Comenzamos
hace más de quince años, cuando el propio Jesús Gil (fíjense si ha llovido) nos
decía que el trasvase a la Peineta, además de la mejora en la infraestructura,
nos proporcionaría unos pingües beneficios de unos 70 millones de euros.
"El cambio de estadio es muy positivo si el Atlético de Madrid quiere
crecer y fichar a futbolistas como Zidane", nos vendían los medios. Justo
esa cantidad fue la que le costó el francés al Real Madrid.
POR FORTUNA,
EL SUPUESTO ADIÓS SE RETRASABA CADA AÑO
Desde
entonces empezamos a despedirnos. A saber que nuestro estadio, nuestro Manzanares
querido, tenía caducidad. Al principio parecía broma. A partir del 2007
comenzaron a ponerle fecha: "Nos vamos en la 2010-2011". Por fortuna,
esa primera temporada fijada para el traslado, se retrasaba cada año. Será en
2012, será en 2014, será en 2016...
Finalmente
sería en la 2017-2018. Cuando en septiembre del año pasado me dieron cita para
elegir ubicación para el nuevo estadio, fui plenamente consciente de que la
cosa ya era de verdad. Poca broma.
LA TEMPORADA
PASADA LLEGARON LAS DESPEDIDAS DE VERDAD
Entonces,
empezaron las despedidas de verdad. Nuestro último partido de Champions, una
noche en la que incluso el cielo de Madrid lloró al final del encuentro para
despedirnos; nuestra última jornada de Liga, con dos goles de Fernando Torres
para poner el broche a nuestra casa; e incluso un último partido de
"leyendas", que sobre el césped dejó poco que ver, pero que me sirvió
para hacerme fotos desde todos los rincones y posiciones posibles de mi
estadio: ondeando la bufanda; sentado, solo, en mi asiento; en la entrada a mi
vomitorio; en la puerta 36... No quería despedirme del Calderón...
ENTONCES
LLEGÓ UN MAIL DE MAHOU. GRACIAS, ÁLVARO
Hace unas
semanas, mi colega y amigo Álvaro Pérez (que trabaja en Comunicación de Mahou)
me escribió para avisarme de que tenía un mail de Mahou para participar en el
"Partido de las estrellas" en el Vicente Calderón. No dejaré de
agradecerte que me lo recordaras, Álvaro.
No iba a ser la primera vez que jugase en el Calderón, ya tuve la suerte de hacerlo dos veces antes, la primera de ellas también con gol (minuto 16), pero probablemente sí sería la última. No podía faltar.
No iba a ser la primera vez que jugase en el Calderón, ya tuve la suerte de hacerlo dos veces antes, la primera de ellas también con gol (minuto 16), pero probablemente sí sería la última. No podía faltar.
Todas las despedidas
antes citadas fueron dolorosas. Mucho. Fue imposible retener las lágrimas en
algún momento de esos encuentros. Esta vez, como bien dijo mi compañera de
Radio Marca Natalia Freire, sería una despedida feliz. Con muchas sonrisas.
MIS COLEGAS PATRICIA
Y PERIS YA HAN ESCRITO PRECIOSAS CRÓNICAS
El reto es
difícil después de las preciosas reseñas que ya nos han dejado dos de mis
compañeros de equipo esa especial mañana en el Calderón, Patricia Cazón de As,
"La última crónica desde el Vicente Calderón", y Miguel Ángel Peris
de Esto es Atleti, "Los niños que jugábamos a ser Futre". Pero voy a
intentarlo. Ya llevo un rato haciéndolo, de hecho.
COMO EQUIPO DE LUJO, NOS CAMBIAMOS EN UN PALCO VIP
Eran las
diez de la mañana y subimos las escaleras que tras la Puerta 5 dirigen a las
oficinas del estadio. Desde allí, nos acompañan a una de las salas Vip del
estadio y nos cambiamos en uno de sus palcos. Un equipo de lujo cambiándose en
un sitio de lujo, con el césped del Calderón como maravillosas vistas.
Nos
repartimos las equipaciones, y bajamos las gradas del estadio, como si
viniéramos de recoger una Copa, rumbo al césped. El partido era de fútbol 7, y
estos fuimos los diez afortunados que nos vestimos de corto: 1 Fran Guillen; 5
Picu, 6 Peris, 20 Ricky, 3 Patricia Cazón; 2 Javi Gómara, 4 Jose I. Fernández, 8
Natalia Freire; 9 Juanes y 10 Marco.
