No me defino como una persona supersticiosa. Pero sí tengo ciertas manías, sobre todo en el fútbol, que repito irracionalmente si el equipo gana. Ir al estadio con la misma camiseta, no cambiar la foto del Calderón de fondo del móvil, llevar la bufanda de Lisboa a los partidos de UEFA...
Anoche, cuando el árbitro dio paso a la prórroga, me volví y le dije a mi padre y a mi novia: “Vamos a pasar. Ayer escribí la crónica de la final que ganamos al Barça en el 96... y fue en la prórroga”.
No esperaba ese gol de Benayoun al poco de comenzar, que por unos momentos me hizo pensar por qué siempre Dios se olvidaba de nosotros.
Pero entonces, un balón largo al flanco derecho lo ganó Reyes por arriba a Jonhson, la puso al corazón del área con el exterior y allí apareció Forlán, que con un zambombazo descomunal reventó las redes de Anfield y descargó la rabia de varias generaciones de atléticos, de 24 años, sin ver una final europea.
Di un salto de la silla y lo celebré con tanta fuerza que me hice daño en el hombro derecho (aún me duele :)
Entonces, miré a la tele para ver el tiempo. Minuto 102. El mismo minuto en el que Pantic, catorce años antes, metió la cabeza para dar un título al Atleti. Forlán fue Pantic, y se quitó la camiseta para celebrarlo como aquella noche de abril del 96 hizo el serbio (con algún músculo menos).
Besé a mi novia y abrace a mi padre y les dije con una sonrisa que no me cabía en la cara: “Minuto 102, como el gol de Pantic”. No podía ser de otra forma. Estábamos en la final.
COMIENZO ANGUSTIOSO, POR LA RADIO
Me perdí los diez primeros minutos del partido. Acabamos tarde el ensayo del informativo que será el trabajo final del Master. En el coche, escuché el “You'll never walk alone” y sufrí con los comentarios de Lama. Un tiro de Benayoun en los primeros segundos; Tres corners en minuto y medio; “No están nerviosos, están cagados”; “Al Atleti ya sólo le quedan 86 minutos de sufrimiento”; “Acabamos de confirmar que, efectivamente, el Kun y Forlán sí están jugando”...
Así que aparqué el coche con una rueda subida en la acera y me reuní en un bar con mi novia y mi padre para comprobar en primera persona el sufrimiento del Atleti, sin que nadie me lo contara.
El partido se serenó con mi presencia, el Liverpool ya apretaba menos, y el Atleti incluso se permitió dos llegadas. Primero, un trallazo de Raúl García que Reina sacó con apuros. Después, un excepcional pase de Reyes a Agüero, que burló a Reina, pero, sin ángulo, sacó un centro que no encontró a nadie.
LA REALIZACIÓN DE TELECINCO, DESESPERANTE
Entonces era el realizador de Telecinco el que me desesperaba. Para despedirle. Un plano (malo) de Torres en la grada de casi un minuto, con el balón en juego; otro de Simao saltando a la zona del público con la pelota todavía en el campo; y uno de Quique en el banquillo ¡con el Liverpool atacando en la frontal del área! Sin palabras...
La inclusión de Aquilani en el Liverpool (no sé cómo Benítez no le saca más) hacía daño al Atleti. Su movilidad entre líneas, unida a las apariciones de Benayoun y Kuyt y el poder combinatorio de Gerrard, provocaban que los Reds merodearan el área con peligro.
Y fue el italiano el que marcó. A minuto y medio para el descanso, Benayoun se volteó dejando atrás con demasiada facilidad a Reyes en un saque de banda, y su centro atrás lo enganchó Aquilani junto a la cepa del poste izquierdo de De Gea (1-0). Eliminatoria igualada.
LA BOLA NO LLEGABA A AGÜERO Y FORLÁN
Estaba claro que el Atleti necesitaba un cambio de actitud. Se había dejado apabullar por el Liverpool y era tiempo de dar un paso al frente: un gol español obligaba a los ingleses a hacer dos.
Y el Atleti tuvo más la pelota. Pero no lo suficiente. Raúl García abusaba del pelotazo y se empeñaba en tirar de lejos (hasta tres veces) animado por el buen resultado de su primer intento.
Simao aparecía muy lejos del área y Reyes siempre tenía un tío encima. Agüero ni la olía y Forlán sólo tocaba en medio campo. Se hacía necesaria la presencia de Reyes en el centro, para buscar ese pase decisivo que encontrara un hueco. Pero Quique no movía el banquillo para saca al utrerano de la banda.
DOMÍNGUEZ Y PEREA, DOS COLOSOS
Mientras tanto, cada ataque del Liverpool era cortado por la exquisitez de Domínguez (no falla una) y la fuerza y la anticipación de Perea. Dos colosos. Una vez más, reivindico el papel del colombiano, denostado por tantos.
