domingo, 21 de septiembre de 2014

Los pitos y lo tierno

JORNADA 4- ATLÉTICO 2-2 CELTA
Goles: Miranda (falta), Godín (corner); Pablo Hernández, Nolito (penalti).
El 24 de mayo de 2014, pasadas las diez y media de la noche, el corazón de miles de atléticos se rompió en pedazos. Después de 93 minutos de resistencia heroíca y de ser campeones de Europa durante casi una hora, Sergio Ramos perforó la meta atlética y las ilusiones de los rojiblancos, que en su gran mayoría supieron que no hacía falta jugar la prórroga.
Eran las tres y media de la tarde en México, cuando un crío de 23 años recién cumplidos, que apenas cinco meses antes había expresado su deseo de dar el salto al fútbol europeo tras el Mundial, recibía el gol del andaluz en Twitter del siguiente modo: “Goooool del Real Madrid!! Y lo repito, esto no se acaba hasta que se acaba!!”.
@Raul_Jimenez9 tiene más de 900.000 seguidores en Twitter, donde se define como jugador “actualmente” del @Atleti. Pero meses antes del citado tuit ya había expresado en alguna ocasión, textualmente, “Yo soy del Real Madrid”.

¿SE PUEDE PERDONAR A JIMÉNEZ?
¿Puede perdonarle tal afrenta un aficionado del Atlético de Madrid? Sí, sin duda. Con goles, entrega, sacrificio y un gran rendimiento.
Raúl Jiménez viene con una pesada rémora que será imposible de quitarse si no empieza a cumplir pronto los citados requisitos.
“Que le quiten ya”, reclamaba Alberto, un niño de doce años, cuando sólo iban disputados 15 minutos... “¡Pero dala con los cuernos!”, le pedía otro cuando no llegaba a un balón aéreo. “Éste en el mercado de invierno ya sale cedido”, vaticinaba un tercero y, ojo, que he leído esa posibilidad por ahí. “Es malísimo. Hay que empezar ya una campaña contra frijolito”, me comentaba otro amigo...
¿Anoche no se ganó al Celta por culpa de Raúl Jiménez? No. ¿Habría estado tan en el ojo del huracán de no tener los precedentes citados? Tampoco. Pero el chico no está demostrando ser precisamente un portento.

LOS PECADOS DEL MEXICANO
Pese a medir 1,90, no gana balones por arriba (Raúl García en 20 minutos se llevó más juego aéreo que él en 80 minutos); no es un jugador de brega (en una jugada en la primera parte, Koke vino desde la banda y estuvo más rápido en la presión que él, que estaba a dos metros del defensa); no es veloz, ni habilidoso, y se le intuye que puede ser un buen rematador, pero aún no lo ha demostrado.
A los cinco minutos, Koke rompió a la zaga celeste por el centro, le dio un pase raso a Jiménez en la frontal, y disparó a las nubes.
A los 38 no remató por poco un buen centro de Griezmann.
A los 62 cabeceó bien una falta colgada por Gabi... y marcó, pero el árbitro lo anuló por fuera de juego. Estaba adelantado medio cuerpo.
Y a los 77 Raúl García le dejó en la frontal del área chica, casi para empujarla, pero se la tiró al cuerpo a un Sergio que hizo un partido sobresaliente.

Y LOS PITOS
Cinco minutos más tarde se fue sustituido por Cerci y recibió algunos pitos de la grada. Pitos que parecía haber querido ahorrarle Simeone cuando cuarto de hora antes quitó a Griezmann (muy incisivo, sobre todo en el primer acto) y fue él el que se los llevó por el cambio.
Ha habido quien se ha echado las manos a la cabeza e incluso ha criticado estos pitos. Al estadio se va a animar, sí. Pero en un acto puntual como un cambio, creo que el público tiene derecho a expresar su conformidad o desacuerdo, igual que en una plaza de toros se abuchea o se pide una oreja con pañuelos blancos en función de la actuación del torero.
En el caso de Raúl Jiménez, le definiría con una palabra: tierno. Y es que quizá sus años en el América, portando la palabra Bimbo en el pecho, le han pegado la característica ternura con la que publicitan su pan de molde.

NO FUE EL ÚNICO TIERNO
Por desgracia, el mexicano no fue el único que estuvo tierno ayer en el Calderón. En el minuto 20, un centro pasado de Planas sin destinatario aparente fue acompañado con la vista por Godín, confiado en que su par no llegaría, y, lamentablemente, Moyá decidió acompañar ese balón no con la vista, sino con el cuerpo, y dejó la portería vacía en busca de un balón que creía que acunaría mansamente en sus manos. Pero mansamente la pelota donde descansó fue en la red, después de que el par de Godín, Pablo Hernández, estirara su pierna derecha como el que saca la mano por la ventana a ver si llueve, y conectara suevamente el esférico con su espuela (0-1). No sé si fue un golazo o un churro, pero el Celta se adelantó.
Me veía en crisis cuando los vigueses, que dominaron en algunas fases de la primera parte, tocaban en medio campo arrancando incluso algún olé de los cientos de célticos que se desplazaron al Calderón.

