateral de la red una pelota rechazada en el área.

GRITOS DE ATLEEETI, ATLEEETI
Dos segundos antes que mis compañeros de bar pude cantar victoria, y con un “amigo” del Barça que vio la segunda parte con nosotros iniciamos una ovación cerrada, que seguimos con un par de Atleeeeeti, Atleeeeeti a los que se sumó gran parte del centro comercial, acompañado de las sonrisas de otra gran parte.

Y LO MEJOR...
El Atleti volvió a ganar al Real Madrid, también en Liga, casi 14 años después. Y lo mejor no es la clase de Koke; el instinto goleador y la pasión, desbordados, de Diego Costa; la elegancia de Arda Turan; la garra de capitán de Gabi; la finura de Filipe Luis; o los reflejos de Courtois. Lo mejor es ver, como aquel Atlético de Madrid de la final de 1992 insuflado por la arenga de Luis Aragonés, cómo en una misma jugada hasta tres jugadores del Atleti van al suelo a la disputa del balón (Filipe, Koke y Arda. Pero ocurrió en más de una oportunidad) y llegan ese segundo antes (en este caso uno, no dos) que el eterno rival de blanco.
Lo mejor es ver cómo, gracias al carácter ganador del Cholo Simeone, nos hemos convertido en “el mejor equipo de acá” (de Madrid, y casi de España). Lo mejor es disfrutar de cómo “lo ganamos todo” (el mejor arranque en la historia del Atlético de Madrid. Siete de siete). Lo mejor es ver cómo “te sientes grande en esa cancha”. En la nuestra, y en la suya. Porque los madridistas buscaban "rival digno para derbi decente”. Y lo han encontrado. Lo mejor, es que ahora no les gusta. Allá donde esté ese aficionado sudamericano, estará orgulloso de haberse hecho socio del Atleti. Y lo mejor es que ya he podido contarles una victoria en un derbi. Una no. Dos. Y espero seguir contándoselas. Gracias Dios, por hacerme del Atleti.

viernes, 27 de septiembre de 2013

No hay dos sin tres

El sábado a las 22:00 horas llega al Santiago Bernabéu el 77º derbi liguero disputado entre Real Madrid y Atlético de Madrid en Chamartín. Como todos recuerdan a la perfección (y si no les refresco yo la memoria) el último enfrentamiento entre ambos conjuntos se produjo hace poco más de cuatro meses (el 17 demayo de 2013) con motivo de la Final de la Copa del Rey que el Atlético de Madrid levantó en el coliseo blanco gracias a los goles de Diego Costa y Miranda, que inutilizaron el gol inicial de Cristiano Ronaldo.
LA ÚLTIMA VICTORIA, EN 1999
Esa brillante victoria, que valió un título, rompía una sequía que el próximo 30 de octubre habría alcanzado los 14 años. Desde ese día de 1999 el Atlético de Madrid no derrota al Real Madrid en Liga (1-3- Morientes; Hasselbaink (2) y Jose Mari. Pinchando aquí pueden ver la portada de Marca de aquel día).

Estas fueron las alineaciones y los goleadores:
REAL MADRID- 1- Bizarri (expulsado 50'); Salgado, Iván Campo, Julio César, Roberto Carlos; Seedorf, Helguera (Etoó 70'), Redondo (Karembeu 61'), Guti (Casillas 51'); Raúl y Morientes.
ATLÉTICO MADRID- 3- Molina; Gaspar, Gamarra, Chamot, Capdevila; Aguilera (Valerón 63'), Bejbl, Baraja, Solari; José Mari (Correa 79') y Hasselbaink (Paunovic 89').
GOLES: 1-0- Morientes (8'), 1-1- Hasselbaink (12'), 1-2- José Mari (30'), 1-3- Hasselbaink (38').
Y ustedes se preguntarán: si efectivamente el triunfo en la final de Copa fue el primero ante el eterno rival en casi 14 años ¿a qué viene lo del “no hay dos sin tres” de David Bisbal...? Yo se lo explico...

EL TRIUNFO ANTERIOR, CUATRO MESES ANTES
Cuando el Atlético de Madrid, dirigido entonces por Claudio Ranieri, se impuso por 1-3 en el Bernabéu, se trataba de la segunda victoria consecutiva del equipo colchonero sobre el conjunto merengue en poco más de cuatro meses...
La anterior, había llegado el 12 de junio de 1999, en la penúltima jornada de la temporada 1998-99. Entonces, Radomir Antic había vuelto por primera vez al banquillo rojiblanco a intentar enmendar la mala racha en la que había entrado el equipo con Arrigo Sacchi como técnico, que incluso llegó a coquetear con el descenso.
Por su parte, el Real Madrid de John Benjamin Toshack, con el Barça ya campeón, buscaba entrar en la Champions sin ronda previa, como segundo, ya que ese fue el primer año en el que cuatro equipos españoles tenían billete para la Liga de Campeones.
Sin embargo, el Atlético de Madrid se adelantó muy pronto con un gol de Jose Mari, al que los derbis se le daban especialmente bien (les hizo tres goles en tres temporadas).
A la media hora empató otro goleador habitual en los derbis, Fernando Morientes, pero antes del descanso Jordi Lardín puso el 2-1 con un gran zurdazo cruzado.
En la segunda parte, en una contra, Osvaldo Giroldo Juninho hizo el 3-1 que definitivamente decantaba la balanza del lado rojiblanco.

ATLÉTICO MADRID- 3- Molina; Geli, Torrisi, Serena, Toni; Aguilera, Bejbl (Roberto 78'), Valerón (Solari 66'), Lardín (Mena 71'); Juninho y José Mari.
REAL MADRID- 1- Illgner; Jaime, Iván Campo, Sanchis, Roberto Carlos; Karembeu, Seedorf (Savio 66'), Hierro (Guti 26'), Mijatovic (Jarni 75'); Raúl y Morientes.
GOLES: 1-0- José Mari (7'), 1-1- Morientes (28'), 2-1- Lardín (44'); 3-1- Juninho (75').

Ese día el Atlético de Madrid cantó victoria sobre el Real Madrid tras casi siete años de sequía.

