Sobre todo por la manera en la que se ganó. El Atlético derrotó al campeón de la Champions y del triplete en Italia con solvencia, con autoridad, y con un 0-2 que refleja lo visto sobre el césped del Louis II de Mónaco: una victoria seria y holgada.
Para los rojiblancos supone su vigesimotercer título oficial: nueve Ligas, nueve Copas, una Supercopa de España; una Recopa, una UEFA, una Supercopa de Europa y una Intercontinental.
Lo que sólo deja hueco en las vitrinas del Calderón para la tan ansiada Champions League.
REYES Y AGÜERO, PROTAGONISTAS
Como pronostiqué en la previa, la velocidad y la chispa de Reyes y Agüero debían ser claves para obtener el triunfo. Y así fue. No sólo porque hicieran los goles, que también, sino porque sus ganas, su atrevimiento, y sus constantes encaramientos a la defensa rival percutieron de forma pertinaz en el conjunto interista, hasta que se derribó su muralla.
KUN Y EL ATLETI, CRECIENDO
¿Saben uno de los motivos fundamentales que han llevado a Agüero a continuar en el Atlético y a que éste haya sido uno de nuestros veranos más tranquilos (en cuanto a rumores de salidas) en los últimos años? El ganar títulos. El hecho de que el Kun pudiera disputar la temporada pasada dos finales, ganando una de ellas, y que el viernes pudiera proclamar en Mónaco que “ahora en Europa saben que somos un grande”, han afianzado a este chaval, de 22 años, a querer seguir de rojiblanco.
Fernando Torres creció más rápido de lo que lo hizo el Atlético, pero ahora el equipo está creciendo a la par del Kun Agüero, tan fuerte y tan deprisa como su hijo Benjamín, que en año y medio ya ha visto a su papá levantar dos copas.
Sergio Leonel fue el principal artífice de este triunfo frente a un campeón de Europa que comenzó asustando con tres llegadas consecutivas. Pero fue un espejismo.
El 10 rojiblanco cogió los galones y desde el minuto cinco ya se convirtió en un constante zumbido para los zagueros neroazzurros, cuando cayó derribado en el área ante el acoso de Chivu.
A la media hora, se coló en el área y remató fuera con la zurda, y antes del descanso, tras una preciosa pared con Reyes, se plantó solo ante Julio César, pero quiso reventar la final y la pegó muy desviada.
Mientras, el utrerano aparecía en todas partes, encarando por derecha e izquierda, forzando faltas y revolviéndose entre camisetas negriazules.
¿Y en el Inter? Sólo Maicon daba miedo con su poderosa zancada cuando se aproximaba al área de De Gea, y Etoo buscando un resquicio acostado al flanco izquierdo, siempre bien tapado por Ujfalusi y Perea. ¿Y Sneijder? ¿Quién...?
Como pronostiqué en la previa, la velocidad y la chispa de Reyes y Agüero debían ser claves para obtener el triunfo. Y así fue. No sólo porque hicieran los goles, que también, sino porque sus ganas, su atrevimiento, y sus constantes encaramientos a la defensa rival percutieron de forma pertinaz en el conjunto interista, hasta que se derribó su muralla.
KUN Y EL ATLETI, CRECIENDO
¿Saben uno de los motivos fundamentales que han llevado a Agüero a continuar en el Atlético y a que éste haya sido uno de nuestros veranos más tranquilos (en cuanto a rumores de salidas) en los últimos años? El ganar títulos. El hecho de que el Kun pudiera disputar la temporada pasada dos finales, ganando una de ellas, y que el viernes pudiera proclamar en Mónaco que “ahora en Europa saben que somos un grande”, han afianzado a este chaval, de 22 años, a querer seguir de rojiblanco.
Fernando Torres creció más rápido de lo que lo hizo el Atlético, pero ahora el equipo está creciendo a la par del Kun Agüero, tan fuerte y tan deprisa como su hijo Benjamín, que en año y medio ya ha visto a su papá levantar dos copas.
Sergio Leonel fue el principal artífice de este triunfo frente a un campeón de Europa que comenzó asustando con tres llegadas consecutivas. Pero fue un espejismo.
El 10 rojiblanco cogió los galones y desde el minuto cinco ya se convirtió en un constante zumbido para los zagueros neroazzurros, cuando cayó derribado en el área ante el acoso de Chivu.
A la media hora, se coló en el área y remató fuera con la zurda, y antes del descanso, tras una preciosa pared con Reyes, se plantó solo ante Julio César, pero quiso reventar la final y la pegó muy desviada.
Mientras, el utrerano aparecía en todas partes, encarando por derecha e izquierda, forzando faltas y revolviéndose entre camisetas negriazules.
¿Y en el Inter? Sólo Maicon daba miedo con su poderosa zancada cuando se aproximaba al área de De Gea, y Etoo buscando un resquicio acostado al flanco izquierdo, siempre bien tapado por Ujfalusi y Perea. ¿Y Sneijder? ¿Quién...?
Y LLEGÓ EL GOL
En la segunda mitad los protagonistas continuaron siendo los mismos. En el 52, Agüero no conseguía salir airoso entre una maraña de piernas italianas, y tres minutos más tarde, rompía a un rival con un recorte eléctrico, pero la zaga interista cortaba la jugada.
Y en el minuto 62, llegó por fin. Los protagonistas todos los conocen, y, tras una doble pared, el utrerano entró en el área, trastabilleado, como quien pisa un campo de minas, pero aún tuvo la frialdad de recortar a Maicon y pegar a la pelota al palo corto de Julio César.
Los atléticos se coronaban como Reyes de Europa.
