jueves, 1 de mayo de 2014

Abrazo a abrazo

Han pasado ya muchas horas desde que eliminamos al Chelsea y son decenas las ideas que fluyen por mi cabeza sobre cómo titular esta histórica crónica y por dónde orientar el comienzo de mi relato.

LA BATALLA DE STAMFORD BRIDGE
Cruza por mi mente la conversación que tuve ayer con mi primo Diego (que me acompañará en el partido de Liga ante el Málaga en el Calderón, Dios quiera, cantando el alirón), en la que me preguntaba si sabía que Stamford Bridge fue una batalla librada en la localidad homónima de Yorkshire (no confundir con el perro), al norte de Inglaterra, entre un ejército invasor de noruegos y escoceses contra las tropas locales anglosajonas. En aquella contienda, el líder invasor, Harald Hardrade, espoleó a sus huestes diciendo:
En la batalla nunca debemos 
escondernos detrás de los escudos...
Mi armadura me dice: alza la cabeza,
donde la espada encuentra al cráneo. 

Y fue precisamente al salir las mesnadas rojiblancas de detrás de sus escudos, tras recibir la primera lanzada de Fernando Torres (no podía ser otro...), cuando encontraron el cráneo de su rival inglés y lo machacaron. Hasta por tres veces.

UNA FINAL MADRID-ATLETI
Tampoco paro de pensar (tras comprobar con desolación cómo la defensa del todopoderoso Bayern de Munich hizo aguas por dos veces en menos de 20 minutos. ¿Desde cuándo Guardiola “defiende” en zona...?) en que no era ésta la final que estaba convencido de que el destino nos tenía preparada, como venganza al Bayern en el 40 aniversario de aquella y como homenaje al recientemente fallecido Luis Aragonés.
Como dicen muchos, pesa el miedo a las consecuencias de una caída ante el eterno rival. Ahora, denle la vuelta... ¿Se les ocurre sueño mejor para un atlético que ganar su primera Liga de Campeones... ante el mismísimo Real Madrid? ¿Orgásmico, no? Múltiple, diría yo.

LOS ABRAZOS DEL CHOLO
Pero todavía queda casi un mes para ese 24 de mayo en el que el Atlético de Madrid disputará en Lisboa la Final de la Champions (como dice Iñako Diaz-Guerra, lean la frase y no se cansen), con lo que, agarrado a la filosofía que nos ha llevado hasta aquí, la del Cholo Simeone, voy a ir partido a partido. En este caso, abrazo a abrazo.
Han sido muchos los abrazos que esta temporada nos hemos podido dar los atléticos. Más de cien goles a celebrar (75 en Liga; 25 en Champions; y 12 en Copa), muchos de ellos vividos tan intensamente que hasta dejé sin respiración a mi padre, como contra el Madrid, le hice daño, como contra el Granada, o ya directamente puso “cuerpo a tierra”, como contra el Barça.
Y muchos los que se han repartido los propios jugadores (especialmente sintomático el que le dio ayer Diego Costa al Cholo tras marcar el 1-2). Pero hoy quiero destacar el “abrazo a abrazo” que anoche dio Diego Pablo Simeone, uno por uno, a todos sus jugadores cuando abandonaban el césped de Stamford Bridge tras celebrar con los 3.000 afortunados que viajaron a Londres el pase a la gran Final.
Si no han tenido la oportunidad de verlo, les recomiendo que pinchen este vídeo en el que Simeone abraza uno por uno a sus futbolistas: Courtois, Miranda, Filipe, Mario, Juanfran, Arda, Godín, Villa, Koke, Tiago, Diego Costa... No le falta ni uno. Y si alguno quiere “escaparse”, incluso lo agarra.
Esa sintonía, ese hermanamiento, esos lazos que ha logrado establecer el Cholo con sus jugadores, y la unión y el compañerismo que refleja la foto que colgó después Juanfran de la celebración en el vestuario, son la clave de este Atlético de Madrid al que le define una palabra sobre el resto: Equipo. Con mayúsculas. Como ya han destacado tantos y tantos hombres de fútbol (ayer Mourinho, sin ir más lejos).

