El pasado domingo Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid y a la sazón dueño del club a la muerte de su padre, remitía una carta dirigida principalmente a los aficionados atléticos a través del Diario AS.
Ahí cometió su primer gran error. Gil Marín, poco dado a dar la cara (antagónico totalmente a su padre en ese sentido), en vez de convocar una rueda de prensa en la que se viera sometido a más preguntas, o haber publicado la carta en la web (opción que ha sugerido hoy Cerezo reconociendo que en ese aspecto hubo un error), decidió conceder la exclusiva de la misiva a un solo medio, el diario AS.
ATAQUE A LOS MEDIOS
Por si esto fuera poco, en su carta decidió escoger como uno de sus focos de ataque a la prensa deportiva de este país: “Se ha convertido (el fútbol) en una especie de juicio popular llevado a cabo en la plaza pública, en la que los medios de comunicación agitan a las gentes y éstas, cargadas de problemas e insatisfacciones, se desahogan en la plaza lanzando piedras a quienes señalan los agitadores. Los clubes de fútbol generan una cantidad de información insuficiente para lo que demanda el gran número de medios de comunicación existentes, enfangados en una competencia atroz. No es justo que los clubes tengan que ser víctimas de esa guerra sucia en la que todo vale. Esa guerra, provocada por la necesidad de vender para equilibrar una cuenta de resultados, hace que los que la dirimen se olviden que las Sociedades Anónimas Deportivas tienen que equilibrar la suya. Pero esto es secundario”.
MARCA REACCIONA
Aquello que Gil Marín catalogó como secundario aparecía en el primer punto de su carta y creo que ha sido su principal error.
El publicar la carta sólo en un medio, el AS, ha provocado que dentro de esta “competencia atroz” el resto de medios se hayan sentido ofendidos y principalmente uno, su máximo competidor, el Marca. El mismo periódico que hace menos de un año echó de su silla a Ramón Calderón en apenas tres días, después de airear todos sus trapos sucios.
Desde entonces, una encuesta publicada en Marca.com para preguntar a los aficionados por su parecer respecto a la gestión de la familia Gil (cuyo resultado, 83% en contra, fue suficientemente publicado y comentado), espacio para que los oyentes den su opinión en directo sobre la manifestación del sábado en la Futbolería, tertulias sobre los motivos de la manifestación y voz para los presidentes de las distintas peñas atléticas, para que se muestren a favor o en contra de la protesta.
Gil Marín había despertado a la bestia. Pese a que él mismo reconocía líneas más abajo en su carta que el Atlético no era protagonista en la prensa (“…los dos clubes grandes de España (al no ser SAD)… el no tener límite de endeudamiento permite contratar a los mejores jugadores… favorece la atención de los medios de comunicación”; “Convivir en la misma ciudad con otro equipo, que bajo el pretexto de no ser una SAD es apoyado, financiado y protegido por todas las instituciones y medios de comunicación…”), decidía atacar a la mano que mece la cuna. A su principal cómplice.
Si Gil Marín y Cerezo siguen en el poder, pese a la apropiación indebida, a los 14 años sin títulos, a una venta del estadio camuflada de éxito y convertida en fracaso, a las desastrosas planificaciones deportivas… es en gran medida gracias a los medios. Que debido a ese papel secundarísimo al que ha quedado reducido el Atlético, callan donde en otros clubes chillarían, ríen donde en otros casos insultarían y consienten cuando de otra forma no transigirían.
LA PUERTA CERO NO ES DE HOY
Las concentraciones de protesta en la Puerta Cero del estadio Vicente Calderón una hora antes de cada partido llevan haciéndose toda la temporada pasada. Pero qué curioso que su trascendencia había quedado reducida a apenas un pie de página y es ahora, tras la acertada carta de Gil Marín, cuando sale a la luz su convocatoria con inusitada fuerza.
Lo que hasta esta semana no pasaba de mensajes en foros y blogs y de concentraciones reducidas de atléticos, se ha convertido en una ‘revuelta popular’ en la que ya se habla de cifras de cuatro mil o cinco mil rojiblancos.
Lo que por Internet parecía el sentir de muchos atléticos, quedaba plasmado en manifestaciones de apenas unas decenas, que no podían hacerse oír ante el silencio de la mayoría y la ausencia del altavoz de los medios de comunicación.
Pero el megáfono de los medios ha llegado y el día es este sábado. Por primera vez en todo este tiempo he escuchado en bares o terrazas hablar sobre la manifestación de este sábado a las cinco de la tarde.
La mecha ya se ha encendido y en el estadio no habrá un solo atlético que pueda decir que no sabía del tema. Este sábado, es el momento de ver si el descontento de la afición rojiblanca es compartido por decenas, por centenas o por miles de atléticos.
Gil Marín ha escrito una nueva carta reconociendo su error en la primera, pidiendo "disculpas a quien haya podido sentirse ofendido", llamando a la “unión” de la afición en torno al “sentimiento atlético” e intentando asegurar que los actuales dirigentes han hecho “aportaciones al capital social del club”.
Quizá sea demasiado tarde para pedir disculpas. La mecha ya está encendida. Este sábado es el día.
- Carta de Gil Marín a abonados y peñas en la web del Club
viernes, 11 de septiembre de 2009
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4 comentarios :
la verdad, que es jodida la situacion. Ademas, empezar como empezaron contra Málaga, es mas angustiante aun. Lo que si, no se Agüero, parece que alla se destaca, pero en la selección... mmm, poquito
Además de inútiles, son torpes. Gil Marín y Cerezo con sus cartas y sus declaraciones han ofendido todavía más a la gente. Un abrazo.
Fernando, se puede decir mas alto pero no mas claro. Aunque sinceramnte, no se quien será mas torpe, si los dirigentes del Atlético o los del Valencia...
saludos.
Estan matando al equipo, son como el borracho que no ve su problema de alcoholismo, hasta que no se den cuenta de que no lo estan haciendo bien, no cambiará la cosa.
Los problemas deportivos del equipo, con esos empates o derrotas contra equipos que a priori deben de ganar no son culpa ni de los jugadores ni de Abel, son culpa de los problemas extradeportivos que no dejan concentrarse a los futbolistas y cuerpo técnico en el fútbol.
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