martes, 12 de mayo de 2020

Diez años desde que el Atleti salió de la amnesia en Hamburgo

Difícilmente nada de lo que escriba hoy podrá superar las crónicas que relaté en este blog hace justo diez años.
La historia de cómo un jueves 6 de mayo de 2010 me sentía obligado a renunciar a viajar a Hamburgo porque no encontraba acompañante, y la idea de ir solo a aquella Final me parecía "una locura". Por número de socio no me tocaron entradas, y, aunque conseguí dos a través de un patrocinador, tuve que decirle a mi intermediario que renunciaba a ellas "porque no tenía con quien ir". El vuelo (difícil de encontrar por menos de 500 euros) hacía echarse para atrás a cualquier posible acompañante.

FUI AL CALDERÓN "A ECHAR UN VISTAZO A VER SI NO HABÍA COLAS..."
Sin embargo, el viernes 7 de mayo cuando salí de casa de mi novia (en Madrid) por la mañana, escuchaba en Radio Marca que aún quedaban 700 entradas en taquilla... y no pude resistirme a acercarme al Calderón "a echar un vistazo a ver si no hay colas"... ¡Y no había colas! Con lo que sólo diez minutos después me encontraba con mi entrada en la mano y compraba el vuelo (ida y vuelta en el día) con la Agrupación de Peñas por 400 euros. "Se te va la pinza, pero si es lo que quieres...", me dio 'permiso' mi novia. Y era lo que quería, sin duda. Estaba loco, pero ¡bendita locura!

EL ATLETI LLEVABA 24 AÑOS SIN JUGAR UNA FINAL EUROPEA
Eran otros tiempos. El Atleti llevaba 48 años sin ganar un título europeo (la Recopa de 1962), 24 años sin llega a una Final en Europa (la Recopa de 1986 perdida contra el Dinamo de Kiev), y 14 años sin ganar un título (desde el Doblete de 1996 con Radomir Antic).
Así que yo echaba mis cuentas y pensaba "para la próxima Final europea a la que llegue el Atleti ya tendré más de 50 años y no sé yo cómo tendré la cosa para ir...". Si alguien se me hubiera acercado aquella mañana de 2010 junto a las taquillas del Calderón y me hubiera dicho que en menos de una década el Atleti iba a llegar a cuatro Finales europeas más (sin contar con ésa) me habría reído en su cara... y habría comprado la entrada igual.

"NO VAS SOLO, VAS CON 12.000 TÍOS TAN LOCOS COMO TÚ"
"No vas solo, vas con 12.000 tíos que están tan locos como tú", me respondieron en un comentario en este mismo blog. De hecho, allí me esperaban varios conocidos, como Jorge Olmos, Sergio Medina, o Juanjo. Y tuve la oportunidad de echarme como amigo a Rubén, con quien años más tarde viajaría a la Final de Champions en Lisboa.
Todavía recuerdo el temor porque el vuelo pudiera cancelarse, ya que el mes anterior un volcán islandés de nombre impronunciable (Eyjafjalla) había entrado en erupción y una enorme nube de ceniza ensombrecía los cielos de Europa impidiendo el despegue de muchos aviones en todo el continente. Con más de tres horas de retraso salimos de Madrid... pero salimos (Las seis horas tirados en el aeropuerto de Hamburgo en la vuelta no fueron por el Eyjafjalla... ¡Suerte que estábamos de buen humor!).

MI PRIMERA FAN ZONE
Una vez allí, las fotos junto al río Elba, cómo me impresionó la Fan Zone (¡Era la primera vez que me veía en una igual!), y el camino rumbo al Hamburg Arena, atravesando un bosque en el que había casi más alemanes que árboles ofreciendo entradas de reventa a precio de saldo (Como siempre, la UEFA cubriéndose de gloria).
Dentro del estadio el ambiente espectacular, con el Fondo Norte y una pequeña parte de los Laterales teñidos de rojiblanco. No recuerdo gran cosa del partido en sí, salvo la sobresaliente actuación de Forlán, que antes de sus dos goles estrelló un balón en el palo, y los infinitos nervios por la incertidumbre del resultado.

MI YO DIEZ AÑOS MÁS JOVEN LES CUENTA EL FINAL DE LA FINAL...
Y, mejor que yo, les dejo con mi yo diez años más joven para que les cuente cómo vivió la jugada del Kun Agüero que dio origen al decisivo gol de Forlán, la ceremonia de recogida del trofeo y lo que esos instantes suponían:

Y la amnesia se acabó en Hamburgo
"...El Atleti lo busca, pero no lo encuentra. Pero entonces algo pasa. Un balón largo, perdido, de esos que sólo gana el Kun, es salvado sobre la línea por el argentino. Le gana la partida a Hughes y se perfila hacia el área. Entonces levanta la mano. La izquierda. Ahí está. Mira dónde está la Copa. Y alguien lo ha visto. Es Forlán. Que corre raudo al primer palo y recoge el mensaje de Agüero. Mete su bota derecha, la Bota de Oro. Lo justo. No hace falta más. El gigante de dos metros Hangeland no llega. Schwarzer tampoco. El balón está dentro. ¡Gooool! ¡Gooool! ¡Gooool!
Me abrazo a los desconocidos que me rodean esa noche como si fueran mis hermanos.
Miro el reloj. Minuto 116. Sé que somos campeones. Y entonces, sin haberme dado cuenta, me percato de que mis ojos están empañados. No puedo reprimirlo. Entre esa neblina de lágrimas contenidas veo los últimos minutos. No puedo parar. No lo entiendo. Y me acuerdo de mi novia, que me dice que soy de hielo y que nunca lloro. Esos cinco minutos, fueron probablemente cinco de los minutos más intensos de mi vida.
Éramos campeones. Campeones de Europa. Me abrazo con Juanjo. Me tiro fotos con su bandera de España con el escudo del Atleti. Y con desconocidos que pensaba que eran amigos.
El “We are the champions” suena por el Atlético de Madrid. Por fin los cañones de confeti se
disparan por nosotros. Y el himno del Atleti resuena en Hamburgo.
Abajo, Forlán, Agüero, Domínguez, De Gea, Quique... los héroes de esta Copa de la UEFA, que pasarán por siempre a la historia, pasean la Copa.
Y entonces, el escudo del oso y el madroño se miró en el reflejo de esa Copa, en el frío metal convertido en sueño. Cerró los ojos, volvió a mirar. Y entonces se dio cuenta, se reconoció: soy el Atlético de Madrid. Y recuperó la memoria. Por favor, no la pierdas nunca".

"UN GRANDE SIN MEMORIA"
Aquel epílogo respondía al nombre de mi blog, "Un Grande Sin Memoria". Muchos me preguntaron por el motivo del nombre, aunque en esa época estaba claro. Lo creé en el año 2005-2006, como un trabajo más en la carrera, en el que pretendía relatar la historia del Atlético de Madrid, un grande, pero que en aquellos años grises andaba sumido en la mediocridad más absoluta, incapaz de recordar quién era.
Aquella noche el Atlético de Madrid recuperó la memoria. Y, aunque sin duda en esta década ha reverdecido viejos laureles y ha dado muestras de haber superado esos años de amnesia, nunca me he planteado cambiar un nombre que ya tiene cierta solera. En cualquier caso, me alegro de que el Atleti ya no haga honor al título de mi blog. Y es bonito recordar que todo empezó un día como hoy hace diez años, entre esos bosques de Hamburgo.        

1 comentarios :

UFA747 dijo...

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