EL ANTERIOR, SIETE AÑOS ANTES...
El último triunfo había llegado también en junio, pero de 1992 (el día 27) cuando los colchoneros, entrenados por Luis Aragonés, se impusieron por 0-2 en la Final de la Copa del Rey de la que tanto se ha hablado en el último año.
Los rojiblancos, comandados por Bernd Schuster y Paulo Futre, que fueron los autores de dos grandes goles, llevaron al Atlético de Madrid a levantar su octava Copa del Rey. La tercera en el Santiago Bernabéu ante el eterno rival, dirigido entonces por Leo Beenhakker.
REAL MADRID- 0- Buyo; Chendo, Tendillo, Sanchis, Villarroya (Llorente 45'); Míchel, Milla, Hierro, Hagi (Alfonso 12'); Luis Enrique y Butragueño.
ATLÉTICO MADRID- 2- Abel; Tomás, López, Donato, Solozabal, Soler; Vizcaíno, Schuster, Manolo (Toni 77'); Moya (Alfredo 59') y Futre.
GOLES: 0-1- Schuster (7'), 0-2- Futre (29').

Entonces, esa victoria, también fue la segunda ante el Real Madrid en menos de seis meses.

DE LA ÚLTIMA, MENOS DE SEIS MESES
La anterior había llegado el 4 de enero de 1992. En esa ocasión, el Atlético se impuso con claridad por 2-0. El Atlético golpeó muy pronto y por partida doble. Juan Vizcaino puso el 1-0 a los dos minutos con un derechazo desde fuera del área. Mientras que en el mismo minuto, pero de la segunda parte, Manolo, Pichichi ese año con 27 goles, hizo el 2-0 definitivo.
Curiosamente, en el banquillo madridista estaba un hombre que posteriormente se cruzaría al bando opuesto, Radomir Antic, que fue destituido por Ramón Mendoza, pese a tener al equipo líder.

ATLÉTICO MADRID- 2- Abel; Tomás, Ferreira, Juanito, Solozabal, Toni; Donato (Alfredo 57'), Schuster, Vizcaíno; Manolo y Futre (Sabas 74').
REAL MADRID- 0- Buyo; Chendo, Sanchis, Rocha, Villarroya (Gordillo 57'); Míchel, Milla, Hierro, Hagi; Aldana (Luis Enrique 73') y Butragueño.
GOLES: 1-0- Vizcaíno (2'); 2-0- Manolo (47').

Entre medias de ambos enfrentamientos, en mayo, el Real Madrid sí derrotó al Atlético por 3-2 en el Santiago Bernabéu. En una Liga que finalmente se llevó el FC Barcelona con una puntuación apretadísima: 1º Barcelona 55 puntos; 2º Real Madrid 54 puntos; 3º Atlético de Madrid 53 puntos.

¿VOLVERÁ A REPETIR EN 2013?
Pero en cualquier caso, el Atlético de Madrid venció por dos veces al Real Madrid en el mismo año (1992), igual que haría siete años después (en 1999). ¿Repetirá doble triunfo el equipo rojiblanco en 2013? Yo quiero creer que sí. Los complejos borrados en la final de hace cuatro meses y el extraordinario momento actual de los de Simeone, tienen que contribuir a ello. La solución, este sábado en el Santiago Bernabéu.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

¡Diego Costa selección!

El carnet de identidad de Diego da Silva Costa dice que nació en Brasil (en Lagarto, nombre que le queda muy apropiado) un 7 de octubre de 1988. A punto de cumplir 25 años, su gran temporada pasada le valió para debutar con la canarinha en el mes de marzo ante Italia y Rusia.
Sin embargo, Diego Costa posee la nacionalidad española desde este mismo año, y los dos encuentros que disputó con Brasil fueron amistosos, por lo que la legislación de la FIFA marca que el delantero carioca podría ser llamado por Vicente Del Bosque para jugar con España. En el momento en el que debute en partido oficial con una u otra, esa será su selección “para toda la vida”.

LE TIRA MÁS BRASIL
Dice Juanfran que a Costa le tira más Brasil (normal, es donde nació) y sería extraño (y arriesgado) que Luiz Felipe Scolari diera lugar a que el ariete rojiblanco pudiera formar parte de uno de sus máximos rivales para ganar el Mundial, España, precisamente cuando se disputa en su país.
Lo llamen uno u otro, dudo que Diego Costa tenga que comprar entradas para el Mundial de Fútbol de Brasil 2014.

PICHICHI JUNTO A MESSI
El brasileño fue el año pasado uno de los grandes artífices para que el Atlético de Madrid ganara la Copa del Rey al Real Madrid marcando siete goles, uno de ellos en la propia Final. Y precisamente siete goles son los que lleva este año ya en Liga. Que esta cifra le permita ser Pichichi en estos momentos junto con Leo Messi, son palabras mayores. Pero que lleve siete tantos en seis jornadas, cuando el año pasado terminó la Liga con un total de diez goles, creo que es un dato que habla mucho más a las claras de la excepcional progresión de Costa.

EL CHISTE DEL SEVILLA
Se esperaba un partido plácido en el Calderón (al menos yo lo esperaba) y tal vez de goleada. Un Atlético lanzado (ya seis de seis) recibía a un Osasuna antepenúltimo, con los únicos tres puntos de la victoria la jornada pasada ante el Elche, y sólo por delante de Rayo y Sevilla (por cierto, la de palos que me han caído en Twitter de sevillistas por hacer el siguiente chiste: “Özil tiene en su nombre más puntos que el Sevilla FC...”. Yo lo veo muy gracioso).

EL PEOR PARTIDO DEL ATLETI... Y DE MIRANDA
Pero Osasuna no vino a ser comparsa y se encontró con el peor partido de la temporada del Atleti, en general, y de Miranda, en particular. Así, a los pocos minutos el excepcional zaguero brasileño tocó lo justo para enviar un disparo de Sisi, que iba fuera, contra el poste derecho de Courtois. Y gracias...
Minutos más tarde, intentó hacer un amago ante Oriol Riera, y al final, ni hizo amago, ni se llevó el balón. El delantero osasunista emprendió la carrera, pero Godín, al cruce, salvó la papeleta a su compañero de zaga.
La tercera de Miranda (brillante habitualmente, pero ayer se lució) llegó ya en el segundo acto. Entonces, controló mal un balón cerca de la frontal y Armenteros le robó la cartera. Por fortuna, el centrocampista rojillo la mandó fuera tras recortar a Godín.

