El jueves,
el Atlético de Madrid regresaba, cinco años después, a la competición que volvió
a hacerle grande. Desde el 21 de febrero de 2013 no jugaba la UEFA Europa League,
día en el que fue eliminado en dieciseisavos por el Rubin Kazan (0-2).
Pero sólo nueve
meses antes, había logrado en Bucarest el primer título de Simeone, de la mano
de un enorme Falcao (3-0 al Athletic); y el 12 de mayo de 2010 recuperó la memoria en Hamburgo, tras catorce años de amnesia, y volvió a levantar un
título (2-1 al Fulham).
OCHO AÑOS DE
HAMBURGO, OCHO AÑOS DE GODÍN
Han pasado
ya ocho años de aquella noche histórica en el Hamburg Arena. Los mismos que
lleva Diego Godín en el Atleti, que firmó apenas tres meses después con los rojiblancos.
Este viernes
16 de febrero, el uruguayo cumplía 32 años. Lleva once en España y ocho como
atlético. Como decía en el tuit con el que le felicité, en este tiempo Godín se
ha dejado los dientes por el Atleti, se ha dejado la nariz, pero, sobre todo,
se ha dejado la cabeza y el corazón ("Coraje, corazón y cabeza", ya
saben) por nuestro escudo. El charrúa volvía el jueves (protector bucal
mediante) a defender nuestros colores. Y lo hacía con el brazalete de capitán,
imagen que ya comienza a convertirse en habitual (no en vano lleva tres años
como segundo capitán).
GODÍN CUMPLE
LOS AÑOS EL MISMO DÍA QUE MI ABUELITO
Curiosamente
(las casualidades no existen), Diego Godín cumple los años el mismo día que una
de las personas más queridas de mi vida, mi abuelo. Este viernes, mi abuelito Emilio hubiera cumplido 92 años. Por desgracia, pronto sumaremos seis años sin
él, y estos días he recordado su último cumpleaños con nosotros.
La UEFA, mi
abuelo y Godín se han juntado este 16 de febrero para hacer a mi memoria retrotraerse
a ese mismo día del año 2012.
Lo recuerdo
como si fuera ayer, sentado frente al televisor en el salón, con mi abuelo a mi
izquierda en el sofá, y junto a él mi tío Emilio, leyéndole algunos recortes de
prensa (mi abuelo hacía muchos
años que no podía leer, ya que estaba prácticamente ciego).
El día de su
86 cumpleaños, el Atleti jugaba en Roma ante la Lazio. Antes habían visitado al
Papa, lo cual para mi abuelito era un motivo de orgullo, ya que siempre fue muy
religioso. Todavía recuerdo la ilusión que le hizo una medalla del Papa Juan
Pablo II que le traje precisamente de Roma tras un viaje.
"YA
VERÁS CÓMO GANAN POR MI CUMPLEAÑOS"
“Ya verás cómo ganan por mi cumpleaños”, me aseguró esa tarde. “Tranquilo, seguro que remontan”, me animó después, cuando los laziales se adelantaron con un gol de Klose a los 20 minutos. Y remontó. Y con cada uno de los tres goles rojiblancos (Adrián y dos de Falcao), me estrechaba la mano con su sonrisa bonachona y me decía convencido: “¿Ves? Ya te lo dije yo”.
“Ya verás cómo ganan por mi cumpleaños”, me aseguró esa tarde. “Tranquilo, seguro que remontan”, me animó después, cuando los laziales se adelantaron con un gol de Klose a los 20 minutos. Y remontó. Y con cada uno de los tres goles rojiblancos (Adrián y dos de Falcao), me estrechaba la mano con su sonrisa bonachona y me decía convencido: “¿Ves? Ya te lo dije yo”.
También por
eso el partido de Copenhague me hizo rememorar esa victoria en Lazio. El Atleti
remontó con solvencia un 1-0 en contra y terminó sentenciando la eliminatoria,
lo que me dejó cierto regusto amargo por pensar que en la vuelta en nuestro
estadio nos esperaba un partido descafeinado (soy así, no puedo evitarlo). En
aquella vuelta, por cierto, ganamos 1-0 y el autor del único gol fue Diego
Godín. Veremos si se repite la historia.