En los minutos finales, Glen Johnson, reconvertido a lateral izquierdo ante la colocación de Mascherano en el derecho, hizo algo que no había hecho en todo el choque: subir. Y en una de sus incursiones puso en apuros a De Gea con un disparo con la diestra.
El Zhar entró por Aquilani pensando en la prórroga, mientras Quique seguía sin mover el banquillo.
LA PRÓRROGA Y FORLÁN QUE NO FALLA
Me pregunto si el madrileño, al que hay que dar las gracias por lo que está logrando, hubiera dado entrada a Jurado si no hubiera marcado Benayoun.
A los cinco de la prórroga, el israelí controló solo en el pico izquierdo del área, y sacó un zurdazo cruzado que De Gea no pudo repeler. 2-0. El Atleti estaba eliminado. La cara del ex del Racing era de gran emoción y parecía dar gracias a Dios. Yo, me preguntaba dónde estaba.
Entonces, apareció Jurado, que en una internada por el centro sacó un derechazo que se fue abriendo hasta lamer el poste. Después, fue Reyes el que con un zurdazo abajo comprometió a Reina. Y entonces el éxtasis.
Minuto 102 y la jugada mencionada. Diego Forlán, que una vez más demostró que en los partidos grandes tenerle de tu lado es una bendición (cómo se desfondó, apareciendo de lateral derecho, de mediocentro, y dejando hasta la última gota de sudor) fusiló a Reina como les he relatado al principio. Era su primer disparo a puerta. El único. ¡Pum! Suficiente.
Sufrí en el último cuarto de hora. Sudé durante todo el partido, casi tanto como Forlán. Resoplé, me tapé la cara. Pero al final fui feliz. “Cuando seas mayor no vas a poder ver el fútbol. Te va a dar un infarto”, me dijo mi padre.
Como estuvo a punto de darnos a todos cuando, en los segundos finales, Jurado buscaba un pase interior o Salvio tiraba a puerta, en vez de esconder la pelota y llevársela a Madrid.
FUI A NEPTUNO, A DISCULPARME
Al final, alegría desbordada. 24 años son muchos. Demasiados. Yo no vi lo de Lyon. Y por eso, camino a casa de mi novia, viendo Carabanchel lleno de camisetas, bufandas y banderas rojiblancas. Los cláxones inundando las calles por el triunfo de nuestro equipo. Lo mismo por Paseo de las Delicias. Y al llegar a Neptuno, no pude reprimirme, y bajé a visitarle. Sólo fue un rato. Pero quería saludarle. Y disculparme. Ponte guapo, le dije. Vengo a pedirte perdón, porque el 12 y el 19 no podré verte. Estaré en Hamburgo. Y en Barcelona. Disfrútalo hijo, creo que me dijo. Neptuno estaba sonriendo.
Anoche, cuando el árbitro dio paso a la prórroga, me volví y le dije a mi padre y a mi novia: “Vamos a pasar. Ayer escribí la crónica de la final que ganamos al Barça en el 96... y fue en la prórroga”.
No esperaba ese gol de Benayoun al poco de comenzar, que por unos momentos me hizo pensar por qué siempre Dios se olvidaba de nosotros.
Pero entonces, un balón largo al flanco derecho lo ganó Reyes por arriba a Jonhson, la puso al corazón del área con el exterior y allí apareció Forlán, que con un zambombazo descomunal reventó las redes de Anfield y descargó la rabia de varias generaciones de atléticos, de 24 años, sin ver una final europea.
Di un salto de la silla y lo celebré con tanta fuerza que me hice daño en el hombro derecho (aún me duele :)
Entonces, miré a la tele para ver el tiempo. Minuto 102. El mismo minuto en el que Pantic, catorce años antes, metió la cabeza para dar un título al Atleti. Forlán fue Pantic, y se quitó la camiseta para celebrarlo como aquella noche de abril del 96 hizo el serbio (con algún músculo menos).
Besé a mi novia y abrace a mi padre y les dije con una sonrisa que no me cabía en la cara: “Minuto 102, como el gol de Pantic”. No podía ser de otra forma. Estábamos en la final.
COMIENZO ANGUSTIOSO, POR LA RADIO
Me perdí los diez primeros minutos del partido. Acabamos tarde el ensayo del informativo que será el trabajo final del Master. En el coche, escuché el “You'll never walk alone” y sufrí con los comentarios de Lama. Un tiro de Benayoun en los primeros segundos; Tres corners en minuto y medio; “No están nerviosos, están cagados”; “Al Atleti ya sólo le quedan 86 minutos de sufrimiento”; “Acabamos de confirmar que, efectivamente, el Kun y Forlán sí están jugando”...