Todavía quedaba media hora por sufrir. El Inter, adormilado, amenazaba con una reacción furiosa, con sacar a relucir el orgullo de campeón, de aquel que busca toda la gloria para sí, como el Barcelona del año pasado. Pero no ocurrió. No hubo réplica interista, no hubo toque a rebato, no hubo asedio.
El Atlético continúo con su dominio sostenido, y mientras Agüero continúo haciendo de las suyas.
Y es que quería su gol. Y mientras Forlán, todavía sin ritmo, se asentaba en el banquillo maldiciendo su cambio, que le alejaba del anhelado Balón de Oro, pudo contemplar como su pareja hacía el segundo y definitivo.
Simao, sorprendente titular en detrimento de Fran Mérida y Jurado (hay quien dice que como premio a los del año pasado, pero yo eché de menos el premio a Antonio López), quiso sumarse a la fiesta, y con una internada hasta línea de fondo regaló el tanto al que más lo había buscado por sí mismo.
En la segunda mitad los protagonistas continuaron siendo los mismos. En el 52, Agüero no conseguía salir airoso entre una maraña de piernas italianas, y tres minutos más tarde, rompía a un rival con un recorte eléctrico, pero la zaga interista cortaba la jugada.
Y en el minuto 62, llegó por fin. Los protagonistas todos los conocen, y, tras una doble pared, el utrerano entró en el área, trastabilleado, como quien pisa un campo de minas, pero aún tuvo la frialdad de recortar a Maicon y pegar a la pelota al palo corto de Julio César.
Los atléticos se coronaban como Reyes de Europa.
Todavía quedaba media hora por sufrir. El Inter, adormilado, amenazaba con una reacción furiosa, con sacar a relucir el orgullo de campeón, de aquel que busca toda la gloria para sí, como el Barcelona del año pasado. Pero no ocurrió. No hubo réplica interista, no hubo toque a rebato, no hubo asedio.
El Atlético continúo con su dominio sostenido, y mientras Agüero continúo haciendo de las suyas.
Y es que quería su gol. Y mientras Forlán, todavía sin ritmo, se asentaba en el banquillo maldiciendo su cambio, que le alejaba del anhelado Balón de Oro, pudo contemplar como su pareja hacía el segundo y definitivo.
Simao, sorprendente titular en detrimento de Fran Mérida y Jurado (hay quien dice que como premio a los del año pasado, pero yo eché de menos el premio a Antonio López), quiso sumarse a la fiesta, y con una internada hasta línea de fondo regaló el tanto al que más lo había buscado por sí mismo.
ME RECORDÓ A UN TÍTULO DE HACE 18 AÑOS...
No hubo tiempo a sufrir, no lo había habido, ni siquiera un penalti en el último minuto, que evocó nuestro habitual tendencia a complicarnos, dio lugar al temor.
Cuando De Gea replicó a mano cambiada el disparo de Milito, vino a mi mente, salvando las distancias, aquel triunfo de hace 18 años. También 0-2, también con un penalti detenido (por Abel a Michel), también ante el todopoderoso, y también valió un título.
Los maldicientes dicen que disfrutemos, que estas alegrías sólo llegan cada 14 años. Pero yo sé que no es así. Yo sé que esta larga travesía que se ha llevado mi adolescencia y parte de mi juventud ha sido sólo la excepción. Yo sé que estos títulos (con los que he tenido la fortuna de fotografiarme, ya que Cerezo estuvo el sábado en Telemadrid -¡Por cierto, no vean cómo pesa!, la Copa, Cerezo no sé...-) son sólo el principio de un camino a seguir. Ahora, la exigencia debe ser mayor. Este equipo,debe mirar a los títulos de frente.
No hubo tiempo a sufrir, no lo había habido, ni siquiera un penalti en el último minuto, que evocó nuestro habitual tendencia a complicarnos, dio lugar al temor.
Cuando De Gea replicó a mano cambiada el disparo de Milito, vino a mi mente, salvando las distancias, aquel triunfo de hace 18 años. También 0-2, también con un penalti detenido (por Abel a Michel), también ante el todopoderoso, y también valió un título.
Los maldicientes dicen que disfrutemos, que estas alegrías sólo llegan cada 14 años. Pero yo sé que no es así. Yo sé que esta larga travesía que se ha llevado mi adolescencia y parte de mi juventud ha sido sólo la excepción. Yo sé que estos títulos (con los que he tenido la fortuna de fotografiarme, ya que Cerezo estuvo el sábado en Telemadrid -¡Por cierto, no vean cómo pesa!, la Copa, Cerezo no sé...-) son sólo el principio de un camino a seguir. Ahora, la exigencia debe ser mayor. Este equipo,debe mirar a los títulos de frente.
2 comentarios :
Hola José:
Ya me gustaría a mí y a todos poder disputar la Supercopa de Europa o la de España todos los años.
Lo mejor no hacer caso a lo que dicen los envidiosos.
Respecto a lo de Torres del Mundial.
Lo que más me fastidió fueron los comentarios implícitos, las más de las veces, explícitos, de vez en cuando, que se realizaban con respecto a su bajo rendimiento. En algunos casos, hasta culpándole del mal inicio de campeonato. Esto me llevó a salir en su defensa, porque creo que no se lo merecía.
Sigo pensando lo mismo. Se dejó mal aconsejar, le entraron las prisas. Escuchó a demasiados voceros que decían que el Atleti nunca ganaría títulos y mira tú por donde, este año dos. Y si no se comete ninguna tropelía creo que celebraremos algunos más no tardando mucho.
Ahora Torres está en un lío. Porque el Liverpool está en destrucción vendiendo a sus mejores jugadores y, otros que lo han sido, Gerrard está en el ocaso de su carrera.
Un saludo.
Supercampeones !!!!
Que suerte José de poder tocar la copa.
Un saludo
Publicar un comentario