Ni Sevilla (1-3), ni Rayo (5-0), ni
Real Sociedad (1-2), ni Almería (4-2), ni Valladolid (0-2), ni
Osasuna (2-1), ni Real Madrid (0-1), ni Celta (2-1) habían sido
capaces de sacar ni un solo punto esta temporada al Atlético de
Madrid. Ocho de ocho. De hecho, la mayoría de estos rivales ni tan
siquiera estuvieron cerca de puntuar, y sólo el Celta realmente
sembró la incertidumbre sobre el resultado al final del partido.
Algo similar había ocurrido con el FC
Barcelona. Levante (7-0), Málaga (0-1), Valencia (2-3), Sevilla
(3-2), Rayo (0-4), Real Sociedad (4-1), Almería (0-2) y Valladolid
(4-1) habían sido sus víctimas hasta el momento, y sólo los
sevillistas habían estado realmente cerca de puntuar.
OPORTUNIDAD HISTÓRICA
Ambos conjuntos lideraban la tabla y se
enfrentaban a una oportunidad histórica: igualar el mejor inicio de
la historia de la Liga, el del Real Madrid de Miguel Muñoz en la
temporada 1968-69 con nueve triunfos. Pero ninguno lo hizo.
El Barcelona no pasó de un mediocre
0-0 en el Reyno de Navarra, lo que me hizo frotarme las manos con la
posibilidad de conseguir el liderato en solitario, igualar el récord
histórico y, soñando más allá, poder superarlo la próxima semana
ganando al Betis en casa.
Pero no pudo ser.
MIGUEL MUÑOZ, UN HOMBRE RÉCORD
Miguel Muñoz seguirá ostentando ese
récord, que no es precisamente el único con el que cuenta este
laureado entrenador fallecido hace ya más de 20 años.
Hasta hace no mucho, era el entrenador
con más partidos en Primera División (608), siendo superado en la
historia reciente por Javier Irureta (614) y por Don Luis Aragonés
(757).
La mayoría de esos encuentros los
dirigió en el Real Madrid (424), lo que le convierte, con mucho, en
el técnico que más veces se ha sentado en el banquillo blanco (el
segundo es Del Bosque con casi un tercio de partidos: 153).
Y vista la superioridad demostrada por
culés y colchoneros hasta la fecha, parece como si el propio Miguel
Muñoz les hubiera lanzado una maldición desde el más allá para
mantener ese récord como suyo.
OCASIÓN PERDIDA
Cuando el Atleti cayó anoche en
Cornellá, fue la pérdida de esa ocasión de hacer historia lo que
más me dolió. La primera derrota tenía que llegar más tarde o más
temprano (aunque con remontadas como la de Oporto el equipo pareciera
imbatible); perder el liderato no es preocupante porque la próxima
jornada el Atleti puede ser primero ganando y si el Real Madrid
puntúa en el Camp Nou; pero a saber cuántos años más tendrán que
pasar para que los rojiblancos encadenen ocho triunfos en el inicio
de Liga y se vean en una oportunidad como ésta...
PRIMERA PARTE TEDIOSA
Pero el Atleti no saltó al campo del
Espanyol con ánimo de lograr ningún récord ni de alcanzar ningún
liderato. Lo hizo como en otros encuentros fuera de casa (Valladolid,
Oporto...): dejar el balón al rival, orden atrás para no conceder
ocasión alguna, y escasas llegadas al área contraria.
Un partido tedioso que sólo fue roto
en la primera parte por un par de buenas acciones de Diego Costa.
Ambas llegaron cerca del descanso. En
la primera, tras un par de buenos quiebros pegado a línea de fondo,
sacó un buen centro que fue rematado contra el poste por Koke casi
sin ángulo; y en la segunda, emprendió una cabalgada solo contra el
mundo (claro ejemplo de su pletórica confianza) y tras romper a
Sidnei con un bonito recorte, se la llevó de rebote entre otros dos
defensas y acabó lanzando fuera.
Al lado se desesperaba David Villa que
le pedía que se la hubiera pasado. Eso fue para lo único que
apareció el asturiano en todo el partido. Para desespearse y entrar
en peleas con rivales y árbitro.
Por su parte el Espanyol, con mucho
viejo conocido (Aguirre en el banquillo y Simao y Pizzi en las
bandas) planteó un partido feo, sin buscar tampoco la portería de
Courtois, y limitándose a contener al medio campo rojiblanco,
inoperante con Arda Turan en el banquillo. Sin él, salvo que invente
algo Koke, el medio campo es plano.
