domingo, 20 de octubre de 2013

La maldición de Miguel Muñoz

Ni Sevilla (1-3), ni Rayo (5-0), ni Real Sociedad (1-2), ni Almería (4-2), ni Valladolid (0-2), ni Osasuna (2-1), ni Real Madrid (0-1), ni Celta (2-1) habían sido capaces de sacar ni un solo punto esta temporada al Atlético de Madrid. Ocho de ocho. De hecho, la mayoría de estos rivales ni tan siquiera estuvieron cerca de puntuar, y sólo el Celta realmente sembró la incertidumbre sobre el resultado al final del partido.
Algo similar había ocurrido con el FC Barcelona. Levante (7-0), Málaga (0-1), Valencia (2-3), Sevilla (3-2), Rayo (0-4), Real Sociedad (4-1), Almería (0-2) y Valladolid (4-1) habían sido sus víctimas hasta el momento, y sólo los sevillistas habían estado realmente cerca de puntuar.

OPORTUNIDAD HISTÓRICA
Ambos conjuntos lideraban la tabla y se enfrentaban a una oportunidad histórica: igualar el mejor inicio de la historia de la Liga, el del Real Madrid de Miguel Muñoz en la temporada 1968-69 con nueve triunfos. Pero ninguno lo hizo.
El Barcelona no pasó de un mediocre 0-0 en el Reyno de Navarra, lo que me hizo frotarme las manos con la posibilidad de conseguir el liderato en solitario, igualar el récord histórico y, soñando más allá, poder superarlo la próxima semana ganando al Betis en casa.
Pero no pudo ser.
MIGUEL MUÑOZ, UN HOMBRE RÉCORD
Miguel Muñoz seguirá ostentando ese récord, que no es precisamente el único con el que cuenta este laureado entrenador fallecido hace ya más de 20 años.
Hasta hace no mucho, era el entrenador con más partidos en Primera División (608), siendo superado en la historia reciente por Javier Irureta (614) y por Don Luis Aragonés (757).
La mayoría de esos encuentros los dirigió en el Real Madrid (424), lo que le convierte, con mucho, en el técnico que más veces se ha sentado en el banquillo blanco (el segundo es Del Bosque con casi un tercio de partidos: 153).
Y vista la superioridad demostrada por culés y colchoneros hasta la fecha, parece como si el propio Miguel Muñoz les hubiera lanzado una maldición desde el más allá para mantener ese récord como suyo.

OCASIÓN PERDIDA
Cuando el Atleti cayó anoche en Cornellá, fue la pérdida de esa ocasión de hacer historia lo que más me dolió. La primera derrota tenía que llegar más tarde o más temprano (aunque con remontadas como la de Oporto el equipo pareciera imbatible); perder el liderato no es preocupante porque la próxima jornada el Atleti puede ser primero ganando y si el Real Madrid puntúa en el Camp Nou; pero a saber cuántos años más tendrán que pasar para que los rojiblancos encadenen ocho triunfos en el inicio de Liga y se vean en una oportunidad como ésta...

PRIMERA PARTE TEDIOSA
Pero el Atleti no saltó al campo del Espanyol con ánimo de lograr ningún récord ni de alcanzar ningún liderato. Lo hizo como en otros encuentros fuera de casa (Valladolid, Oporto...): dejar el balón al rival, orden atrás para no conceder ocasión alguna, y escasas llegadas al área contraria.
Un partido tedioso que sólo fue roto en la primera parte por un par de buenas acciones de Diego Costa.
Ambas llegaron cerca del descanso. En la primera, tras un par de buenos quiebros pegado a línea de fondo, sacó un buen centro que fue rematado contra el poste por Koke casi sin ángulo; y en la segunda, emprendió una cabalgada solo contra el mundo (claro ejemplo de su pletórica confianza) y tras romper a Sidnei con un bonito recorte, se la llevó de rebote entre otros dos defensas y acabó lanzando fuera.
Al lado se desesperaba David Villa que le pedía que se la hubiera pasado. Eso fue para lo único que apareció el asturiano en todo el partido. Para desespearse y entrar en peleas con rivales y árbitro.
Por su parte el Espanyol, con mucho viejo conocido (Aguirre en el banquillo y Simao y Pizzi en las bandas) planteó un partido feo, sin buscar tampoco la portería de Courtois, y limitándose a contener al medio campo rojiblanco, inoperante con Arda Turan en el banquillo. Sin él, salvo que invente algo Koke, el medio campo es plano.