PERO DIEGO COSTA SIGUE ON
Sin embargo, para el segundo y tercer error, el Atlético de Madrid ya mandaba en el marcador merced a un hombre que hace mucho que no falla. Diego Costa.
A los 17 minutos, un balón abierto por Koke que parecía que se perdía lo salvó Juanfran tirándose a ras de césped, centro raso al punto de penalti, y remate junto al palo de Diego Costa (1-0).
Sólo cinco minutos después, Koke recibe sin oposición en el flanco derecho, y unir la palabra Koke a “sin oposición” en los tiempos que corren es mucho peligro para el rival. Balón colgado al área por el guante de Milinko Koke, y testarazo poderoso de Diego Costa a la red (2-0).
Por entonces, uno de mis compañeros de butaca me comentaba que había apostado un 3-1 en el Comunio. “Te quedarás corto”, le dije convencido. Al final se pasó.
Al borde del descanso, una falta colgada al área fue rematada en área chica y sin oposición por Oriol Riera (2-1). El encargado de cubrir al delantero catalán era el desaparecido Insúa. Uno que demostró que no debe entrar en muchas rotaciones...

SEGUNDA PARTE SIN HISTORIA
La segunda mitad tuvo poco que salvar. Osasuna dio muestras de su inoperancia y del porqué ocupa el puesto en la tabla que ocupa. Salv
o la ocasión de Armenteros narrada más arriba (por el fallo de Miranda), nada.
Por su parte, Diego Costa pudo firmar el hat trick en una jugada en la que pecó de egoísta con Leo Baptistao en mejor posición (se la tiró a Andrés Fernández al cuerpo).
Y en los minutos finales Arda Turan falló un mano a mano por lo que suele fallarlos. Por pasarse de bueno. Recortó por dos veces a Loties cuando pudo tirar de primeras, y al final se le echó encima un segundo zaguero y la cruzó en exceso.

DE VUELTA AL BERNABÉU
Al final del choque, la hinchada rojiblanca animó más que nunca, ya que, aunque un 2-1 ante Osasuna pueda parecer poca cosa, ganar seis de seis partidos no es pecata minuta. No en vano, es ya el mejor inicio en la historia del Atlético de Madrid, igualando los de la 1991-92 y de la 1964-65.
En los últimos minutos, el Calderón recordó a sus jugadores el cántico (que tan buen resultado dio en la Final de Copa) de “que se enteren los vikingos, quien manda en la capital”.
El sábado, volvemos al Bernabéu. Con Diego Costa en el equipo cualquier cosa es posible. Si tienen oportunidad, vayan comprando sus entradas para la final del Mundial en el Estadio de Maracana, Rio de Janeiro. Es muy probable que lo vean allí. Con Brasil... o con España. Quién sabe.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Un equipo fiable

Cada vez que veo al Atlético de Madrid del Cholo Simeone un adjetivo me viene de forma más recurrente a la cabeza: fiable.
Dice la Real Academia Española de la lengua que fiable es: 1- una persona digna de confianza; 2- que ofrece seguridad o buenos resultados; 3- creíble, fidedigno, sin error.
Y cuando leo la definición pienso: falta la foto del Cholo Simeone con el escudo del Atleti al lado.

LA FIABILIDAD DEL CHOLO
En estos casi dos años Simeone ha demostrado ser una persona digna de la mayor de las confianzas. Convirtió un equipo desecho, en mitad de tabla y eliminado de la Copa bajo el mando de Manzano, en un bloque campeón que batió todos los registros en la UEFA Europa League. En ese primer medio año el camino por la Liga fue titubeante, pese a lo que estuvo a sólo dos puntos de entrar en la Champions (5º).
Pero en su primera temporada de inicio comenzó goleando en la Supercopa de Europa al Chelsea; fue capaz de convertir al Atlético de Madrid en el tercer clasificado con más puntos en toda la historia de la Liga (76, cifra con la que muchos equipos han sido campeones en las dos últimas décadas); y, sobre todo, volvió a colocar al Atlético de Madrid como campeón de España, de la Copa del Rey, 17 años después, derrotando al Real Madrid tras 14 años.
Con estos datos queda bastante claro que es un hombre “que ofrece seguridad o (y) buenos resultados”.
Es creíble y fidedigno, con su forma de hablar transmite a la perfección los valores de este club, y este año más que nunca ha conseguido llegar al último término de la tercera acepción y ha convertido al Atlético de Madrid en un equipo “sin error”.
Como me dijo mi amigo Ger, “el Atleti con el Cholo ya no tiene cagadas con equipos como el Racing (5-1 en 2009) o el Hércules (4-1 en 2011)”, como ocurría en años recientes.
Ahora, cuando se enfrenta a equipos inferiores como Rayo (5-0), Almería (4-2) o Valladolid (0-2), los supera. Y además lo hace con autoridad y solvencia.

FLOJA PRIMERA PARTE
Da igual que el partido sea un sopor durante la primera parte. Como aficionado sabes que el Atleti tendrá su oportunidad y que, si la aprovecha, lo más probable es que gane, ya que es un conjunto al que es muy difícil hacer goles (encajó 31 goles en 38 jornadas el año pasado, y éste lleva cuatro tantos en cinco partidos).
Da igual que la primera llegada al área sea a la media hora, en un buen pase en profundidad de Gabi para Manquillo (estuvo muy incisivo el chaval, sobre todo en la segunda parte), cuyo envío atrás lo saca la defensa del Valladolid; da igual que el único tiro a puerta de la primera parte se lo haga el rival, muy peligroso eso sí, en una gran falta colgada al área por Koke que Rueda despeja contra su larguero; y da igual que Villa se marche al descanso sin tocar bola o que el único al que haya encarado Diego Costa sea al linier (¡Menudo cara a cara en los primeros minutos que el árbitro asistente le aguantó! Pero como siga con esa actitud, un día nos va a costar un disgusto).

