El Atlético de Madrid sacó un triste empate a cero de Riazor el pasado sábado en un partido gris, dentro de una temporada que está empezando a hacérsele muy larga con el tercer puesto casi asegurado hace meses, la segunda plaza malograda la semana pasada ante el Real Madrid, y fuera de Europa y con la clasificación para la Final de la Copa del Rey obtenida desde febrero.
Y es que, como todo en la vida, hay que saber poner fin a las cosas a tiempo. De lo contrario, alargarlo de manera innecesaria acaba por ensuciarlas y lo que podría ser un recuerdo bonito se empaña y se estropea.
Esto es algo que también pasa con las relaciones. En ocasiones, hay que saber dónde terminarlas cuando éstas decaen o los problemas las hacen insostenibles, ya que de lo contrario, sin intención, podemos hacer que su final sea más doloroso.
Tengo un amigo, poeta para más señas, que un día me hablaba del valor de una retirada a tiempo. “Hay un momento en una relación en la que, si le pones punto final en ese instante, siempre dejarás abierta la posibilidad de que, en un futuro, la chica pueda volver. Sin embargo, si pasas una línea en la que por estirarlo demasiado tensas la cuerda, puedes provocar que la chica te coja tírria y nunca más quiera saber de ti”, me explicaba. Un poeta sabio.
En este sentido, hay otro refrán que dice que “una relación es como un cristal. Si se rompe e intentamos reconstruir los pedazos, puede que acabemos haciéndonos más daño”...
EL OBJETIVO LLEGÓ MUY PRONTO
El Atlético de Madrid, como el Barça con la Liga, ha conseguido su objetivo primigenio (la Champions) demasiado pronto, lo que puede provocar (como en Can Barça) que si no se logra el premio más anhelado (ganar al Real Madrid en la Final de Copa el 17 de mayo) la temporada parezca un fiasco, cuando un tercer puesto habría sido firmado por muchos a principio de campaña (no es mi caso, ya que valoro en gran medida el éxtasis y lo legendario de un título).
No jugó el Atleti en Riazor mucho peor que en Getafe hace un mes. Ni fue un partido excesivamente más romo que el de Málaga hace dos meses. Simplemente fue uno más. Un triste partido más fuera de casa, en el que la buena noticia es que Courtois ya suma más de seis encuentros a domicilio sin encajar un tanto (0-3- Valladolid; 0-0- Málaga; 0-2- Osasuna; 0-0- Getafe; 0-1- Sevilla; 0-0- Deportivo), lo que le convierte, en el total, en el portero de la historia del Atlético de Madrid que más veces ha acabado con la portería a cero en una temporada (19 jornadas ya). Veremos si la racha se mantiene en Vigo y en Zaragoza, y ese cero en su puerta durase también en el Bernabéu... Pero no. Con el Madrid las únicas rachas que se mantienen son las negativas...
Así que sólo fue un partido más. Pero precisamente es eso, que es uno más, con el Valencia a 13 puntos (la Champions ya está matemáticamente atada, que no es poco) y la Real a 11 (acaba de perder en Getafe), con la meta tan cerca, y el final tan próximo, lo que genera una falta de motivación y hace que la intensidad no sea la adecuada. Y eso, en el fútbol como en la vida, mata. En ocasiones es necesario ver las cosas difíciles, o incluso perdidas, para luchar por ellas. Cuando tenemos un objetivo, aunque apetecible, muy a nuestro alcance, tendemos a descuidarlo y a no luchar por él. En ocasiones es recomendable verlo lejos para darnos cuenta de su importancia.
UN PASEO POR LA PLAYA DE RIAZOR
Con ese objetivo tan próximo y el segundo puesto olvidado (digan lo que digan los jugadores, demuestran lo contrario) el Atlético se paseó por Riazor en la primera parte como si lo hiciera unos metros más abajo, en la playa...
Sólo un derechazo a las nubes del Cebolla tras un buen amago (sigue siendo intrascendente cuando sale de titular), una doble ocasión en el área para Godín y Miranda que finalizó en nada (no les podía caer a nadie peor) y un derechazo de Falcao por encima del travesaño, fueron los únicos tímidos acercamientos.
En el Depor, lo más peligroso fue una internada de Bruno Gama que cayó en el área derribado por Miranda. Pero el árbitro no vio nada.
Los coruñeses llegaron menos aún que los madrileños. Eso sí, sigue dando gusto ver revolverse sobre sí mismo en cada lance a Don Juan Carlos Valerón, doblándose y levantándose, como un junco, ante las acometidas del rival. Jamás perdiendo la pelota. Va a cumplir 38 años, pero habría que inventar una Ley que prohibiera la retirada de jugadores como éste.
En la segunda mitad el Atleti salió con la misma intención de llevarse los tres puntos (escasa) y el Depor parecía decidido a firmar las tablas.
Pero en los últimos 20 minutos, el Cholo dio entrada a un par de futbolistas que no habían firmado nada, Arda Turan y Óliver Torres, que hicieron que en el tramo final pareciera que los rojiblancos sí querían. El dominio fue suyo, y se materializó en un trallazo de Gabi que sacó astillas a la misma escuadra (no está teniendo suerte este año con el gol el capitán. No ha marcado un solo tanto...) y un centro de Arda que se paseó por las botas de Miranda y de Godín y que terminó alojándose por el segundo palo de Aranzubía. Pero el árbitro anuló el tanto.
Por más repeticiones que he visto, yo creo que ninguno de los dos centrales toca (en el momento del centro un zaguero del Depor rompe el fuera de juego) por lo que creo que el gol debió ser legal.
PUDO SER MEJOR... Y PUDO SER PEOR
Pudo ser mejor, porque era el minuto 89. Pero pudo ser peor, porque en el 93 un “gili-corner” sacado por el Atleti (jamás entenderé esta suerte de estropear una jugada de ataque y convertirla en un tiro en el pie) terminó en una contra comandada por Riki en la que Evaldo sacó un disparo contra el brazo de Juanfran. Por fortuna, como en todo el choque, Ayza Gámez miró para otro lado.
Sin embargo, mirar para otro lado no suele tener consecuencias positivas y el Atlético de Madrid debería haber sellado antes su pasaporte para la Champions para evitar estos últimos coletazos en los que está manchando un gran año. Precisamente Barça y Atleti se verán las caras el próximo domingo en el Calderón y puede que los culés canten el alirón en nuestro estadio y que los colchoneros se queden sin fiesta alguna pese a haber logrado el premio con solvencia.
El 17 de mayo puede producirse una explosión de júbilo que haga este año inolvidable. De lo contrario, puede que la campaña termine en el recuerdo como una más. Es lo que tienen los finales... que siempre marcan demasiado nuestra visión del trayecto...
1 comentarios :
Una buena crónica. El Atleti estaba dejandose ir en las ultimas jornadas. Pero por suerte ya le puso pinto final a la temporada ayer en Balaidos con un buen partido. A ver si mantienen la racha con el Madrid. Aunque a Courtois le rompieron la imbatibilidad ya.
Saludos
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