Lo saben
hasta en Azerbaiyán... el Atleti necesita un milagro para pasar a los octavos
de la Champions.
Cuando la
noche de Halloween, el 31 de octubre, el Atleti no pasaba del empate (otra vez...)
con el desconocido Qarabag, ésa era la palabra más repetida en los medios de la
prensa española: "El Atleti necesita un milagro"... "a la espera
de un milagro"... "sólo seguiría vivo en Champions con un
milagro"...
PRECEDENTES ENGAÑOSOS PARA EL MILAGRO
PRECEDENTES ENGAÑOSOS PARA EL MILAGRO
Conforme
fueron pasando los días, se buscaron "precedentes" a ese milagro: el
Oporto en la 2004-2005; el Stuttgart en la 2009-2010; y el Manchester City en
la 2014-2015 pasaron a octavos en situaciones igual o, incluso, más complicadas
que las del Atleti, con sólo tres y hasta dos puntos a falta de dos jornadas.
Esta terna
de equipos hicieron sus deberes y ganaron sus dos últimas jornadas, por
supuesto, pero para completar el milagro el cuarto en discordia (el equipo del
que necesitaban un favor para completar el milagro) no era precisamente un
debutante azerí en la Champions... el Chelsea y el Bayern de Múnich fueron los
cooperadores necesarios para arrancar puntos en el otro partido del grupo y que
Oporto y Manchester City lograsen el milagro; y en el caso del Stuttgart los
alemanes incluso dependían de sí mismos. Ganando sus dos partidos, pasaban. Y
así lo hicieron.
NO HAY ANTECEDENTES DEL QARABAG EN ROMA...
Que el
Atleti gane en Londres no será tarea sencilla, pero ya se ha hecho (1-3 hace
sólo tres años, en semifinales). De una victoria o un empate del Qarabag en
Roma no hay antecedentes... Tampoco de una derrota, dirán los optimistas.
Les seré
sincero, tenía más esperanzas depositadas en que los azerís hubieran puntuado
con el Chelsea en Bakú. Los ingleses habían patinado consecutivamente en su
doble duelo con la Roma y tenía fe en que el Qarabag pudiera complicarles las
cosas en su feudo. De hecho, hasta el "curioso" penalti y expulsión
del 0-1, los azerís habían hecho temblar a los ingleses, tiro al larguero
incluido.
JORNADA 14
ATLÉTICO 2-1 REAL SOCIEDAD Goles: Filipe Luis y Griezmann.
Lo del
sábado en el Metropolitano no fue un milagro, pero fue un bonito precedente.
Llegaba la
Real Sociedad tocada, muy tocada, tras su eliminación copera con el Lérida. Pero
sigue siendo un equipo que juega bien al fútbol, con buen trato del balón, y
que llegó a ser líder hasta la jornada tres con otros tantos triunfos. Si
encima le otorgas ventaja, puede complicarte mucho las cosas. Y fue lo que
hicieron los rojiblancos.
LES DIERON UN GOL DE VENTAJA...
LES DIERON UN GOL DE VENTAJA...
Como si de
un hermano mayor se tratase, el Atleti pareció querer regalar un gol de salida
a los txuri urdin. Primero fue Thomas el que se jugó un pase cruzado casi en la
frontal de su área que acabó en pies de Xabi Prieto, quien cedió a William José
y éste, con todo a favor, la mandó alta. Después el propio Xabi Prieto estrelló
contra Oblak un buen ataque vasco. A la tercera fue la vencida. Oyarzabal se
planta mano a mano ante Oblak, llega antes que el meta esloveno, se adelanta la
pelota hacia el lado izquierdo y Oblak llega tarde. No tiene intención de
derribarle, pero lo hace. "¿Qué hace? ¿Se quita o qué? No puede
desaparecer...", le decían Koke y Gabi desesperados al árbitro. Pero Jaime
Latre pitó penalti. Y William José lo transformó fuerte y por el centro (0-1).
Tres penaltis ya lleva en contra en Liga el Atleti, el que más. Ninguno a
favor. El único...
...Y ENTONCES EL ATLETI EMPEZÓ A JUGAR
El gol sentó
de maravilla al Atleti, ya que ahí empezó su partido. Un partido contrarreloj,
ya que tenía una hora para remontar. Desaprovechar la oportunidad de ponerse a
seis del líder tras el tropiezo del Barça habría sido doloroso.
Así que se
puso manos a la obra y pensó que Correa, Pichichi rojiblanco hasta el
sábado, sería la mejor solución. Primero le dejó solo ante el portero Gameiro,
pero se la sacó Rulli. Después le dejó solo ante el portero Gabi (con un gran
pase en largo), pero se la sacó Rulli.
Y recién
reanudada la segunda parte, fue Koke el que regaló el gol a Correa, esta vez
con Rulli en el suelo, y Correa la mandó por encima del larguero... Soy de Correa, desde que llegó su desparpajo
y su técnica me cautivaron. Es un futbolista capaz de hacer cosas diferentes.
Pero no se pueden perdonar tres como las que marró el sábado...
FILIPE SE ECHÓ EL EQUIPO A LA ESPALDA
FILIPE SE ECHÓ EL EQUIPO A LA ESPALDA
Y hablando
de futbolistas diferentes, por entonces Filipe Luis ya se había echado al
equipo a la espalda. El brasileño, capaz de hacerte lo mismo una crítica de
cine que el cubo de Rubik, que hablarte de ciencia, ya estaba convertido en
extremo puro. Primero cedió un balón que terminó con un disparo envenenado de
Koke que salvó Rulli. Y después puso el empate. La jugada la inició Saúl con
una galopada prodigiosa por la derecha en la que tumbó a Illarramendi,
literalmente. Su centro al segundo palo lo bajó con el pecho Filipe Luis,
recortó con la zurda y la pegó con la diestra (1-1). Esta vez Rulli ni la vio.
El Atleti
siguió insistiendo. Pero Rulli estaba enorme. Hizo un paradón increíble abajo a
cabezazo de Griezmann, y poco después sacó una volea de Torres (recién
entrado).
Ya había
perdido la cuenta de las veces que me había levantado de mi asiento (ése que ya
me voy aprendiendo por dónde queda) y me había tapado la cara con la bufanda,
resignado.
Fue un acoso
y derribo, con la afición entregada y el equipo de la mano. La causa cada vez
parecía más cerca... Pero no llegaba.
Y ME VOLVÍ A SENTIR COMO EN CASA
Y ME VOLVÍ A SENTIR COMO EN CASA
Hasta el 87.
Koke pone un centro pasado y allí Saúl repite una jugaba vista unos minutos
antes, aún con 0-1 (que acabó en gol anulado). La prolonga de cabeza y en el segundo poste (literalmente)
aparece Griezmnn para enviarla a la red (2-1). No vi ni quién metió el gol. La
prolongación de Saúl fue tan buena que en mi zona de la grada ya se estaba
celebrando el tanto antes de que entrara. Los abrazos, como con el gol del
empate, se repartieron por doquier. Sobre el césped, el equipo era una piña. En
la grada, la afición también.
Y por
primera vez en estos dos meses y pico de mudanza, me sentí como en casa. Y por
primera vez en estos diez partidos como local, experimenté sensaciones como las
vividas en el Calderón. Recuerdos de algunas remontadas épicas de esas que no
se olvidan. Y, aunque fuera por unos minutos, uno fantaseó con los milagros. Aunque
tengan que pedirlos de Azerbaiyán... Que ya casi estamos en Navidad.
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