PASO AL FRENTE EN LA SEGUNDA
Todo da igual, porque sabes que en algún momento el Atleti del Cholo dará un paso al frente y que no se conformará con el empate. Ese paso adelante llegó nada más iniciarse el segundo acto.
Un buen centro de Koke al que no llegó Villa fue el primer aviso. La certeza de que algo había cambiado la dio Raúl García con un testarazo en el 55, de nuevo a corner de Koke, que salvó Mariño a bocajarro. Un minuto después, el navarro la mandó a la red.
Koke la pone desde la esquina, la zaga pucelana despeja, el rechace cae de nuevo a pies de Milinko Koke, que de volea la devuelve al corazón del área y allí, de cabeza, Raúl García la prolonga a la red ante la impotencia de un Mariño que esta vez sólo puede acompañar la parabola con la mirada (0-1).
Gran gol de Raúl García que sigue acallando a sus detractores con tres goles en tres partidos de titular. Aunque ayer no fuera especialmente un buen encuentro el suyo.

PICHICHI DIEGO COSTA
El que ya no tiene detractores, y si los tiene les pisa el cuello, es Diego Costa. El Valladolid se quedó grogui con el gol, y sólo dos minutos después el brasileño recibió un regalo de la defensa pucelana, en posición franca para el disparo rompió a Rueda con un bonito recorte, pero en el mano a mano con Mariño se la tiró al cuerpo.
A la segunda no fallaría el carioca. Gran pase a la espalda de la zaga pucelana de, quién si no, Koke, y Diego Costa, veloz, se planta solo ante Mariño y esta vez se la cruza perfecto con la derecha (0-2).
Cinco goles en cinco partidos de Diego Costa (lleva ya la mitad de goles en Liga que el año pasado, 10) que se sitúa a sólo uno del intratable Messi.

Y CONTROL ABSOLUTO
De ahí al final, con Arda Turan (que descansó) ya en el campo, el Atleti controlaba el partido con una suficiencia pasmosa, que engrandecía aún más el adje
tivo de fiable.
Otra de las virtudes de Simeone, es que ha convertido en real la frase de que en este equipo todos se sienten importantes. En los minutos finales saltaron el Cebolla Rodríguez y Leo Baptistao, y en una jugada entre ambos, el uruguayo estuvo a punto de marcar en un potente disparo (con la derecha) que repelió Mariño. Todos tienen hambre.
El Valladolid sólo pudo acercarse al gol en una ocasión. En una gran jugada personal del colombiano Osorio, que recortó de lujo a Miranda (enorme el partido del brasileño, que debió ser la única ocasión en la que fue superado), dribló también a Courtois, pero se encontró con la intervención salvadora de Manquillo, que se lanzó al suelo para salvar su disparo, en una acción parecida a la de Juanfran en la final de Copa.

MEJOR INICIO DESDE 1991
El Atleti suma 15 de 15. No es líder porque el imparable Barça le metió cuatro al Rayo, pero iguala su mejor inicio de Liga desde 1991 (superando al del Doblete, que en la quinta jornada empató).
Esa temporada (91-92) Valderrama jugaba en el Valladolid. Y ahora lo hace Valdet Rama (me hizo mucha gracia leer el nombre del centrocampista kosovar).
Y esa temporada, el Atleti era un equipo plagado de canteranos con Aguilera, López, Solozabal o Toni como titulares. Anoche, cuatro canteranos, Manquillo, Gabi, Mario y Koke, fueron de la partida. ¿Sólo casualidad? Lo dudo. Sobre todo por lo de Valdet Rama.

jueves, 19 de septiembre de 2013

El Increíble Atleti

Llegaba el Zenit de San Petersburgo como primer rival para el Atlético de Madrid en su regreso a la Champions tres temporadas después. Y lo hacía con pocos nombres conocidos para el aficionado español más allá de Kerzhakov, que tuvo un discreto paso por el Sevilla de poco más de un año; un Arshavin venido a menos que ayer fue suplente (tras sus mejores tiempos en el propio Zenit, rindió a gran nivel en la Eurocopa de 2008, lo que le valió su traspaso al Arsenal, pero con 32 años afronta ya el ocaso de su carrera); y una figura que emerge sobre el resto: la de Givanildo Vieira de Souza. Para que todos me entiendan, el Increíble Hulk. Internacional brasileño de 1,80 de altura y 85 kilos de peso que ya sabía lo que era marcar y ganar en el Calderón en la Champions, tras el 0-3 de la 2009-10 (en el que también marcó Falcao).

NO ERA EL ATLETI DE 2009; TAMPOCO EL OPORTO...
Pero el Atleti que ayer se encontró enfrente Hulk no es el Atleti triste y abúlico de finales de 2009, que hizo el ridículo en la Champions (aunque luego le valiera para ganar la UEFA Europa League), y, todo sea dicho, el equipo para el que milita ahora tampoco es ya el Oporto. Así que, aunque el delantero brasileño hizo lo suyo (que lo hizo, con un golazo), los de Simeone le demostraron que hoy por hoy, el Increíble, es el Atleti. El equipo. El conjunto. En toda su magnitud.

YO PRONOSTIQUÉ UN 3-0
Había cierto miedo en los aledaños del Calderón en la previa. Y yo a todo el que me cruzaba le decía que ganábamos 3-0. A mi amigo César, con el que compartí previa y post partido; a Jaime, el dueño del bar Cabo Fisterra, al que suelo ir los días de partido; a Santi Riesco, al que fui a saludar antes de que comenzase el choque. Él, más medroso, pronosticaba un 2-1. “Y se adelantan los rusos”, me decía. Menos mal que no acertó.

UN ZENIT METIDO ATRÁS
Pero empezado el choque, pese a que el Cholo había dado al Oporto y al Zenit como favoritos del grupo por su mayor experiencia en la competición (el Zenit quedó el año pasado tercero con 7 puntos en el grupo del Málaga (12) y el Milan (8); y el año anterior cayó en octavos ante el Benfica), los rusos se plantaron metidos atrás como hace cualquier Valladolid, Elche o Celta cuando llegan al Manzanares, con todos los respetos para ellos.
El Atleti era el que hacía circular la pelota de derecha a izquierda, aunque sin demasiada fluidez, y la máxima novedad en el once, Adrián, que se enfrentaba a una nueva oportunidad ante la baja del sancionado Diego Costa, parecía motivado en el inicio del choque y conseguía un corner en una rápida cabalgada por banda. Con la clase, la velocidad,y la fortaleza de este chico, no me explico todavía la triste temporada del año pasado. Me alegro de que se haya quedado, y confío en él.

