Si lo sé no vuelvo

El sábado volvía al Vicente Calderón y lo hacía para despedir esta temporada, ya que no podré asistir a la última jornada porque trabajo.
Ha sido una temporada atípica para mí. Mi llegada a Marca TV me ha supuesto perderme muchos partidos (Mallorca 3-0; Athletic 0-2; Real Sociedad 3-0; Levante 4-1; y Espanyol 1-0 -Copa del Rey-), principalmente siempre que han caído en domingo, como ocurrirá en nuestro último encuentro en casa, ante el Hércules.
Volvía con el siempre traumático recuerdo del último derbi (en el que me fui cuarto de hora antes de que acabara), como mi experiencia más reciente en el Manzanares, y esperaba recuperar sensaciones con un resultado positivo y una tarde amena.
Sin embargo, para colmo, el Master de Madrid (televisado por Marca TV) me obligó a trabajar también en sábado, aunque “por fortuna” pude salir justo a las ocho para llegar al estadio lo antes posible.

MI PADRE YA NO VA AL ESTADIO
Lo antes posible fueron casi las ocho y media. Mi padre me esperaba en un bar. Hastiado por la mala temporada de nuestro equipo, decidió que si yo no iba, él tampoco iba a perder el tiempo asistiendo al Calderón en los últimos choques, por lo que yo tenía ambos abonos por si se los dejaba a alguien.
Con la lengua fuera, tras una larga caminata después de aparcar casi en Santa María de la Cabeza, y con la radio diciéndome que era el Málaga el que dominaba, me siento con la ilusión de ver ganar al Atleti y de que el Kun Agüero prolongara su extraordinaria racha.
Pero lo que me encuentro según tomo asiento y termino de saludar a mis “abandonados” compañeros de fatigas es un centro desde la derecha de Jesús Gámez que Rondón cabecea cruzado, fuera del alcance de De Gea (0-1). Para Godín no pasó nada. Y si pasa, se le saluda...

RONDÓN= FORLÁN+COSTA
Sin tirar penaltis, este venezolano lleva los mismos goles que Forlán y Diego Costa juntos (14) y recuerda por su físico y en muchas de sus maneras a su compañero Julio Baptista.
Evoca al brasileño, por ejemplo, en su poderoso salto. Apenas seis minutos después, una pérdida imperdonable de Filipe Luis en campo propio (lamentable el partido del brasileño, que se encontraba “en su mejor momento) propicia un contragolpe fulgurante que, tras centro de Sebas Fernández, finaliza la “Bestia” de idéntica factura a la de Rondón (0-2).
Ocho goles de Baptista en nueve partidos (los mismos que Forlán -los goles, no los partidos...-) y todo a precio de saldo: dos millones de euros abonó el Málaga a la Roma. Resulta sangrante la comparativa con su compatriota Elías, contratado por siete millones de euros. ¿Hace falta un jeque árabe para hacer estos negocios...?

ELÍAS, RAÚL GARCÍA, DIEGO COSTA, FORLÁN...
Con un 0-2 en casa ante un aspirante a la permanencia, la valentía de Quique le llevó a sustituir al inefable Elías por el meritorio Koke (¿Cuántos méritos tiene que hacer para ser titular?). Su desmedido arrojo no le motivó a dar entrada a Forlán hasta el cuarto de hora, por un Raúl García al que el Calderón ha terminado por devorar. Ya no es capaz de dar un pase hacia delante.
Aunque, en muchos casos, es mejor no hacerlo. Diego Costa, que sigue viviendo de su hat-trick en Pamplona y un taconazo la siguiente jornada, ofreció también un repertorio digno de mención.
Como es grande y torpe, se le ve en todas las refriegas. Propinó un manotazo en la cara a Gámez antes del 0-1, estuvo a punto de capar al portero Caballero ya en las postrimerías del choque y, mientras tanto, se dedicó a demostrar cómo desaprovechar su corpulento 1,90.
No controló ni un balón de todos los que le llegaron, en muchos casos cayendo al suelo en su intento de “volcarse” sobre el defensa para proteger la bola. Si finalmente Kiko acepta la oferta de Gil Marín para volver al club (algo muy en el aíre en estos momentos), lo primero que debería hacer es sugerir la marcha del brasileño. La comparación ofende...

MINUTO 69: LA DIFERENCIA DE ACTITUD
Así, fueron pasando los minutos, con un Málaga que tocaba más y mejor ante los olés de su público.
El minuto 69 del choque resume el encuentro. Apoño, Eliseu y Duda hacen un rondo en banda izquierda. Diego Costa, Mario Suárez y Ujfalusi les persiguen con la mirada. Cuando llegan a su posición, un simple desmarque unos metros más allá es suficiente para volver a burlarles.
Cuando el Atleti recupera, primero es Apoño, y después Eliseu los que van al suelo para robar la bola. La pelota no permanece ni diez segundos en pies rojiblancos.
Supongo que es la diferencia entre jugarse seguir en Primera o la Intertoto. Lo que me sorprende es que equipos como el Depor o la Real no nos merendaran de igual forma.
Una falta sacada rápido por Reyes, que acabó con un disparo del Kun que salvó Caballero, y un golpe franco de Forlán, que sigue su batalla por volver a ver puerta, fueron los únicos acercamientos al 1-2.
En una contra, el Málaga puso el 0-3. Esta vez el error fue de Mario Suárez, que le regaló la bola a Baptista, cuyo disparo cruzado lo despejó De Gea, pero su rechace lo remachó Maresca. Hay quien ha aprovechado este error para volver a señalar a nuestro portero y alimentar la idea de que venderlo es un gran negocio.

SE HABLA MUCHO; SE TRABAJA POCO
La realidad actual del club rojiblanco la sintetizó muy bien mi padre: “No puede salir Cerezo diciendo que si la Liga dura un poco más van a la Champions, cuando ni siquiera está asegurada la UEFA”.
Así es este Atleti actual. Conformista en sus planteamientos iniciales (llevamos cinco años con “el objetivo es entrar entre los cuatro primeros”), resignado al final, pese a no alcanzarlos, y marcando una nueva tendencia: la Intertoto.
Si acaba séptimo, será su puesto más repetido (tres veces) en los últimos ocho años. ¡Señores, en julio, a llenar el Calderón!