Este domingo fue mi cumpleaños. Se trataba del segundo en los últimos tres años que “pasaba” en el Calderón. El regalo que me hicieron los rojiblancos hace dos temporadas era difícil de superar: el 1-0 con gol de Forlán en la ida de las semifinales de UEFA ante el Liverpool. La posibilidad de volver a sentirnos grandes muchos años después. Un paso adelante para llegar a una final europea 25 años más tarde y, sobre todo, poder levantar un título después de catorce campañas. Algo que se confirmó 20 días después en Hamburgo conmigo en las gradas. Fue un buen regalo. Sin duda.
Por fortuna, esta temporada el regalo europeo ya estaba hecho tres días antes, en la mejor noche de este ejercicio en el Manzanares. Queda corroborarlo en Valencia el jueves. Pero mientras, en la Liga, sin una gran trascendencia en apariencia, el Atleti se jugaba el no verse abocado a un todo o nada, como ya apunté. Jugar una final sabiendo que, de perderla, la temporada será un fracaso con el equipo en mitad de tabla, es mucha presión. Así que los de Simeone cumplieron ante un rival directo.
Uno de tantos, ya que cinco equipos afrontaban la jornada con 45 puntos, en ese tapón que separa la mediocridad, del aprobado de la UEFA y que, apenas cuatro puntos más lejos, permite soñar con la Champions. Mucho soñar.TARDE DE CELEBRACIÓN...
Celebré mi cumpleaños con el lado luminoso de mi familia (en oposición al lado oscuro que se ha destapado -ya se intuía- con la muerte de mi abuelo), así que entre las chuletitas de cordero de mi tío Gregorio, los canelones de mi madre, el vino del Valle del Jerte de mi tío Emilio, el Oporto dulce de mi primo Diego, y la tarta de chocolate de mi tía Isabel, uno tenía la obligación de llegar tarde al Calderón.
...INICIO DE PARTIDO "POR EL CAMINO"
Así que cuando me bajé del coche pasadas las seis (volví a aparcar mal, sí, pero era mi cumple :), al poco escuché el rumor inconfundible del gol... 1-0. Me metí a un bar y confirmé que habíamos marcado. “¿Quién ha sido?”, pregunté a un viejete sentado en un taburete. “El cabrón que hace los penaltis”, me contestó. Tras pensarlo un poco, deduje que era Godín. Y aunque por norma me jode que haya goles sin mi presencia (aunque sean del Atleti), bien valía ir “adelantando” el trabajo por mi cumpleaños.
Aceleré el paso y me planté en el estadio subiendo los escalones de dos en dos. Minuto 20, resultado 1-1. Vaya por Dios...
Mi padre me felicitó y le dije que me pusiera al día: “Sabía que había marcado Godín y venía pensando que íbamos ganando ¿Cuándo han empatado?”.
“Justo ahora mismo, una jugada por la derecha de Sergio García y ha entrado uno solo (Didac) para meter el empate”. 1-1 y todo un partido por delante para volver a marcar.
Sin embargo, el que veo que domina es el Espanyol, que dispone de una falta en la frontal que yo veo en la escuadra, aunque por fortuna el disparo de Romaric es escupido por el poste.
“¿Ha estado dominando el Espanyol todo el rato?”, cuestiono a mi padre. “No, al principio ha salido mejor el Atleti”, me responde.
Pero la realidad es que el Atleti no hace una jugada, y sólo una colada de Diego termina con un zurdazo centrado de Falcao tras recortar en el área.
EL PANORAMA NO CAMBIA
Llega el descanso, y a la vuelta el panorama cambia poco. Un Espanyol muy cómodo tiene el partido controlado y se permite salir a la contra con la habilidad de Coutinho (qué bueno es este chico. Buen ojo del Inter) y el peligro de Uche, que se saca un zurdazo desviado.
Mientras, el Atleti pierde balones tontos en defensa, como un par de Domínguez, al que la falta de continuidad le provoca desconfianza.
35 minutos por delante, pero es de esos partidos en los que da la impresión de que jamás llegará un gol. Todo lo contrario que el jueves ante el Valencia.
Sin embargo, un centro desde la derecha está a punto de ser rematado en boca de gol por Falcao.. y Arda Turan. Era un aviso.
DOS DELICIAS TURCAS
Si van a hacer un regalo a un turco, tengan en cuenta que sus creencias o costumbres son distintas a las nuestras. Por ejemplo, no todas las familias aceptarían de buen grado que se les regalara alcohol (Ahí Arda y yo nos alejamos). En algunos casos, puede que no abran el obsequio en nuestra presencia. Es algo normal. Pero lo que siempre es bien recibido es un buen dulce. Un dulce típico turco como el baklava (ese pastelito de nueces bañado en miel que habrán probado en algún kebab). Y Arda lo sabía.
Así que en el minuto 60 Juanfran volvió a desbordar por la derecha (Y volvió a sonar el Juanfran selección) y su centro al segundo palo fue rematado de espectacular chilena por Arda Turan (2-1). El dulce más exquisito.
El subidón le duró a Arda minuto y pico. Lo justo para recibir un nuevo balón dentro del área, recortar hacia dentro sentando con el amago a dos defensas, un nuevo recorte, y disparo abajo, junto a la cepa del poste izquierdo para que, con suspense, pero con maestría, hacer el doblete más rápido del mundo. 3-1, partido sentenciado y cumpleaños feliz. En el Día del Niño, Arda también hizo feliz a un niño grande.
Reclamaba Simeone los goles de los centrocampistas y los goles de Arda. No es normal que el turco sólo lleve tres tantos esta temporada. Y los tres contra el Espanyol... Pero ya lo avisé a principios de campaña cuando se regaló a Forlán: si este año no las enchufa Falcao, lo pasaremos mal... Y pueden dar gracias a sus 22 goles. Porque lo que le sigue... (Adrián 6, Salvio, Diego y Arda 3...).
LA FIESTA DEBE CONTINUAR
Mario, Adrián y Koke relevaron a Gabi, Diego y Arda pensando en Valencia, y Salvio rozó el cuarto con una volea a la madera. La UEFA está a tiro. La Champions en el horizonte. Habría que ganar los cuatro encuentros. Difícil. Sobre todo teniendo en cuenta que la Final de Bucarest (9 de mayo) marcará el resto de temporada. No puede escaparse. No puede haber sustos. El baño de la ida no puede ser neutralizado. La fiesta debe continuar.
2 comentarios :
El #turquitoDeOro está on fire! Hay que seguir aprovechándolo. Diego, Falcao y Adrián... hay gente para entrar en Champions y ganar la Europa League.
Aupa Atleti!
Saludos desde Paseo Melancólicos.
Muchas felicidades, Jose.
Por el cumple y por los dos partidos que has disfrutado en el Calderón.
Yo los tuve que ver por la tele debido a que mis obligaciones paternales hicieron que me tuviera que quedar con mi primogénita ejerciendo de "padre coraje". Mi mujer se tuvo que ir a Bilbao para acompañar a su hermana recién operada.
En compensación me ha dicho que si el Valencia no nos amarga la vida, me dejará ir a Bucarest.
¿Nos vamos juntos antes de que desaparezca el Atleti por el agujero de pasta que tendrá que soltarle a Hacienda?
Abrazos rojiblanco.
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