NO ME GUSTÓ EL INICIO
Y eso que no me gustó el planteamiento inicial de los nuestros. Bien es cierto que a los cuatro minutos les dimos un buen susto con un centro-chut de Koke que repelió el larguero de Schwarzer (por cierto, se han percatado del parecido con el apellido de nuestro verdugo en la Final de hace 40 años: Schwarzenbeck), pero fue una jugada aislada entre lo que se convirtió en un gran dominio del Chelsea (llegó a ser de 68-32). “Pero no crean peligro”, me replicó mi padre. Pero excepto en un Real Madrid-Bayern, el equipo que tiene el balón es el que suele tener más posibilidades de hacer gol. Y el Atleti ya demostró en la ida potencial suficiente como para someter al Chelsea. Y no estaba siendo así.
El control blue derivó en una peligrosísima falta de Koke a Ramires en la frontal del área que me hizo temer por su tarjeta (finalmente llegamos sin sancionados a la Final); una espectacular chilena de David Luiz que lamió el palo (su jugador más peligroso); y el 1-0.
El brasileño William se la lió de forma inexplicable a Godín y a Filipe y se coló entre ambos junto al corner, Azpilicueta se la puso a Fernando Torres, y su derechazo tocó lo justo en Mario Suárez para evitar que llegase Courtois. El Niño, manos arriba, se disculpó. Y hubiera sido una gran condena que él nos hubiera privado de tamaña gesta. Por suerte, no fue así.

ADRIÁN DEVOLVIÓ LA CONFIANZA
Los rojiblancos dejaron atrás sus escudos, y dieron un firme e inmediato paso al frente, comandados por un inmenso Tiago Mendes que lució con honor ese brazalete de capitán que comenzó a ganarse con sus lágrimas de hace cuatro años en la final de Copa en el Camp Nou.
Fue Tiago el que puso un balón largo que aparentemente se perdía por línea de fondo. Pero allí apareció el rayo Juanfran, más rayo que nunca, para poner un balón al segundo palo y Adrián, la gran sorpresa de la alineación de la noche, la pegó con el alma (algunos dicen que con la espinilla) y la alojó en las mallas (1-1).
Cuando supe de la titularidad del asturiano le dije a mi padre: “Que con la temporada que lleva Simeone le haya puesto de titular en los cuartos con el Barça y hoy sería para que pagara esa confianza con un gol”. Y así lo hizo el chico. Mi salto para celebrarlo, puesto en pie en un bar rodeado de madridistas (es lo que toca...) estuvo a la altura de aquella celebración del gol de Forlán en Anfield que nos daba el pase a la Final de la UEFA, hace cuatro años, con la que incluso me hice daño en el hombro.


¿EL PENALTI MÁS LARGO DEL MUNDO?
El tanto llegó en el minuto 44, y en la segunda parte salió un Atlético con la lección aprendida, que hizo todo lo que debía hacer para sacar billete “road to Lisbon”.
El dominio ahora era rojiblanco, y un zurdazo a bocajarro de Arda, repelido por Schwarzer, fue el preludio de lo que estaba por llegar. Courtois puso su granito de arena con un tremendo paradón abajo a cabezazo de Terry. En la jugada siguiente, el partido se decidiría.
Samuel Etoo, viejo conocido que llevaba cinco minutos en el campo, llega tarde a un balón controlado por Diego Costa en el área y le derriba. Penalti.
La mecánica celebración de la pena máxima da paso al miedo... ¿Y si lo falla? Cinco goles de nueve penaltis era un bagaje como para dudar de Diego Costa. Villa (uno de dos) estaba en el banquillo; al igual que Raúl García (al que pidió que lo tirara Simeone contra el Elche). Y Gabi, otro candidato, en la grada.
Así que no podía ser otro. Diego Costa se pelea con un punto de penalti que estaba indiscutiblemente hundido (y eso te puede hacer fallarlo). Lo mueve a un lado, a otro, patea la hierba, hasta el punto de exasperar a un árbitro que le saca amarilla. Terry increpa al hispano-brasileño (¿de verdad alguien puede creer que se puede perder tiempo para tirar un penalti?) y se enzarzan a empujones. Nervios, tensión, refriega... En el penalti más decisivo del año... “Lo falla”... Estoy convencido de que lo pensamos ocho de cada diez atléticos... Pero lo metió. Zambombazo de Diego Costa arriba y a la derecha de Schwarzer (1-2). Quizá el mejor penalti del año. Lisboa estaba muy cerca.

