miércoles, 23 de octubre de 2013

Diego Costa, como el caballo del Cid

Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, fue una de las principales figuras de la Reconquista de la Península Ibérica.  Las hazañas en batalla de este caballero castellano de gran valor y coraje, capaz de doblegar cualquier incursión musulmana que llegase desde el sur, le convirtieron en un héroe de tal magnitud que incluso llegó a proclamarse Príncipe y señor de Valencia, tras conseguir conquistar la ciudad con su propia mesnada.
El Cid muere en 1099 y cuenta la leyenda que en un ataque árabe sobre Valencia, poco después de su muerte, su mujer, Doña Jimena, ante lo desfavorable de la contienda decide vestir a su difunto marido, armado con su espada Tizona y montado sobre su caballo Babieca, y le colocó en lo alto de una colina bien visible. Su sola presencia, hizo huir a las tropas musulmanas y es ahí cuando nace el mito de que el Cid Campeador ganaba batallas incluso después de muerto.

DIEGO COSTA NO IBA A JUGAR
Se estuvo hablando todo el lunes y todo el martes de que la presencia de Diego Costa en el Ernst Happel de Viena (allí donde Fernando Torres y Luis Aragonés nos dieron la Eurocopa hace ya cinco años. Ha llovido...) estaba descartada por un golpe en el tobillo y que sería una buena oportunidad para que David Villa recuperase el acierto goleador (no jugó ni un minuto).
Como en otras oportunidades, la prensa acertó de pleno: Villa, suplente y Diego Costa, titular.

EN EL BAR ESTABA PUESTO EL BARÇA
Llegué con mi amigo Chechu al bar a eso de las nueve menos veinte (ya no tengo ni Digital Plus, ni Gol T, ni ná de ná) y éste le preguntó al dueño si iba a poner al Atleti o a “los suyos” (es del Barça).
Antonio respondió que iba a poner “el fútbol, claro”, en alusión al Barcelona, cuyos futbolistas ya aparecían en el televisor (tenía puesto TVE). Sin embargo, la concurrencia nos dijo que no nos marchásemos, que iba a poner al Atleti. “Claro, si además es del Atleti”, dijo una señora señalando el escudo de la sudadera de Chechu.

OTRA ASISTENCIA DE KOKE
Así que sí, puso al Atleti y nos quedamos a verlo. A los pocos minutos, ocho en concreto, los rojiblancos hacen el primero. Pase excepcional de Milinko “bandejas de oro” Koke, que deja solo con su asistencia profunda a Raúl García y a Filipe. Por suerte, el primero (en claro fuera de juego) se aparta para que el segundo, que entró como una bala, le asista en segunda instancia para poner el 0-1. El gol ni lo cantamos, ya que la clara posición ilegal en el inicio del navarro nos dejó un poco “fuera de juego”.

LA CABALGADA DE DIEGO COSTA
Sólo doce minutos más tarde, Diego Costa demostró que si estaba lesionado, lo disimula muy bien. Pase largo de la zaga atlética, Raúl García la deja de cabeza para Diego Costa en campo propio... y a correr. Con el control deja atrás al primero, cabalga 40 metros y ya casi en la frontal un preciso recorte tumba al segundo y deja mirando a un tercero. Sólo el portero Lindner podía salvarles. Pero el hispano brasileño le ha cogido el gusto a eso de definir. Raso y cruzado. 0-2.


LA COPA DE EUROPA DE ANTAÑO...
Con la cómoda ventaja, el partido se convirtió en un paseo que propició que Antonio divagara acerca de cómo la Copa de Europa se ha convertido en puro negocio, que equipos como el Austria de Viena no deberían jugarla, y que esto deberia ser como hace 20 años: que sólo fuera el campeón, y eliminatoria tras eliminatoria con sorteo puro.
A su juicio, con este sistema, Barcelona y Real Madrid no habrían conseguido ni una sola Champions más.
Mientras tanto, Chechu y yo debatíamos sobre lo muchísimo que ha mejorado Diego Costa (digan lo que digan sobre que Falcao le eclipsaba, este futbolista es otro) y sobre la explosión de futbolistas como Filipe Luis. “Con Quique o Manzano me daba asco y ahora ha aprendido a jugar al fútbol de lujo”, sentenciaba Chechu.
La tertulia sólo se vio interrumpida por una tremenda volea de Hosiner que sacó astillas a la parte interior del larguero de Courtois. El espectacular remate llegó a la espalda de Juanfran... otra vez.

Y MÁS DIEGO COSTA
Llegó el descanso, y comentábamos la conveniencia de sentar a Costa si estaba tocado y dar paso a Villa, para ver si ganaba confianza con algún golito. Pero eso no ocurrió.
Los goles este año son competencia exclusiva de Diego Costa.
Triangulación Raúl García, Insúa (que sustituyó a Filipe, lesionado en el abductor) y Diego Costa, y nueva definición de cirujano del hispano brasileño (a ver si se aclara) para poner el 0-3. Está tan de dulce que casi sin verla le salió un control perfecto con la zurda, después de que se la comiera el defensa.
Entonces sí se marchó Diego Costa. Pero no entró Villa. Sino el Cebolla. Y después Adrián.

Y no hubo más goles. Porque no estaba Diego Costa. Que apareció cuando lo daban por muerto para ganar otra batalla. Pero éste no es el Cid. De ser alguien sería Babieca, su caballo. Que con su galope lo arrasa todo allá por donde va. Ahora, también en la Champions. Y que dure.

1 comentarios :

Lopez dijo...

El estado de forma de Diego Costa es increible. Ha crecido muchisimo estoy de acuerdo.
Veremos si juega con España o con Brasil, porque Scolari dijo ayer en la Cope que le va a llevar.
Y veremos si el año que viene sigue en el Atleti. Porque ya sabemos como es este club... y se esta saliendo.

Un saludo