Se rompe un doble trauma

Dice la Real Academia de la Lengua que un trauma es una lesión duradera producida por un agente mecánico, generalmente externo, o un choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente. El Atlético de Madrid rompió anoche en El Sadar un doble trauma: vencer en el Reyno de Navarra, algo que sólo había conseguido una vez en los últimos ocho años (y con Osasuna sin nada en juego en la última jornada de la 2006-07); y lograr los tres puntos después del varapalo anual de caer en casa en el derbi (algo que también había conseguido sólo una vez, 0-1 en Santander en la 2005-06).

UNA LESIÓN DURADERA EN EL SADAR
El Atlético de Madrid padecía una lesión duradera siempre que visitaba El Sadar. Ocho años de lesión que habían arrojado la única victoria mencionada y un triste empate a cero. Lo demás, seis derrotas, a las que hay que sumar dos más en Copa.
A esto debía unirle que la salida se producía tras perder un año más en el Vicente Calderón ante el Real Madrid, “un choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente”. Un daño duradero que en las últimas ocho temporadas se había traducido en cinco derrotas, dos empates y un único triunfo tras recibir la visita de nuestro vecino de arriba.
Y es que, si algo se ha cumplido a rajatabla desde que el Atlético volvió a Primera (2002) son dos cosas: perder en casa ante el Madrid, y caer a domicilio con Osasuna. En vista de que la primera premisa es irrompible, anoche se rompió la segunda.

DIEGO COSTA: MEJOR QUE FORLÁN, TORRES Y EL KUN
Fue un partido extraño para mí, casi tanto como para Diego Costa, que se destapó con un magistral hat-trick definiendo a la perfección tres mano a mano (killer total). No me voy a proclamar ahora como defensor del brasileño (aunque es cierto que le elogié en el primer tramo de la temporada, el único en el que ha jugado...), pero os voy a dar dos datos relevantes, sobre todo el primero: Diego Forlán: 2.158 minutos en Liga: ocho goles; Diego Costa: 1.013 minutos: seis goles.
El segundo de los datos es más una anécdota, aunque es para que el brasileño esté orgulloso: en siete años Fernando Torres y en cinco el Kun Agüero, nunca han logrado un hat-trick con el Atlético de Madrid. El brasileño tuvo ese honor en Navarra y pasará a la historia por ello (si no me equivoco, el último hat-trick colchonero lo hizo Forlán en la penúltima jornada de la 2008-09 en San Mamés).

ME PERDÍ LOS ÚLTIMOS 20 MINUTOS
Digo que fue un partido extraño para mí porque me tocó verlo en la redacción de Marca TV (esto no es raro, al contrario, empieza a ser habitual) y, sobre todo, porque me tuve que perder los últimos 20 minutos por el motivo que más tarde les relataré.
La alineación de Quique presentaba varias novedades (por cierto, hubo trivote y se volvió a ganar. Eso también es noticia). La primera la presencia de Costa, algo de lo que el técnico pudo vanagloriarse a posteriori “por ser un partido para el brasileño”. La segunda, la colocación en el once de todo aquel que hubiera vestido la camiseta rojilla: Juanfran, Raúl García y Antonio López.

ANTONIO LÓPEZ, MAL...
Quien me sigue sabe que me cuesta un mundo dar palos a nuestro capitán, pero su primera parte de ayer fue sencillamente lamentable. Cada vez que miraba a la pantalla Osasuna desbordaba por su banda. Después de que Cejudo le rompiera, puso un centro al área que fue rematado ¡¡tres veces!! por Soriano. En las tres, David De Gea respondió de forma sobresaliente, especialmente con un paradón en la primera. Veremos el año que viene quién las para, porque en vista de que parece que finalmente no se atreverán a vender al Kun, quieren hacer caja otra vez con la cantera. Además de esta parada, metió una mano prodigiosa en el segundo acto a cabezazo también de Soriano. Igual esta semana en el As vuelven a hacer un recopilatorio con sus fallos de la temporada... Lamentable.
Pero estábamos con Antonio López. Minutos después de la mencionada jugada, el lateral derecho Nelson sacó diez metros a nuestro capitán en una carrera de ocho y su centro lo volvió a rematar Soriano, esta vez fuera. Visto el partido, supongo que nadie tenía que cubrir a Soriano, porque se hinchó.