MIRANDA, COMO EN LA FINAL DE COPA
La mejor ocasión del Atleti llegó en un robo de Mario en medio campo (gran partido del canterano) que se coló en el área y la dejó para Koke, pero éste disparó muy cruzado.
Los minutos pasaban y parecía que llegaríamos al descanso con el 0-0, pero en el 40, un corner botado una vez más de forma magistral por Milinko Koke lo cabeceó a la red en el primer palo, poderoso, Miranda (1-0). El tanto fue un calco al de la Final de Copa. Y seguro que no será el último de esta factura. Aún antes del intermedio Godín pudo emular a su pareja de zaga, pero su remate se marchó alto y con él llegó el descanso.

EL ZENIT DESPERTÓ...
El comienzo de la segunda parte del Zenit dio la sensación al respetable de que en el primer acto tan sólo se habían dedicado a mirar. Del 57 al 62, cinco minutos de terror. Cabezazo de Kerzhakov y paradón abajo con la manopla derecha de Courtois; golazo de Hulk para poner el 1-1 tras un tremendo zurdazo lejano (y el clásico gestito echándose la mano a la oreja que me hace pensar, parafraseando al fallecido Andrés Montes: ¿Por qué todos los chulos se ríen igual...?); y falta de Kerzhakov que hace temblar al larguero de Courtois y a los 40.000 presentes...

EL 2-1, LA SÍNTESIS DEL ATLETI
Cinco minutos de terror que hace pocas fechas habrían terminado en final de tragedia en el Vicente Calderón. Pero con Simeone esto ha cambiado. Y ya lo dijo el Cholo en rueda de prensa: “El gol de Arda Turan es la síntesis del Atleti: lucha y perseverancia”.
Cuando peor lo estaba pasando el Atleti, cuando el puñetazo del Increíble Hulk parecía haberlo noqueado, pasó lo único que podía resucitarlo. Falta envenenada por Koke que despeja Lodigin; volea de Miranda que rechaza un defensa; disparo de Arda Turan que rebota en otro zaguero, pero a la cuarta, el turco insiste, la pelea, y el enésimo despeje le rebota y termina en la red. 2-1, la fiesta continúa.

De ahí al final, se vio que el Zenit ya había dado todo lo que podía dar y fue el Atleti el que buscó más. Godín volvió a rondar el gol en un par de cabezazos, Villa lo buscó en una falta al palo del portero, y Koke, magistral, también lamió el gol.
Pero lo encontró Leo Baptistao. El chico, que ya demostró su valía en pretemporada, tiene hambre. Bajó un balón en línea de tres cuartos, la pone para Arda y, aunque el turco buscó a Villa, el brasileño se cruza y se la lleva hasta la cocina, para ajustarla al palo largo de Lodigin (3-1).

La fiesta era completa. Mi pronóstico del 3-0 sólo se vio empañado por Hulk. Pero el brasileño, que no oía allá por el minuto 60, finalmente se quedó con la copla de que en el Calderón, el único Increíble, es el Atlético de Madrid. Con mayúsculas, sí.

martes, 17 de septiembre de 2013

Como si el tiempo se hubiera parado

Mis seguidores más añejos (que conozcan mi blog desde hace al menos cinco años: Fernando, Ángel, Tomi, Julio, Santi...) quizá recuerden el post que a continuación voy a reproducirles. Se perdió con mi viejo blog (que me lo borró Google en 2009 por un error...), pero el documento que le dio origen (casi un manuscrito) aún pervive. Se trata de la pequeña crónica que escribí, con sólo 14 años, del Atlético de Madrid-Steaua de Bucarest. Era nuestra vuelta a la Copa de Europa 19 años después. Mi primera vez... Mis primeros pinitos como “periodista”.
En aquel post (de 2008), uní mis recuerdos de esa primera gran cita (4-0 al Steaua en 1996, con doblete de nuestro actual entrenador) con mis sensaciones al regresar a la Champions tras once años de ausencia (0-3 al PSV).
Ahora, tras tres temporadas sin Champions (aunque repletas de títulos), quiero rememorar esos sentimientos en este nuevo retorno. Porque volver a escuchar la musiquilla de la Champions siempre invita a echar la vista atrás... como si el tiempo se hubiera parado.

EL DEBUT EN LA CHAMPIONS EN 1996
Es 11 de septiembre de 1996. Estoy jugando al tirar faltas con unos amigos del instituto (Gorka, Rocha y Raúl), cuando me percato de que la hora se me ha echado encima. Son casi las 20:30 y no quiero perderme ni un minuto del partido. No en vano, es la primera vez que voy a ver al Atleti jugar la Copa de Europa. Voy corriendo a casa y escucho el himno de la Champions por fin con mi equipo en el televisor. Merece la pena, el Atleti disputa un gran partido, gana y golea: 4-0 al Steaua de Bucarest, con doblete de Esnaider y Simeone.

Es 16 de septiembre de 2008. El instituto e incluso la universidad quedan lejos ya. He pedido salir una hora antes del trabajo para reunirme con mi novia y mi padre en un bar de Carabanchel. Son casi las 20:10 y no quiero perderme ni un minuto del partido. No en vano, es la primera vez en once años que voy a ver al Atleti jugar la Copa de Europa. Voy corriendo al Metro y, una vez en el bar, vuelvo a escuchar el himno de la Champions por fin con mi equipo en el televisor. Merece la pena, el Atleti disputa un gran partido, gana y golea: 0-3 al PSV Eindhoven, con doblete de otro argentino, como antaño, el Kun Agüero, y un gol de un apátrida que ha vuelto a casa, Maniche.

Ese 11 de septiembre de 1996 no había miedos. El Atleti había sentado cátedra en España el año anterior y con Radomir Antic el fútbol rojiblanco era siempre valiente. Además, como único representante español en la añeja Copa de Europa (ya con el formato Champions), nuestro país no tenía otro remedio que “contar” con nosotros para lograr el éxito continental.

