No se puede ganar con un 6 y un 7

El sábado por la noche sólo vi a medias el Granada-Atlético de Madrid. Yo y mis amigos habíamos organizado un torneo de Poker Texas Holdem que llevábamos tiempo preparando, “The Bluff Challenge”.
Nos juntamos 18 personas en tres mesas de seis, y los dos primeros de cada una pasarían a una mesa final de seis aspirantes. Tuve la suerte de clasificarme para la mesa final, pero por desgracia duré poco en la partida definitiva.
No sé cuántos de los que me lean sabrán de Poker, pero perdí la mayoría de mis fichas en una jugada en la que llevaba pareja de Reinas en mano (Q-Q), pero me topé con que uno de mis adversarios se destapó con pareja de Reyes (K-K) tras varias subidas potentes.
Así pues, me vi en la tesitura de jugarme un All-in (todo lo que te queda) en la siguiente jugada, con la esperanza de recuperar. Mi mano era Q-8 del mismo palo, y todos mis oponentes se fueron de la mesa excepto la hermana de un amigo, que era la Ciega Grande (va obligada a poner la apuesta mínima) que decidió verme el All-in.
“No son muy buenas”, me dijo. Y, efectivamente, llevaba un 6 y un 7. Para mi desgracia, las dos primeras cartas en salir al tapete fueron un 6 y un 7, con lo que, aunque posteriormente apareció una Q, me ganó con Dobles Parejas.

LA SUERTE Y LA ESTRATEGIA
Dicen los manuales de Poker que en este juego hay aproximadamente un 40 por ciento de suerte o azar y un 60 por ciento en el que influye la estrategia, la estadística y la “calidad” del jugador. En este caso, ese 40 por ciento de suerte me hizo perder la partida.
Sin embargo, en el fútbol, el porcentaje de suerte es mucho menor. La estrategia y la calidad de cada contrincante tienen mucho más peso, y no se puede ganar un partido con un 6 y un 7. Eso fue lo que ocurrió el sábado en el estadio de Los Cármenes...

ME ACORDARÉ MUCHO DE FORLÁN
Creo que serán muchas las veces a lo largo de esta temporada en las que reitere que no se debió vender a Forlán con el mercado a punto de cerrarse.
Sospecho que serán muchos los partidos en los que repita que, como barrunté, si no marca Falcao, no marca nadie (ocho goles en Liga, seis de Falcao).
Pronostico que será habitual escucharme insistir en que, excepto el colombiano, no hay ningún jugador de la actual plantilla que garantice más de diez goles por temporada.
Y es que, cuando hablo de que no se puede ganar con un 6 y un 7 en fútbol, me refiero a que no se puede pretender marcar goles con un solo punta, y más cuando este único delantero no pisa el área y apenas se cuelga un balón buscando su remate.

MANZANO DEBE JUGAR CON DOS PUNTAS
Visto lo visto, en los próximos choques Manzano deberá elegir entre prescindir de un mediocentro (propongo al señor Mario Suárez), o sentar a un extremo. Pero se hace imprescindible que Falcao juegue acompañado por otro estilete, que, en este caso, sólo pueden ser o Adrián o Salvio.
Ninguno de los dos garantiza superar la citada decena de tantos, pero al menos darán otras opciones al ataque colchonero cuando se pase de tres cuartos.
Entre la primera mesa de Poker y la final, pude echar un vistazo a los últimos minutos de la primera parte del choque. Y las dos veces que el Atlético pasó de medio campo, en internadas de Reyes y Juanfran, el panorama metros más adelante eran sólo camisetas rojiblancas (y el Atleti iba de azul oscuro).
No vi el poste de Uche. Ni la vaselina lamiendo el palo de Dani Benítez. Ni el paradón de Roberto a tiro de Reyes. Simplemente 15 minutos de dominio alterno sin porterías...

CON ADRIÁN SÍ HUBO OCASIONES
Sí pude ver con más detenimiento el segundo acto, hasta que comenzó mi citada final. Y lo mejor del encuentro llegó en la última media hora, curiosamente con Adrián sobre el campo.
El asturiano dio un recital de desmarques, aunque volvió a fallar en la finalización. Hasta tres ocasiones se plantó solo ante Roberto con apariciones por derecha, izquierda, y el centro. Pero por dos veces el portero granadino y en otra la falta de puntería evitaron que el Atlético se llevase los tres puntos.
Sólo Diego destacó entre el gris mensaje rojiblanco. Pero sus constantes ofrecimientos y su toque mágico siempre quedaron a falta de un último socio.
Son ya cinco partidos de siete sin marcar, y fuera de casa sólo el gol sobre la bocina de Juanfran en Rennes nos ha hecho celebrar algo lejos del Calderón.
Así que recomendaría a Caminero (y a los que le mandan) que fueran buscando otro delantero para el mercado invernal. Porque el peso de Agüero y Forlán no se tapa con 40 millones y dos cesiones.
Y es que no se puede ganar con un 6 y un 7... al fútbol.