Cuando Diego Costa se lesionó en el
minuto 13 y se pasó llorando en el banquillo casi los mismos escasos
minutos que había podido jugar (vaya final de lesiones el del
hispano-brasileño); cuando Arda se marchó golpeando el césped
enrabietado, después de que fuera Cesc el que le golpeara con rabia
(que vaya al Mundial el catalán y no Gabi o Raúl García... en
fin); y, sobre todo, cuando Alexis Sánchez, ese genio incomprendido,
sacó un trallazo increíble, sin ángulo, escorado, que se coló por
el único ángulo inalcanzable para el Zamora de la Liga (por segundo
año consecutivo), la escuadra (1-0), el miedo se apoderó de mí.
Vi el partido en la Cervecería Ochava
(bar que ya jamás olvidaré), en Atocha, porque me atrajo una gran
bandera rojiblanca ondeando en su terraza, mientras buscaba una zona
cerca de Neptuno por si había suerte.
Pero en esos instantes, mirara donde
mirara, sólo veía gestos contraídos, manos a la cabeza, y angustia
en los rostros de las camisetas rojiblancas que me rodeaban.
La tele me traía idénticas imágenes
entre los 450 valientes (enorme la gentileza del Barça, cuyo aforo
ronda las 100.000 butacas) que habían vuelto a asumir los 98
abusivos euros de entrada impuestos por el club culé para asistir al
Camp Nou; y principalmente la del Cholo, que apretando los dientes
negaba con su cabeza, incrédulo ante tanto infortunio.
RECORDÉ TODOS LOS ERRORES...
Entonces, por mi cabeza rondaba la mano
milagrosa de Caballero a disparo de Adrián; el tiro al larguero de
Villa; el autogol de Filipe en Levante; el gol casi a puerta vacía
fallado por el Guaje; el penalti absurdo de Juanfran al Sevilla;
aquel balón que envenenó el viento de Almería y se comió
Aranzubía... esos escasos errores, casi contados con los dedos de
una mano, que habían condenado al Atleti a jugarse la Liga en la
última jornada en el Camp Nou y que tras ese golazo de Alexis y sin
nuestros dos mejores jugadores sobre el campo, parecían
sentenciarnos. La Liga no se perdió en el Camp Nou. Se perdió en
Levante... o con el Málaga, diría el tópico. Pero el Cholo Simeone
y sus gladiadores no habían llegado hasta aquí para perder esta
Liga.
"EL FÚTBOL ES INJUSTO..."
"EL FÚTBOL ES INJUSTO..."
“El fútbol es injusto”, era el
maldito título que fabricaba mi mente cuando la tele mostraba la
clasificación momentánea y en ella, por primera vez en dos meses,
el líder no era el Atlético de Madrid.
Era la primera vez en la sucesión de
seis partidos que este año han dirimido Barça y Atleti (con cero
victorias catalanas) que los culés estaban por delante. El escenario
que los blaugranas llevaban anhelando todo el año. Y al gol se le
sucedieron cinco minutos de rondo culé que me hicieron ver la Liga
realmente lejos.
Pero el Atleti sólo estaba asimilando
el golpe. Y una vez digerido, como posteriormente dijo Godín,
“apretamos el culo e hicimos lo de siempre”.
Y lo de siempre fue sacar la garra, el
orgullo, el coraje, correr, pelear y luchar como si esta Liga fuera
nuestra... porque lo era... porque lo es.
Y Raúl García la pegó de lejos; y
Juanfran encaró; y Koke sacó tres corners consecutivos ante una
zaga blaugrana que comenzaba a dar signos de debilidad. Y sólo
rogaba porque en uno de esos corners, handicap del Barça y fortaleza
del Atleti durante todo el año, la pelota acabara en la red.
Pero no lo hizo en ese primer tiempo, y
llegó el descanso que más largo se me ha hecho en toda mi vida...
