En la vida,
como en el deporte, las derrotas generan dudas. Es incuestionable que se hace
más difícil seguir creyendo en nuestra forma de actuar, en nuestras ideas, o en
un proyecto cuando se acumulan las derrotas. Del mismo modo que en la victoria,
cuando se consiguen los objetivos y se paladean las mieles del triunfo, son
pocos los que se atreven a cuestionar un modelo, pese a que éste pueda no ser
el más ético, estético u ortodoxo.
Inevitablemente,
los críticos del Cholo Simeone están proliferando en las últimas semanas.
"Este equipo no juega nada"; "es un cagón"; "en los
primeros años vale, pero con el presupuesto actual ya no se puede jugar como un
pequeño", son algunos de los comentarios que se repiten en los mentideros
colchoneros.
NUNCA HE
CRITICADO AL CHOLO, PERO EN TURÍN...
Nunca he
sido de criticar a Simeone. No lo hice ni tras las fatídicas Finales de Lisboa,
ni de Milán, cuando muchos sí le atacaron bajo el convencimiento de que el
planteamiento reservón del argentino nos llevó a la derrota, principalmente en aquella
prórroga de San Siro.
Pero tras el
partido de hace un mes en Turín no pude más: el planteamiento rácano, encerrados
en el área, bombardeados a centros, y marchándonos del encuentro sin hacer ni
un tiro a portería... ¡Sin sacar un mísero córner! Cuando con un único gol se
mataba la eliminatoria obligando a la Juventus a marcar cuatro.
LOS
ANTECEDENTES EN EL CAMP NOU SON PARA TEMER
Eso ya es
pasado. El presente es el Camp Nou. Pero mirando los antecedentes de las
visitas de Simeone a la Ciudad Condal, tengo temor a un panorama similar. Y no
nos lo podemos permitir.
"Y otra vez no pudo ser" fue mi resignado titular el año pasado (2017-2018). El
Atleti llegó al Camp Nou a falta de doce jornadas (cuatro más que en la actual)
y cinco puntos por debajo (tres menos que hoy). Y, a tenor del planteamiento,
el Cholo volvió a entender que un empate podría ser un buen resultado. Lo peor
no fue que el empate no llegara, sino que escuchando a algunos parecíamos
conformarnos con perder 1-0 por una genialidad de Messi (de falta esa vez).
Los rojiblancos volvieron a protagonizar una primera parte encerrados en su área concediendo al Barça porcentajes de posesión que rondaban el 70%. Y sólo por debajo en el marcador el equipo intentó ir algo más arriba en la segunda mitad.
Los rojiblancos volvieron a protagonizar una primera parte encerrados en su área concediendo al Barça porcentajes de posesión que rondaban el 70%. Y sólo por debajo en el marcador el equipo intentó ir algo más arriba en la segunda mitad.
Algo
parecido ocurrió un año antes (2016-2017). De nuevo, el equipo replegado atrás,
basculando como un acordeón en los últimos 30 metros del campo, y con una
posesión omnipresente del Barcelona. Así apareció Rakitic para poner el 1-0
cerca del descanso.
En el
segundo acto Simeone dio dos pasos adelante, introdujo a Correa por Saúl y a Torres por Gameiro y como titulé aquel día "La valentía tuvo premio" y el propio
Correa puso el 1-1 tras romper a Mascherano.
Ha sido la excepción en los últimos años. Dos
temporadas antes (2014-2015) lo titulé como "Este año no" (veníamos
de ganar la Liga el año antes en el propio Camp Nou). El Barça se adelantó a
los doce minutos y, pese a ello, "los
malos augurios iban creciendo por el Calderón cuando se comprobaba que
Mandzukic y Griezmann defendían apenas unos metros por delante de la frontal
del área..." (aquel partido tuve la suerte de verlo en la Sala Vip del
Vicente Calderón, invitado por Mahou). Ver a nuestros delanteros más pegados a
nuestra área que a la rival ha sido la tónica en territorio blaugrana en los
últimos años. Aquella noche se perdió 3-1.
NO SE GANA ALLÍ DESDE TORRES... EN SU PRIMERA ETAPA
La
última vez que el Atlético de Madrid ganó en el Camp Nou jugaba Fernando
Torres... en su primera etapa de rojiblanco (2004-05 y 2005-06, 0-2 y 1-3 con
sendos dobletes del Niño).
Desde
entonces, las únicas veces en las que el Atleti ha estado cerca de la victoria
ha sido cuando ha salido valiente, con una presión alta y poniendo en aprietos
al Barcelona en la salida del balón. Lo mismo que ocurrió en las victorias en
Champions en el Manzanares.
Así que para
esta noche, sinceramente, prefiero perder 4-2 con un equipo atrevido, que dé la
cara, con líneas adelantadas y mordiendo al Barça en su campo, que volver a
salir de Barcelona conformándonos con caer por la mínima y con el discurso
victimista de que "no se puede competir contra este Messi".
Al fin y al
cabo, la única opción de dar algo de picante a la recta final de esta Liga es
ganar esta noche. Y no quiero acostarme una vez más pensando qué habría
ocurrido si hubiéramos sido más valientes...
Esta noche, el empate vale menos que nunca. Cholo, por favor, vamos a por ellos.
Esta noche, el empate vale menos que nunca. Cholo, por favor, vamos a por ellos.
2 comentarios :
Y Hoy? Que dices? 7 - 3
El fútbol está ampliamente desarrollado e influyente en el mundo de hoy, y se considera el deporte número uno del mundo. El fútbol es el deporte con más encanto del mundo. El jugador de fútbol hace todo lo posible por el sueño en su corazón. Por lo tanto, no importa si ganas o pierdes, ganar o perder es una cuestión de asuntos militares. Lo que importa es el proceso.
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