El Atlético de Madrid camina orgulloso
y altivo por su regreso a la Liga de Campeones, saldando cuentas
pendientes con viejos enemigos y mirando al futuro con optimismo, sin
temer a ningún rival de cara al bombo del lunes.
EL PASADO RECIENTE
Como reclamaba antes de este encuentro,
el Atleti se vengó del Oporto, equipo que nos eliminó en nuestras
dos últimas participaciones en la Champions. 2-2 y 0-0 en 2009, en
aquella eliminatoria de octavos que será recordada porque Abel
Resino dejó en el banquillo en el partido de vuelta a Forlán,
aunque había la obligación categórica de marcar; y 2-0 y 0-3 en la
fase de grupos de 2010, lo que nos colocó terceros, pero a punto
estuvo de dejarnos sin la UEFA Europa League (que luego ganamos) con
esa última goleada en el Calderón, después de que el Apoel Nicosia
sacara un sorprendente empate en el campo del Chelsea (que fue el
líder de ese grupo).
Eran otros tiempos. El Oporto ya no
tiene a Lisandro (que nos hizo los dos goles de 2009. Ahora en el
Lyon), ni a Hulk (Zenit), Bruno Alves (Fenerbahce), Rolando (Inter) o
el propio Falcao (Mónaco), todos ellos goleadores frente al Atleti
en 2010.
JACKON MARTÍNEZ Y LOS PALOS
Tiene a Jackson Martínez, eso sí,
enorme delantero que a punto estuvo de helar al Calderón (más) a
los siete minutos, cuando estrelló un buen remate en el larguero.
No tuvo suerte el colombiano, que al
borde del descanso volvió a toparse con el exterior de la madera en
un disparo que desvió Alderweireld.
Pero éste Atleti está de dulce,
especialmente Raúl García, el que nunca hace nada, que al cuarto de
hora se sacó de la chistera una volea con la zurda a la media
vuelta, sin ángulo, pegado a línea de fondo, que Helton todavía
está buscando por cerca de su escuadra derecha (1-0). Ni se enteró
por dónde entró. Nosotros, casi tampoco. Pero fue un golazo. El
tercero del navarro en esta Champions. El noveno de la temporada. Los
mismos que Villa.
Con el gol, el Oporto atacó con más
obligación que convicción, y cada acercamiento terminaba en la
madera. A las dos citadas, a los 20 minutos añadió otra con un
cabezazo de Varela contra la parte superior de la escuadra. Sumó
cuatro palos, cierto, pero éste y el segundo de Jackson fueron más
postes de “refilón” que el trallazo que reventó el larguero en
los primeros minutos.
ARANZUBÍA DEBUTÓ EN CHAMPIONS
A la media hora, Aranzubía quiso ganar
protagonismo en su debut. Hizo un penalti tonto junto a la línea de
fondo a Jackson Martínez, pero él mismo se encargó de parárselo a
Josué, que tiró potente, pero poco escorado. Como le comentaba a mi
padre, a Aranzubía le ha valido la pena fichar por el Atleti aunque
sólo sea por el hecho de haber debutado en la Champions y poder
contar a sus hijos el día de mañana que paró un penalti en la
máxima competición continental.
Perdonó el Oporto, y al minuto lo hizo
también Diego Costa. Contra rapidísima, deja atrás a los
centrales, pero su tiro, bien cruzado, lo saca Helton estirando la
pierna derecha.
A la segunda no perdonó. Sólo diez
minutos después, gran pase largo de Óliver (que dejó más detalles
de su clase, aunque no fue su mejor partido tras el toque de atención
de Simeone) y se anticipa a Helton con la cabeza, realizándose un
gran autopase que finalizó antes de quedarse sin ángulo (2-0).
El hispano-brasileño suma cuatro goles en apenas 194 minutos en la Champions. Una media por encima de la del Pichichi Cristiano Ronaldo.
Así llegó el descanso y con él bien
podría haber llegado el final del partido. Poco que reseñar en la
segunda mitad. Villa entró por Diego Costa, pero apareció poco.
Sólo Raúl García estuvo a punto de hacer el tercero, pero,
sorprendentemente en su estado, se encontró con Helton.
Por su parte, el Oporto se encontró
con su cuarto palo, en un gol casi cantado de Licá que remató
contra el poste. Éste sí fue poste poste.
VENGANZA DULCE
Los alrededor de 500 aficionados del
Oporto que visitaron el Calderón tuvieron que volverse a Portugal
tristes, como les ocurrió a los hinchas atléticos que viajaron a O
Dragao en 2009 y 2010. La venganza fue especialmente dulce, ya que el
Zenit terminó goleado en Austria (vaya panorama...) con lo que una
victoria del Oporto les habría metido en octavos. Pero ni estuvieron
cerca.
ORGULLO ANTE NUESTRO POTENCIAL
Cumplida la venganza, el Atleti sólo
debe mirar al futuro y al único que puede observar con cierto recelo
es al Manchester City del hijo repudiado Kun Agüero (cuarto en la
Premier con 29 puntos). Mientras que uno escucha con una sonrisa
orgullosa cómo los expertos en fútbol internacional de los
diferentes medios de comunicación darían como favorito al Atleti en
un cruce con el líder de la Premier, el Arsenal (35 puntos), que se
dejó su condición de primero al caer en Nápoles.
Del resto, Milan, Leverkusen,
Galatasaray, Olympiacos, o Schalke 04, nos puede caer cualquiera, que
aquí le recibiremos con los brazos abiertos. De hecho, les digo más.
Me pido un Milan, al que nunca he visto en el Vicente Calderón y
sólo su nombre evoca Copa de Europa.
2 comentarios :
Todos tienen su atractivo.
Con Leverkusen, Galatasaray y Schalke ya nos hemos cruzado en los últimos años en Europa y serían los que menos motivarían.
El Olympiacos es asequible y tiene a Michel y a Roberto.
El City es un coco y volveria el Kun.
Y el Arsenal es un histórico de la Premier.
Y como comentas, el Milan es un clasico de la Champions pero venido a menos. Podria ser un bonito cruce con los italianos y creo que el Atleti pasaria.
Estoy deseando que llegue el lunes!
Pues al final el Milán. A mi me parece que vamos a ver dos partidos muy entretenidos.
Mucho ojo con el Milán porque creo que la prensa los subestima demasiado. Tienen jugadores que ellos solos te ganan un partido.
Un saludo desde Paseo Melancólicos.
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