EL ARTE DE LA PIZARRA
Sin embargo, el Atleti le dio la vuelta al partido con un arte que ha convertido en oficio mecánico: el balón parado. Aunque ya es una virtud criticada por nuestros detractores (la afición madridista), el año pasado los goles a balón parado no fueron tantos. En Liga, logró de esta suerte doce de sus 77 tantos. Fue el que más goles consiguió de esta forma, pero no por una diferencia apabullante (el Madrid hizo así once dianas, las mismas que el Athletic).
Pero este año está abusando. En el 30, Koke la pone de falta y Miranda prolonga con la derecha a la red (1-1). En el 40, Gabi cuelga un corner y Godín, imperial, cabecea a las mallas con autoridad (2-1). Cinco goles en Liga, cuatro a balón parado. La pizarra funciona.
Al descanso uno caía en la cuenta de que momentáneamente nos situábamos líderes en solitario y soñaba con pasar el sábdo noche en lo más alto. Pero no.

OTRO PARTIDO RARO
Si el de Atenas fue un partido raro, el de ayer no lo fue menos. Recién iniciado el segundo acto, Planas hace un control orientado con el tacón en el flanco izquierdo del área. Lo más que podía haber sacado era un centro desde línea de fondo. Pero Miranda se esperaba ese autopase tan poco como Godín el espuelazo de Pablo Hernández, y le encimó tanto que según se dio la vuelta el lateral celeste chocaron. Penalti. Absurdo, pero penalti. Nolito, que acababa de entrar en el campo y por su clase no entiendo cómo no es titular fijo, transformó la pena máxima con maestría (2-2).
Quedaba un mundo por delante y el Atleti puso empeño en pos de la victoria. Raúl Jiménez tuvo las mencionadas ocasiones; Griezmann sacó un derechazo centrado (en la primera parte tuvo dos muy buenas); Koke casi marca en un centro chut; Sergio sacó un paradón a cabezazo de Tiago; y hubo otro gol anulado a Raúl García por fuera de juego en el último minuto. Se reclamó un penalti a Cerci, y el fondo norte protestó con vehemencia una posible mano dentro del área.
Al final, el Celta, que ya dio mucha guerra el año pasado, arranca un punto del Calderón, algo que la temporada pasada sólo lograron Barcelona, Sevilla, Real Madrid y Málaga, en la taquicárdica penúltima jornada.
Si el Barça gana en Levante, la distancia con el líder será de cuatro puntos, algo que no pasó en toda la temporada pasada (el Atleti nunca estuvo a más de tres puntos del primero). Y ya expuse mi teoría sobre un Atleti “cazador a largo plazo”.
El Atleti deberá evitar más partidos raros y que ciertos jugadores dejen de estar tan tiernitos. Como con Bimbo, alguno aún necesita un “doble horneado”.

PD: Por cierto, ¿se imaginan a Raúl Jiménez celebrando de esta guisa (como en la foto) su primer gol en el Calderón?

2 comentarios :

Iván Loro @LoroRules dijo...

A los jugadores hay que darles tiempo, Griezmann tampoco es el de la Real Sociedad pero poco a poco lo va siendo. En el caso de Jiménez también le pasa lo mismo y Cerci y todos los nuevos. A Jiménez no se le puede exigir como a un crack. Y Simeone si no equivocara sería Dios y en ocasiones se equivoca que es lo normal. Así que hay que esperar un poco y ya está

Mauricio dijo...

Yo lo que creo que tuvimos muy mala suerte de cara al gol. De todas las ocasiones que has reseñado si hubiese entrado una estaríamos ahora pisando los talones al Barça. Pero tanto el sábado como el miércoles pasado en Atenas el balón no quiso entrar en los momentos oportunos. No lanzo la alarma pero necesitamos marcar goles. Y ojo, que muchos de los que se fallaron o paró el portero fueron en jugada.
De Raúl Jiménez, pues no sé que pensar. A mi lo que me esta gustando, y mucho, es la conexión Arda-Griezmann. Y Cerci cuando se enchufe va a colocar muchos de esos balones que tanto a Raúl Garcia (o a Jiménez) y Mandzukic les encanta.
Aun así esto acaba de empezar. Seguimos invictos y ya espera el Almería.