EL DESCANSO MÁS LARGO DE MI VIDA
Salí a la calle, a tragar aire, porque
por momentos esa Cervecería Ochava ataviada de bufandas colchoneras
(la mayoría de sus camareros son rojiblancos), se había quedado sin
oxígeno, atrapada en una atmósfera de ilusiones ahogadas.
En la calle, un taxista me dice que
pinta mal; y una mujer sudamericana me desea que ojalá remonten.
Pero yo no quiero hablar ni ser visto por nadie. Simplemente necesito
estar solo. No rezo, porque hace años que Dios me concedió una
petición más importante que el fútbol, y a cambio le prometí que
nunca más le pediría por “la cosa más importante de todas las
cosas menos importantes" (Arrigo Sacchi). Sólo confío.
Confío en el discurso del Cholo Simeone en el vestuario.
¿QUÉ LES DIRÍA EL CHOLO?
Confío en
que les haga ver que tras 37 jornadas luchando hasta la extenuación,
tras el paradón de Courtois en el 89 en Anoeta (jornada 3); la
trabajada victoria en el Bernabéu (7); la goleada al Valencia tras
un 0-0 al descanso (16); los sufridos triunfos ante Levante (17) y
Málaga (18); la final sin ganador con el Barça (19); la goleada a
la Real para homenajear a Luis Aragonés con el liderato (22); la
batalla ante el Madrid que nos permitió seguir en la lucha (26); el
gol de Gabi en el Villamarín para ganar “el Clásico de tres”
(29); las cabezas salvadoras de Diego Costa ante el Granada (30); de
Koke en San Mamés (31); de Miranda contra el Elche (34); y de Raúl
García frente a Villarreal (32) y Valencia (35)... tras todo ello,
no se podía morir en la orilla.
Y algo así debió decirles el Cholo,
ya que Filipe confesó después que antes del partido les puso un
vídeo “con imágenes incluso de la pretemporada”.
Algo así, y algo parecido a esto: “Hay
que salir y decir en el campo que sólo hay un campeón y va de rojo
y blanco". La última frase es de Luis Aragonés, quien según
el propio Simeone “defendió con los muchachos cerquita del área
en la segunda parte”.
LA CABEZA DE TODOS LOS ATLÉTICOS
De todo esto salió del vestuario un
Atlético que a los 50 segundos remató al palo por medio de Villa;
que a los tres minutos se quedó solo delante de Pinto tras genial
pared de Adrián y Koke, pero se cruzó Adriano; y que a los cuatro
minutos... a los cuatro minutos dio un vuelco de alegría al corazón
de todos los atléticos e inmortalizó un momento que quedará
grabado para siempre en la historia del Club Atlético de Madrid.
La cabeza de Diego Godín fue la de todos los
atléticos. Fue la de Simeone, 18 años antes, rematando también de
cabeza el 1-0 ante el Albacete que nos dio la última Liga hasta hoy;
la de Gárate, que tuvo que hacer cola como uno más para lograr
entradas para Lisboa, cuando su cabeza marcó tantos y tantos goles
para las Ligas que el Atleti ganó en 1970, 1973 y 1977; la de
Fernando Torres, que se marchó sin levantar ningún título de
rojiblanco; la de Antonio López, que vivió algunos de los peores
años en la historia de este club y jamás pudo ni soñar con una
Liga; y, sobre todo, la de todos los aficionados colchoneros, que
durante un largo año han aguantado el “ya caerá el Atleti, ya
caerá”, con un estoicismo y una fe que son dignas del mayor de los
monumentos...
Fue especialmente bello que el jugador
encargado de marcar ese histórico tanto se besara el escudo para
reivindicar lo que significa este sentimiento. Y no era la primera
vez que lo hacía.
Jamás vi un testarazo tan puro, tan
contundente, salto tan elegante y remate tan impecable. Como se suele
decir en baloncesto, entró limpia (1-1). Pero era normal. Lo
rematamos todos.
