Elijan ¿Barça o Madrid?

Ya sé, ya sé. No hay que vender la piel del oso antes de haberlo cazado. Ya sé que queda el “nuevo” Sevilla de Unai Emery por delante, en lo que supone una gran oportunidad de vengarse de aquel título que cantamos como nuestro, pero que voló a Sevilla (Pueden leer aquí mi crónica de aquella Final de Copa del Rey de 2010 in situ: “Nosdeben una Copa”).

Ya sé que la ida vuelve a ser en el Calderón, y que es posible que no esté Falcao...

Pero desde que Diego Costa marcó el 0-1 gracias al regalito de Amaya (cómo se ha notado que su hermano jugó en el Atleti), en realidad desde antes, uno ya estaba pensando en quién preferiría en la Final...

MÁLAGA, BARÇA, MADRID...

En el partido posterior, el Málaga-Barça (2-4), no sabía con quién ir. El conjunto malacitano plantó cara a los blaugranas hasta el final, y uno no podía evitar cantar los goles blanquiazules en solidaridad con el más débil. Pero uno pensaba: si pasan, ¿no pondrán más fácil el camino del Madrid a la Final?

Aunque luego uno dice: Bueno, como comentan algunos, qué mejor oportunidad de romper trece años sin derrotar al Real Madrid que en una Final y con un título de por medio. Sería una magnífica manera de poner punto y final a esa penosa racha. ¡Y en el partido más decisivo! Pero claro, si no les ganamos ni en los amistosos... ¿Lo vamos a hacer en una Final?

Y te vienen a la mente pesadillas con un gol blanco tempranero...

Entonces piensas que mejor el Barça. Que sí, que meta el tercero Iniesta. Y el cuarto Messi... Que los culés se nos dan mejor. Pero claro, ante semejante apisonadora... ¿Realmente podremos con ellos...?

Así que uno concluye que lo que tenga que ser, será, y que en cualquiera de los casos lo importante es disputar esa Final y, de ganarla, la gloria está garantizada ante uno de los gigantes del fútbol mundial.

EL ATLETI SIGUE CUMPLIENDO

Lo importante es que los de Simeone sigan haciendo los deberes. Y a fe que lo están haciendo.

Salió el Atleti bien plantado y sin agobios. El duelo Campbell-Filipe por la banda diestra sevillana prometía, pero por el momento lo ganaba el brasileño, que hasta se permitía el lujo de sacarla jugada rompiendo al extremo costarricense.

Y arriba, Diego Costa hacía promesas de olvido a Falcao, con una tremenda jugada en la que se marchó de dos, caño incluido, y forzó una amarilla a Perquis.

Pero olvidar siempre es difícil. Deja marcas. Y el brasileño bien que lo comprobó, quedándosele la cara hecha un cromo (como refleja mi foto) después de un codazo de Ángel, que hizo paradójico honor a su nombre.

Como es habitual, el brasileño estuvo en todas las refriegas. Pero ésta vez no las buscó y se llevó la peor parte. También pasa a menudo. Que el que menos lo busca, es finalmente el más dañado.

CONTROL EN CAMPO CONTRARIO

El Atlético controlaba el partido donde mejor hay que hacerlo: en campo ajeno. Diego Costa, Adrián, Koke y Arda se aliaban en línea de tres cuartos para tocar y tocar nadando a favor de la corriente. Para eso, el turco es el Rey. Ralentizando el juego para proteger una ventaja, hay pocos como él.

El Betis no se acercó más que con un cabezazo desviado de Rubén Castro. Mientras en el Atleti, Diego Costa volvió a no encontrar a Adrián a su altura, y en una gran pared entre ambos, el asturiano terminó lanzando blando a las manos de Casto.

Muy gris la temporada del 7 rojiblanco, que se ha ganado muchos detractores, aunque yo todavía le espero en esta recta final. Su clase es innegable, y tiene que salir.

Y cuando parecía que la escasez de ocasiones y el ritmo plácido y pausado del partido llevaría al descanso con el 0-0, patadón al cielo de Sevilla de Miranda, Amaya que cede sin mirar (o sin escuchar), Casto que sale sin avisar (o con un enemigo por defensa), y Diego Costa, el más listo, que pasa por allí y barre para casa empujando a puerta vacía el regalo del hermano de Iván (0-1).

El Villamarín se tiró toda la noche coreando el nombre de Diego Costa. Aunque cambiándole el segundo apellido. Buena señal. Eso es que el chaval se está ganando un nombre.

OTRA SEGUNDA PARTE SENTENCIADA 

Con el tanto, el Betis debía hacer cuatro, y la segunda parte tuvo la poca historia que se preveía. A punto estuvo de poner el segundo al poco de la reanudación Arda Turan, tras una buena jugada personal que repelió Casto.

El Cholo aprovechó para repartir descansos (Emre por Gabi (54), Cebolla por Costa (62) y Raúl García por Arda (72)) y mientras el Betis intentó tímidamente no sumar una nueva derrota, con un par de disparos fuera de Vadillo y Salva Sevilla.

CLOS GÓMEZ ROMPE NUESTRA IMBATIBILIDAD

Para su fortuna, lo consiguió en el 90 gracias a un penalti regalado por Clos Gómez en un salto limpio de Godín en el que Jorge Molina se limitó a no saltar y protestar.

El propio Jorge Molina hizo la igualada con frialdad (1-1) y el tanto sólo sirve para romper la inmaculada portería rojiblanca también en Copa (habría llegado a Semifinales con cero goles en contra (10-1); por los tres del Sevilla (16-3); los cuatro del Real Madrid (15-4); y los cinco del Barcelona (19-5)).

El Sevilla es el último escollo para nuestra cuarta final en cuatro temporadas (seis contando las de Supercopa de Europa), y yo les pregunto a ustedes ¿En la Final, a quién prefieren? ¿Barça o Madrid?