EN 2008,  MIEDO, PERO CONFIANZA
Ayer, si había miedos. Aunque confianza. A los pocos segundos, un centro desde la derecha hace intervenir por primera vez a Leo. Uno se teme un nuevo planteamiento timorato de los de Aguirre. Pero a los 30 segundos un pase de Luis García deja solo al Kun, aunque el argentino falla y detiene Issakson. Era sólo un aviso.
Apenas transcurridos unos minutos el Atleti suma otro par de ocasiones. Y en el nueve, el 0-1. Simao se interna por la izquierda, Maniche aparece desde atrás como sólo él sabe hacerlo y el balón cae a pies de Luis García, que la pone a boca de gol donde Agüero lo canta. La Champions y el Kun empiezan con buen pie.
El público que abarrota el Philips Stadium pronto se muestra desangelado. Luis García hoy parece inspirado. Aparece, busca los espacios e incluso lucha. Tanto él como Simao llegan con soltura desde segunda línea y arriba, Kun y Forlán también parecen sueltos.
Pero a la media hora llega la primera y única mala noticia. El uruguayo se rompe en una carrera y tiene claro que no puede seguir. Tres semanas de baja y pronto vienen curvas.
Sin embargo, Sinama sale enchufado y pronto explota su mejor virtud: su velocidad. Humilla en banda izquierda al defensa holandés con un autopase y la pone al primer palo. Allí aparece Agüero y según hace el control se sabe que acabará en gol. Fusila con la zurda y 0-2. Muy mal se tiene que dar.

HABRÁ QUE GANAR ALGO
Europa ya sabe de primera mano quién es el Kun Agüero. Le comento a mi padre que este año habrá
que volver a meterse en Champions y ganar algo si queremos retener a este chaval.
Es pura dinamita. Y tierna inocencia. De momento... Después en El Larguero declara sentirse “muy contento aquí” y ratifica su deseo de “seguir”.
La primera parte termina con una rápida salida de Leo Franco fuera del área con la que vuelve a reivindicar su puesto. Una Liga entera para Coupet es mucha Liga.
La segunda es otra historia. Con una clara ventaja los de Aguirre se echan atrás y la estrella local, Afellay, demuestra su pegada. Pero todos son intentos lejanos que Leo Franco resuelve con suficiencia. Y no hay tiempo para temores. En el nueve de la segunda (como en la primera) Simao inicia la contra, la pone para Luis García, que cede de primeras, con caño incluido, y quién aparece. ¿Kun? No, Maniche. El portugués vuelve a demostrar ser el mejor mediocentro de la plantilla y pone el 0-3. Un centrocampista de área a área de los que predica Aguirre.

BANEGA ESTRENA CAMISETA, BONITA, POR CIERTO

El partido ya está resuelto y, aunque muchos esperamos el cuarto (las malas costumbres), es el PSV el que lo intenta de todas las maneras. Pero la mayoría son pelotazos desde cualquier distancia. De ahí la estadística: 21 tiros, sólo cinco a puerta.
En uno de los disparos entre los tres palos Leo se la saca a Lazovic. No era el día de los rojiblancos (de Holanda), sino de los azul intenso de la Ribera del Manzanares (me encantó la nueva equitación, con ese contraste con el rojo fuego). Incluso Banega pudo estrenar camiseta.
El Atleti ha vuelto a la Champions y ha demostrado que tiene nivel para estar allí. Una victoria ante el Olympique de Marsella dará medio billete a octavos. Después vendrá la montaña rusa. Disfrútenlo. Se lo merecen.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Un Atlético líder “con sentimiento”

La foto que ilustra mi crónica es la del Cholo Simeone celebrando el tercer gol del Atlético de Madrid ayer
frente al Almería. La imagen no es buena (es una captura de pantalla de un vídeo), pero creo que se aprecian la sonrisa y los brazos en alto del Cholo, suficiente para expresar la extraordinaria pasión con la que el argentino vive el Atlético de Madrid y su profesión. “Una pasión que se transmite”, le dije a mi padre.
Sus aspavientos eran especialmente eufóricos porque el gol fue marcado en una bonita jugada ensayada. Fruto de una pizarra que sin duda el Cholo aprendió de Radomir Antic (con quien marcó tantos goles de cabeza a balón parado) tras pelotas medidas por Milinko Pantic. Ahora, el sucesor del serbio es “Milinko” Koke (le robo el apodo a Tomi. Genial), aunque ayer no participase en la jugada que nos ocupa.

PERTENENCIA
Simeone no sólo ha sabido transmitir esa pasión a sus futbolistas, sino que ha sido capaz de inculcarles esa palabra sobre la que los atléticos de corazón nos lamentábamos por su ausencia en los últimos años: el sentimiento atlético.
Una palabra que es mucho más que eso. Que debe brotar desde dentro, y que Simeone saca a colación muy a menudo. Los dos últimos ejemplos, esta misma semana.
A raíz de la renovación de Juanfran, el argentino manifestó que era una gran noticia, ya que el alicantino es un jugador “con un gran sentimiento de pertenencia al Atlético, lo que es muy importante”.
Ayer, después del partido, Simeone volvía a señalar como clave del éxito rojiblanco este sentimiento: “Este vestuario está unido porque los jugadores tienen un compromiso, una pertenecia. Están involucrados...”.

VILLA VOLVIÓ A MARCAR
Y así, con ese sentimiento de pertenencia, saltó el Atlético de Madrid al Vicente Calderón a buscar su cuarta victoria consecutiva liguera.
A los pocos minutos, el citado Juanfran gana una lucha aérea y la pelota queda para Raúl García (séptima temporada en el club) que realiza una bonita media chilena que se pierde alta.
Al cuarto de hora, el propio Juanfran pone un centro al área y tras tocar un zaguero de cabeza, la bola llega en el segundo palo a Villa, que se saca una preciosa volea con la zurda al palo largo de Esteban (1-0). El Guaje acaba de llegar, pero sabe del nivel de exigencia del club (ya lo dijo el Cholo) y no le ha hecho falta mucho para irse rápidamente al fondo sur a celebrar los goles.