¿OTRO PARTIDO COMO EL DE VALLADOLID?
En cualquier caso, como les adelantaba, el guión era similar a otros encuentros del Atleti del Cholo a domicilio, así que en el descanso mi padre y yo nos animábamos pensando en que peor fue la primera parte de Zorrilla y en la segunda se pisó el acelerador y se llevaron los tres puntos. “Además allí tampoco tiraron en toda la primera parte salvo un larguero de Raúl García. Como hoy con el palo de Koke”, le recordaba a mi padre intentando buscar más paralelismos alentadores.

Pero en la segunda mitad no fue el Atleti el que metió otra marcha. A los cinco minutos, el Espanyol protagonizó una doble ocasión en la zurda de Lanzarote y metió el miedo en el cuerpo rojiblanco. Su primer disparo lo repelió Courtois con una buena estirada, y en el segundo tiró de primeras a las manos del portero belga. No tendría tanta suerte un par de minutos después.

UN GOL DE LOS QUE NO SE VEN
El lateral Fuentes saca un centro desde la izquierda, Sergio García no llega al remate, pero Courtois estira la pierna izquierda en su intento de tapar el posible disparo con tan mala fortuna que la bola, que se habría paseado por el área chica, le pega en el empeine de su bota izquierda y se va a la red (1-0). En casi 25 años que llevo viendo fútbol, no recuerdo un autogol similar...
Quedaban casi 40 minutos por delante y estaba por ver si el Atleti sería capaz de mostrar una reacción tan buena como la de Oporto (único encuentro hasta ayer en el que se había visto por debajo en el marcador).

RESPUESTA POSITIVA
Y la respuesta pareció positiva. De jugar con trivote, en cuarto de hora Simeone dio salida a Raúl García, Gabi y Mario para sacar a Arda, Adrián y el Cebolla.
Sólo diez minutos después del tanto, el árbitro anuló un gol de cabeza a Mario Suárez en claro fuera de juego. Koke amagó el saque de una falta y la puso a la segunda. Resultado, los del Atleti se quedaron allí donde cayeron tras el primer ademán, y la defensa blanquiazul sí salió.
Canté el gol. Como también lo hice un minuto después, aunque ésta no entró.
Villa deja solo con un buen pase (lo único que hizo) a un rapidísimo Diego Costa, y cuando ya agarraba a mi padre del brazo para celebrarlo, la pelota lamió el poste.

PERO EFÍMERA
Parecía que con ese paso adelante (que debió darse antes) el empate llegaría. Pero la reacción se quedó sólo en eso.
El Atleti no fue capaz de crear ninguna ocasión más clara y el Espanyol fue el primero en derrotarle sin demasiado sufrimiento.
De hecho, la más peligrosa la tuvo el Espanyol, tras un malísimo control de Alderweireld que tuvo que solucionarle su compatriota Courtois con una rápida salida ante Sergio García. El defensa belga desentonó en su debut casi tanto como su estrambótico corte de pelo.
Al final, esta derrota puntual no es tan grave. Lo duro es haber fallado a una cita con la historia de ésas que puede que no vuelvan jamás.

1 comentarios :

Tomi Soprano dijo...

¿Qué pacha, coleguita?

Por primera vez en mucho tiempo, en todo de acuerdo contigo, aunque te sobran líneas detallando el puto récord de la gentuza de enfrente, y te pasas un poco con el debutante Toby. La cagó en algunas acciones, pero en otras a mí sí que me gustó, aparte de que se le ve buen manejo del balón. Hay que darle tiempo. Lo que no resulta muy comprensible por parte del Cholo es, aparte del absurdo apelotonamiento de delanteros que hizo en el encuentro (nunca funciona, nunca), que los jugadores debuten con la rojiblanca sin haber disputado un solo minuto antes de juego. Tanto el belga con el gabacho deberían de tener ya sus 120 minutos de juego en activo, aunque hubiese sido repartido en diferentes encuentros.

Un abrazo. Y el otro día escuché tu podcast ese de la crónica que hiciste del terremoto de Alcornocón. Me llevé una gratísima sorpresa, macho. Lo haces de putísima madre, en serio. Llegarás lejos en la Cope. Por cierto. ¿Ese programa lo dirige M. J. Navarro?