Goles: Griezmann; Luis Suárez, Messi.
La frase no es mía, es de Diego Pablo Simeone en los micrófonos de Gol
al acabar el Atleti-Barça.
"Estamos vivos. Me quedo con
el segundo tiempo, la reacción, la constancia, la presión, las situaciones de
gol y sobre todo cómo se entregaron. Mientras se entreguen así estamos siempre
cerca de cualquier cosa", afirmó el argentino. Entonces, el entrevistador
repregunta: "Me quedo con esa frase: estamos vivos. Están vivos para el
partido de vuelta, ¿no?".
"No tenga ninguna duda, que
hay partido. Seguro que hay partido", contesta el
Cholo con su convencimiento habitual y con una media sonrisa, entre pícara y
desafiante.
EL CAMP NOU TE ASFIXIA
Pues estamos vivos. Yo también me
quedo con esa frase. Quiero quedarme, pese a la enorme dificultad (seamos
sinceros, está casi imposible) que entraña remontarle un 1-2 en el Camp Nou al
Barcelona. En su estadio, el Barça es un equipo que te asfixia, te acorrala, te
encierra y te martiriza en tu área hasta que consigue su objetivo. Lo hemos
vivido en todas nuestras visitas en los últimos años en las que se ha aguantado
siempre, mejor o peor, pero nunca se logró un triunfo. Los mejores
resultados, tres empates 1-1: en Liga de este año; el ya histórico que nos
dio el título con el cabezazo de Godín; y
otro 1-1 más esa misma temporada en Champions, golazo de Diego Ribas mediante.
ONCE AÑOS SIN GANAR ALLÍ
Curiosamente este domingo se
cumplirán once años de nuestra última victoria en el Camp Nou. 1-3, con un
doblete del entonces Niño en todos los sentidos y otro gol de Maxi. El año
anterior se había vuelto a ganar, 0-2, con otro doblete de Torres. Eran otros
tiempos. Mucho peores, sin duda. Aunque esos triunfos ante el Barça nos
ayudaban a no olvidar que éramos un equipo grande (Un grande sin memoria,
¿recuerdan? En esos años nació este blog...).
Ahora lo somos. No hace falta
recordarlo ni mirar atrás. Pero antes del partido les avisaba en Esto es
Atleti ("Volver a ser
un equipo hijoputa") de que si de fútbol se trataba, ellos
tenían unos cuántos tíos cuya técnica podía destrozarnos. Y así lo hicieron.
LA CLASE DE SUÁREZ Y
MESSI NOS DESTROZÓ
Para nuestra desgracia hubo que
esperar poco. A los seis minutos Mascherano roba un balón abajo a Griezmann,
Luis Suárez recoge la bola en campo
propio... y lo deja en nuestra portería. Entre medias, una carrera de casi
50 metros en la que primero sortea a Godín y después deja atrás a Savic con un
autopase antológico, para terminar una jugada pletórica de clase y potencia con
una definición sutil a la izquierda de Moyá (0-1). Empezar perdiendo tan
pronto en una eliminatoria, ante un rival de la entidad del Barça, no era
precisamente buen presagio.
No se descompuso, sin embargo, el
Atleti. Respondió pronto con un cabezazo Godín (del que dos personas me dijeron
en la previa que marcaría. No pudo ser); y los rojiblancos apretaron arriba a
un Barça que se vio obligado en demasiadas ocasiones a combinar con su portero.
Mascherano y Piqué tuvieron que emplearse a fondo para sacar balones peligrosos
en ataques colchoneros.
Pero el Barcelona en las contras
daba miedo. Temblamos especialmente en la grada cuando cerca de la media hora
Neymar hizo una pared con Luis Suárez (tras llevarse un rebote en un mal
despeje de Saúl. No tuvo su día); y terminó rematando flojo y fuera en una
ocasión franca.