Al Atleti aún le duró el subidón
algunos minutos, en los que Mascherano evitó que Koke se quedara
solo ante Pinto, y en los que Gabi corrió más él solo que todo el
Barcelona junto, apoyado por Tiago, Raúl García, Filipe o
Juanfran... todos ellos, llegaban a cada balón disputado una décima
antes que los del Barça. Pero después el balón volvió a ser
blaugrana.
UNA FASE DE PERROS
Entramos entonces en "una fase de perros". El acervo popular entiende una “vida de perros”, como una
mala vida. Personalmente, mi perro vive genial, pero su reloj
biológico va más rápido, por lo que un año nuestro es como siete
suyos. Es decir, que una hora nuestra son como siete de perro, y
media hora serán como tres horas y media...
Llegado a este punto, viví la última
media hora de partido como un perro, porque esos 30 minutos se me
hicieron como tres horas y media.
No les miento. Fui capaz de mirar el
reloj siete veces y el minuto seguía siendo el 17 de la segunda
parte... un infierno.
Dos minutos más tarde, o cuarto de
hora, según se mire, un balón colgado al área por Dani Alves (el
único del Barça que estuvo a la altura) rebotó en alguien y fue
machacado por Messi a la red. El grito de dolor fue unánime, pero no
en mi caso. Siempre en cada tanto, a favor o en contra, centro mi
mirada presto en la figura del linier o el árbitro. En este caso, la
mano arriba, salvadora, de Mateu Lahoz, decretaba el fuera de juego
que más he celebrado en mi vida.
CADA JUGADOR DEL ATLETI, UN HÉROE
De ahí al final, el cronometro siguió
sin correr. Las agujas se enganchaban en el segundero, la boquilla
del reloj de arena se hacía cada vez más estrecha, pero cada
jugador del Atlético se engradecía como un héroe al que sin dudar hubiéramos entregado el cuidado de nuestra vida.
Era especialmente emocionante ver a
Koke, a Tiago o a Gabi saliendo del área, rodeados de camisetas
blaugranas, y siendo capaces de aguantar el balón hasta alejarlo de
la zona de peligro.
El partido llegó al tiempo añadido
dentro de una angustia, constante pero sostenida, en el que el único
susto real fue un derechazo lejano de Alves que repelió Courtois.
Y hubo corner en contra en el último
segundo, como no podía ser de otro modo en el guión atlético, con
las trenzas de Pinto merodeando el área en busca de un milagro que
ningún Dios podría haber aprobado.
Y EL ATLETI ES CAMPEÓN
Y EL ATLETI ES CAMPEÓN
Y Mateu Lahoz emitió tres
silbidos que significaban una Liga. Y el Atleti se hizo mayor de
edad. Y el teléfono sonó, como hacía 18 años, cuando un niño de
15 años descolgó el auricular para recibir la felicitación de su
abuelito, el primero en hacerlo en esa Liga de 1996. Ahora, sin él
para hacerlo, era su hijo, mi tío, el que recogía el legado de esa
felicitación primigenia: “Enhorabuena, ha habido que sufrir ¿eh?”.
“Hemos sufrido hasta el último minuto. Pero así es el Atleti”,
respondía, y cuando pronunciaba estas palabras, un nudo se hacía en
mi garganta, que me impedía seguir hablando, a punto de llorar, como
el niño de entonces. A duras penas, pude controlar las lágrimas. Y
me cité con Neptuno. Y hablamos de volver a vernos. Y quizá
entonces, no haya manera de contenerse.
9 comentarios :
No tengo palabras. Yo sí que no pude contener las lágrimas.
Menuda tarde.
Espera Lisboa.
Un abrazo
Si por alguien me alegro de este triunfo es por ti Jose. Te mereces haber disfrutado este momento. Te conozco desde hace bastantes años y jamás he visto nadie tan fiel a estos colores. Con tu crónica semanal sin faltar ni una sola vez. De verdad, enhorabuena. Ahora solo queda una final.