ESTABA EN SANTIAGO CON MI ABUELO
No pude ver el tanto. Porque me encontraba en Santiago de Compostela visitando al abuelo que aún me queda (el padre de mi padre) al que pude enseñarle mi micrófono de la COPE (lo que no pude hacer con mi abuelo materno). Fuimos fuera a comer pulpo, y cuando llegué a un bar para ver el partido (minuto 20), comprobar que ya íbamos ganando me hizo darme cuenta de lo fuerte y fiable en lo que se ha convertido este equipo.
Tan fuerte como mi abuelo, que a sus 90 años resiste como un roble y goza de buena salud. La historia de porqué vive en Santiago (es madrileño y del Athletic), ya la conté en años precedentes en este blog. Pero resumiendo, le tocó plaza en una residencia pública allí y aceptó marcharse con la idea de volver a los dos años (cuando le permitían el traslado a Madrid sin perder la plaza). Sin embargo, allí volvió a encontrar el amor (mi abuela murió cuando yo sólo tenía dos años) y se casó por segunda vez a la tierna edad de 73 años... y hasta hoy.

LA PASIÓN DE DIEGO COSTA
Y es que la pasión es lo que mueve el mundo. Y pasión es lo que derrocha Diego Costa. Un hombre que para triunfar en el Atleti ha tenido que superar cuatro cesiones (Celta, Albacete, Valladolid y Rayo...) y que ahora podría jugar el Mundial con Brasil... o con España...
El brasileño es capaz de sacarse una chilena de un balón que se le queda atrás (casi la mete por la escuadra) o de romper a Trujillo varias veces en una carrera vertiginosa en la que parecía el Kun con tanto recorte.
Una pasión que le ha convertido en el primer lanzador de penaltis en el Atleti (ante la sorpresa de todos), por delante de un consumado especialista como es David Villa. De esta suerte, el brasileño puso el 2-0 tras una pena máxima cometida sobre Filipe Luis. Lo de su compatriota es otro caso aparte de crecimiento exponencial como rojiblanco. Dejando a un lado los delanteros, debe ser el futbolista que más pisa el área. Su velocidad para dejar atrás a Rafita y superar a Pellerano, impresionante.

El partido parecía finiquitado, pero el Almería, que fue un digno rival, recortó pronto distancias gracias a un Rodri en estado de gracia (cuatro goles en cuatro partidos). El delantero andaluz remató un centro desde la derecha, le tapó bien Giménez (que jugó un buen encuentro en su debut), pero se quedó con el rechace para fusilar a Courtois (2-1). Y así llegó el descanso.

RONDABAN EL TERCERO
En la segunda mitad eran los almerienses los que tenían más posesión, pero los madrileños ponían las ocasiones. En cuarto de hora, Koke reventó el larguero, Gabi pegó una volea espectacular desde fuera del área que encontró una palomita a la altura de Esteban (qué tiempos cuando competía con el Mono Burgos en la portería del Atleti...), y después fue Raúl García el que tiró lamiendo el poste tras un precioso control. “Están rondando el tercero”, comentó mi padre.

Y LLEGÓ
Y llegó el tercero. Falta peligrosa. Mientras le decía a mi padre que con Villa habíamos recuperado un lanzador de faltas (especialidad huérfana tras la marcha de Simao), Gabi se adelanta a todos y se la pone rasa a Tiago (aquel que hace tres años lloró en Barcelona por perder la final de Copa), que hace un precioso control orientado con la derecha para ponerla junto a la cepa del poste con la zurda (3-1). El portugués estaba solo en la frontal, y no vi una sola bronca entre los defensas almerienses ¿Falta de pasión?
Dos goles en sus dos partidos de titular suma Tiago, que a punto estuvo de marcar otro con un fenomenal tallazo lejano ante el que volvió a lucirse Esteban. ¿De verdad hacía falta Guilavogui?

...Y EL CUARTO
El Almería bajó los brazos y el Atleti se empezó a gustar. Sólo tres minutos después (en el 67), gran jugada de toque por la derecha, Juanfran la pone atrás para Raúl García y su centro-chut lo remata de tacón Koke (canterano del que no hace falta decir mucho sobre su “sentimiento de pertenencia”). 4-1. Goleada, partidazo y liderato. Posición que el Atleti no ostentaba pasada la segunda jornada desde el Doblete (ese año también se ganaron los cuatro primeros partidos. Y se empató en el quinto).
Aleix Vidal puso el 4-2 en el descuento, pero el tanto no empañó la fiesta ni el primer puesto, después de que el Barça ganara con muchísimos apuros (en el 93 y tras polémica) al Sevilla.

LA PASIÓN...
La pasión de Simeone, de Juanfran, de Villa, de Diego Costa, de Tiago, de Koke... el sentimiento de pertenecia, ha permitido que una plantilla mucho más modesta que la de Madrid y Barça lleve ya dos temporadas luchando con ellos en lo más alto de la tabla. Y es que con pasión, se puede hacer cualquier cosa. Ya que a veces también en el fútbol “lo esencial, es invisible a los ojos”. Y ahora la Champions. Sueñen, atléticos, sueñen. Así lo ha querido el Cholo.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Inicio de campeón

La temporada pasada el Atlético de Madrid hizo una primera vuelta de sobresaliente. 15 victorias, un
empate (la primera jornada en Levante), y sólo tres derrotas (Mestalla -jornada 10-, Bernabéu y Camp Nou). Unos números espectaculares que dieron para llegar al ecuador del campeonato segundo... a nueve puntos del Barça (18 victorias y un empate... con el Madrid).
Este año el Atleti ha empezado aún mejor. Tres triunfos en tres jornadas, diez goles a favor, sólo dos en contra, y victorias en campos tan complicados como el Sánchez Pizjuán (1-3) y ayer un estadio de Champions como Anoeta (1-2).
Un inicio casi idéntico al del año del Doblete (1995-96): tres de tres, con diez goles a favor y sólo uno en contra (4-1 a la Real; 0-4 al Racing; y 0-2 al Athletic).
Pero la diferencia es sustancial. Entonces, con tamaño comiezo, el Atleti se colocó líder, sólo acompañado por el Espanyol, también con nueve puntos.
Por detrás, con siete, el Barça (se dejó un empate con el Mérida 2-2), el Betis, y el Compostela de Fernando Vázquez. ¿El Real Madrid? El Real Madrid era 13º sumando ya dos derrotas (1-2 con el Athletic y 2-3 con el Oviedo...).
Ese año, el Atlético de Madrid terminó campeón con 87 puntos, cuatro por delante del Valencia (2º), siete del Barça (3º) y 17 del Madrid (6º).