Así que aparqué el coche con una rueda subida en la acera y me reuní en un bar con mi novia y mi padre para comprobar en primera persona el sufrimiento del Atleti, sin que nadie me lo contara.
El partido se serenó con mi presencia, el Liverpool ya apretaba menos, y el Atleti incluso se permitió dos llegadas. Primero, un trallazo de Raúl García que Reina sacó con apuros. Después, un excepcional pase de Reyes a Agüero, que burló a Reina, pero, sin ángulo, sacó un centro que no encontró a nadie.
LA REALIZACIÓN DE TELECINCO, DESESPERANTE
Entonces era el realizador de Telecinco el que me desesperaba. Para despedirle. Un plano (malo) de Torres en la grada de casi un minuto, con el balón en juego; otro de Simao saltando a la zona del público con la pelota todavía en el campo; y uno de Quique en el banquillo ¡con el Liverpool atacando en la frontal del área! Sin palabras...
La inclusión de Aquilani en el Liverpool (no sé cómo Benítez no le saca más) hacía daño al Atleti. Su movilidad entre líneas, unida a las apariciones de Benayoun y Kuyt y el poder combinatorio de Gerrard, provocaban que los Reds merodearan el área con peligro.
Y fue el italiano el que marcó. A minuto y medio para el descanso, Benayoun se volteó dejando atrás con demasiada facilidad a Reyes en un saque de banda, y su centro atrás lo enganchó Aquilani junto a la cepa del poste izquierdo de De Gea (1-0). Eliminatoria igualada.
LA BOLA NO LLEGABA A AGÜERO Y FORLÁN
Estaba claro que el Atleti necesitaba un cambio de actitud. Se había dejado apabullar por el Liverpool y era tiempo de dar un paso al frente: un gol español obligaba a los ingleses a hacer dos.
Y el Atleti tuvo más la pelota. Pero no lo suficiente. Raúl García abusaba del pelotazo y se empeñaba en tirar de lejos (hasta tres veces) animado por el buen resultado de su primer intento.
Simao aparecía muy lejos del área y Reyes siempre tenía un tío encima. Agüero ni la olía y Forlán sólo tocaba en medio campo. Se hacía necesaria la presencia de Reyes en el centro, para buscar ese pase decisivo que encontrara un hueco. Pero Quique no movía el banquillo para saca al utrerano de la banda.
DOMÍNGUEZ Y PEREA, DOS COLOSOS
Mientras tanto, cada ataque del Liverpool era cortado por la exquisitez de Domínguez (no falla una) y la fuerza y la anticipación de Perea. Dos colosos. Una vez más, reivindico el papel del colombiano, denostado por tantos.
En los minutos finales, Glen Johnson, reconvertido a lateral izquierdo ante la colocación de Mascherano en el derecho, hizo algo que no había hecho en todo el choque: subir. Y en una de sus incursiones puso en apuros a De Gea con un disparo con la diestra.
El Zhar entró por Aquilani pensando en la prórroga, mientras Quique seguía sin mover el banquillo.
LA PRÓRROGA Y FORLÁN QUE NO FALLA
Me pregunto si el madrileño, al que hay que dar las gracias por lo que está logrando, hubiera dado entrada a Jurado si no hubiera marcado Benayoun.
A los cinco de la prórroga, el israelí controló solo en el pico izquierdo del área, y sacó un zurdazo cruzado que De Gea no pudo repeler. 2-0. El Atleti estaba eliminado. La cara del ex del Racing era de gran emoción y parecía dar gracias a Dios. Yo, me preguntaba dónde estaba.
Entonces, apareció Jurado, que en una internada por el centro sacó un derechazo que se fue abriendo hasta lamer el poste. Después, fue Reyes el que con un zurdazo abajo comprometió a Reina. Y entonces el éxtasis.
Minuto 102 y la jugada mencionada. Diego Forlán, que una vez más demostró que en los partidos grandes tenerle de tu lado es una bendición (cómo se desfondó, apareciendo de lateral derecho, de mediocentro, y dejando hasta la última gota de sudor) fusiló a Reina como les he relatado al principio. Era su primer disparo a puerta. El único. ¡Pum! Suficiente.
Sufrí en el último cuarto de hora. Sudé durante todo el partido, casi tanto como Forlán. Resoplé, me tapé la cara. Pero al final fui feliz. “Cuando seas mayor no vas a poder ver el fútbol. Te va a dar un infarto”, me dijo mi padre.
Como estuvo a punto de darnos a todos cuando, en los segundos finales, Jurado buscaba un pase interior o Salvio tiraba a puerta, en vez de esconder la pelota y llevársela a Madrid.