MI ABUELITO
Y GODÍN, BUENAS PERSONAS
Por signo
del Zodiaco, mi abuelito y Godín son Acuario. Dicen de los Acuarios que son
personas honestas, leales, humanitarias, independientes... a las que les gusta
luchar por las buenas causas y con un fuerte sentido de la convicción y de la
verdad. No creo en estas cosas, pero sí puedo decir que tanto mi abuelo como
Diego eran/son buenas personas.
ME INCULCÓ EL VALOR DE
LA FAMILIA
Mi abuelito
siempre me inculcó el valor de la familia. Luchó mucho para sacar adelante a
sus cinco hijos y a su mujer, y ya de mayor nunca se cansó de repetirme la
importancia de que ayudara a mi madre. De hecho, a día de hoy debo reconocer
que si me considero una persona familiar es, en gran medida, por esa serie de valores de los que me imbuyó
mi abuelito.
En el caso
de Godín, en estas fechas, como cada año, disfruta de unos días junto a sus
padres Julio e Iris, que vienen a visitarle desde Uruguay para celebrar junto a
su hijo su cumpleaños.
Hace tres
años, tuve la fortuna de poder coincidir con Godín en esos días y entrevistar a
sus padres en persona en la casa de Diego.
Lejos de
tener la sensación de estar en la casa de una estrella del fútbol rodeado de
una familia estirada, su sencillez, su amabilidad y su cercanía me hicieron
sentir comodísimo.
Una de las
primeras cosas que hizo Diego cuando llegó a profesional fue comprar a sus
padres "un pedazo de campo en Rosario, y mi padre, como le gusta y sabe,
tiene ganadería y allí está al mando".
EL AMOR DE
GODÍN POR SUS PADRES
Sólo me
hicieron falta unos minutos viendo interaccionar a Godín con sus padres para
darme cuenta de ese amor que el uruguayo profesa por sus progenitores. Y, como
relato en el libro, tuve el enorme privilegio de vivir in situ cómo Diego se
quedaba literalmente sin palabras, y debía tragar saliva con un nudo en la
garganta, cuando me contaba que lo primero que hizo cuando le convocaron para
debutar con el primer equipo del Atlético Cerro fue llamar a sus padres. "Era
un poco devolverles todo lo que habían hecho por mí. Pensar en el orgullo
que podrían tener ellos al ver que yo había llegado a Primera División fue...
impresionante", me contaba aquel día, antes de que la emoción le impidiera
continuar.
OJALÁ MI
ABUELITO ESTUVIERA AQUÍ...
Los años van pasando, y son muchas las veces en los que uno
piensa "cómo me hubiera gustado que mi abuelito pudiera ver esto".
Mis crónicas en la COPE, mi llegada como jefe de prensa al Ayuntamiento de Parla,
el libro de Godín... Lo que habría dado porque mi abuelito hubiera podido
estar en la presentación del libro y haberle presentado a Diego.
Mi abuelito, fan número uno de las crónicas de su nieto en
el blog, “la flor y nata del periodismo”, “la pluma más acerada de todo Getafe”
(este tipo de frases me dedicaba), cuánto orgullo habría sentido por ver que
escribía la biografía de uno de los jugadores más importantes de la historia
del Atlético de Madrid.
Mi abuelito
pasó sus últimos meses de vida en mi casa, con mi madre, mi hermano y yo. Pero
sus últimos años vivió en casa de mi tía, en San Blas (muy cerca del
Metropolitano). Allí, cada viernes, sin falta, acudía a leerle aquellas
noticias que había hecho en EFE que pensaba que le podían interesar más, o a
ponerle las narraciones del Almería (él era de Adra) que hice en mi época en
Marca TV. Echando la vista atrás, puedo decir que yo mismo era mejor persona
cuando mi abuelito estaba en mi vida.
Perdonen la
vena sentimental. Uno también se va haciendo viejo... Sólo espero que ojalá que
mi abuelito esté viéndome allá desde el cielo.
3 comentarios :
Bonita entrada llena de sentimiento. Además por lo que veo tienes buena memoria para los partidos, como yo. Ojalá pronto levantemos un título y que todos, estemos donde estemos, seamos testigos.
Un precioso texto. Se nota que querías mucho a tu abuelo.
Y por tus palabras parece que Godín también es una gran persona.
Ya lo parece siempre que habla públicamente.
Un gran capitán. Uno de los nuestros, pese a haber nacido a miles de kilómetros
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