NAVARRO EN
MI CAMISETA. POR MI ABUELO, Y POR MI MADRE
Mi camiseta
no llevaba el nombre de Jose F., como suelo lucir en mis equipos de fútbol, ni
Jose I. Fernández, mi firma como periodista, sino J. Navarro. Mi segundo
apellido. En honor a mi abuelo materno, fallecido hace ya más de cinco años y
siempre presente en mi corazón y en mi memoria, y a mi madre, por supuesto. Por
este motivo, quise que ella me acompañara en este día desde la grada, y pudiera
sorprenderla con el regalo de la camiseta.
23 AÑOS
HACÍA QUE MI MADRE NO ENTRABA AL CALDERÓN
Ni más ni
menos que 23 años hacía que mi madre no entraba al Vicente Calderón. En aquella
ocasión nos acompañó a mi padre y a mí a una presentación del equipo y me hizo
la primera foto que tengo dentro de nuestro estadio (pese a que ya llevaba más
de dos años visitándolo). Gracias mamá. Gracias por tanto.
A mi madre
el fútbol siempre la ha interesado entre poco y nada, pero cuando yo era
pequeño, por compartir de algún modo mi gran pasión, "se hizo" del
Tenerife, en el año 92, porque le gustaba Jorge Valdano. Cuando el argentino
fichó por el Real Madrid, la dije que tocaba cambiar de criterio para elegir
equipo... así que se pasó al Betis, por aquello de que tiene raíces andaluzas.
Este sábado,
su presencia en las gradas era uno de mis principales motivos para
querer marcar un gol en esa mañana de despedida del Manzanares.
LA ARENGA DE
FRAN GUILLÉN EN LA PIÑA
Antes de comenzar,
formamos una piña y unimos nuestras manos. "Pensad en todas las veces que
desde la grada hemos soñado con poder jugar aquí abajo", es la arenga de
Fran Guillén. No hace falta decir más.
Empiezo el
partido en el banquillo, donde pude ver los primeros detalles de clase de Marco
cambiándose la bola de pierna, las carreras y los desmarques incansables de
Natalia, a Peris organizando el juego desde la cueva, y cómo la lluvia caída
sobre el verde durante la mañana hacía que el balón se escurriera como una
trucha recién salida del río, algo de lo que pudo dar buena cuenta Patricia.
EL ESPÍRITU DE GAMEIRO Y DE VIETTO, TAMBIÉN PRESENTE
Como buenos
atléticos, también nos contagiamos por momentos de la falta de gol del equipo.
Así, me hice "un Gameiro" recién entrado al campo, rematando muy
desviada una gran asistencia de Gómara desde la derecha. Y minutos más tarde
fue Juanes el que se vio poseído por el espíritu de Vietto y marró un mano a
mano con el portero. También había amigos en el equipo rival, y el guardameta
era Porrys, quien sin duda con su presencia intimidante provocó nuestros
fallos.
MARCO SE
MARCÓ UN DOBLETE
No intimidó
tanto a Marco cuando puso el 1-0, peinando de cabeza un buen balón colgado por
Peris;
y mucho menos en el 2-0, cuando un zapatazo del propio Marco se coló en su portería tras tocar el poste izquierdo.
y mucho menos en el 2-0, cuando un zapatazo del propio Marco se coló en su portería tras tocar el poste izquierdo.
Ganar con
claridad y sin apuros también habría sido poco atlético, así que decidimos dar
un poco de cuartelillo al rival, donde Javier Matallanas era su delantero
centro y le dejamos solo frente a Fran Guillen, al que superó por bajo (2-1).
Y ENTONCES,
CACÉ EL 3-1
Poco le duró
la alegría al equipo de San Miguel (el nuestro era el Mahou Cinco Estrellas.
Así, con categoría). Tras el saque de centro, balón largo de Ricky (que estuvo
imperial al corte), la pelea Juanes (que no paró de ofrecerse y fajarse con la
defensa rival) y el balón sale despejado a la banda. Desde allí la pone Juanes,
la prolongo de cabeza buscando a mi espalda a Natalia (para que luego digas que
no te pasábamos :P) y un defensa la rechaza. El balón queda suelto en la
frontal del área y allí, cual depredador del área (esta vez sí), golpeo con la
zurda y nuestro amigo Porrys, que había estado concentraito la noche anterior,
ni la huele (3-1).