AHORA NO SE PUEDE SOÑAR
Pero ahora. Ahora las cosas son muy distintas. Los nueve de nueve vuelven a dar sólo para ser segundos, el Barça es líder con once goles a favor y dos en contra tras vencer en Mestalla, el retornado Villarreal haría las veces del Espanyol y el Real Madrid... el Real Madrid también está ahí, sin enamorar, pero contando sus partidos por victorias. Y con súper Bale ya fichado...
En la campaña 1995-96 también se hablaba del partido a partido, pero conforme avanzaban las jornadas, los Penev, Kiko, Simeone, Caminero, Pantic y compañía comenzaban a creer (se terminó la primera vuelta con 49 puntos, aventajando en diez al Barça y en 16 al Real Madrid...).
Ahora, por muchas jornadas que el Atleti aguante sin caer (el año pasado fueron diez) se sabe que más tardarán en hacerlo Barcelona y Real Madrid. O que si lo hacen antes, irremisiblemente lo harán en menos ocasiones después...

DE LA PLAYA, A “ANOETA”
Así que un día más, uno se marcha de la playa con el tiempo calculado para ver en el bar al Atleti. Llegas con tus amigos (todos madridistas) cuando el partido lleva cinco minutos, y te dicen que la Real ha pegado ya un disparo al larguero (Griezmann en una volea con bote). Se te mete un poco el susto en el cuerpo sabiendo la solvencia con la que los txuri urdin han dejado fuera al Lyon en la Champions. Sin embargo, con el paso de los minutos uno se tranquiliza porque el claro dominador del encuentro es el Atleti.
Y uno vuelve a pensar en cómo pueden ser tan abismales las diferencias en esta Liga, en la que, pese a plantarle cara, uno apenas huele la bola con el primero, y en cambio domina con abrumadora claridad en el estadio del cuarto...

VILLA ACERTÓ A LA CUARTA
Fruto de ese dominio, los del Cholo llegan al área de la Real tocando, y en una gran triangulación Diego Costa-Arda-Koke-Villa el asturiano se queda en posición franca para marcar, pero la pega lamiendo el poste derecho de Bravo.
Sólo tres minutos más tarde, en el 15, un error garrafal en el despeje de Íñigo Martínez se la regala de nuevo a Villa. Esta vez el Guaje afina más puntería, pero la bola se marcha fuera tras tocar el mismo palo de Bravo.
“Se va acercando”, dice mi amigo JAS. “La tercera seguro que no la falla”, vaticino yo.
Pero la tercera tampoco entra. Koke pega un pase genial de unos 40 metros, Villa la baja de lujo, pero bien tapado por los centrales y la salida de Bravo, el portero chileno despeja su remate a corner. Fue a la cuarta...
Y fue con un poco de fortuna. Pero con una definición exquisita. Villa tira la pared con Diego Costa, el brasileño la devuelve larga, pero Ansotegi despeja como si delante tuviera a su hermano pequeño... y tenía al Pichichi de España. Se lleva el rebote, y sutil picadita para superar a Bravo. 0-1. Su primer gol en Liga. El segundo como colchonero. El 314 oficial en su carrera...
La Real no experimentó reacción alguna ante el gol rojiblanco. Bien al contrario, el Atleti seguía llegando y Diego Costa tuvo un par de incursiones (una de ellas con un sombrerito incluido), pero en una la desbarató la zaga realista y en otra finalizó con un tiro flojo. Así, con un solo equipo sobre el campo, se llegó al intermedio.

OTRA JUGADA PRECIOSA
Comienza la segunda parte y el panorama no cambia demasiado. La Real pasa auténticas penurias para sacar la bola desde atrás y en cambio el Atleti la toca de lujo. “Está muy fuerte el Atleti este año”, me dice mi amigo Curro. “El año pasado también”, le respondo. “Ya, pero este año más”, me replica. Y la verdad es que parece que sí. La jugada del 0-2 es un ejemplo.
Idénticos protagonistas a la primera jugada de peligro del choque. Diego Costa para Arda, el turco para Villa, que le dobla, y centro desde la izquierda de primeras para que Koke remate con la derecha lanzándose al suelo y la ponga imparable para Bravo (0-2). El “Bravo” era para el fútbol del Atleti.
Los rojiblancos lo bordaban y casi llega el 0-3 en una jugada de pizarra muy repetida este año. Miranda la peina en el primero, y por poco no la engancha Costa en el segundo.

LA REAL SE ENCHUFA CON UN GOLAZO
Pero el Atleti se emborrachó de autosuficiencia y la Real se animó gracias a un desliz rojiblanco. Granero, recién entrado, saca rápido una falta lateral cogiendo a la retaguardia atlética despistada y Xabi Prieto decide engrandecer la viveza de su compañero con un obús a la escuadra de Courtois (1-2). Quedaban 20 minutos y el genial centrocampista vasco (que ya marcó la temporada pasada el único gol del partido del Calderón, rompiendo 820 minutos de imbatibilidad de Courtois) metía emoción al partido.
Quien más lo celebró fue mi amigo Curro. No porque sea realista. Ni muy antiatlético. Sino porque tiene a Xabi Prieto en el Comunio. Y también a Courtois. Lo que le tuvo durante el partido en un sinvivir. Ésta fue su lectura del tanto. “Me viene bien porque a XP le darán puntos porque ha sido un golazo y Courtois no podía hacer nada...”.

Y COURTOIS SALVA LOS TRES PUNTOS
El partido fue avanzando con una calma tensa. La Real era ahora quien tenía el balón, pero no llegaba. Sin embargo, me hacía lamentar que el Atleti hubiera cedido su protagonismo ante lo incierto del marcador. Que pudo cambiar en el arreón final.
En el 89, centro desde la izquierda, remate abajo de Granero y paradón a bocajarro de Courtois, que celebró con rabia una estirada con el mismo peso que un gol.
Dos minutos más tarde, volea de Rubén Pardo buscando la escuadra y el portero belga que manotea el balón como quien mata a una mosca.

Al final, el Atleti me permitió irme a casa un día más con una sonrisa y mantiene su extraordinario arranque. Sólo una sonrisa era comparable a la mía en aquel bar de San Juan de los Terreros (Almería), la de Curro, feliz con el golazo de Xabi Prieto y los paradones de Courtois.