FUI A NEPTUNO, A DISCULPARME
Al final, alegría desbordada. 24 años son muchos. Demasiados. Yo no vi lo de Lyon. Y por eso, camino a casa de mi novia, viendo Carabanchel lleno de camisetas, bufandas y banderas rojiblancas. Los cláxones inundando las calles por el triunfo de nuestro equipo. Lo mismo por Paseo de las Delicias. Y al llegar a Neptuno, no pude reprimirme, y bajé a visitarle. Sólo fue un rato. Pero quería saludarle. Y disculparme. Ponte guapo, le dije. Vengo a pedirte perdón, porque el 12 y el 19 no podré verte. Estaré en Hamburgo. Y en Barcelona. Disfrútalo hijo, creo que me dijo. Neptuno estaba sonriendo.
6 comentarios :
Emocionante tu crónica, José.
Lo de ayer fue extraordinario. Superamos la eliminatoria a lo grande como suele hacer las cosas el Atleti. Con sufrimiento, pero con una alegría final desboradante.
Forza Atleti, oé.
Julio.
“Cuando seas mayor no vas a poder ver el fútbol. Te va a dar un infarto”, Esta Frase me la dice mi madre siempre,siempre,jajaja
Gracias por la crónica, a mi todavia tengo juerga en el cuerpo y no puedo hacer nada, pero vamos mi video lo dice todo.
Que pena lo de Petón no haberle visto pero es que habia un monton de gente.
Nos vemos en Hamburgo?
Ayer sufrimos de lo lindo, yo también acabe sudando...Lo de ayer fue increible, con el 2-0 se me vino el mundo encima y estaba resignado a nuestra mala suerte y derrepente el gol de Forlán, madre mía que alegría.
Después del gol me pase todo el rato mirando el tiempo, madre mía que lentos pasaban los segundos...y que desesperación con Salvio y Kun que tuvieron la puntilla muy cerca, pero la jugada de Salvio, de verdad, ¿no le enseñan en Argentina lo que es irte al corner a perder tiempo?
Gracias a Dios estamos en la Final, ya era hora. Aunque todavían quedan 90 minutos y el Fulham nos la puede liar, parece que su estrella Zamora esta tocado y ayer se fué en la segunda parte del partido, y es seria duda para la Final.
Bueno, seguro que te currarás un artículazo sobre el Fulham muy pronto.
Un abrazo José y en general para todos.
PD: José, soy de Córdoba. Ya que me lo habias preguntado en el anterior artículo.
ayyyy ese doblete que cerca esta ya!!!!yo ya lo sabia, es nuestro momento, y Torres k se fastidie ;)
Esperemos que Neptuno este mes tenga un par de visitas más k ya lo merecemos. un besooo
me pasó igual que a ti. los primeros diez minutos los tuve que oir por la radio y lo pasé realmente mal.
luego ya en casa, me puse la bufanda y sufrí, grité, pegué patadas al suelo... que tensión.
en el 2-0 otra vez volví a pensar que la historia se repetía pero por fin el fútbol nos devolvió algo de lo que nos lleva quitando desde que apareció la maldita leyenda del pupas.
el gol de forlán fue increíble. menuda volea. y al fin... en la final. veremos como va el tema de los viajes.
un abrazo jose
JULIO, cuando se sufre tantísimo es cuando más se disfruta al final. Desde luego, mereció la pena.
JORGE, en Hamburgo nos vemos. Esta tarde dirán los criterios para el reparto de entradas, pero tengo el abono total y 10 años de antigüedad, así que digo yo que me tocara :D
A Petón le conozco de mi equipo en la SER, jugábamos juntos al fútbol los jueves.
Mi padre no suele decirme esa frase, pero este jueves sufrí mucho más de lo habitual...
RAFAEL, pues confío en que el Fulham no nos la líe. Soy optimista, veo el Doblete cada vez más cerca. Algo haremos del Fulham, sí.
Ni en Argentina, ni en Valdebebas al parecer tampoco, porque un minuto antes Jurado se puso a buscar un pase interior de 30 metros cuando estaba solo en medio campo para aguantarla... aunque al final sí forzó bien la última falta.
AMIN, pues sí, no sé qué pensará Torres cuando vea que el equipo al que se fue "para ganar títulos" no gana nada, y su equipo de toda la vida, por contra, sí va a levantar copas...
GER, el fútbol tiene que ser justo con nosotros y darnos las dos Copas tras 10 años de penurias. Las últimas finales jugadas, tanto en Copa (1999 y 2000) como en Europa (1963, 1974 y 1986) las perdimos, con lo que esta vez toca levantar metal.
No lo dije en la crónica, pero este año "¡CÓMO ME GUSTAN LOS JUEVES!"
Lástima que las finales sean en miércoles, esperemos que no afecte.
Saludos a todos!
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