DEDICATORIA
A MI MADRE... Y BESO EL CÉSPED
Mi felicidad
es inmensa. Me sale un "¡Tomaaaa!" lleno de rabia y alegría (quedaba
poco partido y ya no pensaba que fuera a marcar) y corro hacia la grada
contraria, donde estaba ubicada nuestra afición, y por supuesto mi madre, a
quien dedico el gol con el dedo extendido. La mañana era completa. Llego al
centro del campo y allí, sin pensarlo, me sale arrodillarme y besar nuestro
césped. Junto al mismo fondo donde Fernando Torres hizo el mismo gesto hace
casi tres años, tras marcarle un gol al Barça en Copa. Junto al mismo fondo
donde durante más de 25 años he acudido a ver a nuestro Atleti, a reír y a
llorar en función de lo que ocurriera sobre ese césped.
Natalia me
espera con los brazos abiertos, con una sonrisa que le llena la cara, Juanes se
acerca, me abraza, y me dice al oído: "Me has ganado con el gesto".
En esos
momentos creo que era el tipo más feliz del mundo. No se me ocurría manera
mejor de despedir nuestro estadio.
MATALLANAS TODAVÍA PUSO EMOCIÓN
MATALLANAS TODAVÍA PUSO EMOCIÓN
Pero el
partido aún no había terminado, y en un despiste defensivo dejamos solo cerrando
a Picu (siempre sacando la pelota con criterio desde el lateral derecho). Ante
él se presenta la enorme figura de Matallanas, al que otro amigo en el rival,
Miguel Ron, deja nuevamente solo con un pase filtrado y fusila a Fran Guillen
(3-2).
PERO FRAN
GUILLÉN TIRÓ DEL "OTRO FÚTBOL"
Quedaban
como cosa de cuatro minutos, y Fran Guillen (que ya llevaba perdiendo tiempo
más o menos desde el minuto... uno) sacó todo su repertorio para arañar
segundos al crono. Que si compruebo la presión del balón... que si me abrocho
bien los guantes... que si hago el gestito de vamos todos para arriba...
HUBO UN
SUSTO FINAL
Todavía tuvo
una última ocasión el equipo blanco. Matallanas se dejó caer cerca del área y
su grito lo pitó el árbitro. La tensión se cortaba en el aire del Manzanares.
Fran Guillén manda a la barrera que se coloque un poco más a la izquierda, y
Juanes por poco no nos tira a Natalia y a mí obedeciendo órdenes.
Y SABOREO EL
"PORQUE LUCHAN COMO HERMANOS"
Por suerte,
la falta queda en nada. Los rojiblancos ganan, como debía ser. Todo son
sonrisas, abrazos, alegría.
No sólo por
ser el último, este partido es más especial para mí que los precedentes en el
Calderón. En los anteriores, me tocó compartir equipo con algún desconocido.
Esta vez todo son caras conocidas, muchas de ellas amigas. Por primera vez,
puedo saborear el "porque luchan como hermanos, defendiendo sus
colores" estando dentro del campo. Y es que conozco bien el infinito amor
que todos mis compañeros profesan por nuestro Atleti y por el campo que hoy
dejamos atrás.
EL CALDERÓN
SIEMPRE SEGUIRÁ VIVO
Llegan las
últimas fotos (donde nuestro añorado Fernando Altarejos, Tasun, también estuvo
presente) los últimos besos al que será siempre nuestro escudo, las miradas
perdidas de Peris, o incluso las lágrimas de Juanes. Ha sido mucho lo que hemos
vivido al calor de esas gradas. Hemos crecido dentro de ese estadio.
Puede que
ésta haya sido la última fiesta que hayamos celebrado en nuestra casa. Puede que,
esta vez sí, cierre sus puertas para siempre. Pero vivencias como las de este
sábado son las que harán que el Calderón sobreviva en nuestra memoria, en
nuestros sentimientos, en nuestros corazones. Porque aquello que se quiere tantísimo,
vive para siempre. Eternamente.
PD: Quiero
dar las gracias a Francis Magán por sus impagables fotos que ayudarán a que
esos recuerdos sean imborrables. Gracias Francis, contigo empezó todo.
Les dejo un VÍDEO con algunas de las fotos y con mi gol, que tuve la
suerte de que estuvieran grabando con el móvil en el momento justo.
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