¿OTRO PARTIDO COMO EL DE VALLADOLID?
En cualquier caso, como les adelantaba,
el guión era similar a otros encuentros del Atleti del Cholo a
domicilio, así que en el descanso mi padre y yo nos animábamos
pensando en que peor fue la primera parte de Zorrilla y en la segunda
se pisó el acelerador y se llevaron los tres puntos. “Además allí
tampoco tiraron en toda la primera parte salvo un larguero de Raúl
García. Como hoy con el palo de Koke”, le recordaba a mi padre
intentando buscar más paralelismos alentadores.
Pero en la segunda mitad no fue el
Atleti el que metió otra marcha. A los cinco minutos, el Espanyol
protagonizó una doble ocasión en la zurda de Lanzarote y metió el
miedo en el cuerpo rojiblanco. Su primer disparo lo repelió Courtois
con una buena estirada, y en el segundo tiró de primeras a las manos
del portero belga. No tendría tanta suerte un par de minutos
después.
UN GOL DE LOS QUE NO SE VEN
El lateral Fuentes saca un centro desde
la izquierda, Sergio García no llega al remate, pero Courtois estira
la pierna izquierda en su intento de tapar el posible disparo con tan
mala fortuna que la bola, que se habría paseado por el área chica,
le pega en el empeine de su bota izquierda y se va a la red (1-0). En
casi 25 años que llevo viendo fútbol, no recuerdo un autogol
similar...
Quedaban casi 40 minutos por delante y
estaba por ver si el Atleti sería capaz de mostrar una reacción tan
buena como la de Oporto (único encuentro hasta ayer en el que se
había visto por debajo en el marcador).
RESPUESTA POSITIVA
Y la respuesta pareció positiva. De
jugar con trivote, en cuarto de hora Simeone dio salida a Raúl
García, Gabi y Mario para sacar a Arda, Adrián y el Cebolla.
Sólo diez minutos después del tanto,
el árbitro anuló un gol de cabeza a Mario Suárez en claro fuera de
juego. Koke amagó el saque de una falta y la puso a la segunda.
Resultado, los del Atleti se quedaron allí donde cayeron tras el
primer ademán, y la defensa blanquiazul sí salió.
Canté el gol. Como también lo hice un
minuto después, aunque ésta no entró.
Villa deja solo con un buen pase (lo
único que hizo) a un rapidísimo Diego Costa, y cuando ya agarraba a
mi padre del brazo para celebrarlo, la pelota lamió el poste.
PERO EFÍMERA
Parecía que con ese paso adelante (que
debió darse antes) el empate llegaría. Pero la reacción se quedó
sólo en eso.
El Atleti no fue capaz de crear ninguna
ocasión más clara y el Espanyol fue el primero en derrotarle sin
demasiado sufrimiento.
De hecho, la más peligrosa la tuvo el
Espanyol, tras un malísimo control de Alderweireld que tuvo que
solucionarle su compatriota Courtois con una rápida salida ante
Sergio García. El defensa belga desentonó en su debut casi tanto
como su estrambótico corte de pelo.
Al final, esta derrota puntual no es
tan grave. Lo duro es haber fallado a una cita con la historia de
ésas que puede que no vuelvan jamás.
1 comentarios :
¿Qué pacha, coleguita?
Por primera vez en mucho tiempo, en todo de acuerdo contigo, aunque te sobran líneas detallando el puto récord de la gentuza de enfrente, y te pasas un poco con el debutante Toby. La cagó en algunas acciones, pero en otras a mí sí que me gustó, aparte de que se le ve buen manejo del balón. Hay que darle tiempo. Lo que no resulta muy comprensible por parte del Cholo es, aparte del absurdo apelotonamiento de delanteros que hizo en el encuentro (nunca funciona, nunca), que los jugadores debuten con la rojiblanca sin haber disputado un solo minuto antes de juego. Tanto el belga con el gabacho deberían de tener ya sus 120 minutos de juego en activo, aunque hubiese sido repartido en diferentes encuentros.
Un abrazo. Y el otro día escuché tu podcast ese de la crónica que hiciste del terremoto de Alcornocón. Me llevé una gratísima sorpresa, macho. Lo haces de putísima madre, en serio. Llegarás lejos en la Cope. Por cierto. ¿Ese programa lo dirige M. J. Navarro?
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