Un Atleti imbatible

Aparece en la RAE una única definición de imbatible: “Que no puede ser batido o derrotado”.

Batir, por el contrario, tiene hasta 27 acepciones. Desde “golpear para destruir o derribar, arruinar o echar por tierra alguna pared, edificio...”, pasando por términos aplicados al deporte como “vencer, ganar a un contrincante” o “superar la marca establecida”, hasta “cardar” el pelo (En Cuba, Uruguay y Venezuela) o “delatar, denunciar” como vulgarismo usado en Argentina, Bolivia y Uruguay...

IMBATIDO DESDE EL 28 DE OCTUBRE

El Atleti lleva imbatido (2- (Dep.) que no ha recibido ningún gol) en el Vicente Calderón desde el 28 de octubre de 2012, cuando Lamah hizo el único gol de Osasuna (3-1) en el minuto 42.

Desde entonces, nueve partidos con la puerta a cero. 858 minutos sin recibir un solo tanto.

Gran culpa de ello tuvo anoche Thibaut Courtois. Especialmente en dos momentos decisivos de la noche.

Minuto 28 de juego. Falta colgada al área rojiblanca, Jorge Molina se revuelve y saca un disparo abajo al que responde Courtois. La pelota llega a Perquis, cuyo tiro tropieza en Godín. El nuevo rechace lo recoge Rubén Castro, que vuelve a estrellar la bola en Godín, para que, en el cuarto intento, Vilarchao saque un disparo a la izquierda de Courtois al que vuelve a responder de manera extraordinaria despejando a corner Courtois.

“He celebrado más esta jugada que los dos goles”, me comenta con alborozo Juan, un taxista amigo de Iván del que hablaré más adelante. No fue el único. El estallido de júbilo del estadio ante tamaña congoja por una jugada interminable, fue mayúsculo.

Minuto 48 de encuentro. El Betis sale a la contra con espacios. Campbell pone un extraordinario pase profundo para Jorge Molina, que aparece solo en el segundo palo. El Vicente Calderón vuelve a contener la respiración... y Courtois vuelve a insuflarle aire. El meta belga sale con velocidad a tapar el disparo del delantero bético, al que saca su tiro a bocajarro.

Estas dos grandes apariciones del jovencísimo meta belga fueron suficientes para, junto a un inicio arrollador que se tradujo en los goles de Falcao y Filipe, doblegar al Betis y lograr un resultado excelente de cara a la vuelta.

EL ATLETI "RESUELVE" EN LAS PRIMERAS PARTES

La segunda parte fue mucho más monótona, y de nuevo el Atleti bajó el ritmo, como ya ocurriera cuatro días antes con el Zaragoza.

La conclusión a la que llega mi amigo Iván, que no sé hasta qué punto es acertada, pero sí es ilusionante, es que este Atleti del Cholo ha “aprendido” a sentenciar en la primera parte, y se reserva en la segunda...

“Como el Barça de Guardiola”, le apunté. Que llegaba con 5-0 al descanso, y la segunda se paseaba.

No es igual, pero sí parecido.

Salvando las distancias, el Atleti ya ha llegado recientemente al intermedio del encuentro ganando 2-0 a Betis y Zaragoza, ó 3-0 al Sevilla y al Deportivo...

Así que como quiera que la segunda parte tuvo poca historia, les contaré la primera y los prolegómenos, que fueron más interesantes.

LLEGADA EN TAXI AL ESTADIO

Con las dos entradas que nos regaló el club por nuestra fidelidad ante el Getafe (no me quejo del regalo, sino de que hubiera que ir a recogerlas antes del partido y avisaran con tan poca antelación), me encontré con tres pases disponibles, ya que mi padre decidió no asistir a este partido.

Por la hora, el frío, etc, no encontré más acompañante que mi amigo Iván, atlético de pro de esos de camiseta del Centenario y peinado a lo Rafael. Y fue él quien trajo a su amigo Juan.

Así que fuimos en taxi hasta el estadio, no porque seamos señoritos, sino porque, como apunté antes, Juan es taxista. En la radio, música con canciones del Atleti con un tono de rock. Un ambiente perfecto. Llegando ya al campo, Juan me advierte de que va poco al Calderón “y suele ser cenizo”. Con lo que me pienso un poco si dejarle seguir adelante.

Sin embargo, no hay mal fario suficiente para el Atleti este año, y sumó su 17ª victoria consecutiva en el Calderón.

MANDANDO DESDE EL INICIO

Salió mandando pronto, y un par de galopadas de Diego Costa, que cada día está más crecido, acabaron en sendos corners en los cinco primeros minutos.

Cantamos gol en el seis. Pero la pelota tocó la red sólo por el lateral, en un remate en el segundo palo de Godín.

Y en el once, sí la puso en la red, pero por dentro, el más acostumbrado a ello: Radamel Falcao. Diego Costa volvió a hacer filigranas en el área que parecen contra natura con su físico, y la puso atrás para que Raúl García pusiera un centro perfecto a la cabeza de Falcao. El desenlace de su remate, ya lo conocen (1-0).

El Atleti siguió mandando. Gabi se comía a Beñat en medio campo, Arda ponía la pausa, y el Atleti continuaba con su dominio. Y en el 23, llegó el 2-0. Con Diego Costa a lo suyo, haciendo bicicletas en el área, encuentra a Godín en el primer palo, quien la deja de cara para Filipe Luis que la cruza al palo largo como si no marcara goles sólo de año en año (2-0). Ya hizo uno ante el Getafe, tras año y medio sin ver puerta, y anoche repitió.

Quien más quien más olía a goleada, pero el Betis se encargó de demostrar por qué va cuarto en la cuadruple ocasión citada al principio y en un balón que se paseó por la meta de Courtois sin que llegara Rubén Castro por poco, al borde del descanso.

¿CAMINO DE OTRO DOBLETE?

Al final, el 2-0 se antoja un resultado excelente para ir a Sevilla. En las semifinales, puede que nuevamente haya que visitar la capital hispalense para medirse al equipo homónimo, cuyo odio unió anoche a ambas aficiones, en un estadio repleto de béticos, tanto por el Fondo Norte, como repartidos por el resto del estadio.

En la entrada, un bético recordaba la última eliminatoria entre béticos y colchoneros. En los octavos de final de 1996... “A ver si cómo ese año el Atleti termina ganando el Doblete”, le dije. “Y vosotros entráis en Champions. ¿Firmamos?”.

“Firmamos”, me dijo el paisano bético dándome la mano. Es un buen trato.