ARDA APUNTILLA
Cinco minutos después, David Luiz pudo cambiar el devenir de la recta final con un testarazo que encontró el poste. Pero era la noche del Atleti. Es el año del Atleti. 2014, recuerden... el año del Cholo.
Así que Tiago volvió a abrirla, el rayo Juanfran volvió a aparecer luminoso, y Arda Turan cabeceó al larguero, para recoger su propio rechace y poner el 1-3 a placer. Tres goles en Liga; cuatro en Champions. Lo dicho, hay jugadores tocados con una varita para estas grandes citas.

NOS VEMOS EN LISBOA
De ahí al final no sé muy bien lo que pasó, porque yo ya estaba con la cabeza puesta en el viaje a Lisboa. Ni me enteré de que quitaron a Diego Costa... Sime-one se pegó una carrerita en su propia banda emulando al otrora conocido como “special one”; en la sala de prensa adelantó el regalo del día de la madre "agradeciendo a las mamás de estos jugadores que tenemos en el Atlético de Madrid, porque les hicieron nacer con unos huevos así de grandes”; y repartió abrazos. Muchos abrazos. ¿Lo mejor de todo? Que los abrazos más fuertes aún están por llegar. Ah, y por cierto, la citada batalla de Stamford Bridge... la perdieron los vikingos. El que quiera entender, que entienda. Nos vemos en Lisboa.

6 comentarios :

Unknown dijo...

Alucinante. Histórico. Cualquier adjetivo se queda corto para describir lo que ha conseguido esta plantilla.

La final ya solo es la guinda a una temporada fantástica en la que enfrentarse al Madrid ya "solo" es un tramo del camino más. Con humildad y esfuerzo es posible porque estos jugadores y su entrenador así lo han demostrado.

Y qué bueno es Curtois!!!!! Menudo porterazo.

Por cierto, un dato. Tú que eres amante de las estadísticas. Mira quien formó la defensa que cayó eliminada contra el Albacete. La misma que la del miércoles. Así que al Cholo lo que es del Cholo. Que no es poco

Amin dijo...

Historico, sueño con el doblete :)
Ojalá tengamos abrazos de victoria en Lisboa y contra el Málaga
Un beso!

Anónimo dijo...

Me alegro de que la nota histórica te sirviera de inspiración, a ver si es cierto que finalmente la batalla la pierden los vikingos :D

Nos vemos el domingo para luchar juntos en el otro frente :)

¡Un abrazo!
Diego

César Malagón dijo...

Grandísima crónica José....y no solo por lo que cuentas, q ya es bueno de por sí... sino por lo bien q lo haces!! :)

Alessandro Di La Fonte dijo...

Me encantan tus comentarios o resúmenes de lo que fue y es la mejor temporada de nuestro histórico ATLETI porque es lo que cualquiera de nosotros vivimos y sentimos con nuestro equipazo. Espero leerte el final de esta temporada y que sea la mejor crónica de toda tu vida. AUPATLETI CALDERON.

Alessandro Di La Fonte dijo...

Ups , quería decir AUPATLETI CAMPEON, no CALDERON