No fue tan franca la que tuvo Messi minutos después. Pero el argentino no
las necesita claras. En el minuto 33, el 10 blaugrana se saca un zurriagazo
tremendo que me hizo resoplar según lo vi salir, y que se fue abriendo hasta
pegar en el palo y entrar cerca de la escuadra (0-2).
El Barça no había hecho méritos
para ponerse con dos goles de ventaja, pero cuando cuentas en tus filas con
tamañas bestias del mundo del fútbol, ¿quién necesita acumular méritos?
El Atleti sí que se descompuso
después de este segundo mazazo, y los minutos que transcurrieron hasta el
descanso fueron un funeral en el campo y un sinfín de lamentaciones en la
grada: nos habíamos quedado sin semifinal en media hora.
HOMENAJE A LUIS ARAGONÉS
Pero el Cholo tenía otros planes.
En el día en el que se cumplieron tres años de la muerte de Don Luis Aragonés
Suárez (DEP, leyenda), Simeone debió dar una charla en el descanso que
habría sido digna del Sabio de Hortaleza. Bonito homenaje del argentino,
que estuvieron a punto de culminar en el césped los once de rojiblanco.
GRAN PARTIDO DE FERNANDO
TORRES
Que la segunda parte iba a ser
otra historia se les notaba a algunos con sólo mirarles los andares. De
primeras, los de Torres, que saltó al campo por Vrsaljko, volviendo Juanfran a
su posición de lateral. Creo que no me equivoco si digo que el Niño completó
sus mejores 45 minutos de la temporada (que, todo sea dicho, está siendo
muy floja).
A los cinco minutos, asistió de
tacón a Gabi y sólo un cruce providencial de Jordi Alba evitó el tanto; a los
20, un centro suyo lo remató de chilena Carrasco; a los 35 conectó un precioso
remate de espuela, a centro de Filipe, que se perdió lamiendo el poste... El
Niño se mereció el gol, pero no lo encontró.
EL ATLETI RESUCITÓ
Antes del cuarto de hora, una
falta colgada por Gabi la puso Godín de cabeza en el área chica y allí
apareció Griezmann, ganando a Mashcerano, para
cabecear el 1-2. Había partido. Había que creer. Y la afición creyó. Con
todas sus fuerzas.
Sólo cinco minutos después, gran
pase profundo de Koke, pase de la muerte de Filipe, y remate de Griezmann que
salva a bocajarro Cillessen.
El partido era de una intensidad
incalculable, las acciones se sucedían una tras otra a una velocidad de
vértigo, la presión del Atleti era tal que al Barça le costaba salir de su
propio campo. Pero cuando salía, volvía a asustar.
Así, dos disparos de Andre Gomes y
de Messi (de falta) obligaron a Moyá (que completó un gran partido) a hacer
sendos paradones, el segundo extraordinario, con la ayuda del travesaño.
MERECIERON EL EMPATE
Nunca dejaron de creer los
colchoneros. Y merecieron su premio cuando en el 85 Gabi atacó a Mascherano
como una locomotora, se la robó por detrás, la pelota llegó a Torres, y el Niño
armó un disparo rápido (se precipitó) y la mandó a la derecha de Cillessen.
Debió ser el empate. Habría sido de justicia.
El Atleti murió en el área culé, y
todavía acumuló dos disparos más que se perdieron silbando (Griezmann y
Gameiro). Pero no hubo remontada.
SI ELLOS NO DEJAN DE
CREER...
No la hubo, y tendrá que ser en
Barcelona. Son once años sin ganar allí. Nunca lo ha hecho el equipo del Cholo.
Pero si ellos nunca dejan de creer, no seremos nosotros quienes lo hagamos.
Veo altamente complicado que logremos eliminar al Barça, pero sí tengo claro
que los blaugranas tendrán que sudar sangre para llegar a esa final. Estamos
vivos, no tengan ninguna duda. Tendrán que matarnos allí...
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