LLEGÓ EL GOL Y PINTABA MAL...
Pero el que marcó fue Kike Sola, en estado de gracia. La jugada, por la derecha por supuesto, fue una triangulación perfecta Puñal, Cejudo, Sola que el delantero mandó a la red (1-0, minuto 30). El Atleti sólo había llegado en un par de pelotazos largos a Juanfran y Diego Costa, con lo que todo apuntaba a un nuevo repaso en El Sadar.
Sin embargo, hubo fortuna, ya que sólo cinco minutos después del tanto, Juanfran puso un magnífico pase en profundidad para Diego Costa, que solventó el mano a mano con Ricardo por arriba (1-1). El extremo alicantino demostró que aporta y mucho cuando juega. Verticalidad, desborde y asistencias. Debería jugar algo más que cuando se visite a sus ex equipos...
Antes del descanso, Diego Costa protagonizó un par de internadas de fuerza, aviso de lo que estaba por llegar.

EL RECITAL COSTA
La segunda parte comenzó con el reseñado cabezazo de Soriano, y después, el recital de Costa. Antes de su hat-trick, Juanfran fue derribado escandalosamente por Monreal en la frontal, cuando se plantaba solo ante Ricardo. Hubiera sido roja, pero el árbitro no pitó ni falta. Cinco minutos después, Ricardo salvaba a bocajarro un remate de Reyes tras subida de Antonio López (tampoco fue la noche del utrerano).
Y dos más tarde, el 1-2 (minuto 60). Raúl García robó en medio campo anticipándose, tiró una pared con Reyes sumándose de forma imperial al ataque y dibujó un perfecto pase interior para Diego Costa, que sin pestañear superó a Ricardo junto a la cepa del palo derecho. Sencillamente magistral. Qué lástima que Raúl García sólo nos deleite con jugadas así tres veces por temporada.
Sin tiempo para la reacción, fue Mario Suárez el que cortaba en la zona ancha y asistía para un Diego Costa que, convertido en el mejor delantero del mundo, cruzó el tercero de derechazo raso (1-3). Impresionante.

"JOSE, A LA CABINA"
Cinco minutos después, mi editor me llama a escena: “Jose, a la cabina”. Por delante, la locución de 15 minutos de resumen del Sevilla 3-1 Zaragoza (por cierto, qué mal lo va a pasar el Zaragoza).
Según me siento en la cabina, mi compañero Larta canta un penalti a favor del Atleti que al parecer ha sido fuera del área. Sin tiempo para conocer el resultado del lanzamiento, dan paso a mi resumen: “¡Bienvenidos al Sánchez Pizjuan... Europa y el descenso en juego...!”. Siete minutos de resumen de la primera parte, siete, y nos vamos a publicidad.

ENTRO CON 1-4... SALGO CON 2-3
Aprovecho para levantarme, voy a la sala donde se encuentra mi compañero Larta con los cascos y le pregunto: “¿Cuánto vamos? ¿1-4?”... “2-3”, me responde. “¡¿2-3?! ¿hemos fallado el penalti?”, le interrogo sin salir de mi asombro. “Sí, lo ha fallado Reyes y luego ha marcado Osasuna de penalti”. -"¿Y está apretando Osasuna?”, me preocupo. “No mucho, y además le acaban de expulsar a Sergio”... “Menos mal”, respiro aliviado. En siete minutos, de un 1-4 a un 2-3. Dos penaltis y una expulsión.
Me dirijo a narrar la segunda parte: “¡Golazo de Jarosik! ¡Penalti para el Sevilla! ¡Gol de Kanouté! ¡Penalti sobre Negredo! ¡Undécimo gol de Negredo en esta Liga!”. Acabo y me quedo frente a la pantalla. “Ha terminado también el partido en Pamplona con victoria del Atlético de Madrid”, anuncia Patxi, y celebro con alegría el fin de mi narración y el triunfo colchonero.
La semana que viene no estaré en el Calderón, ya que estaré precisamente en esa cabina narrando el resumen... del Atlético de Madrid-Real Sociedad. Al menos lo veré tranquilo. Espero que no sea una experiencia traumática...