Existe un archifamoso poema argentino que reza:
¡Piu Avanti!
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al menor ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora…
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza
Me gusta como escribes... Me suelen gustar mucho tus crónicas pero ésta me ha encantado quizás porque mi vivencia del momento fue muy similar a la que tu cuentas, con un par de diferencias: la llamada de una muy querida prima fue la que me hizo pensar que éramos CAMPEONES porque no fui capaz de ver la 2ª parte y que yo sí pedí durante buena parte de ese 2º tiempo a S. Judas que no permitiera que muriésemos en la orilla después de haber nadado hasta allí...
Nos queda un "más difícil todavía" y espero que tu próxima crónica se titule algo así como " Y el sueño imposible se hizo realidad" porque estando por medio S. Judas y, por supuesto, el Cholo y sus chicos yo veo posible hacer realidad el sueño de conseguir LA PRIMERA...
Lo has dicho maravillosamente, todos sentimos un ahogo en el pecho hasta que pito el final y pudimos respirar y reir y llorar. Gracias por todos esos sentimientos!
¡Qué partidazo, primo! Fue como una de esas pelis americanas en las que todo empieza fatal y pinta muy negro y al final los buenos acaban ganando. Qué digo buenos, ¡los mejores!
Queda vencer en Lisboa, que sería maravilloso y parece bastante factible, pero la merecida victoria ya se ha conseguido. ¡Enhorabuena!
Hemos hecho una app con las frases del cholo. A ver si te gusta! GANAMOS LA FINAL!!!https://play.google.com/store/apps/details?id=com.spaguetistudio.frasesdelcholo
¡Enhorabuena, chavalote! ¡Menuda semana debes de estar pasando, ¿Eh, bribón? Yo no sé tu, pero he ensanchado lo menos 10 cm en cada lado. Tengo una satisfacción interna enorme, no quepo en mi mismo. Lo conseguido, y de la forma en la que se ha hecho, es sencillamente épica. No podemos estar más orgullosos de ellos, y de nosotros mismos, qué carallo.
No me hables del móvil, que vaya tela, por otro lado. Sin darme cuenta me lo dejé en el finde desde el viernes hasta el lunes que llegué a trabajar de nuevo encendido en el curro. Cuando lo ví de nuevo, no tenía ni batería, y claro, como no llevaba el puto cargador encima, no lo pude encender hasta ayer. Tenía 19 llamadas perdidas y 14 SMS (menos mal que no tengo todavía washap de ese). Sin comentarios. Poco a poco iré contestando a todo el mundo, qué le vamos a hacer.
Coincidencia. Me pasa como a ti. Lo primero que hago SIEMPRE cuando metemos un gol o nos lo meten es también mirar al árbitro y linier de turno. Han sido tantas veces la cara de gilipollas que se me ha quedado celebrando un chicharro nuestro y luego verlo anulado que me cansé, y siempre lo hago ya así.
Como bien sabes, no puedo ir a Lisboa, pero no sufras por mí. Ya sabes que desde que no puedo ir con todos ustedes de marchuki por ahí las cosas van miel sobre hojuelas, y yo para esas cosas soy mogollón de supersticioso. Vamos, que del sofá de mi queli no me mueve ni la Kate Perry esa en bolas, téngalo claro.
Disfruta mucho tu que puedes, y recuerda siempre que estarás representando allí a grandes Atléticos que por una u otras circunstancias no podemos acudir. Ánimo, y al toro, amigo.
Y no sufras por ese mini. Más tarde o más temprano caerá. Cuando menos nos lo esperemos.
Fuerte abrazo, amigo. Ya te mandaré mi móvil por faisbuk.
Sou do Fc Porto. Força Atlético contra os franquistas. Um abraço e desejos sinceros da vossa vitória hoje. Hoje somos Atlético!!!!
Eduardo Campos
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