lunes, 19 de octubre de 2015

El Bilardismo de Simeone

JORNADA 8- REAL SOCIEDAD 0-2 ATLÉTICO
Goles: Griezmann, Yannick Carrasco.
Seguro que en alguna ocasión habrán oído hablar en el mundo del fútbol de dos términos que, en última instancia, son contrapuestos: el Menottismo contra el Bilardismo.
Hablamos del estilo de juego (que se convirtió casi en religión) de dos entrenadores que consiguieron un mismo objetivo: convertir a Argentina en campeona del mundo. César Luis Menotti lo hizo en 1978 con un juego lindo y vistoso; mientras que Carlos Bilardo lo logró en 1986 con un estilo más pragmático y pétreo.
Hay muchas frases pronunciadas por estos protagonistas que podrían definirlos, pero me voy a quedar con dos:
Menotti: “No me interesa ganar 1-0 de tiro libre. Quiero ganar por haber sido superior al rival, profundizar la idea”. 
Bilardo: “El fútbol profesional es ganar y sólo ganar. Yo soy como Muhammad Alí: durante la competencia no tengo amigos, y a los contrarios, si puedo, los mato y los piso”.
A estas alturas supongo que no hará falta que les explique con cuál de estas dos ideas está más próximo su compatriota Diego Pablo 'Cholo' Simeone. Su pragmatismo en ocasiones recibe críticas por algún sector de la afición colchonera, pero, señores, si se logran los tres puntos, yo no necesito profundizar en ninguna idea.

¿QUÉ ES EL FÚTBOL?
El propio Simeone ha ensalzado en alguna ocasión que el fútbol es un deporte donde, por fortuna, se puede llegar al objetivo (que no es otro que ganar) por diferentes vías.
El sábado se cumplió un clásico de los últimos años: el Rayo Vallecano de Paco Jémez jugó mejor que el Barcelona, lo dominó en el propio Camp Nou (45%-55% en posesión); tiró más a puerta (9/14-8/22); sacó más córners (7-10)... pero perdió. 5-2, además.
En el caso contrario, el paradigma de que ganar no es suficiente lo vimos en España en enero de 1992, cuando Ramón Mendoza destituyóa Radomir Antic como entrenador del Real Madrid cuando era líder con tres puntos de ventaja respecto al FC Barcelona... El nivel de exigencia, por supuesto, era otro. El Madrid de la Quinta del Buitre había levantado cinco Ligas consecutivas (de 1986 a 1990) y no le bastaba con ganar. La temporada anterior el Barça de Johan Cruyff había ganado su primera Liga del Dream Team y ese año, cómo no, se la volvió a levantar al Real Madrid...
¿Qué es el fútbol entonces? ¿Jugar bien? ¿Ganar? ¿Aunar ambas cosas?
Me parece que, obviamente, hay casos y casos. En ocasiones en la vida puede tener mucho más valor un suficiente raspado del alumno más esforzado que un sobresaliente de la mente más privilegiada de la clase.

EL ATLETI VIVIÓ DEL GOLAZO DE GRIEZMANN
Ayer en Anoeta Antoine Griezmann marcó un golazo (ya lleva cuatro en Liga) cuando todavía estaba pidiéndome un pacharán en el bar de turno. Allí nadie lo celebró. Ni el propio Griezmann. Y entre que en el bar tampoco había ningún atlético y apenas acababa de sentarme, sólo acerté a decir "menudo golazo", todavía un tanto incrédulo de que el galo se hubiera colado entre toda la defensa con esa autoridad incontestable (entró entre los dos centrales) y todavía le hubiera dado para definir con un sutil toque picado (0-1).

Ante tamaña obra de arte, el Atleti decidió que podía (o debía) vivir de ella durante un largo trecho. En concreto 90 minutos. Pudo haber matado apenas unos minutos después, tras un gran pase de Gabi que remató Jackson Martínez de forma acrobática. Pero la pelota se estrelló en el larguero, y el linier además levantó la bandera. No tiene suerte el colombiano, al que sigo teniéndole fe. Pero falla en momentos clave y en algunas ocasiones se está mostrando incluso torpe, lo que está haciendo que algunos (entre los que no me incluyo) ya echen de menos a Mandzukic.

LA REAL: TOQUE SIN LLEGADA
La Real tiene mucha clase de medio campo para arriba (Illarramendi, Canales, Zurutuza, Vela...), pero su dominio fue estéril durante todo el choque. Sólo en el segundo acto inquietó algo más la meta de Oblak, con un córner que Jackson no cabeceó en propia puerta por poco, y con un barullo en el área con un remate de Íñigo Martínez contra un defensa, y un pase atrás de Zurutuza en el segundo palo que acertó a conjurar Tiago.

LA POLÉMICA: DEL 1-1, AL 0-2
Los minutos fueron consumiéndose y parecía que los tres puntos se irían del lado rojiblanco, hasta que en el 90, en una nueva melé, Giménez se tiró en el área a despejar un balón de cabeza (a ras de suelo) para evitar el remate de Jonathas. Sinceramente pienso que el uruguayo no toca el balón, aunque las ganas de caerse del brasileño me hacen dudar también muy mucho de que hubiera penalti.
El fútbol es caprichoso y en esa contra el Atleti (que sólo había tirado en el segundo tiempo en un latigazo de Saúl) encontró el segundo. Torres (que está cumpliendo siempre que sale) inició la contra y asistió bien a Yannick Carrasco, que en un primer momento pareció dejarse la bola un poco atrás, pero finalmente terminó definiendo con velocidad y habilidad, y celebrando el gol con rabia tras driblar a Rulli (0-2).

¿Y AL FINAL QUÉ?
Al final, el Atleti venció 0-2 en Anoeta, un estadio históricamente maldito en el que hemos ganado en cinco de nuestras últimas seis visitas; se sitúa cuarto en la tabla con 16 puntos, a sólo dos del trío de cabeza (Real Madrid, Celta y Barcelona); y la próxima semana recibimos al Valencia con la ilusión de seguir teniendo el liderato a tiro.
Con estos datos en la mano ¿a quién le importa cómo jugó el equipo? Cuando llevemos cinco Ligas consecutivas, ya habrá tiempo de exigir jogo bonito.

1 comentarios :

Kike Garrido dijo...

Mejor no se puede explicar!!
Enhorabuena por tu artículo Jose I. Fernández